Amor no correspondido

Da Bells_Jung

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La amistad no se le puede dar a cualquiera y menos quebrarse por cualquier cosa. Mirai, Hana y Yuusei son el... Altro

Introduccion
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Da Bells_Jung

El fin de semana habia llegado y con eso el placer de poder descansar hasta mas tarde para las tres amigas. Aunque la palabra tarde significara diferente cosas para las tres, por ejemplo a Mirai, para ella levantarse tarde era alrededor de las siete de la mañana ya que aunque fuera su dia de descanso de la escuela, aun asi debia de trabaja en los postres del fin de semana, mas por esta vez la pelirroja no la podría acompañar. Rodeada de todos los ingredientes y con todavia su cabello alborotado empezo a preparar todo lo necesario para el dia. Hornear le gustaba mucho a la pelinegra, mas por que la distraia de lo que pasaba a su alrededor y le hacia olvidarse por un momento de la sonrisa de Yoongi al ofrecerse al enseñarle tocar bien el piano, incluso golpeeo un poco mas la masa de sus postres imaginando que era la cara del pelinegro, aunque era algo que debia que lidiar poco a poco, estaba tranquila el hecho de que todavia no se comunicara con ella.

– Buen intento, pero ese no es Yoongi. – Canturreó la pelirroja caminando a la cocina. Parecia que se acababa de levantar al estar en el mismo aspecto que Mirai. Tomo su taza y empezo a hacerse su cafe de todas las mañanas.

– No se de que hablas. – Respondio cortando la masa con los moldes de las galletas. – La masa me cae mejor que ese pelinegro de risa tonta creyendose que sabe todo. – Agrego frunciendo el ceño y poniendo la masa cortada en el molde para hornear.

– Relajate, no debe de ser tan malo. – La animo Hana caminando de regreso hacia su cuarto. A veces su amiga podria exagerar un poco las cosas al no querer enfrentar muy bien las cosas, pero sabia que ella lo podria hacer. Al entrar al cuarto, Hana tomo uno de los libros que todavia no habia terminado de leer, todavia tenia algo de tiempo antes de ir por el par de gemelas que cuidaba.

Limpio un poco su habitacion mientas trataba de hacer silencio, este fin de semana Yuusei no trabajaba y esos dias los tomaba para levantrase mas tarde de lo normal. Asi que mejor se puso sus audifonos mientras tendia su cama y lavaba su taza de cafe. Parecia que Mirai habia dejado sus galletas horneandose ya que ella ya no se encontraba en la cocina y ahora, está misma estaba limpia, solo habia un pequeño cronómetro en la estufa con el tiempo medido. Todavía con la música prendida quito el pequeño artefacto de la estufa para ponerlo en otro lugar, la pelirroja casi siempre se preocupaba por las comidas de sus amigas, más al saber que una de ellas se iba temprano y regresaba tarde mientras que la otra se levantaba tarde. Así que tomó todos los ingredientes para hacer algo de desayuno para ella y para sus amigas, no tomó demasiado tiempo para que el desayuno estuviera listo. Tomó un recipiente de plástico y puso del desayuno en el, ese sería para Mirai. Dejo otro servido en un plato y metiéndolo en el microondas, ese otro sería para Yuusei. Y por último se sirvió ella para comer antes de irse, tomó su plato y decidió comer en su recámara para no hacer tanto ruido y terminar más rápido mientras leía su libro.

Ella suspiró, parecía que el libro le estaba gustando mucho a pesar de recordar los episodios de estrés que la protagonista le causaba al ser tan indecisa. Pero aun así lo lograba terminar olvidando los malos ratos que le dejaba el libro, sabía que era simple ficción en más páginas, pero incluso a veces ella misma fantaseaba con algunas cosas. Al terminar de desayunar llevo el plato a la cocina y la termino por limpiar rápido, hecho un vistazo a las galletas de Mirai y miro que ya faltaba poco para que estuvieran listas y se enfriaran. Volvió a su recámara y tomó su ropa para cambiarse e iniciar su día, faltaba media hora para ir por las gemelas así que tenía que apurarse, lo bueno que un día antes había escogido lo que se pondría y solo tenía que tratar de peinarse aunque ella misma supiera que era algo difícil y casi siempre se dejaba el cabello suelto. Lo único que faltaba era tomar un poco de maquillaje para cubrir sus ojeras y su usual labial rojo.

