♠Cenicienta y los Cuatro Caba...

By AzraelBlake

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Midoriya Izuku a sus 17 años ha tenido una vida difícil desde la muerte de su madre, con la nueva pareja de s... More

Prologo
† Capitulo 1 † El Encuentro †
Capítulo 2: Decisiones
Capitulo 3: La cena, una Decisión, la Misión.
Capitulo 4: Reacciones, La mansión, Futuros problemas.
Capitulo 5: Preparativos. ¿Conociéndonos mejor? Parte 1
Capítulo 5.1: ¿Conociendonos mejor? Parte 2
Capitulo 6: ¡De compras! ¿Mentiras Piadosas? ¿Genuino Interés?
Capítulo 7: ¿La cena familiar? Conteo antes de la fiesta.
Capitulo 8: Sentimientos encontrados, Primer conteo antes de la fiesta...
Capítulo 9: Segundo Conteo antes de la fiesta. ¿Pensando en acercarme a tu lado?
Capitulo 10: Tercer conteo antes de la fiesta. ¡Las preparaciones!
Capitulo 11: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Primera parte-
Capitulo 12: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Segunda Parte-
Capítulo 13: Duras Decisiones, Verdades reveladas.
Capitulo 14: Atisbo de problemas, ¿Confesiónes de por medio?
Capitulo 15: Visitas inesperadas, ¿El comienzo de los Planes?
Capitulo 16: Recordando el pasado. El nacimiento de un cálido sentimiento.
Capitulo 17: Fatídico Momento, ¿El comienzo de mas Problemas?
Especial Fragmentos Del Pasado.
Capitulo 18: Dolor, Recuerdo de un Pasado, El comienzo de los latidos.
Capitulo 19: Mentiras, ¿Un sentimiento renacido? El enfrentamiento.
Capitulo 20: La honestidad a veces duele más que una mentira
Capitulo 21: Los errores siempre dejan secuelas.
Capitulo 22: ¿Un nuevo comienzo? Recuerdos rezagados, Dolor Inesperado.
Capitulo 23: Mejores decisiones. El doloroso olvidó. ¿Un error fatal?
Esto No Es Un Capítulo XD
Capitulo 24: ¿El príncipe olvidado? Convivencia esperada. Regreso a mis raíces.
Capitulo 25: Momentos de convivencia. Decisiones futuras.
Capitulo 26: Remordimientos, Sentimientos Revividos.
Capitulo 27: Un Amor Con Espinas. El Comienzo De Conflictos
Capitulo 28: El Pasado De Shoto. Ideas De Un Paradero.
Capitulo 29: Una dolorosa verdad escondida.
Capitulo 31: Celos, Renuencia, ¿Decisión tomada?
Capitulo 32: Discusión. La Confesión.
Capitulo 33: Inicios Y Despedidas

Capitulo 30: La verdad siempre sale a la luz

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By AzraelBlake

Tenya manejo en el camino indicado por el GPS, dicho camino se fue haciendo más verde y natural a medida que avanzaba, logrando sentirse calmado después de todo el revuelo que pasó en la oficina de su jefe, y de haberse enterado que el presidente en realidad sí tenía un hijo fantasma lo dejó perturbado de cierta forma, aún pensaba que era como una mala broma del destino, pero la apruebas estaban ahí y estaba seguro que habría una explicación más oscura que la que Aizawa le había dado.

Pero igual ese asunto tendría que resolverse luego. El joven Katsuki era la prioridad ahora. Aunque... ¿Qué podría decirle al cenizo para que volviera a la mansión, sin tener que usar la fuerza o amarrarlo en el proceso?

Conociendo el temperamento del joven rubio era más que seguro que se negaría.

Así que tenía que usar su ingenio para pensar una buena estrategia y llevarla a cabo.

Era eso o regresar con las manos vacías. Y él personalmente no aceptaría la derrota tan fácil.

Bajo el vidrio de su puerta para sentir el aire fresco entrar en sus pulmones. Se sintió tranquilo y bastante relajado mientras se aproximaba al pueblo donde antes vivía la señora Mitsuki con el joven Katsuki.

Según sus fuentes, la señora había fallecido cuando Katsuki aún era muy niño, lo cual había dejado una huella difícil de borrar con respecto al dolor y la pérdida de su ser querido.

