Solté un suspiro lleno de aburrimiento.
—¿Qué pasa? —preguntó con la vista en el libro que se encontraba leyendo.
—Estoy aburrida, Der.
—¿Y qué quieres que haga yo?
Me quejé y empecé a girar sobre la cama aplastando a Derek en el proceso.
—Basta —dijo cuándo lo aplaste como 5 veces. Der me abrazo quedando yo arriba de él.
Hice un puchero.
—Estoy aburrida —susurré y me recargué en su pecho.
—Ni modo.
Le pegue en el brazo, pero no le hizo nada por ser un hombre lobo.
¡Se me ocurrió una idea!
—Der, y si te haces tatuajes por todo el cuerpo para que te veas más malo y sexy como un bad boy —le hice ojitos.
—Tu sí que estás loca —me miró, incrédulo.
—Pero serias el más sexy de todos los tiempos —reí—, ya tienes la cara.
Él negó con la cabeza.
—¿Y si solo un tatuaje de pareja?
—No —me dio un beso en la frente y después en los labios.
—¿Por qué no?
—Porque es asqueroso. Eso es muy romántico —hizo una cara de asco.
Lo mire mal.
—Eres cruel —me senté deshaciendo el abrazo.
—Tú eres cruel. Quieres que sufra haciendo todos esos tatuajes en el cuerpo. No es tan sencillo.
—Me siento indignada —crucé mis brazos.
Puso sus manos en mi cadera y después las bajo a los muslos, dejando un pequeño apretón. Poco después Derek dio una vuelta rápidamente haciendo que yo quedara a bajo.
Solté un grito de la impresión.
—Ahora serás un burrito.
¿Qué?
Me envolvió con la cobija e hizo que quedara apretujada y no me pudiera mover.
—¡Derek! ¡Ya suéltame! —me removí.
La puerta se abrió de un portazo, dejando ver a Peter.
—¿Qué están haciendo niños del mal? —nos miró con una cara picara.
—Me hizo un rollito.
—Oh. Pobre cosita fea.
Ignorando su comentario seguí removiéndome.
—Scott quiere llevarte a comer a no sé dónde. Esta ahora mismo en la puerta.
—¡Sí! ¡Comida! Dile que ya voy.
—Dile que no va a ir —volteó a verme—. Tenemos un tatuaje pendiente.
Lo mire sorprendida. La verdad no pensé que aceptaría.
—Bueno —Peter dio la vuelta mientras cerraba la puerta tras de él—, celoso.
Derek se acercó y me quito la cobija.
Me lancé a sus brazos y le llené el rostro con besos castos.
—Estoy muy feliz. Pero ¿cómo vas a hacerte el tatuaje?
—Cuando regresemos le diré a Peter que lo haga.
Me quede pensando.
—No creo que sea buena idea. Qué tal que te pone otra cosa.
—A Scott.
Hice un gesto de negación.
—Seguramente se pondrá nervioso y lo hará mal —iba a hablar, pero no lo deje—. Y si dices Stiles, se va a desmayar. Así que mejor que sea Lydia.
Asintió conforme.
Agarro las llaves del carro.
—Vamos —lo tomé de la mano—. Espero que sea algo pequeño.
—Pero yo quiero tatuarme la espalda.
—No te la tatúes toda, me gusta mucho tu espalda —volteó a verme con una mirada peculiar.
Oh.
Lección de vida.
Jamás se hagan un tatuaje en pareja.