Una respiración profunda y algo de valentía. Hoy es 14 de febrero por lo cual en la escuela se organizó un evento, tú como querías aprovechar el día y declarartele a tu enamorado saliste a escondidas del festival para dirigirte a la sala de profesores y he tu presencia en ese lugar.
Con una carta de amor en la mano, tomaste el pomo de la puerta y abriste para poder entrar. No eres alguien que busque problemas por lo cual te dio miedo entrar al lugar; si alguien te descubría toda tu buena reputación se iba al diablo. Una vez adentro empezaste a buscar el lugar donde se encontraba el escritorio de tu profesor de educación física; Giyu Tomioka. Ibas viendo los papeles que había por el lugar hasta dar con su nombre, ahí dejaste la carta y saliste corriendo ya que escuchabas a alguien caminar cerca del lugar.
Tu corazón latía tan rápido... Habías entrado a un lugar prohibido para poder declararle tu amor a un profesor, dejaste una carta de amor donde todos podían verla... Y eso en un poco de tiempo, ahora te sentías mal por haberlo hecho, querías volver y tomar esa carta para poder romperla, ya no querías que él la leyera, no, ya no.
Regresaste al festival con tus amigos y un par de bolsas de chocolate en la mano; empezaste por darle una a Tanjiro, luego a Muichiro y así te fuiste con todos tus amigos intentando calmar tus nervios pero alguien se dio cuenta de ellos.
—¿______-chan? —preguntó Shinobu mientras te veía de cerca. —Me parece que estás algo nerviosa, ¿acaso ya te confesaste a alguien?
La sonrisa en su cara te hizo hasta sudar, te encogiste un poco mientras negabas, no lo ibas a aceptar y mucho menos tan rápido o bueno, no le dirías a tus amigos que fuiste a la sala de profesores donde nadie, absolutamente nadie puede entrar si no hay ningún profesor; sólo para dejar una tonta carta de amor que quizá ni sea leía mucho menos correspondida... Una perdida de tiempo quizá. Shinobu ante tu cara pensativa te acarició la cabeza para después darte un abrazo de oso que te tranquilizó en el momento y un montón de rato después.
Un par de minutos después de que les dieras los chocolates a tus amigos ellos también llegaron con una bolsa de chocolates para ti.
Lo único bueno del día eran ellos.
• • •
Al día siguiente las clases volvieron a la normalidad, llegaste a la escuela yendo directamente a tu aula una vez entraste al plantel. Te sentaste en tu lugar mientras esperabas que tocara la campana para que el profesor entrara a dar la clase.
Primera hora; matemáticas.
No eras mala en matemáticas para nada, hasta ganabas puntos extra pero... No es un buen comienzo de día, mucho menos cuando la materia toca dos veces este día y no te toca educación física por lo cual, no verías a Giyu hasta la semana que viene. Suspiraste recargandote en el respaldo de tu silla, Sanemi el profesor de matemáticas entró al salón y tú eras la única que estaba dentro en ese momento, tragaste saliva normalmente no se veía tan... Así, pero cuando llegó traía un sobre en la mano, no le pusiste atención y cuando te llamó su voz te sacó de tu trance.
—Señorita ______ —de inmediato te paraste.
—¡Buenos días Shinazugawa sensei! —dijiste haciendo una reverencia mientras le saludabas con una sonrisa.
Trataste de que no se viera tan fingida.
—¿Dónde están tus demás compañeros? —apenas te dijo eso, ellos empezaron a aparecer como hormigas en la puerta.
"Oh no..." Murmuró uno de ellos al ver a Sanemi, él se dirigió a abrirles la puerta una vez lo hizo cruzó los brazos y nadie entró, sólo se quedaron viéndolo hasta que uno que estaba en la multitud de alumnos lo saludó.
—Tú, puedes entrar —le dijo Sanemi y aquel chico le agradeció.
Cuando loa demás vieron que lo dejaron entrar a él, al unísono todos le dieron los buenos días. A diferencia de tus amigos estabas en una clase totalmente diferente y ya en tercer año por lo cual solo faltaban unos meses para graduarte, así que cuando estabas en tu salón no tenías nadie con quien hablar o pasar el tiempo, por lo cual terminabas siendo la única que hacía las cosas bien sólo por estar sola.
—Si los dejo entrar a mi clase tendrán dos puntos menos pero si tienen una inasistencia su calificación será de 5.
La voz autoritaria de Sanemi resonó por toda el aula, ¿una calificación de 5 o dos puntos menos? Terminaría siendo lo mismo para algunos pero no era muy tentadora ninguna opción, no mucho que digamos.
—¡Por favor le pido que nos deje entrar! —un alumno pidió mientras se inclinaba y después todos lo siguieron.
Sanemi se hizo a un lado, los niños se quedaron pensando pero las niñas más problemáticas no dudaron en entrar.
—4 puntos menos —dijo el mayor a las chicas que pasaron.
