The Sway House - Griffin John...

By itsannxx

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-Les presentamos a Peyton Cantwell, nuestra nueva chica en Sway. Como todos sabemos, tienen re cancelado a Gr... More

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veintinueve
Agradecimientos
Me despido
Hasta siempre...
Feliz Año + Sorpresa

diecinueve

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By itsannxx

Maratón (2/?)

Un día normal en la vida de Peyton Cantwell. ¿Quieren conocerlo? Se los contaré. La diosa griega de Pey se despierta por el canto de los pájaros que entran por su ventana, mientras los rayos de sol acarician su suave piel.

O aún mejor. Se despierta en su habitación, toda oscura, con su perro ladrando sin parar y gritos de adolescentes por toda la casa mientras golpean puertas.

—¡Anthony! ¡Despierta! ¡El estúpido perro rompió mi manta favorita!—gritaba Jaden del otro lado de la puerta. Dino. Me paré y abrí la puerta enojada. Asomé mi cabeza y lo miré mal.—¡Diablos! ¿Qué le pasó a tu ojo?—bueno, no me levanté por el canto de los pájaros y tampoco soy una diosa griega.

—Buenos días a ti también, Jaden. Te extrañé, por suerte. Ven Dino.—el perro vino hasta mí y comenzó a ladrar.—¿Dormiste con Griffin estos días? ¿Si? ¿Me extrañaste, chico? Yo también te extrañé.—me senté en el suelo y acaricié su barriga.

—¿Estás bien, Pey?—Jaden se sentó frente a mí y miró mi ojo.

—El doctor dijo que el golpe fue muy cerca del pómulo y muy fuerte, por eso podía darse de que mi ojo se hinche.—suspiré.—Doy asco, lo sé. Pero dentro de unos días se irá.

—No pasa nada, no se ve tan mal.—enarqué una ceja.-Bueno si, se ve horrible. Pero se irá...-rodé mis ojos.—¿Cuándo llegaste?—cambió rápido de tema.

—Hoy a las doce del medio día, creo. Llegué y no había nadie, entonces fui a dormir.—asintió.—¿Griffin trabaja de noche?

—Solo cubrió una. Llega dentro de unas horas.

—¿Qué hora es?—le pregunté confundida.

—Casi las cinco, debo irme. Voy a salir con Mads. No volveremos hasta la noche.—asentí y se paró.—Me debes una manta nueva.—reí.—Anthony se irá con Avani, Bryce está con Tayler, Kio y Nick fueron a no sé donde y Josh se fue con Nessa a su casa por su cumpleaños.

—Diablos, el cumpleaños de los chicos.—como la mayoría cumple los años cerca de las mismas fechas, decidieron festejarlos todos juntos en el cumpleaños de Jaden. El día del cumpleaños de Griffin le regalé un súper desayuno y un buzo celeste que le gustaba y a mí también. ¿Adivinen quién lo usa más? Tomen nota chicas.

—No haremos nada especial, querían hacer una noche de chicos y Pey.—sonreí.

—No me quedaré en su noche de chicos, Jaden. Me quedaré con las chicas.

—Luego lo solucionas.—me contestó divertido. Se fue dejándome sola con Dino.

—Bien, chico. Tenemos la casa solamente para nosotros hasta que venga el gruñón de Griffin quejándose de sus compañeros y que debe estudiar.—tomé al perro por la cara y la apreté suavemente.—Puedo bañarte, hacer un pastel... y curar esta cosa.—señalé mi ojo.—Diablos, me estoy volviendo loca.—bajé con Dino a la cocina y preparé un pastel. Lo dejé en el horno y luego fui al jardín.—Tu turno, Dino.—llené un tarro con agua, coloqué shampoo y un cepillo. Mojé su pelo con la manguera y comencé a pasar el cepillo por todo su cuerpo.—Eres gigante, perro. ¿En qué momento creciste tanto?—lamió mi cara y comenzó a correr alrededor de la piscina.—¡Perro!—traté de atraparlo cuando venía hacia mí pero salía corriendo nuevamente.—¡No hagas eso, Dino! ¡Vuelve aquí, chico!—intenté atraparlo pero no podía. Me rendí y entré de nuevo para sacar el pastel y dejarlo sobre la mesada. Salí nuevamente al jardín a buscar al perro.

—¡Dino! ¡No soy el idiota de Bryce o Jaden! ¡Vuelve aquí!—me ladró y salió corriendo nuevamente. Una voz a mis espaldas me sorprende.

—¿Necesitas ayuda?—me giré y había a un chico que no llegaba a ver bien asomado por los grandes arbustos que rodeaban el jardín.