Cuando salió de su habitación, la pelinegra ya estaba sacando sus galletas y poniéndolas a enfriar. Ella misma se dio cuenta del desayuno y le agradeció a Hana por hacerlo ya que la pelinegra se concentraba tanto en su trabajo que a veces olvidaba cosas así.

– Adiós Mirai.– Le dijo con un abrazo. – Te cuidas, no te comas tus galletas, come tu lonche.– Eso hizo reír a pelinegra.

– Si mamá.– Respondio con burla.

Hana solo volteo los ojos, tomó sus llaves y su bolsa para irse. La verdad es que si estaba nerviosa, en si era la primera vez que era acompañada en su trabajo, ya que recordaba como le había pedido ayuda a sus amigas pero al saber que se trataban de gemelas con bastante energía evitaban acompañarla. Toco la puerta de la vecina y espero sólo minutos antes de que fuera abierta por una pequeña de aproximadamente seis años. Tenía sus ojos grandes y cafés, su cabello negro y largo era decorado por un moño color rosa.

– ¡Mami, mami! Ya llegó Han.– La pequeña daba pequeños saltos mientras tomaba de la mano a la pelirroja indicándole que pasara.

– ¡Han, Han! Ya estoy lista.– Dijo la otra pequeña, su moño color verde brincaba tanto como ella. A cierta vista parecía que si eran iguales, pero una de las cosas que las diferenciaba era que una, Sun, era más habladora y tenía pequeñas pequitas decorando sus mejillas, mientras que la otra, Iseul, le encantaba cantar y tenía los ojos un poco más grandes que su hermana.

Hana les sonrió a ambas y camino hacia donde estaba su mamá. Una señora muy elegante que casi siempre se vestía muy formal a pesar de estar solo en su casa para cuidar a sus pequeñas. Ya le había avisado de antemano que tendría un acompañante este día, pero aun así Hana quería estar segura de todo.

– Espero que no le moleste que lleve conmigo a alguien.– Dijo.

– No hay ningún problema, si puedes confiar en esa persona para mi esta bien.– Respondio. Hana le sonrió de vuelta, parecía que todo se hacía realidad y eso la ponía más nerviosa. Más cuando recibió un mensaje de Hoseok diciendo que ya iba en camino al parque de diversiones. – Solo tienes que ser tú, Hana.– La voz de ella la sacó de sus pensamientos.

– ¿Perdón?

– Se mira que estás nerviosa y créeme esa expresión la conozco muy bien.– Eso hizo a la pelirroja sonrojarse. – Ser tu es el mejor consejo que te puedo dar.– Hana olvidaba lo buena que era para leer las expresiones del rostro, pero aun así le agradeció y se retiró tomando a las dos niñas de las manos.

Las tres caminaron hacia el estacionamiento, las puso en los asientos traseros no sin antes ponerles el cinturón de seguridad. Después de asegurarse de tener todo listo, arrancó el auto.

– Han, nos dijo nuestra mami que viene un amigo tuyo.– Dijo Sun. La pelirroja asintió con su cabeza.

– ¿Como se llama?– Pregunto Iseul.

– Jung Hoseok.– Respondio mientras manejaba.

– ¿Es lindo?– Pregunto la otra. Cosa que hizo a Hana sonrojarse e incluso frenar de golpe.

– ¿Por que preguntan eso?– Contestó tratando de sacar una risa forzada. Ambas niñas se encogieron de hombros.

– Si es tu amigo debes de saber si es lindo o no, es curiosidad.– Volvió a responder Sun.

