Narra Emilia.
—¿Ya escucharon?—giramos hacia Nia que llegaba a lado de todos nosotros.
—¿Escuchar que?—le pregunto recargando me en mi auto, estábamos en el estacionamiento de la preparatoria esperando que tocará el timbre para la primera clase.
—Noah dará una fiesta por su cumpleaños—todos iban a opinar, pero frente a la preparatoria se estacionó una camioneta negra y de ella bajo Santiago colgándose su mochila en el hombro, camino hacia nosotros— este hombre es hermoso—dijo cuando lo vio vestido de esa manera, una camisa negra, un pantalón de mezclilla, una chaqueta de cuero acompañado con unos lentes de sol negros.
—Hola a todos—nos saludo acercándose a Nia para darle un beso en la mejilla.
—¿Por qué vienes con chofer?—le pregunto Clara mientras tomaba mi mano.
—No encontré la llaves de mi auto, tendré que buscarlas cuando llegue—nos reímos bajo por su cara de mal humor— ¿de que hablaban?
—Estaba diciéndoles que Noah hará una fiesta por su cumpleaños—le contó Nia.
—Oh si, me enteré de eso—mire mi reloj para saber cuanto faltaba para que sonara el timbre— ¿irán?—pregunto.
—¿Nos invitó?—le devolví la pregunta.
—Invito a todos los del último año—me respondió Nia sonriendo.
—Yo no sé la verdad, no me gustaría ir—todos rodearon los ojos menor Clara que solo sonrió.
—No te gustaría ir, pero irás porque iré yo—me dijo dándome un beso en la mejilla y ahora fue mi turno de rodear los ojos.
—Mas tarde discutimos sobre eso, entremos—nos hablo Eva empezando a caminar hacia la entrada de la preparatoria, antes de caminar Clara me detuvo y dejo un pequeño beso en mis labios.
—Te quiero—me susurro sonriendo, la tomé de las mejillas y le dejé un suave beso en sus labios.
—Yo más, cariño—le devolví la sonrisa.
—¿Se pueden apurar?—rodee lo ojos al escuchar a Nia.
—Sigo pensando que es la hija perdida de mi tía Dinah, no tengo pruebas, pero tampoco dudas—me reí tomándola de la mano y empezando a caminar.
Narra Clara
—Hola—mire hacia el saludo encontrándome a Noah.
—Hola Noah, ¿que tal?—pregunte sonriendo de lado.
—Excelente, todo bien—asentí sin saber que decir— escucha, haré una fiesta por mi cumpleaños, de seguro ya lo sabías—levante los hombros despreocupada— obviamente estás invitada.
—¿Solo yo?—pregunte confundida.
—No, tu y tus amigos—asentí.
—Y mi chica, ¿no?—le pregunte.
—Si, por supuesto, si ella también quiere ir—sonrió sin humor.
—Lo más seguro es que no quiera ir—mire la sonrisa que amenazaba salir de sus labios— pero como iré yo, ella también irá—hizo una mueca al escucharme.
—Esta bien, te veo el viernes en la noche—asentí sonriéndole sin mostrar los dientes, hizo un gesto con su mano y se dio la vuelta, suspiré rodeando los ojos.
—¿Que te dijo?—mire a Nia cuando tomo asiento a lado mío.
—¿Dónde estabas?—le pregunté con un poco de enojo, no me gustaba estar a solas con Noah.
—En la puerta, pero como mire que estabas incómoda, no quise interrumpir—me sonrió inocente.
—Idiota—le di un pequeño golpe en el brazo y ella simplemente se empezó a reír.
—Ya, no es para tanto, relájate—hablo aún riendo.
—Ya, no es para tanto, relájate—la emite tratando de sonar igual que ella.
—¿Cuántos años tienes? ¿Cinco?—pregunto con el ceño fruncido.
—Cállate—le grito bajo y en eso el maestro entro al salón.
Pasaron las horas, venía la clase de Cálculo, Historia, Química, después Filosofía, luego Física, seguía con Probabilidad y terminaba con clase de Español, clase que no necesitaba porque mis mamás me lo enseñaron muy bien. Entre al salón caminando hacia donde estaban mis amigos, todos compartimos está clase.
—Hola idiotas—los saludé sentándome a lado de Emilia, dejándole un pequeño beso en los labios.
—Hola a ti también bonita—hablo sarcástico Santiago.
—Ya hable con Noah, nos invitó a su fiesta—les hable luego de recordarlo, no se los había comentado en el almuerzo.
—Genial, ¿todos iremos?—pregunto Daniel emocionado.
—Si, creo que todos—hable mirando hacia Emilia, ella rodeo los ojos.