Entendía de cierta forma porque el cenizo había regresado ahí, tenía la mayor parte de sus recuerdos de niñez en el pueblo, pero también comprendía la gravedad de la situación que la compañía estaba pasando ahora, así que el joven Katsuki tenía que estar presente en los planes actuales de la empresa, era su deber como uno de los herederos Aizawa.

Le gustase o no.

Giro en una curva mientras bajaba la velocidad del vehículo, noto que al lado derecho habían algunos barrancos bastante peligrosos si ibas a una velocidad elevada podría ser realmente peligroso, era mejor evitar cualquier accidente.

Cuando habían pasado unas cuatro o cinco horas, aunque realmente no se fijo muy bien, noto a lo lejos un rótulo con el nombre del pueblo que ya estaba bastante gastado por los años, las letras apenas se distinguían, pero dejaban entrever que todavía tenían población viviendo ahí.

Se alegro por estar tan cerca. En esas horas había pensado seriamente en cómo convencer a Katsuki para que volviera. Y aunque sonaba sucio y algo malvado de su parte, el único tema fuerte que tal vez podría hacerlo volver era el nombre de Izuku, quien sino mal recordaba era la persona que el rubio había besado en el patio de la mansión cuando nadie los miraba.

Gracias a Dios que literalmente nadie de los trabajadores los noto, sino hubiera sido un poblema enorme tener que inventar alguna excusa válida para que no llegara a oídos del señor Aizawa, y aún tenía sus dudas en sí él ya lo sabía.

Con algo de inseguridad en no saber dónde encontrarlo tendría que ir preguntando casa por casa de ser necesario para localizarlo, pues por desgracia no había podido obtener la ubicación exacta en donde residía.

Miró a ambos lados tratando de encontrar a alguna persona en la calle. Pero él pueblo literalmente se veía desierto, vacío y sin vida.

Con decir que el camino se miraba más verde que las antiguas casas, las cuales algunas de ellas estaban destruidas por lo viejas que eran y por la falta de mantenimiento.

Siguió avanzando hasta notar a un joven que salía de una pequeña tienda de abarrotes, que había tenido sus mejores días atrás, el joven llevaba dos bolsa de cartón con algunas frutas y verduras además de jugos de dos sabores diferentes.

Sonó la bocina para que el joven mirara hacia donde estaba y esté volteo siguiendo el sonido.

Se asombro al ver el auto pero sonrió amablemente.

— Disculpa ¿tu conoces bien este pueblo? — preguntó con tono serio pero amable.

— Si vivo aquí y conozco todos sus lugares, — respondió el joven observando el lujoso auto con interés — ¿Que se le ofrece? — preguntó viendo a Tenya con esa misma cordialidad.

Tenya suspiro. Se sentía aliviado, un residente podría ayudarlo a encontrar a Katsuki más rápido si sabía dónde vivía.

El joven de cabello negro se acerco hasta donde estaba Tenya y se agachó un poco para poder escucharlo bien.

— De casualidad ¿Sabe dónde vive Aizawa Katsuki? Es un joven de cabello rubio cenizo, un poco alto, con un carácter... —

— Con un carácter de mierda, si lo conozco — dijo terminando la frase con una sonrisa que dejó entrever su sarcasmo.

Tenya lo miró sorprendido. Al parecer si conocía a Katsuki. Y no de una buena manera.

— Aunque usted me está diciendo un apellido que no conozco, yo vivo cerca de alguien que se hace llamar Katsuki, pero su apellido es Bakugou, no Aizawa...—

— Es la misma persona... — respondió algo confundido, sabía que el cenizo se afrontaba del apellido pero esto ya era demasiado.

— Ah bueno entonces es él seguramente — atinó a decir mientras acomoda sus bolsas en la otra mano — No vive lejos de aquí a unas  cinco cuadras de este lugar, — con su mano libre apuntó el camino que debería de tomar y Tenya asintió de acuerdo.

— Gracias por tu ayuda, ¿quieres que te lleve? Por hacerme el favor de decirme donde esta —

— Claro me encantaría un aventón, ya ves que ando cargado — musito con diversión al subir un poco sus manos dando a entender que las bolsas pesaban.

— No hay problema, sube — Tenya le quito el seguro a la puerta del copiloto y dejó que el peli negro entrara, esté agradeció con una sonrisa mientras acomoda sus bolsas en el regazo.

— Por cierto soy Shindo Yô, un placer — le tendió la mano en gesto amistoso y el peli azul correspondió el saludo.