—¿Quién eres?—le pregunté confundida.

—Tu vecino momentáneo, supongo. ¿Vives aquí?—asentí extrañada.—Entonces tu vecino.

—Soy Peyton.

—¿Cantwell?—si era un fan loco, estaba muerta.

—Te preguntaría cómo sabes mi nombre, pero supongo que debes saber quién soy.—dije mientras tomaba una toalla para secar mis manos.

—En serio me hieres, Pey.—asomó mejor su cabeza y pude ver a Nathan.

—No puede ser.—sonreí feliz.—¡Nate!

—El de siempre...—me miró confundido.—¿Qué diablos le pasó a tu ojo?

—Larga historia.—suspiré divertida.

—Tengo algo de tiempo, ¿quieres ayuda con tu león?—preguntó señalando a Dino que tenía su pelota y nos miraba moviendo su cola. Maldito.

—Si quieres...-saltó los arbustos y llegó hasta mí.

—Nathan Triska a tus servicios.—sonreí y lo abracé.

—No sabes cuanto te extrañé. ¿Qué haces aquí?—Nate y yo nos conocíamos del Digi. Nos hicimos grandes amigos mientras Blake me ignoraba como idiota, hasta que abandoné el tour.

—Cuido la casa de los mejores amigos de mis padres en lo que vuelven de su luna de miel en Europa. Fue una gran oferta.

—Wow.—lo miré sorprendida.

—Lo bueno es que tengo una súper casa para mí solo por casi un mes y a la gran Pey de vecina.—reí. Llamé a Dino y el vino rápidamente.

—Perro malo.—lo regañé. Lo sostuve fuerte mientras Nathan me ayudaba a sacarle todo el jabón de su cuerpo. Luego tomé el secador y comencé a secar su pelo mientras Nate levantaba lo que usé para bañarlo.—Gracias, Nate. Te debo una.—a todo el mundo le debo algo. Pey, deja de aceptar ayudas.

—No es nada.—dejó todo a un costado y me miró.—¿Y qué haces tú aquí?—sonreí.

—Bueno, vivo aquí con unos amigos. Fue una propuesta algo repentina, pero valió la pena. Bryce está conmigo y Tay unas calles más adelante.

—¿Vives con Bryce y la casa no explotó?

—Sí... no es fácil de creer.—reímos.

—¿Me explicarás qué diablos te pasó?—señaló mi ojo. Suspiré.

—Bryce se metió en una pelea.—asintió divertido.

—Es normal en él. Y que tú o Tay traten de solucionar las cosas.

—Juro que lo había dejado, pero el chico lo provocó, él me había empujado y me golpee mi mejilla contra un banco, muy fuerte.—hizo una especie de cara de sufrimiento muy divertida, por lo que reí.—El doctor dijo que se irá pronto.

—Quién diría que la Peyton pacifista se convirtió en una total salvaje.—negué divertida.

—¿Quieres tomar algo, comer?

—En realidad, debo irme. ¿Hablamos luego?—asentí feliz.

—Cuando gustes, normalmente siempre estoy en casa.—él asintió y lo acompañé hasta la entrada. Nos despedimos y cerré la puerta. Subí a mi cuarto, me duché rápido y luego me puse unos shorts, fui al cuarto de Griffin y tomé una de sus remeras junto a una manta. Bajé a la sala y dejé todo sobre el sofá. Fui a la cocina, corté algo de pastel, me preparé un café para volver a la sala. Me senté junto a Dino y puse una película. Eran casi las ocho, Griffin aún no volvía, lo cual era raro. A los minutos, escucho a alguien entrar. Me giré y ahí estaba él con su uniforme y su mirada cansada.

—Mira tu ojo.—habló preocupado. Llegó a mi lado y se sentó. Pasó sus dedos suavemente por el golpe.

—Hola, Pey. No sabes cuánto te extrañé estos cuatro días. En serio necesitaba que vuelvas. Iba a morir sin ti.—imité su voz lo cual hizo que riera y dejara un suave beso en mis labios.

—Te extrañé.—miré sus ojos, estaban cansados y tenía unas notables ojeras.—Mucho.—sonreí.

—Yo también.—Dino se metió entre nosotros saludando a Griffin.

—A ti también te extrañé, chico.—dijo acariciándolo.

—¿Quieres ver la película o prefieres dormir?—le pregunté.

—Veamos la película. Pero antes iré a cambiarme.—asentí. Sabía que no iba a durar ni dos segundos mirándola. Volvió con sus pantalones de dormir y sin remera. Se recostó en el sillón apoyando su cabeza en mis piernas. Reí.

