Pov. Martha
Todos regresamos con los ánimos por los suelos, no encontramos a Sasuke pero tampoco el menor indicio de que peleara con Itachi, no tenemos nada.
Perdimos tanto tiempo que incluso nos alcanzó el equipo Kurenai, íbamos de vuelta a la Aldea cuando Katsuyu apareció.
—Equipo Kakashi, los necesitamos para otra misión.
Brevemente nos explica de la promesa que mantenía el Clan Tsuchigumo y que debemos partir de inmediato para allá.
— Naruto, Sakura, Misaki y Sai, ustedes irán con el Capitán Yamato a cumplir la misión, yo debo reunirme con la Hokage— Kakashi desaparece.
—Vamos muchachos, pongamonos en camino.
Seguimos a Yamato, es una lástima porque creo que todos necesitamos descansar aunque sea un poco.
El paisaje a nuestro alrededor cambia hasta llegar a un paisaje llano con una columna de tierra sobresaliendo. Veo a mi alrededor y es bastante obvio que invadieron el lugar.
Escalamos por la angosta escalera hasta llegar a la cima, todo el sitio está desordenado, las mesas volteadas, los jarrones rotos y hasta las telas rasgadas. Auxiliamos a un señor de edad avanzada.
—Por favor, ayuden a Hotaru-sama.
Es lo último que dice antes de desmayarse, ¡Ah ya me acorde! Se supone que esa chica está acompañada de Utakata, y yo que me quería alejar de Akatsuki por un tiempo.
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Sakura se ha quedado cuidando al anciano, los demás estamos buscando a la chica. No es tan fácil como creí pero ya avanzada la noche los encontramos.
—¡Naruto espera!.
El rubio se lanza al ataque y todos intentamos hacer que nos escuche, finalmente se da cuenta de su error y se disculpa.
—Entonces ya no me necesitas.
Utakata se va tranquilo a pesar de los ruegos de Hotaru por que se quede con ella. En su tiempo fue una pareja que me gustaba mucho, hasta que Pain lo mató.
—Nosotros te acompañaremos.
—No quiero.
Naruto sorprendido por el rechazo la sigue tratando de convencerla de lo contrario.
—Ella es muy terca, no funcionará independientemente de lo que le diga.
—Tal vez podríamos probar de otra forma... ¡Naruto!—el rubio voltea a ver a Yamato—Dejala, si ella quiere ir sola no podemos obligarla.
—Pero Capitán Yamato...
— A veces esto pasa Naruto, debemos respetar los deseos de los demás.
Lo traigo con nosotros y ya lejos de Hotaru Yamato organiza un plan para que Sai tire babosas por el camino, algo asqueroso y tonto hasta cierto punto pero funciona.
La chica grita como loca a la primera babosa que le cae encima, Naruto la acompaña y me sorprendo de su actuación.
Todo el camino los vemos hablar de sus maestros, de vez en cuando Sai juega con Naruto tirando miles de babosas.
Aguanto la risa por todas las acrobacias que debe realizar el rubio para lanzarlas, incluso le lanzó una mega babosa y al voltear comprobé que Yamato estaba igual de entretenido que yo.
—Hemos llegado.
Bajamos de los árboles y caminamos por las calles desiertas, los más curiosos apenas y se asoman por las ventanas.
—¿ En dónde están todos?.
— Naruto no.
El Uzumaki ignora al Capitán y toca la campana gritando fuego a todo pulmón, esa es la única manera en que las personas del pueblo salieran.
—¡Hotaru está aquí! ¡Ha regresado!.
Exclama y la presenta pero al notar las miradas de reproche de todos se queda callado. Un hombre que se presenta como su tío promete cuidarla.
—Bueno hemos acabado con la misión—Yamato se va junto a Sai.
—Vamos Naruto—toco su hombro pero no voltea a verme.
— Sí claro...
Nos marchamos del lugar, ¿Qué tanta diferencia hay del trato que recibe Hotaru al que recibe Naruto? Ambos son mirados cómo monstruos por su propio pueblo.
