Él es como el sol capaz de iluminar la oscuridad y brindar calor, sin embargo el calor a veces quema y la luz que da también puede crear sombras. Su energía, determinación, el aura abrigadora a su lado... ¿Abrigadora? Quizás esa no es la palabra correcta pero con el simple hecho de estar tranquila cuando estás con él es lo único que importa. Una cazadora novata, inexperta, alguien que ha estado al filo de la muerte un par de veces o tal vez más.
Kyojuro, el pilar de la llama, tu salvador. Tantas veces que te ha salvado de demonios, accidentes con otros cazadores y hasta de ti misma; gran apariencia de héroe, ¿no es así? Ser anhelada por un hombre, ser querida, amada por este y lo mejor son los detalles que tiene contigo. Darse cuenta de hasta el más mínimo cambio en tu apariencia; desde un broche hasta diferente peinado o incluso el brillo de tus ojos y el sonrojo en tus mejillas. ¿Bonito, no? Pero acosador también. Sin embargo la preocupación de Rengoku fue más extensa de los límites que son sanos, se volvió una obsesión, una enferma obsesión.
¿A quién le importa eso? Estar hundiéndose en la magia del amor, en un mundo donde hay demonios y la mayoría de situaciones son envueltas por una oscuridad infinita... Encontrar una luz que pueda iluminarte a ti dentro de una persona que no tiene nada más que sombras a su alrededor. Por lo menos así sería como Kyojuro te describiría.
¿Y cuándo te importó?
Nunca te diste cuenta debido a tantos detalles lindos de su parte.
Sólo que aquel rubio, el pilar encontró en ti un espacio donde fácilmente podría sacar sus demonios internos sin sentirse mal. Oscuridad con más oscuridad no da nada, todo se queda como está; ¿qué es mejor?, ¿oscuridad y luz para crear sombras? O quizás... ¿una oscuridad sumada a otra donde no habrá problema alguno?
-Ya me cansé, maestro -te disculpaste mientras hacías una reverencia frente a él, jadeando por aire. -El entrenamiento es duro, estoy dando mi mejor esfuerzo, permítame descansar un momento.
¿Duro? Estaba siendo suave contigo, a diferencia de las demás personas que intentaron entrenar con él... Tiene piedad contigo.
-Mi niña -tu cara se puso roja por repentino apodo, tragaste saliva y no te levantaste aún. -¿Comiste bien hoy? Estás esforzándote más que otras veces, pero no de buena forma.
Sus manos fueron a tus hombros, levantándote para que te pusieras recta y lo miraras a los ojos. Una sonrisa suave, llena de dulzura adornaba su cara mientras que sus ojos tenían un brillo tenue pero tranquilo. Tragaste saliva, ¿cómo adivinó? Puede que no hayas desayunado pero incluso no hay forma de que él esté enterado. Cuando sentiste su pulgar acariciando tu mejilla, tu corazón ya no latía rápido sólo por el entrenamiento comenzaba a ponerte nerviosa y estabas casi temblando ante su tacto tan acogedor.
-N-no desayuné, eso es todo -le respondiste mirándolo.
Tus mejillas teñidas de rojo delataban tu estado, Kyojuro soltó una risa y se acercó para poder besar tu frente.
Besar tu frente.
De todo el tiempo que habías estado con él o incluso lo conocías, jamás había dado besos más allá de las manos por lo menos contigo y el hecho de que besara tu frente te sorprendió un montón. El rubio te tomó de la mano para empezar a caminar hacia algún lado.
-¿Qué quieres comer? ¡Yo invito! -tragaste saliva.
-N-no hace falta -estabas toda roja pero él no hizo caso a tus palabras. -Quiero probar algo que le guste a Kyojuro sensei.
Tu respuesta aceleró su corazón.
No sólo fue el "sensei" si no que, tu interés hacia él le hizo sentir feliz. Fue una extraña sensación en su corazón, no sólo latió más rápido, hubo algo más, algo que le hizo sentirse importante y muy querido por ti.
-Entonces... Yo podría cocinar, ¿está bien?