– Supongo que si.– Respondio casi en un susurro. Ambas niñas sonrieron y soltaron pequeñas risas. Pero les evitar más preguntas, Hana conecto su teléfono a su auto para distraer a las niñas con algo de música. Ahora las tres iban cantando por todo el camino cosa que les hizo el recorrido más corto.

Cuando llegaron Hana trató de encontrar un buen lugar para poder estacionarse, era algo fácil ya que era algo temprano y la mayoría de los lugares estaban vacíos. Es por eso que había escogió ir temprano, por lo general no le gustaba los lugares con mucha gente. Checo su teléfono por última vez leyendo el mensaje de Hoseok diciendo que estaba en el carrusel esperándolas. Ayudó a las gemelas a bajarse del auto y sin soltarse de las manos camino con ellas hacia el enorme carrusel de color dorado.

Todo se hizo realidad la mirar a Hoseok volteando a los lados buscándola. Vestía con un par de pantalones jeans rotos de sus rodillas y una camisa sencilla, ella solo suspiró profundamente permitiéndose relajar. El volteo hacia donde estaban ellas y alzó su mano indicándoles que ahí estaba mientras les dedicaba una sonrisa. Por fin habían llegado y estaban ahí, las niñas sólo lo observaban con curiosidad y con una pequeña sonrisa.

– ¡Hola Hana!– Dijo cuando estuvieron más cerca. – ¿Ellas son las pequeñas?– Pregunto poniéndose de rodillas para estar a su altura.

– Ella es Sun.– Dijo señalando a la pequeña de moño rosa. – Y ella es Iseul.– Agregó señalando a la otra pequeña de moño verde.

– Mucho gusto, yo soy Hoseok.– Dijo dándoles una sonrisa. Ellas correspondieron y con una de sus manos dieron un pequeño tirón a la blusa de Hana para que se pusiera a la misma altura que ellas. Ambas pusieron sus manitas en las orejas de Hana para decirle un secreto, cosa que hizo sonreír a Hoseok.

– Dicen que les caes bien.– Le dijo a Hoseok después de que terminaron.

– ¡Oye! Eso no fue todo.– Dijo Sun mirando a Hana con algo de reproche. – También creemos que eres lindo, como Hana dijo en el auto.– La pelirroja abrió sus ojos y se levantó rápidamente.

– Lo tomare como un cumplido entonces.– Respondio riendo. Ambas niñas rieron mientras Hana lo que quería era que se la tragara la tierra. Hoseok se levantó y se posicionó aún lado de la pelirroja, mientras las niñas miraban por todos lados curiosas de poder subirse a los juegos, el castaño trataba de diferenciar a las dos pequeñas. – Pensé que sería más difícil diferenciarlas.– Dijo en voz baja.

– Eso piensas hasta que se quitan los moños y fingen ser la otra.– Agregó Hana sonriendo al recordar como la primera vez que las cuido jugaron así con ella.– Sun tiene pequitas en las mejillas e Iseul tiene los ojos más grandes que su hermana.– Finalizó. Para Hana se le hacía más fácil pero para el castaño era algo difícil, es por eso que las miraba con curiosidad.

Hana solo reía al ver como el castaño trataba de memorizarse los nombre de ambas repitiéndolo en su mente. Fue hasta que una de las pequeñas jaló a Hana del su brazo para hacerla correr a la entrada del carrusel, Hoseok corrió con la otra pequeña para poder alcanzarlas. Aunque era temprano había algo de fila, más por los niños pequeños que querían subirse.

– Me alegro que sean pequeñas y no se suban a juegos más fuertes.– Dijo Hoseok al subirse al carrusel con una de las niñas. La pequeña Sun subió a un caballo mientras que Hoseok se paró aún lado de ella para evitar que no se cayera. Mientras que Hana se sentaba en uno de los asientos junto con Iseul mientras los miraba con una sonrisa.

El juego inició dando las vueltas lentas, las risas de todos los niños empezaron a sonar junto con Sun e Iseul. Ambas se estaban divirtiendo, más al ver a Hoseok haciendo sonidos como si estuviera cabalgando haciendo sonreír a las dos niñas.