Cuando lo veo a la cara sé que sigue pensando en la manera en que la vieron, suspiro y me pongo a su lado.
— Si quieres regresar puedo acompañarte.
—Gracias Misaki.
Sus ojitos brillan y rápidamente se detiene.
—Lo siento Capitán Yamato pero creo que debemos regresar.
—Nuestra misión termino Naruto.
—Capitán Yamato yo iré con él.
Nos observa a ambos y asiente con la cabeza, Naruto podrá ser impulsivo pero creo que al menos confía en mi buen criterio.
—Esta bien, los esperamos en Konoha.
Él y Sai retoman la marcha, nosotros nos movilizamos de inmediato. Es una suerte que no haya demorado mucho en tomar una decisión.
Al llegar las calles vuelven a estar vacías , en el centro del pueblo vemos correr a una mujer mayor con utensilios de limpieza. Le hago un gesto a Naruto y la seguimos.
Están limpiando los escombros que quedaron de lo que alguna vez fue un cuarto, el tío de Hotaru está ahí pero no hay rastro de ella.
—¿Qué es lo que pasó?.
—¿En dónde está Hotaru?.
El hombre se traba con su patética excusa para su desinterés, esto sólo fastidia más a Naruto que aprienta los puños con fuerza.
— No debe estar muy lejos de aquí, empecemos a buscarla.
—¡Ah!.
El rubio y yo gritamos cuando Yamato aparece atrás de nosotros de la nada, pero a pesar del susto me alegra verlo aquí.
Sai utiliza varias ratas para obtener pistas sobre el paradero de Hotaru, una muy prometedora llega pronto y nos ponemos en marcha.
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Avanzó más de lo que esperábamos y apenas el siguiente día fue cuando la encontramos, a ella y a Utakata.
La situación no era favorable y es que varios ANBU de Kirigakure pedían al Jinchūriki para liberar a Hotaru.
— Él es un criminal, por eso fue expulsado de la Aldea.
Quedan en shock y Yamato mira con recelo a Utakata, creó que de verdad planea entregarlo pero antes de que eso suceda el Capitán del escuadrón aparece.
— Si me permiten quiero hablar con el Capitán y Utakata a solas.
El único hombre amable se retira con los mencionados, estamos tensos por la intervención de Kirigakure pero cuando Hotaru intenta escapar la jalan con más fuerza de la necesaria. Naruto que necesitaba una mínima razón para atacar se adelanta furioso.
—¡Suficiente basta ya!.
En la superficie más alta se asoma un cabello verde botella que conozco, es la compañera de Nati. A su lado está el chico de ojos amarillos y su sensei.
— Liberen a la chica.
—No—la cicatriz del hombre se deforma más ante la negativa.
—Su misión acabó, dejenla ir o la próxima vez que digan 'no' será enfrente de la Quinta Mizukage.
El chico baja y les entrega un pergamino, ya sea por lo que está escrito en el o por la amenaza de enfrentarse a Mei pero liberan a Hotaru.
Corre hacia nosotros justo cuando el Capitán Yamato regresa. Repasa toda la situación y se dirige al sujeto con la cicatriz.
—¿Cuál es la situación?.
El tipo nos mira con incredulidad, no abre la boca pero la chica pone una mano en su hombro.
—Podemos confiar en ellos.
Él finalmente asiente y deja de lado la severidad de su mirada.
—Hemos sido asignados para encontrar al otro Jinchūriki de Kirigakure, debemos llevarle a la Aldea para ponerlo bajo la protección de un escuadrón de élite.
—¿Otro Jinchūriki?.
—Están hablando de Utakata Naruto— el rubio abre los ojos como platos.
—¿Mi maestro está en peligro?.
Hotaru se acerca al chico de ojos amarillos, él asiente y es la primera vez que lo veo serio.
— Estará bien mientras se quede con nosotros.
—Kikyo...—Naruto pasa su mirada de ella a Utakata.