—Iré—le di un pequeño beso en la mejilla.
—Buenos días—hablo nuestra maestra entrando al salón— Daniel Malik, bajate ahora mismo de la paleta del pupitre—nos reímos cuando le llamo la atención, él rodeo los ojos y levanto los brazos en forma de rendición mientras se bajaba y se sentaba bien en el, Eva se sentó a lado de él y a lado de nosotros estaba Santiago y Nia— bien, hoy daremos una clase sencilla porque no quería hacer mucho alboroto.
—Es eso o no preparó una clase—hablo Nia levantando la voz para que todos la escucharan y rieran, cosa que logró.
—No le pregunté señorita Hansen—le dijo enojada, reí bajo mientras Emilia pasaba su brazo por mis hombros riendo también— como decía, van a pasar en frente a relatarme una historia inventada por ustedes.
—¿En inglés o español?—pregunto de nuevo Nia ganándose una mirada dura de la maestra.
—¿En qué clase está señorita?—le pregunto enojada.
—No lo sé, ¿me lo puede decir?—la clase volvió a reír, ella rodeo los ojos y se dio la vuelta ignorando la.
—La historia tiene que ser relatada en ESPAÑOL—resalto la palabra enojada mientras se ponía detrás del escritorio, me reí mirando hacia Nia que también lo hacía— así que empecemos, señorita Hansen—ella dejo de reír cuando la maestra la nombro— empezamos con usted— apunto hacia el lugar donde se debería ubicar, frente a toda la clase.
—No creo, puede pasar otra persona—hablo nerviosa y Emilia junto con los demás chicos se reían de ella, incluido Santiago.
—Yo creo que si, adelante—volvió a puntar, la mire y estaba nerviosa, suspiro y antes de que se pusiera de pie hablé.
—¡Yo quiero pasar maestra!—le grite levantando mi mano.
—Tendrá su turno señorita Jauregui, pero primero pasará la señorita Hansen—me puse de pie en mi lugar.
—Yo lo sé, pero tengo la historia ya en mi cabeza y tengo miedo de que se me olvide—le di una excusa estúpida, ella suspiro.
—Esta bien, adelante—me dijo mientras hacía un movimiento con su cabeza, le di una mirada a Nia que me sonrió agradecida, camine por los pupitres para después ponerme frente a todos— cuando quiera—se sentó en su silla cruzándose de brazos.
—Eran dos niñas—empece hablar en español— se conocieron cuando tenían la edad de seis años, una de ellas fue la primera en hablarle porque sentía la necesidad de hacerlo, sentía la necesidad de que ella fuera su amiga, de que ella estuviera en su vida—mire hacia Emilia que sonreía dándose cuenta— desde ese momento se hicieron inseparables, se volvieron las mejores amigas y no había quien podía separar las, una jugaba fútbol y la otra practicaba el skate, no se perdían ningún partido o competencia de la una a la otra, empezaron a pasar los años y ambas se daban cuenta que no solo era cariño de amistad lo que sentían, los celos empezaron a llegar, los sentimientos empezaron a llegar y ambas lo sabían ocultar muy bien, pero un día los celos ganaron y gracias a eso pudieron confesarse su amor. Creo que estás dos personas van a pertenecer juntas por el resto de sus días, porque desde que se encontraron supieron que iban a ser la una para la otra—termine de contar y varios tenían el ceño fruncido porque no habían entendido la mayoría de la historia, sonreí para Emilia que sabía perfectamente el español y la había entendido.
—No entendí nada—dijo una chica que estaba al frente, sonreí negando.
—Muchas gracias Clara, llevas un perfecto español—me felicito la maestra sonriendo.
—Gracias—le hable en un susurro para después empezar a caminar hacia mi lugar.
—Ahora si señorita Hansen, pase—ella nos miró de inmediato.
—Por favor ayúdame Emilia—le suplico en un susurro.
—Lo siento, no entiendo el inglés—le hablo en español y ella la miró sin entender.
—¿Que?—pregunto confundida.
—Señorita Hansen, la estoy esperando—ella suspiro y rendida se puso de pie.
—Disculpe por interrumpir—hablo un alumno después de tocar la puerta— la solicitan en la dirección—ella suspiro y miró hacia Nia que sonreía.
—No te vas a salvar tan fácil—le dijo apuntando la, tomo su celular del escritorio y camino hacia la puerta— regreso en unos minutos—y salió del salón.
—Vieja idiota—la mire de inmediato al escucharla hablar en español— es lo único que me sé—levanto los hombros despreocupada y rodee los ojos, era idéntica a mi tía Dinah.
Perdón por no darles el capítulo del viernes, no tengo mucho tiempo que digamos.
Perdón si hay errores.