-¡Oh Dios! -te tapaste la cara con las dos manos mientras desviabas la mirada. -Comeré comida hecha por Kyojuro-san.
Murmuraste apenada mientras te detenías, suspiraste y cuando quitaste tus manos de la cara te encontraste con el rostro del pilar cerca tuyo. Tu cara se calentó pintándose de un fuerte color carmín, te sobresaltaste. Sus ojos tenían un brillo peculiar, no pudiste evitar bajar y ver sus labios, tragaste saliva al hacerlo, de inmediato quitaste la mirada de ellos.
-_______... -el susurro de Kyojuro te dio escalofríos. -Eres hermosa, ¿lo sabes?
Lo volviste a ver, cuando ibas a abrir la boca para hablar el rubio puso sus manos en tus mejillas sujetándote y te besó. Pusiste tus manos en su pecho tratando de separarlo pero caíste rendida ante sus encantos. Sus labios estaban húmedos pero se sentían suaves al menos para ti y la forma en que te estaba besando, fue... Wow.
Quitó una de sus manos de tu cara y te sujetó de la cintura haciendo que se juntaran más, tu busto quedó pegado a su pecho. Te sentías más que nada en las nubes.
Cuando Kyojuro se separó de tus labios estabas jadeando, abriste los ojos y viste una sonrisa en su boca.
-Disculpa ______-chan, creo que será mejor que comamos de una vez. ¿Vamos a comprar?
Te soltó y casi te caes, tus piernas temblaban al igual que tus manos, ¿cómo puede fingir que no sucedió nada? Tu rostro estaba apunto de estallar en color rojo de pura vergüenza. Aclaraste tu garganta y lo seguiste, tu ritmo cardíaco era muy fuerte, podías sentir los rápidos latidos de tu corazón, desesperado por otro beso... Incluso la sensación de los labios de Kyojuro aún no se te borraba de la memoria pese a ser muy olvidadiza.
-¿Q-qué vamos a comprar... Rengoku?
No sabías su aún era apropiado llamarlo por su nombre.
• • •
-¡Hermano, señorita _______! Bienvenidos -los recibió Senjuro.
Kyojuro le acarició la cabeza y tú le diste una sonrisa, devolviéndole el saludo mientras entrabas en su finca.
-¡Vamos a cenar lo que yo cocinaré! Hoy me toca a mí -el hermano mayor habló mientras se quitaba la capa de los hombros y la dejaba sobre los tuyos. -No hace falta que ayudes _______, eres la invitada.
-¡Yo te ayudaré, hermano! -el menor se ofreció.
-No, yo... -Kyojuro se acercó a ti y puso su dedo índice entre tus labios, callandote.
-Eres la invitada aquí, dulzura. No podría perdonarme si te hieres con algo de mi casa porque sería mi culpa. ¿Por qué no te pones cómoda? La comida estará lista rápido, ______-chan.
Tragaste saliva mientras asentías.
No tenía mucho sentido lo que decía, si sigues siendo cazadora te lastimarías por un montón de cosas e incluso lo haces con su entrenamiento, quedas muy dolorida. Senjuro se acercó a ti dándote una tímida sonrisa.
-Por favor perdone a mi hermano, ______-san. Pero él realmente la quiere mucho y se preocupa por usted.
Las palabras del menor de los Rengoku te aliviaron, suspiraste mientras le sonreías y revolvías su cabello.
-Gracias Senju-kun -él se sonrojó.
-Con permiso -se alejó rápido de ti y volvió con su hermano.
Entonces en lo que ellos hacían de comer saliste a dar un paseo pero tu cuervo llegó con un mensaje para ti, empezó a hablar hasta que se paró en tu mano, tenía un papel amarrado en la pata. Se lo quitaste con cuidado y tu cuervo volvió a decir algo más; "¡es de tu familia!"
Quedaste confundida, abriste la carta y empezaste a leer.
Primero era tu madre saludando y preguntando como estabas, después empezaba un texto algo largo, sin mucho sentido hasta llegar a la parte que le echó más leña al fuego. A tu mamá nunca le agradó la idea de que fueras cazadora, incluso Kyojuro le cae bien pero le desagrada que te apoye de esa forma, no le gusta que arriesgues tu vida por lo cual fue más allá de la raya. Te avisaba que había conseguido un prometido para ti, alguien con quien harías una vida feliz y tendrías muchos hijos, también puso que necesitaba tu presencia en la mañana para que desayunaran y se conocieran, que sí tu no ibas ellos irían donde tú.