— Iida Tenya, igualmente —

— Puedes ir recto por esta calle, luego doblas a la izquierda, yo te iré guiando para que no te pierdas —

Tenya asintió de acuerdo mientras seguía las indicaciones del joven sin dudarlo mucho. Que buena suerte había tenido al encontrarselo.

Estaba quebrada.

Definitivamente no había reparación. O tal vez si pero cuando su humor no fuera del asco como en ese momento.

Katsuki bufo con molestia al ver el desastre que había dejado el estruendoso ruido, su mal humor empeoraba con los segundos que pasaban al notar que realmente se había quedado sin platos, la bandeja entera estaba hecha añicos.

— Maldita mesa de mierda, — mascullo mientras se arrodillaba a recoger los trozos de los platos y meterlos en una bolsa de basura, —Tengo que repararte también  sino vas a botar otra vez mis platos nuevos cuando los consiga, si es que los consigo... — mencionó entre dientes sin dejar de mover las manos y ver a la mesa de mal modo.

Maldiciendo para si mismo y a la mesa que le daba dolor de cabeza, terminó de recoger el desastre, llegó a la cocina o lo que parecía ser algo similar — puesto que estuvo en sus mejores días tiempo atrás — y hecho la bolsa en un contenedor que estaba fuera de la casa.

Subió su vista hacia el cielo y el paisaje le dio una solitaria bienvenida.

Desde esa mañana se había levantado jodidamente molesto y estresado, el sueño en vez de relajarlo le hacía sentir cansado y perturbado.

La razón era simple.

Unos hermosos ojos verdes que le seguían como si fueran balas incrustadas en su pecho, una sonrisa coqueta pero sincera que le llegaba hasta sus entrañas y removia cosas que no quería sentir, y que aunque odiara adimitirlo, le gustaba.

No, era algo peor... Le encantaba.

Sacudió su mano enfrente de su cara, como si ese gesto pudiera llevarse la molestia de sus sueños, pero aún así nada de eso sucedió. La imagen mental del pequeño peliverde siempre se atenúaba en su ser marcandolo como si de un tatuaje se tratara, y no era el hecho de que reconocía al joven de blanca tez como su pareja destinada, eso era algo que no podía cambiar.

El pasado o lo que considero su vida pasada ya no podía remediarse. Aunque no le gustara pensar en ello y en lo que le hubiera gustado cambiar no podía hacer nada al respecto.

Y era el hecho mismo de que aunque quisiera negarlo en esta vida, con uñas y dientes, Izuku le gustaba también en esa vida, en ese momento, por su ingenuidad y seguridad a la vez.

Con sus enormes ojos asustados y nerviosos, con ese pequeño cuerpo tembloroso que le miraba con miedo pero a la misma vez tentación, una tentación que el pequeño tenía pero no sabía usar.

Y que ese mismo recurso atacó de forma siniestra e inocente a sus otros dos primos y a un don nadie externo a la situación.

Sonrie cómo idiota cuando estaba solo y pensaba sobre ello. Izuku se había convertido en su molestia y tentación. El Izuku actual no el de su vida pasada.

Esas horas y minutos le permitieron meditar algo que no quería recordar, que el pasado debía pisarlo y vivir lo que estaba pasando. Tal vez había tomado la mejor decisión al irse, tal vez este Izuku lo recordase en algún momento y si el destino lo quería podría unirlos de vuelta.

<< Suenas cómo todo un imbecil maricon pensando pendejadas ocultistas...>> se dijo mentalmente, pero sin borrar esa sonrisa socarrona que surcaba sus labios.

Respiro el aire fresco que ya empezaba a sentirse en el ambiente, la tarde pronto acabaría dando paso al ocaso mismo y un frío anochecer.

Y él se sentaría a mirarlo, a contemplar uno de sus pasatiempos ocultos y más bochornoso, pues aunque se viera duro, violento y ajeno a los demás, tenía esa parte sensible e idiota que seguro había heredado de su pasivo padre.

— Espero por una vez en mi caótica vida tener la razón de hacer lo correcto, — menciono en palabras al viento, que las mismas fueron llevadas a la nada como las hojas que volaban con el aire — Si me equivoco nuevamente podría perder a otra persona importante así como te perdí a ti vieja... — musita con un nudo imperceptible en el exterior mientras que en lo interno siente que le comprime el pecho y cierra su garganta.