Las niñas junto a los demás chicos que se quedaron afuera suspiraron aliviados, mientras que, las chicas que entraron se quedaron calladas yéndose a su lugar sin decir nada más, Sanemi era aterrador y nadie quería retarlo desde que lanzó a uno de sus compañeros por la ventana.
—Pueden pasar —dijo por fin Sanemi mientras volvía a su escritorio —pero tendrán que reponer el tiempo que perdí.
Todos excepto tú se quejaron de inmediato.
—Señorita ______ —volvió a hablarte, estabas medio distraída así que sólo volteaste tu cabeza y de tu boca salió un tímido; "¿sí?"
A Sanemi de alguna forma le gustó eso.
—Usted se quedará con todos los puntos de sus compañeros.
Volviste a repetir tu sí, le agradeciste mientras en tu cara aparecía una sonrisa, tus compañeros no podían quejarse o les iría peor así que solo guardaron silencio dejando que pasara lo que diosito quisiera.
Sanemi empezó a dar la clase, tú no pusiste atención ya que te encontrabas dibujando a Tomioka; era difícil sacarlo de tu cabeza.
En uno de tus tantos pensamientos recordaste tu carta, "ojalá la haya leído y le hubiese gustado... ~" Pensaste aún con tu sonrisa, el hombre de las cicatrices se dio cuenta de eso.
—_______ —te dijo por tu nombre, era raro que te hablara así nada más, tragaste saliva mientras escondías el cuaderno con el dibujo de Tomioka debajo de tu pupitre. —¿Qué haces?
Preguntó con el ceño fruncido, piensa una mentira, piensa un excusa... Piensa, piensa, ¡piensa pero ya! Tu cerebro se iluminó, inclinaste un poco la cabeza mientras cerrabas levemente los ojos.
—Estaba pensando en usted profesor... —no sonó como la habías pensado así que corregiste rápido —en como explicó las razones trigonométricas, estaba pensando en usted y la manera que nos dio de poder memorizarlas ya sabe; co, ca, co, ca, hip, hip¹ y al revés.
Sanemi ya no dijo nada más, siguió dando su clase con normalidad hasta terminar. Que bueno que pensaste en algo rápido.
Las clases pasaron y así dio el tiempo del receso, Shinobu fue a buscarte a tu salón para que comieran juntas de inmediato saliste con ella.
—¿Qué tal te fue hoy, _____-chan? —preguntó ella mientras caminaba a un lado tuyo.
—Pudo ser mejor... —suspiraste recordando tu equivocación con Sanemi —¿y a ti?, ¿Qué tal tu clase de educación física?
—El mismo profesor aburrido de siempre... Ya sabes por eso nadie quiere a Tomioka sensei —lo último te lo dijo murmurando cerca de ti.
Las dos rieron.
—A mí si me cae bien pero a diferencia de ti a mi clase no le toca mucho con él, es su tutor, ¿no? —le preguntaste y ella asintió.
—Eso lo hace más aburrido.
Negaste con una sonrisa mientras se sentaban en una banca y abrías tu bento. Le diste un poco a Shinobu y ella te dio del suyo. Empezaste a comer, la chica de menor estatura comenzó a hablar de nuevo, escuchaste atenta lo que diría.
—Hay rumores de que alguien le dio una carta de amor... —casi te ahogas con tu arroz —¿qué sucede _____-chan?
Preguntó ella al ver que casi morías con tu comida. Negaste.
—Continúa.
—Hay rumores de que alguien le dio una carta de amor al profesor de matemáticas, Sanemi.
Suspiraste aliviada, no habías sido tú pero te sorprendió el hecho de saber que alguien se le había confesado a Sanemi y más en el mismo día, ¿cómo? Habrá sido después de ti porque no viste ningún signo de que alguien más hubiese entrado a la sala de profesores, seguiste comiendo calmada tu comida, hablando de distintas cosas con Shinobu, hasta que las dos terminaron y terminó su hora de comida; ahí fue cuando se despidieron y tuvieron que tomar caminos diferentes.
Regresaste a tu salón de clases, te sentaste en tu lugar esperando a tu profesor de historia; quien no tardó en llegar.
Cuando estaban por levantarse para saludarlo, cierto hombre con cicatrices apareció en la puerta, tocó y Rengoku fue a abrir hablaron un tiempo y después Sanemi pasó al salón de nuevo, parecía ser importante.
—Necesito que me acompañes, ______. —De nuevo te habló de esa forma que te hizo preocupar.
—¿Qué hiciste _____-chan? —preguntó Kyojuro y tú negaste sin saber.
—Permiso profesor —saliste del aula junto a Sanemi.
Comenzaste a seguirlo hasta su "oficina", básicamente el lugar donde se la pasaba la mayoría de tiempo, donde hacía sus planeaciones para las clases a veces comía o así. Te abrió la puerta para que entraras primero y así hiciste. Cuando entraste te sentaste frente a su escritorio, a un lado estaba la pila de cuadernos de seguro se encontraba revisando los ejercicios que había dejado la clase anterior.