No querías un show en la finca Rengoku, no querías molestar a Kyojuro con todo el apoyo que te dio. Las lágrimas caían de tus ojos sin saber que hacer, tomaste a tu cuervo entre tus manos y corriste hacía tu ahora hogar, soltando la carta apenas ibas entrando. Los hermanos se percataron de esto y por obvias razones tu mentor se preocupó. Cuando salió de la cocina vio el papel tirado en el piso, lo recogió y antes de que pudiera leerlo su hermano lo interrumpió.
-Ve, yo me encargo hermano.
Kyojuro asintió y fue a tu habitación, tenías la puerta abierta, tu cuervo salió volando encontrándose con el pilar.
"Fue una carta de su familia". El rubio recordó el papel que traía en la mano, tu cuervo se fue volando y el pilar se puso a leer. Cuando llegó a la misma parte que tú, frunció el ceño. La mirada amable, llena de tranquilidad que tenía se perdió, en su lugar apareció enojo. Dio un suspiro mientras rompía la carta, entró a tu habitación, se sentó en la orilla de la cama mientras acariciaba tu cabello.
-Cariño -su voz suave te hizo parar. -No dejaré que nada suceda, estaremos juntos los dos... Por siempre.
Te levantaste, sentándote en la cama mientras te tallabas los ojos, Kyojuro quitó tus manos de la cara sujetando tus muñecas, se miraron a los ojos. No tenían ese brillo peculiar o aquella aura acogedora, tragaste saliva cuando te abrazó. Su olor era delicioso, incluso con esta sensación extraña al estar cerca de él, te sentiste cómoda. Sus brazos te apretaron con fuerza, no rechazaste eso en verdad necesitabas un abrazo, cariño de verdad con alguien que conocías bien.
-No voy a dejar que te separen de mí, te voy a proteger cueste lo que cueste. Necesito que siempre seas mía, _______.
De nuevo se separaron, te tomó de las mejillas besándote, por segunda vez en el día.
No te opusiste esta vez, correspondiste gustosa. Kyojuro te había sentado encima suyo mientras seguían besándose.
No te habrías quitado de encima de él si Senjuro no hubiese tocado la puerta del lugar.
Literal te hiciste a un lado y te caíste, quedaste tirada en el piso, el Rengoku menor entró al escuchar el estruendo del golpe. Se encontró con la sonrisita de Kyojuro y tú en el piso, adolorida.
-¿______ estás bien? -preguntó él mientras te ayudaba a pararte. -¿Qué pasó?
-______-chan y yo estábamos besan-...
Interrumpiste al pilar antes de que terminara de hablar.
-¡Tengo mucha hambre! -gritaste mientras te sobabas. -Tengo hambre...
El mayor se levantó de tu cama, revolvió tu cabello con una sonrisa.
-Tengo que ir con Shinobu por algo, ¿podrías ayudarle a Senjuro a terminar? No volveré tarde y aún falta un tiempo para que la comida esté lista.
-Ve con cuidado Rengoku-san...
Cuando el iba saliendo viste pedazos de papel tirados, una sonrisita salió de tu boca. Él en verdad te quiere.
• • •
Kyojuro llegó justo en el momento en que Senjuro empezó a servir la comida. Fue directo a ayudar a su hermano y una vez terminaron se sentaron en la mesa.
-______-san... -Senjuro habló mientras te miraba. -¿Por qué hace rato entraste corriendo de esa forma?
-Es que-...
-Es algo relacionado con su familia, Senjuro -respondió el mayor por ti. -Pero está bien, lo vamos a resolver pronto.
-¡Oh! Si necesitan ayuda, por favor pidanmela.
Sonreíste, Kyojuro también lo hizo.
—No te preocupes Senjuro, pero muchas gracias por tu oferta.
Y todos empezaron a comer.