El tiempo pasó volando, entre juego y juego las horas pasaron rápido. La hora de comer había iniciado y las niñas parecían tener hambre. Era sorprendente como en solo unas horas las pequeñas ya se habían encariñado con el castaño al punto de preguntarle si las podía acompañar en otra ocasión. Su juego había empezado cuando fue la hora de irse para comer, ambas niñas se quitaron su moño aprovechando que Hoseok estaba hablando con Hana.

– Han, ya me canse– Dijo una de las pequeñas. Miro con ojos de cachorrito a ambos.

– Si quieres te puedo cargar.– Ofreció Hoseok a la pequeña. El se inclinó un poco para que la niña pudiera subirse a su espalda. – Vamos, sube...– El castaño de dio cuenta que su moño no estaba. La pequeña entrecerró los ojos mirándolo. – ¿Sun?– Agregó inseguro. Pero parecía que había acertado al ver que la pequeña sonrió y subió alegremente a sus hombro.

La pequeña Iseul camino en medio de los dos, una mano la sostenía Hoseok y la otra Hana. Pero tenía una idea, ella no recordaba la última vez que Hana se miró tan alegre y eso la hacía feliz a ella también. Así que aprovechando que estaba en medio y que ellos estaban distraídos, poco a poco se fue soltándose de sus manos para poder unir las de ellos dos. Cuando lo logró sonrio y camino un poco más enfrente de ellos, su hermana miró que ya no estaba en su lugar y miró lo que su hermana había hecho y también sonrió dándole una señal con su pulgar. Lo más gracioso que les parecía a las dos era que ninguno de los dos reaccionaba que estaban de la mano, parecían más cómodos con la conversación que tenían que a los demás.

Fue hasta que llegaron al auto de la pelirroja que ella misma se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Pero la verdad no recordaba cuando pasó, soltó su mano de Hoseok para poder sacar las llaves del auto y revisar su teléfono. Al parecer la mamá de las niñas tenía un plan después del parque de diversiones, ya que las pedía de regreso a su casa, pero en el fondo sabía que era para que pasara más tiempo con el castaño. Subió primero a las niñas a sus asientos mientras que Hoseok se subió en el asiento del copiloto, Hana seguía algo sonrojada por lo que había pasado pero supo de quien se trataba cuando miró a las niñas sonreír.

– De nada Han.– Dijo una de ellas con una sonrisa. Ella solo volteo los ojos y las trataba de ignorar.

Hana se sento en su asiento y arrancó el auto para dejar a las pequeñas en su hogar. – Tengo una idea.– Agregó Hoseok.

– ¿Cual es?– Pregunto Hana curiosa.

– Es uno de mis lugares favoritos.– Agregó dando énfasis a sus palabras. – También podemos comer ahí.

– ¿Eso es una cita? – Preguntó Iseul, son ojos curiosos.

– Una de amigos si.– Respondio mirando a la niña. A lo que Hana solo hizo una mueca, pero aun así estaba tranquila.

Las preguntas pararon y Hana puso algo de música para las pequeñas de nuevo. – Han es muy divertida cuando maneja.– Agregó Sun moviendo su cabeza conforme a la música.

– Si, ella canta y baila en el carro.– Dijo la otra riendo recordando cuando iban juntas.

– Yo nunca e visto eso.– Dijo Hosoek curioso mientras miraba a Hana. Una de las pequeñas tomó el teléfono de Hana cambiándole a una de sus canciones favoritas. La pelirroja sonrió y empezó a cantar cuando las niñas empezaron a hacerlo, al verlas sonreír empezó a hacer pequeños pasos con sus manos mientras subía la voz. Hoseok la miraba riendo, tenía razón lo que decían las pequeñas, Hana era divertida más al tratar de cantar igual que la cantante. El castaño se sintió invadido por la energía y canto de igual manera.

Era algo extraño pero Hana no se sentía nerviosa ahora.

Turururruru~

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