Tu cuaderno estaba abierto con un sello de perfecto y la fina letra de tu profesor de matemáticas a un lado del sello escribió; "felicidades por tu esfuerzo." Eso te hizo sentir bien pero de pronto un sobre con una carta aparece frente a ti, encima de tu cuaderno.
Sanemi lo tiró ahí.
—¿Puedes decirme que es eso? —pregunto mientras se recargaba la pared y cruzaba los brazos.
Tragaste saliva sin saber que era, no querías tocarlo ni hacer ningún movimiento en falso para que no se enojara, tenías miedo por primera vez de él.
—¿Te vas a quedar callada?, ¿quieres que me enoje? —preguntó.
Acercaste tus manos al sobre y lo volteaste, en la parte delantera tenía una estampita de corazón, ahí fue cuando todo tu mundo se vino abajo, esa no era tu intención. No era tu intención que se quedara en las manos equivocadas.
—Es una carta... —pausaste para tragar saliva. —De amor.
—Exacto.
Sanemi se dirigió detrás tuyo y una de sus manos tomó la carta sacándola del sobre, empezando a leerla.
—Por favor no siga... —pediste volteando a verlo, te levantaste de la silla y la hiciste a un lado.
Quedaste cara a cara con tu profesor de matemáticas.
—¿Qué significa esto, ______? —preguntó poniendo la carta frente tus ojos, desviaste la mirada.
Toda tu cara estaba roja de la vergüenza, suspiraste no podías creer que habías cometido una equivocación tan estúpida como dejar la carta en un lugar que ni siquiera era el correcto, sólo querías dársela a Tomioka pero no llegaste a pensar que tu cobardía haría que todo terminara mucho peor entre ustedes dos, ¿tres? Giyu ni siquiera ha de haber estado enterado sobre que alguien le escribió una carta de amor y ahora Sanemi, el profesor de matemáticas piensa que la carta era para él y está apunto de darte un castigo por ello.
Estupendo día.
—No era para usted —fue lo único que salió de tu boca.
Sanemi empezó a acercarse a ti, tú retrocedías hasta que diste con el escritorio, donde Sanemi no paró hasta que quedaras recostada sobre él, aún así se acercó más a ti.
—Puedo leer lo que está por la parte de atrás también... —te murmuró al oído. —Creo que lo he leído tantas veces que ya lo aprendí; "profesor, usted hace que una llama dentro de mí se encienda, si acepta mis sentimientos estaría completamente agradecía y haría lo que usted pidiera". ¿Realmente haría eso señorita _______?
Tragaste saliva al tenerlo tan cerca, tu cara estaba que hervía de pena, respiraste hondo y no le respondiste.
Sanemi se separó de ti, soltando la carta te tomó de las muñecas para después ayudarte a levantar pero levantar únicamente para darte un beso. Te tomó de la cintura mientras entrelazaba una de sus manos con la tuya, sus labios al parecer a única parte suave de él; tocaron con dulzura los tuyos en un loco vaivén creando un primer beso de fantasía. Había durado tanto y fue hasta tal punto que un fino hilo de saliva los unía a los dos, tus latidos desesperados, tu corazón aullando por el suyo, tus labios deseosos de otro de sus besos fue el secreto que ese día se escondió entre ustedes dos.
—Si esa es tu fantasía podemos cumplirla, después de todo... —tomó aire y dejó un pequeño beso en tu oreja —usted siempre ha sido mi favorita _______.
Tu corazón ya no pudo, estaba por salir de tu pecho.
Lo único que pudiste hacer correctamente fue rodear a Sanemi con tus brazos, él hizo lo mismo para poder abrazarte.
—Le daré una oportunidad profesor, sólo porque esto es prohibido y me gusta... —una risilla salió de tu boca —aparte su beso me gustó, tus besos mr gustaron Sanemi.
Tomioka desapareció totalmente de tu cabeza, Shinazugawa sonrió. Llevó sus manos a tu cabello empezando a acariciarlo.
—Ganate tu lugar en mi corazón ______.
Sus palabras te hicieron sonrojar, aún así no te negaste a ella. Asentiste subiendo la mirada para poder besarlo nuevamente.
Pxsimista_ el ultimo uwu
Escribí esto en una hora 20 min, tardé menos que con el de Hotaru xD
Quedó chido? Tuve que improvisar u.u
Desde antier quería decirles algo importante pero siempre lo olvido en este punto :')
Buenas noches 12:23 aM
7u7
Días, madrugadas, tardes...
¿Siguiente? 7u7
¹. Lo de co, ca, co,ca, hip, hip me lo enseñó mi profesor de matemáticas xD es una buena forma para recordar lo de cateto opuesto sobre cateto adyacente. Es algo así como;
Co, ca, co, ca, h, h
H, h, ca, co, ca, co