Más tarde, cuando ya era hora de dormir te encontraste a tu tutor en tu cuarto por lo cual terminaste asustandote. Te sentaste a un lado suyo en la cama porque te había indicado que lo hicieras y se preparó para hablar. Se aclaró la garganta.
—¿Mañana irás? —preguntó mientras te miraba.
—No estoy segura pero tampoco quiero un escándalo aquí... Quizás lo haga, no quiero que vengan a molestar pero también me preocupa mi trabajo podría aparecer un demo-...
—No, está bien —el mayor sonrió. —Permíteme acompañarte.
Tu cara se puso roja de repente.
—¿¡Acompañarme!? —Dijiste sorprendida en un tono alto, te tapaste la boca rápido. —Perdón...
—Claro, como me he encargado de ti desde que te convertiste en cazadora, quiero seguir cuidándote.
—Kyojuro... —Murmuraste su nombre mientras tragabas saliva. —¡Sería todo un honor que me acompañes! Por favor, hazlo.
—Claro, lo haré —se levantó de tu cama.
Inclinó un poco su cuerpo para darte un beso en la frente.
—Asegurate de descansar, será un largo, largo día mañana. —te dijo con una sonrisa.
—¡Buenas noches!
• • •
Ibas en dirección a tu casa, como lo prometió el pilar de la llama se encargó de acompañarte. Llevabas tu uniforme y tu espada, no querías ir a ese lugar así que tampoco te arreglarías como una "señorita"; de la forma que pidió tu madre en la carta.
Ibas platicando con Rengoku, no fue hasta que llegaron a casa tu madre estaba esperando afuera, frunciste el ceño al verla.
—Buenos días, señora —saludó Kyojuro de forma amable y educada.
—Madre...
—¿Por qué viene él? —preguntó mientras se acercaba.
—Más respeto, madre. Él ha sido mejor persona que tú y se ha encargado de mí desde que ya no quisiste apoyarme.
—Por favor no se preocupen por mí, piensen que no estoy aquí y ya. ~
—Adelante, Keisuki está adentro.
Te acercaste a Kyojuro y tomaste su mano, le diste un pequeño apretón mientras te disculpabas, él te dio esas de sus sonrisas hermosas y te tomó de los hombros, medio abrazándote.
Cuando entraron viste al chico sentando, se veía muy promedio a diferencia de todos a los que habías conocido al ser cazadora. Lo saludaste, Kyojuro hizo lo mismo y Keisuki puso cara confusa, seguro pensando; ¿el paquete incluía un esposo? Rengoku y tú se sentaron.
—Me gustaría que los dos hablemos —te dijo tu futuro no prometido. —Pero tendrá que ser después de comer, permíteme que te sirva.
—Gracias —respondiste, cuando se paró suspiraste mientras mirabas a tu mentor. —No quiero esto, Kyojuro...
—¡Tranquila ______-chan! —te acarició la cabeza. —Arreglaremos esto, verás como se arreglará y... Serás sólo mía.
—¿Disculpa? —le preguntaste al no escuchar lo último.
—Dije que tú felicidad será la mía —respondió, sonreíste.
—Es muy tierno de tu parte...
—Ya, ya no te preocupes, ¡estarás bien! —se acercó y besó tu frente.
Justo en ese momento tu futuro no prometido iba volviendo con tu plato de comida y agua, se aclaró la garganta y se fue. Pocos segundos después tu madre te llamó a la cocina, un regaño por algo tonto quizás.
Suspiraste, te levantaste dejando a Rengoku y te dirigiste donde tu madre.
—¡No solo vienes con ropa inapropiada y otro hombre que no es nada tuyo! También dejas que te toque como si se tratara de tu esposo.
—¿Qué tiene de malo? Somos solo amigos.
—¡Los amigos no se tratan así, ______! —tu madre suspiro. —Mejor comamos, esperemos a que termine el día y después vienes tú sola para que Kaisuki y tú se puedan conocer mejor.
Tomaste los platos de comida y volviste, no querías hacer corajes.
Cuando ya todos estaban preparados, listos para comer empezaron a hacerlo. Había un silencio incómodo, estabas comiendo rápido para poder largarte de una vez pero te atragantaste con la comida, tu mamá frunció el ceño.
