Noté unos suaves labios recorriendo mi abdomen, pasando por en medio de mis pechos hasta llegar a mi boca. El sabor era dulce, lo más dulce que jamás habia probado.
Nuestras lenguas bailaban como si se conocieran de siempre.
-Eres preciosa. -me dijo aquella voz.
Abrí mis ojos y allí estaba ella, sentada encima de mi con el pelo alborotado, con una dulce sonrisa en su precioso rostro.
-Billie... -susurré, levantando mi brazo para acariciar su mejilla.
Al tocarla desapareció y dejó una especie de humo.
————
Me desperté empapada en sudor, con la respiración acelerada y el corazón bombeando rapido.
Rápidamente me dirigí al baño, me mojé la cara y me miré al espejo.
-¿Que cojones...? -pensé en voz alta.
Me sequé la cara y me llevé las manos a la cabeza. Parece que tenia bastante resaca.
Miré el reloj y eran las cuatro de la tarde, joder si que habia dormido.
Me acordé del mensaje de mi hermana y decidí llamarla.
Hablé con ella unos 15 minutos, cuando colgué me fuí con mi café a la terraza.
Todo iba bien en mi ex-casa. Mi hermana iba a empezar la universidad el próximo año y mi hermano pequeño, Iker, mejoraba sus notas y su comportamiento poco a poco. Mi madre trabajaba en su pequeña empresa y le iba bien, no quise preguntar si continuaba saliendo con ese desgraciado. Me dijo que me echaban de menos, que hacia ya más de un año que me fuí y no he ido a verles, que mamá no me llamaba porque me pongo furiosa con ella siempre pero que me quiere mucho y que mi padre, al que ven frecuentemente, por fin le han dado trabajo estable y me manda recuerdos.
Me alegra que todo vaya bien con mi familia y que esten todos felices. Yo en cambio... no lo estoy mucho.
Medité durante una hora y 3 cigarrillos en mi balcón, y mi móvil comenzó a sonar.
Era Claudia.
-Hola Clau, todo bien? -contesté.
-Eso mismo queria preguntarte yo! Hace semanas que no te vemos, ¿estas bien? ¿Necesitas algo? -dijo con todo de preocupación.
-Tranquilos parejita, estoy bien. Solo que estas semanas he querido estar a lo mio. Gracias por preocuparos. -sonreí, estos dos se hacen querer.
-Me alegro que solo sea eso, oye Jul, quieres hacer algo esta tarde? Tipo para las 6 o así. Tenemos ganas de verte. -preguntó Claudia.
-Mmm, claro, por qué no. Me veniis a recoger a las 6?
-Allí estaremos, un beso! -y colgó.
Bueno pues creo que deberia darme una ducha y ponerle un poco de corrector facial porque estas ojeras son horribles...
Al cabo de una hora bajé a la entrada de mi edificio y allí estaban, en su Seat León naranja.
Claudia bajó del coche y corrió a abrazarme.
-Mi pequeña Jul! Te he echado de menos. -empezó a besuquearme la cara.
-Oye, ¿puedes paraaar? Que seas 3 años mayor que yo no significa que sea pequeña. -le dije entre medio de risas.
Saludé al grandullón de Jordan y nos dirigimos al centro.
Paseamos por las calles llenas de edificios, luces, ruidos y tráfico por varias horas. Hablamos de las últimas semanas y me preguntaban a cada rato si estaba mejor o si podían hacer algo por mi.
Conocí a Jordan y Claudia la segunda semana de trabajar en el Saturday's, un sabado mientras habia fiesta. Conectamos muy rápido y pronto nos hicimos muy amigos. Al tener un poco más de confianza, con el tiempo les conté mi vida en resumen y les dí un poco de lástima, y desde ahí parece que sean mis padres adoptivos. A la que desaparezco por algunos dias ya se preocupan, pero los adoro.
-Es casi la hora de cenar, ¿por qué no vienes a casa y cenamos todos juntos? -sugirió Jordan.
-No quiero molestaros... me da cosa que me tengais que volver a casa tan tarde. -dije tímida.
-Oh vamos Jul, sabes que no es problema. Además tenemos invitados y viven cerca de tu barrio, podrian llevarte luego si quieres. -dijo Claudia con un puchero.
-Esta bieeen, iré.
Rumbo a su casa me explicó que hoy cenarian con nosotros un amigo de Jordan y su hermana. Al parecer acaban de volver a la ciudad hace poco y quieren celebrarlo.
Ayudé a preparar la cena y a preparar la mesa. Sonó el timbre y Jordan fué a abrir.
-Finneas! Pequeña Billie! Tenia ganas de veros.
Billie? Ha dicho Billie? Cuantas Billies puede haver en NY? Tierra trágame. Vale Jul gírate poco a poco y verás que alomejor no es ella.
-Jul, te presento a Finneas y Billie. Mis amigos de toda la vida. -dijo Jordan.
Claro que si, era ella.
-Ho-hola, s soy Jul. -más tensa que nunca me acerqué y les tendí la mano. Cuando Billie correspondió al saludo me guiñó un ojo y quise desfallecer ahí en medio.
Claudia tosió para romper la tensión entre Billie y yo, al parecer nos habiamos quedado de piedra ahí en medio.
-A cenar gente! -dijo Jordan fregándose las manos.
La cena trascurrió tranquila, a veces. Billie y yo cruzábamos miradas de vez en cuando y me estaba poniendo muy nerviosa. Osea a mi nunca me ha puesto nerviosa ninguna chica y menos si es guapa, pero Billie tenia algo que la hacia inalcanzable y a la vez no, y me daba miedo perderme en esos ojos.
Y el sueño que tube no ayudaba mucho, venian a mi cabeza imagenes que se repetian una y otra vez. Una gota de sudor cayó en mi mano y me hizo salir del trance.
-Como fué por LA Fin? Habeis avanzado mucho? -preguntó Clau.
-Hemos grabado varias canciones, una de ellas esta en SoundCloud y tiene bastantes reproducciones por el momento. Todo a su tiempo.
-¿Soys cantantes? -pregunté intrigada.
-Bueno, estamos empezando. -contestó Finneas.
-¿Quieres escuchar alguna canción? -me sugirió Jordan. - Billie tiene una voz increible.
Espera, ¿Billie canta? Con esa voz no puedo imaginarme como debe de cantar.
La miré y se le notó vergonzosa.
-Solo si Billie quiere. -dije sonriendole.
-Claro, no hay problema. -me devolvió la sonrisa, por Dios que sonrisa.
Finneas acercó un altavoz y conectó su iPhone, comenzó la canción y fué mi perdición.