Su corazón se oprimio dolorosamente, pues aunque el tiempo había pasado y su cuerpo cambió, eso no hizo que la pérdida de su madre fuera más lenta o menos dolorosa, cada día, mes y año que pasaba se maldecía por no haber acudido a su viejo cuando tuvo la oportunidad. Tal vez si lo hubiera hecho su madre estaría ahí con él, regañandolo cómo de costumbre, pero viva y a su lado. Respirando ese mismo aire frío que él.

Sonrió con melancolia, y una profunda tristeza que se colaba nuevamente en su interior, hasta que escucho el rugido de un motor y volteo a ver de que se trataba.

No habian autos en el pueblo, y mucho menos motocicletas además de la propia y la del idiota de Shindo, asi que ¿Porque se sentía inquieto de repente?

Camino hasta la entrada principal de la casa y abrió la puerta dejando a la vista como dos hombres se bajaban del lujoso auto que por desgracia conocía bien.

— ¡Pero que demonios haces aquí cuatro ojos! — fue lo único que salió de su boca al ver de frente al secretario principal de Aizawa con cara de pocos amigos.

Y por supuesto, al idiota de Shindo con su sonrisa sarcástica de siempre acompañándolo.

Hitoshi manejo lo mas rápido que las leyes de transito le permitían, aunque igual le gustaba la velocidad no significaba que era un idiota para poner en riesgo la vida de su ángel, así que luego de adelantar unos cuantos autos y de esperar en un alto, llegó a la cuadra donde se situaba imponente la mansión Aizawa.

Izuku por su parte se sostenía fuertemente del peli morado, aunque confiaba en su amigo era obvio que la velocidad no era lo suyo. Así que hasta que Shinsou dejó de correr como un demente y bajo la velocidad de la moto, abrió los ojos sorprendido de lo rápido que habían llegado.

Se bajó con cuidado y nervioso por la adrenalina que había surcado su cuerpo. Y el más alto le siguió sacándose el casco dejando ver una pétrea expresión.

— ¿Es este lugar la mansión Aizawa? ¿Crees que nos dejen entrar? — preguntó curioso el peliverde pero también un poco aterrado, pues estaba consiente de que no tenían ni una cita ni un pase para abogar el porque de su visita tan inesperada.

Hitoshi solo asintió y dejó el casco encima del manubrio de la moto, y le tendió la mano al chico para también colocar el otro en el que sobrara. Izuku se lo paso y luego sintió como la cálida mano del ojos violeta le llevaban hasta la entrada con total decisión.

Hitoshi necesitaba respuestas. Y alguien en la mansión tendría que dárselas.

Los guardias de turno los miraron con curiosidad y preguntaron el motivo de su llegada.

— ¿Tienen cita para hablar con alguno de los herederos o el secretario? — pregunto el que se paraba a la derecha con un rostro aburrido.

Izuku iba a responder cuando Hitoshi se le adelantó.

— No tenemos cita, — espetó serio — Pero realmente necesito hablar con alguno de los herederos o con el mismo presidente Aizawa, es muy importante — recalcó.

Ambos guardias se vieron confusos.

— Lo siento pero sino tienen cita no pueden pasar —

— Es obligatorio para entrar, son las reglas — dijo el segundo.

Hitoshi frunció el ceño molesto.

¿Porque rayos tenía tan mala suerte ?

No hace mucho se acababa de enterar que era parte de la familia Aizawa y ahora ¿tenía que lidiar con que no podía pasar?

La sensación era acuciante y realmente se estaba molestando con todo ese asunto.

Izuku noto el sutil cambio en el rostro de Shinsou y sabía que de seguir así alguno de los tres hombres saldría lastimado.

Conocía de manera profunda al peli morado como para saber que sí quería respuesta las obtendría a como fuera, incluso con la violencia.

— Por favor es necesario que veamos a algún miembro de la familia, solo por unos minutos estará bien, se los ruego — musito el chico con su rostro más suplicante, ambos hombres dudaron un poco pero tenían sus órdenes, si las desobedecian corrían el riesgo de ser despedidos.

— Lo lamento chicos pero no pueden pasar sin un pase o invitación, son las reglas, — volvió a recalcar — Si no las acatamos estaremos en problemas —

— Yo les daré problemas si no abren esta maldita puerta — gruño el peli morado con expresión fría, su gesto corporal decía más que cualquier palabra e Izuku lo agarro del brazo para tratar de detenerlo.