—Hola— desvía su mirada y sonríe— Tú debes ser Hotaru, mucho gusto. Tal vez puedas ayudarme con éste cabeza dura.
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Natalia curó las heridas que los ANBU le hicieron a Hotaru, por lo tanto evito que Naruto se enterara de la ubicación del pergamino y diera aviso al enemigo.
Después de lo que pasó el equipo Kouga despachó a los cazadores y los mandó a casa, nos acompañaron todo el camino hasta la casa dónde se encontraba Sakura.
—Hotaru-sama, debemos hablar.
El anciano intenta pararse y cuando abre la boca Nati lo calla. Con un kunai rasga el dibujo de dragón que tenían.
Nadie entiende nada, menos cuando levanta una barrera alrededor de la habitación.
—¿Ya te volviste completamente loca?.
—No Takuma, lo que pasa es que teníamos a otro invitado.
—¿Otro invitado?.
—La mente maestra de todo éste embrollo, estaba intentando obtener la ubicación del pergamino, adelante puede hablar, está barrera nos protege de cualquier fisgón.
El anciano se toma un momento para verla pero le resta importancia y empieza a plantear la forma y el por qué se debe destruir el jutsu del Clan.
— No puedo, es la única esperanza que nos queda para recuperar nuestro orgullo—Hotaru se para lagrimeando— ¡No dejaré que destruyan el honor del Clan!.
—Si quieres llorar hazlo, sólo no salgas de la casa, esos hombres ya están intentando romper la barrera para pasar y capturarte.
Todos nos quedamos en silencio, Hotaru incluso detuvo su llanto por la insensibilidad de Natalia. Los únicos que no se ven afectados son sus compañeros.
— Oh vamos no me veas así, te lo digo para que no cometas tonterías y pongas en peligro la vida de otras once personas.
—Kikyo...
—No intentes defenderla Misaki, podrás llorar y patalear todo lo que quieras una vez que terminamos con los ladrones.
— ¿Qué tan lejos están?—pregunta Yamato.
— Están en la puerta...literalmente, mientras tenga mi barrera no podrán pasar pero ya están trabajando en eso.
—Ésta charla quedará pospuesta entonces.
Yamato se levanta y con ayuda del sensei de Nati arman un plan de ataque.
Con todos en su posición sólo esperamos a que el enemigo haga el primer movimiento.
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—Sólo era un cobarde...
La peliverde suelta el cadáver del líder, nunca había visto a ninjas de Kirigakure pelear y comparados con nosotros... Sí son más despiadados.
—Cierra la boca o se te meterán las moscas.
Natalia le da un golpecito a mi mentón, sonríe cómo si no acabara de degollar a un hombre.
— ¿Era necesario matarlo? ¿Por qué no lo llevaron prisionero cómo a los demás? — observo a los cuatro ladrones en barreras parecidas a la de Sasori.
—Porque era un líder, ellos pasarán su vida en prisión cómo uno más, en cambio él podría incitar a otros a revueltas, motines o cosas peores, por eso no lo dejamos vivo.
Ella se acerca a Hotaru tocando con suavidad su espalda.
—Perdona lo de hace rato, no debí ponerme así pero estaba bajo presión, ahora me parece que necesitas tomar una decisión muy importante.
—¿Es esto lo que pasaría si decidiera usar el jutsu?.
—No, sería mucho peor, hay cosas que por muy increíbles y poderosas que sean nunca debieron ser creadas.
Hotaru sigue con la mirada pérdida en el campo, reflexiona durante mucho tiempo pero apenas le toma atención a Utakata sonríe.
—Lo haré, destruiré el jutsu.
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Todos nos dispersamos por la casa mientras extraen el pergamino del cuerpo de Hotaru. He aprovechado el tiempo y me dedico a meditar.
Tal vez llevo tanto tiempo en silencio que me volví loca porque creo sentir la energía de todo.
—Lo logró, esa maldita hija de perra lo logró.
—¡Natalia!.
Adiós concentración, riendo cierra la puerta de la habitación y se sienta en frente de mí.