—Si quieres puedes ir a dormir, Griff.

—Estoy bien, pon la película.—le hice caso y le di Play. Acaricie su cabello lentamente. Lo extrañé, sabía que necesitaba dormir.

—No pude dormir estos días.—habló medio dormido.

—¿Por qué?—se giró y su cabeza quedó mirándome directamente.

—No lo sé. Duermo mejor si estás conmigo, Pey. Siento que es la única forma en la que puedo protegerte. Si puedo ver que estás frente a mí y segura.—sonreí y acaricié su mejilla.

—No debes pensar eso, Griff. No debes forzarte. Haces lo posible y siempre voy a valorarlo.

—Un tipo te empujo y mira como te dejó el ojo, Pey.—no entremos en detalles, porque iba a matar a Bryce.

—Ahora estoy aquí, puedes verme y estoy bien. Ahora puedes dormir bien.—dejé un suave beso en sus labios y acaricié su cabello hasta que se fue quedando dormido.

—¿Hola?—contesté mi teléfono media dormida.

—Siento interrumpir su sueño, señorita Cantwell.—mierda, ¿quién diablos era?

—¿Quién habla?

—Soy Megan, la chica que contrató por la nueva casa.—abrí mis ojos muy grandes y miré la hora. Estoy muerta.

—¡Diablos!—me paré del sofá rápidamente y corrí a mi cuarto a cambiarme.—Lo siento, llegaré en menos de diez minutos.

—La esperamos.—colgué y cambié mi pijama por unos jeans negros, un sweater rojo y mis botas negras. Me arreglé un poco mi cabello, me maquillé, tomé algo de dinero, mi agenda, lo metí en una mochila pequeña y bajé rápido las escaleras. Griffin estaba sentado en el sofá mirándome extrañado.

—¿Me prestas tu auto? Gracias.—besé su mejilla, tomé las llaves de la entrada y corrí a su auto. En menos de diez minutos llegué al estudio. Entré prácticamente desesperada y fui al ascensor, marcando el piso en donde se encontraba Megan.—Siento llegar tarde.—entré en la oficina. Allí estaban Nick y Gavin.—Tuve un problema anoche, no dormí bien. ¿En qué estaban?—me senté mientras me pasaban un vaso con agua. Lo tomé completo, en serio estaba cansada.

—La casa está lista, terminó de pagar su crédito. La pueden habitar cuando gusten.—sonreí.—Dígame cuando y mudaremos los muebles.

—Sí... es una sorpresa. Aún debo hablarlo.—la mujer asintió. Miré a Nick y a Gavin.—Gracias por hacer esto.

—No hay de que, Pey. Puedes contar con nosotros para lo que sea.—le sonreí a Gavin y la mujer volvió a hablar.

—La próxima semana estará listo el monoambiente que pidió.—asentí nuevamente.—Sus muebles ya están aquí. Solo queda terminar de instalarlos.

—¿Te irás de la casa?—me preguntó Nick preocupado.

—No, Nick. Mi madre, Mark y yo compramos ese monoambiente para mí. Me ayudaron con todo.

—¿Entonces te vas?—rodé mis ojos y le sonreí.

—Lo ocupará una de mis mejores amigas en Phoenix, estudiará aquí y lo utilizará ella. No me iré de Sway.—suspiró aliviado.—Luego hablamos.—asintió.

—Ya que tenemos muchas buenas noticias, creo que es hora de darte otra, Pey.—me dijo Gavin y los miré divertida.

—Teen Choice Awards.—mi cara pasó a ser de confusión.—Estás nominada a mejor influencer, mejor youtuber y mejor influencer femenina.—miré a Nick sin poder creerlo. Esto debía ser una broma.

—Es una broma.—me pasaron tres sobres y los abrí. Eran cartas en donde me notificaron que estaba nominada.—No lo creo.—Nick me grababa mientras reía y leía las cartas.—¡Es en serio! ¡Oh por Dios!—los abracé.—¡No puedo creerlo!

—Te lo mereces, Pey. Tú te los ganaste.—me felicitó Gavin.—El fin de semana antes de ir a Playlist son los premios. Nick será uno de tus acompañantes.

—¿En serio?—lo miré divertida y lo abracé.

—Lo sé, cuando ganes me debes agradecer y decir que soy un representante excelente.—reí.—Debes elegir con cuál de los chicos irás.

—¿Uno solo?—los miré sorprendida. Ambos asintieron. Será una guerra la casa.

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