La violencia nunca había sido la respuesta a los problemas, además le preocupaba que Shin saliera herido ya que ambos guardias no se contendrian.

Estaba sudando frío, y los nervios afloraban bajo su piel, tenía que pensar rápidamente antes de que todo el asunto explotara.

Pero antes de que ambos dijeran algo el teléfono de la caseta de guardias sono quitando un poco la enorme tensión en el aire, uno de ellos se movió a contestar.

— Si son desconocidos... No lo sé, dicen que quieren hablar con alguno de los herederos — se vio algo confundido pero cabeceó de acuerdo  —¿esta seguro señor? — el guardia terminó de hablar y con rostro pálido asintió a su compañero.

— Dejalos pasar tenemos órdenes —

El otro lo miró espectante esperando una confirmación y con sólo mencionar el nombre << Shoto >> el otro entendió la orden, ambos se movieron para sacar las llaves y meter un código para abrir la puerta principal.

Shinsou e Izuku se miraron asombrados, todavía estaban perplejos de que pudieran pasar sin entrar en una pelea. Alguien debía estar dando las órdenes desde dentro.

— Tienen el permiso del joven amo Shoto, pasen y no causen disturbios — dijo el que estaba en la izquierda.

— Si lo hacen sera una visita rápida y normal, sino tendremos que ponernos violentos, ya están advertidos — puntualizó el otro mientras abria la reja.

Ambos chicos no dudaron mucho y entraron a la mansión. Encabezando la marcha el peli morado que decidido iba por respuestas y alguien se las iba a dar, porque no pisaria la calle sin saber que demonios estaba pasando con su ahora apellido Aizawa y toda esa descabellada situación.

Shoto no tenía planeado ver a nadie ese día, ya le faltaba una semana solamente para irse de gira y comenzar a grabar el tan ansiado dorama con su ex novia en el extranjero, aún ahora suspiraba por el hecho de que realmente no estaba del todo motivado. Necesitaba seguir su vida, y pensar en Izuku y no poder verlo era algo duro de sobrellevar.

Todo sucedió tan rápido, cuando iba directo a la cocina por un vaso de zumo de naranja miró las cámaras de seguridad que conectaban con la pantalla de la esquina de la sala de estar, noto à los guardias discutiendo, seguro con algunos fans usuales, pero su mirada rápidamente se posó en alguien que conocía perfectamente bien, ese cabello verde era imperdible.

Y trago en seco cuando supo que no se había equivocado.

Ese chico era Izuku y venía acompañado del mismo hombre del hospital.

Un enorme dolor se instauró en su pecho y sintió su estómago retorcerse, debería pedir a los guardias que los echaran a ambos de ahí, no quería sentirse mal por el hecho de que el pequeño de ojos esmeralda ni siquiera lo recordase, era su misma terquedad de querer verlo una vez más, cuando sabía que su corazón aún lloraba su pérdida de memoria.

Pero aún así, para él los momentos vividos con Midoriya eran muy valiosos, incluso aunque el chico no los recordase.

Su primer impulso fue ir hasta la puerta y preguntar que pasaba, pero sabiendo que prefería estar en su entorno para recibirlos e irse a su habitación en caso de que lo necesitará decidió quedarse sentado en el sofá.

Justo en ese momento Ochako pasó con una bandeja de té y se detuvo cuando lo vio acomodado en el sofá.

— Amo Shoto ¿le gustaría algo de té? — subió un poco la bandeja para dar a entender su punto.

Shoto asintió — Prepara tres tazas Uraraka-san, tendremos visitas —

Ella le miró confundida y dirigió su vista a las cámaras de seguridad, como estas estaban ubicadas a lo largo de la mansión en diversos lugares, noto como en el largo y empinado camino de entrada venían subiendo dos personas, ella agudizó la vista y sorprendida al ver lo que pensó no observar en mucho tiempo, giro su vista al joven bicolor más que asombrada.

— ¿El joven Midoriya viene de visita? — una sonrisa emocionada y sincera surco sus labios formando una grácil expresión — Que alegría iré a preparar más té ahora mismo — vocifero más entusiasmada que antes yéndose hacia la cocina a realizar lo dicho.