—Tranquila sólo me dió curiosidad la acumulación de energía.
—¿De verdad lo hice bien?.
— Excelente.
Alza su pulgar y sonríe, ahora que me fijo bien en ella veo el rubor en sus mejillas, Natalia no se ruboriza por nada.
—¿Pasó algo?.
—Ya decía yo que te habías tardado.
— ¿Qué fue?.
— Tengo dos buenas noticias.
— Pues dímelas de una vez.
—Utakata accedió a que extragera a Saiken de su cuerpo.
—¡Enserio!.
— Y Rima me besó.
Me quedó callada a medio festejo y veo que no me está tomando el pelo.
— Con que tenía razón...— digo recordando aquella ocasión que Nati la besó en la mejilla.
— No sabes cuánta... En realidad su declaración fue algo rara y agresiva pero me gustó.
—¿Qué te dijo?—me apoyo en mis manos y me acomodo para escuchar el chisme completo y detallado.
—Me estaba regañando cómo siempre pero de repente se puso muy seria y empezó a hablar de que su familia había descubierto su orientación, al principio pensé que se estaba desahogando de todo lo que pasó pero terminó diciendo que ya había conocido a la persona de sus sueños, una mujer divertida, inteligente, bella y amable— sus ojos brillan y suelta una carcajada— Y yo como buena despistada que soy le dije que cuándo volviera a ver a esa mujer la besara sin pena.
—No discuto que seas inteligente pero creo que no notas hasta la señal más obvia de quién está enamorado de ti.
—Yo tampoco lo discuto, sé que no soy buena leyendo los sentimientos de las personas— suspira—En fin yo ya estaba repasando a todas las chicas que teníamos en común tratando de adivinar cuál era, incluso cuándo me besó tarde un momento en unir las piezas.
—Nunca cambias...¿Y que hiciste?.
— Me fui corriendo y llegué aquí— ríe nerviosa—Tal vez no fue la manera correcta pero no sabía que decir.
—¿Te gusta?.
— Sí, no...¡No lo sé!, nunca pensé que en éste mundo hubieran personas que se atrevieran a anunciar su orientación sexual, es una de esas cosas que ya te habías programado para olvidar y de repente ¡Pum! Se te presenta la oportunidad ante tus ojos.
—Consultalo con la almohada.
—Ese es el plan, ¿Ustedes se van mañana cierto?—asiento—Intentaré alcanzarte en Konoha , quiero estar ahí cuándo le den la noticia a Naruto.
—Preferiría que no fueras sola, cuándo sepas que camino tomarás avisame para que estemos atentos a cualquier inconveniente.
Nati asiente y se acuesta en el suelo, siento como mi cerebro hace click y ni siquiera me doy cuenta cuándo saco los kunai que me dió Itachi.
— Nati ¿Crees que me puedas enseñar el Hiraishin no Jutsu?.
—¿Y eso?.
—Bueno no soy buena en el combate cuerpo a cuerpo y pensé que la velocidad podría sumar puntos a mi favor.
—Ya veo que preparaste el material y todo—toma un kunai— Yo personalmente no los uso, prefiero marcar otro tipo de cosas.
— ¿Podrías marcar éstos?.
— Claro, presta atención y trata de sentir la energía que utilizo para hacerlo.
Marca ambos y prosigue con una explicación del manejo de chakra para ésta clase de técnica. Yo sólo veo las herramientas y las tomo.
— Si tú lanzaras una aquí y otra al mar ¿podrías transportarte?—Natalia ríe.
—Por supuesto ¿Por qué no podría?.
Emocionada me enumera las ventajas que se tienen, explica muchas cosas pero no le pongo atención. Cuándo parece haber terminado extiendo un kunai en su dirección.
— Será nuestro nuevo objeto de suerte, así recordaremos lo mucho que nos ayudamos la una a la otra.
Ella lo agarra y sonríe.
—Sabía que eras una cursi incorregible Tita, acepto el regalo.