—Comportate como una señorita, _______.
Negaste mientras tomabas agua, suspiraste cuando ya no te estabas ahogando. El agua tenía un sabor raro, no era simple como normalmente y picaba. Seguiste comiendo intentando ignorar lo raro que te sentías, tu cabeza comenzaba a dar vueltas y todo a tu alrededor comenzaba a nublarse, estabas mareada. Tomaste la manga del uniforme de Kyojuro y la apretaste, él volteó a verte y justo cuando apenas ibas a abrir los labios para pronunciar unas palabras caíste en sus brazos.
—¿______? —preguntó él acomodándote en sus brazos.
Volteó a ver a tu "familia".
—¿Q-qué le pasa a mi hija? —preguntó la señora preocupada mientras se acercaba a los dos.
Keisuki se quedó callado.
—¿Qué fue lo que hicieron? —preguntó Kyojuro frunciendo el ceño. —¡Diganme que fue lo que le dieron!
—No... Yo nada, la comida está bien, los tres estamos bien —respondió nerviosa tu madre, volteó a ver a Keisuki. —¿Qué hiciste, niño?
—¡Y-yo no fui! —se excusó.
—Tú le serviste la comida, algo debiste de haberle echado —lo culpo Rengoku.
Ya no tenía la misma aura energética ni tranquilizadora. Te dejó a un lado y después se levantó, tomó sus espadas y las sostuvo con su cinturón. Te cargó mientras se dirigía a la salida. Tu madre lo siguió diciéndole que esperara pero el pilar hizo caso omiso a sus palabras, sólo se escuchó un ruido... Al parecer tu mamá había cacheteado a tu futuro no prometido.
• • •
Despertaste por el aroma que invadió tu nariz, imposible olvidarlo. Cuando abriste los ojos te encontraste con la cara de Kyojuro, no tenía el mismo peinado de siempre, los mechones de su cabello que generalmente iban para atrás ahora caían por enfrente de su rostro, sus ojos eran oscuros pero tenían un tenue brillo en ellos y lo más importante... Su sonrisa, parecía victoriosa era grande pero pese a la imagen terrorifica y atractiva de él en este momento se seguía viendo bien.
—Pensé que no despertarías, temí mucho usar ese veneno por ti... ¡Pero ahora estamos juntos así que no importa!
—¿Veneno?... —Preguntaste confundida.
Intentaste levantarte pero la mano de Rengoku en tu cintura no te dejó.
—Cálmate un poco ______-chan, ¿sí? No te muevas mucho necesitas descansar.
—No entiendo nada, explicame —lo miraste y este soltó una risita.
—Tuve que poner ese veneno en tu agua, soy un pilar y aunque quisiera hacerle daño a las personas que se acercan a ti con intenciones iguales a las mías no puedo porque debo defenderlos, sólo mato demonios pero si puedo hacer que te quedes conmigo de otras formas no dudaré en aplicarlas —el dijo mientras acariciaba tu cabello y dejaba un beso en tu mejilla.
Aún seguías soñolienta así que no entendiste del todo.
—Te amo ______, quiero que seas mía y no dejaré que nadie te vea de la forma en que yo lo hago... Me encargaré de protegerte, serás feliz a mi lado y no tendremos que preocuparnos por nada porque tu también me amas, así que...
Kyojuro se puso encima tuyo y acercó sus labios a los tuyos.
—Hagamos un pacto, yo iluminaré tu oscuridad y haré de tus problemas mis problemas, velaré por ti para que estés feliz pero a cambio —rozó sus labios. —Quiero que seas una conmigo, dejame explorarte, conocer más facetas de ti... Lo que te gusta y lo que te disgusta, no mires a nadie más que no sea yo, dulzura.
OMGG FUE DIFÍCIL IMAGINAR AL SOLECITO DE ESTA FORMA :0
Cualquier referencia a Mystic messenger es mera casualidad.(¿¿
Qué tal? Les gustó?
Se imaginan uno yandere dr Iguro? Ese wey mata a todo el mundo que te mire nmmms jajaja