El bicolor no dijo nada solo miró hacia la puerta mientras esperaba la entrada de ambos visitantes, esperaba no haber tomado la decisión equivocada al haberlos dejado pasar sin saber a qué realmente venían.


Shinsou había subido por el largo sendero lleno de flores a los costados del llamativo camino sintiéndose enfermo del estómago, Izuku por su parte iba pegado a sus talones como si fuera una parte más de él, casi respirandole encima, eso à Shinsou no le molesto en lo absoluto, que el pequeño peliverde confiara tanto en él le hacia sentir honrando y subía su ego como a cualquiera que tuviera un crush por alguien.

Lo que realmente sí le estaba jodiendo la paciencia era el hecho de haberse enterado de que tenía familia, de paso saber que su dichoso padre no estaba muerto, y que por raro que parezca sentía las inmensas ganas de golpear a alguno de sus primos por causarle tantos problemas a su ángel. Por no decir menos.

Un creciente y acuciante sentimiento poco a poco se coloba en su poca paciencia y los guardias de la entrada habían logrado sacar un poco de su bizarro carácter violento, y aunque no le gustara decirlo, si podía llegar a ser violento cuando lo necesitaba.

No quería mostrar esa parte de sí mismo a Izuku, él sólo quería mostrarle lo bueno, pero joder ¿Porque la molestia que sentía pronto se estaba convirtiendo en un sentimiento egoísta y malévolo?

No lo sabía. Pero quería respuesta y las obtendría sea como sea para irse lo más rápido de esa conglomerado mansión llena de lujos e hipocresías resguardada.

Cuando llegaron ambos a la cima una enorme puerta de vidrio con diversos colores les esperaba, Uraraka que era la encargada ese momento mientras Iida no estaba les sonrió a ambos y les invito a entrar.

Izuku noto cómo una persona estaba sentada en el centro de la sala que parecía sacada de esas revistas famosas que a veces veía en casa de Shin.

La decoración era exquisita, los colores vibrantes combinaban perfectamente, brindando un panorama casi deslumbrante a los ojos de cualquier persona no acostumbrada a los lujos, como el por ejemplo.

El joven que estaba sentado en el enorme y acogedor sofá no se levantó para darles la bienvenida, su aspecto de inmediato llamó la atención del pecoso al sentir un pequeño vislumbre de algo que había recordado recientemente.

Una fiesta, una conversación, y un dolor de cabeza que se le pego por intentar recordar.

Llevó su mano derecha y masajeo el lugar donde empezába a dolerle, tratando de disimular lo mejor posible su reciente jaqueca y para que Shin no tuviera un ataque de nervios por su condición amnesica.

El joven de aspecto pulcro, que Izuku casi comparo con un príncipe en su mente, les invitó a sentarse mientras la alegre mujer aparecía con una tetera y tres tazas de porcelana china.

Izuku sintió miedo de que la tasa se le resbalara y se quebrase por los nervios que sentía en ese momento. Algo en ese lugar tan elegante le daba mala espina, sentía como sus vellos de la piel se erizaban y como su inquietud en el estómago pronto se convertía en un pesado plomo sobre su garganta.

Incluso respirar se volvía difícil.

Pero debía aguantar sea como sea. Estaban ahí por Shinsou que necesitaba respuestas, incluso la pétrea expresión del más alto se notaba estoica, casi furiosa por compartir espacio con el chico príncipe.

Izuku trató lo mejor posible de disimular una sonrisa.

— Gracias por permitirnos entrar joven, en verdad agradecemos su tiempo— dijo el pecoso con un pequeño atisbo de nervios que se filtro en sus palabras.

Shinsou no dijo nada. Y el joven de cabello bicolor sólo asintió en respuesta.

Incomodo. La situación no era menos que incomoda.

Shoto sabiendo que Izuku no le recordaría por las obvias palabras dirigidas a él de forma respetuosa, tomó su tasa de té y la llevó a sus labios, paladeo el sabor del líquido y volvió la mirada al acompañante del chico.

Shinsou no era alguien tan paciente y menos cuando sabía de primera mano como miraba "su primo" al pequeño peliverde. No tenía que ser un genio para notar el casi desbordante interés del bicolor para su despistado ángel, y eso le ponía celoso de cierta forma.

Nadie podía alejar a Izuku de su lado. Y menos alguien de su supuesta nueva familia.

Con el molesto sentimiento de que deberían salir de ahí pronto no perdió tiempo y le mostró los documentos que había llevado consigo como prueba genuina de su identidad.

Shouto subió la ceja en gesto confundido.

—¿Que traes ahí como para que visites la mansión sin una cita? — pregunto mientras acercaba los documentos en obvio gesto de interés.

No era alguien curioso por naturaleza, pero si el alto peli morado que le miraba de forma amenazante, se lo estaba brindando, debía de ser importante.

Ojeo las páginas plasmadas con información y su rostro se puso pálido a cada segundo que avanzaba en la lectura, cada cosa dicha era más descabellada que la anterior, y como punto final para hacer más caótico el momento, leyó las palabras subrayadas con un obvio marcador naranja que resaltaba el nombre de su tío Aizawa, el nombre de Aizawa Shinsou, y que por las pruebas tan obvias al parecer el peli morado frente a él era el hijo perdido e ilegítimo de su tío, eso fue la cereza del pastel en todo el asunto.

Shoto dejó los papeles en la mesa, la incertidumbre se mezcló con enojo en su interior, ¿porque su tío no había mencionado que tenían otro primo? Uno que no era reconocido, uno que ahora seguramente reclamará también su herencia, y que por obvias razones tenía mucho más derecho que ellos tres por tener a su padre aún vivo.

Shoto no pudo negar una pequeña sonrisa lastimera que apareció en sus labios. El destino quería que las cosas fueran más difíciles y estaba haciendo más caótica su situación, con Eijirou en coma, con Katsuki perdido, y con él a punto de marcharse, ahora todo se reducía a que había aparecido un heredero nuevo, uno que estaba mortalmente serio, y seguramente furioso por enterarse de la verdad así de la nada luego de tantos años en el anonimato.

¿Que más podría hacer que reírse de la ironía de la vida?

Shinsou cruzó sus brazos esperando una respuesta, casi como si fuera una serpiente esperando a lo que será su alimento, con paciencia y con ojos sagaces que te escudriñaban.

— Sinceramente no tenía idea de que existías, — comenzó diciendo mientras el incomodo silencio y la incertidumbre se prolongaba en el bicolor — Si lo hubiera sabido todo sería muy diferente — afirmó lo más sereno posible que podía estar.

Shinsou no quería su lástima y mucho menos palabras de aliento. Estaba ahí porque quería saber porque demonios había sido abandonado, para así sacar de una vez por todas de su mente el hecho de que no quería nada que tuviera que ver con los famosos Aizawa.

Esa familia era un cáncer. Y él no quería ser parte de ese cáncer que le había hecho daño a Izuku.

— ¿Donde esta Aizawa Shota? — preguntó con una afilada irritación en la voz — Estoy esperando que lo llames porque al parecer tu también eres ajeno a esta información, y eso no me sirve de nada, llamalo en este momento — exigió sin ninguna vacilación.

Shoto asintió sin muchas ganas. No negaría que todo era nuevo y alucinante, no de la buena manera por supuesto, y eso le daba escalofríos. Además de que el hombre frente a él estaba demostrando su furia escondída y probablemente lo golpearia sin mucho esfuerzo si se lo proponía.

Así que buscando como solucionar el problema lo más pronto posible, sacó su celular y marcó a su tío. El pitido sono tres veces antes de escuchar la aburrida voz del peli negro al otro lado de la línea.

— Tío, hay una visita que está esperándote, deberías venir pronto — comenzó diciendo.

Aizawa suspiro cansado.

— Estoy muy ocupado ahora Shoto, dile que... —

No alcanzo a decir nada más cuando la frase salió de los labios del bicolor sin pausa alguna.

— Es tu hijo perdido, deberías venir pronto a la mansión, él te está esperando... — con eso dicho, el silencio reino al otro lado de la línea, una respiración, dos y tres. 

Aizawa Shota quedó en un bastó y largo silencio antes de cortar la llamada y dejar a Shoto en el teléfono esperando una respuesta.

Me disculpo por la tardanza, se que habrán muchos que han dejado de leer este fic, pero agradezco a todos los que lo leyeron y disfrutaron, en verdad muchas gracias.

Dire que por muchas cosas no pensé seguirlo, pero ya que vino una mínima inspiración para hacer este capítulo y el siguiente seguiré intentado postear, gracias por leer à todos de verdad.

Un abrazo enorme y cuidence mucho ustedes y sus familias en estos tiempos tan difíciles.

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