Yo quiero más || Aiteda

By xaitedax

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Ya era demasiado tarde para negar nuestros sentimientos. Y quizás ninguno de los dos queríamos hacerlo. More

Prólogo
1. Mi musa
2. La verdad
3. No lo sé
4. Felicidad
5. Principios
6. Ya no
7. Sorpresas
8. Promesas
9. Primeras veces
10. Sueños
¡De vuelta!
11. Amargo y dulce
12. Marquitos
13. Lo siento
14. Siempre
15. Anochece
16. Recuerdos
17. Ahora no
18. Luz
19. Armonía
20. Menos mal
21. Sol
22. Evaporación
23. Pez
24. Lluvia
25. Juegos
26. Amagos
28. Campanas
29. Universo
30. Finales
NUEVA NOVELA YA DISPONIBLE

27. Correr

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By xaitedax

Cepeda

Abrí los ojos haciendo un esfuerzo sobrehumano al sentir el peso de una manta caer sobre mi cuerpo.

- Lo siento. – Miriam estaba cerca de mí y se disculpó mientras acomodaba la manta de forma que mi piel estuviese completamente cubierta por esta. – Te vas a quedar congelado ahí.

Confundido, miré a mi alrededor y comprobé que me había quedado dormido en el sofá del salón.

- ¿Qué hora es? – maldije entre dientes al darme cuenta de que la realidad al abrir los ojos era apabullante; me ahogaba.

- Las nueve de la noche, dormilón. – Miriam sonrió dulcemente y se sentó en el filo del sofá. – En realidad, esperaba que la manta te despertara. Era mi excusa.

Tuve que reírme. Miriam, tan sincera, tan directa; me había costado entender su forma de ser en la academia, pero una vez que comprendí lo especial que era, no había nada ni nadie que nos pudiera separar.

- Que lagarta eres. – bromeé, guiñándole un ojo.

- Fuera ya de bromas, Aitana acaba de llegar. – su tono de voz adquirió seriedad, en su rostro no quedada rastro alguno de su anterior sonrisa. – No sé que coño ha pasado, pero confío en ti, Cepeda, y sé lo mucho que la quieres.

Las palabras se atoraban en mi garganta y le agradecí su confianza en silencio, acariciando una de sus manos y asintiendo con la cabeza.

Tras dejar un beso en su mejilla, me levanté del sofá y enredándome en la manta, me encaminé a nuestra habitación. ¿Dónde iba a estar ella si no? ¿O era mejor dejar que fuera ella quien viniera a buscarme?

Me sentía un adolescente con todos los interrogantes dando vueltas alrededor en mi cabeza. Y la verdad era que no podía encontrar una respuesta decente a ninguno de ellos.

- Te conozco lo suficiente como para saber que estás pensando si entrar o no. – la puerta de la habitación se abrió y una Aitana con el pelo mojado me miraba burlona apoyada en el quicio del cuarto de baño, justo tras de mí.

- ¿Yo? – mi risa se quedo en un bufido, víctima de mi nerviosismo. – Que va, pasaba por aquí.

Los ojos de Aitana se achinaron al reír, mientras secaba su pelo en una toalla.

- Mira que eres tonto, Luisín.

Al pasar por mi lado, dejo un beso en mi mejilla, provocando un escalofrío recorrer mi columna vertebral y dejarme sin habla.

Y tan fugaz como apareció en el pasillo, desapareció.

Arrastrando tras de sí la misma luz que lo hace una estrella fugaz al pasar.


Aitana

Ana me miraba confusa desde el otro extremo de la cama, mientras Amaia no podía esconder una mueca de confusión que por poco no hizo que estallara en carcajadas.

- ¿En qué situación estáis después de esto? – Ana no paraba de fruncir el ceño.

- Sinceramente, ni idea. – suspiré y cerré mis ojos, inspirando hondo. – Por una parte, estoy enfadada con él y con la situación. Pero, por otra parte, lo que pasó es algo que no me incumbe ya que no estábamos juntos. Y me mintió porque tenía miedo. Es decir, no tenía que haberlo hecho, pero no lo culpo.

- Definitivamente no debería de haberte ocultado eso. – Miriam se peinaba sus rizos mientras me miraba fijamente. – Pero creo que lo vuestro es más bonito que toda esta mierda.

- Totalmente, Aiti. – Amaia trenzaba mi pelo mientras hablaba. – Habéis sufrido tanto para estar juntos y ahora que estáis tan felices, no sé.

- Ella, experta en consejos. – Miriam bromeó.

- ¡Oye! – Amaia se quejó y unos mechones de mi pelo se escaparon de sus dedos. – Por tu culpa, joder.

Todas reímos ante su característica espontaneidad y sentí mi cuerpo relajado al hacerlo. Hablar con las chicas siempre me había ayudado, me hacía sentir segura de mí misma.

- ¿Te acuerdas cuando me negabas que te gustaba Luis en la academia? – Ana tomó el control de la conversación. – Siempre me decías que tenía novia, que era muy mayor... Miles de excusas con tal de no admitir tus sentimientos.

- Buah, ¿y os acordáis de que el día que por fin nos grita que le gusta van las cámaras y lo graban? – Amaia se desternillaba, tumbada en la cama. – Fue un día épico en twitter por lo que leí después.

- Que mala eres. – Ana esbozó una sonrisa y prosiguió hablando. – Te ha costado mucho llegar al punto donde ahora te encuentras. Has tenido que dejar muchas cosas que antes querías, cambiar tu forma de vida y adaptarte a la de Cepeda. Y ahora, por un malentendido, ¿vas a echar eso por la borda? Luis te quiere, Aitana. Soy tu amiga y te prometo que, si no lo viera reflejado en sus ojos y en sus actos, te diría que te apartaras de él. ¿Pero cómo voy a pedirte que te alejes si no sé cual de los dos está más enamorado de quién?

- Amén. – Miriam susurró, asintiendo ante las palabras de Ana.

Reflexioné unos breves instantes ante las verdades como puños murmuradas por Ana, y dando un pequeño salto, abandoné la cama y me dirigí a la puerta.

- Tengo un asunto que resolver. – sonreí y les guiñé un ojo. – Gracias.

- Oye. – Amaia retorció sus manos y las entrelazó en su regazo. – Cuando terminéis y eso, avisadme. Que me muero de hambre, jo.

Cerré la puerta tras una explosión de carcajadas mientras yo intentaba contener una. Sin éxito.


Cepeda

Desesperado, paseaba desde una punta del salón a la otra, ininterrumpidamente. Roi había intentado hablar conmigo, pero mis nervios y mis pocas ganas de ver a nadie que no fuera Aitana le ahuyentaron.

Normalmente disfrutaba de la soledad. Siempre me consideré una persona que no necesita estar rodeado de gente para estar bien. A veces, estar con uno mismo es más que suficiente. Y necesario.

Pero llevaba más de una hora dando vueltas y mi cabeza amenazaba con explotar. Busqué una pastilla sin éxito, trastabillando con una manta que yacía en el suelo y cayendo de bruces al suelo.

- ¿Estás bien? – la voz de Aitana chilló desde el otro extremo de la habitación, acercándose a mí en una especie de carrera que hizo que mis dolores desaparecieran.

- Si, no te preocupes. – observé a Aitana aguantar la risa, posicionando ambas manos en su boca. – Puedes reírte.

Esas palabras fueron como accionar un botón ya que las carcajadas de Aitana llenaron toda la habitación, haciéndome sonreír como un idiota, contagiándome.

-Perdón. – Aitana dejo de reír y en sus labios se instaló una preciosa sonrisa.

Levanté mis hombros quitándole importancia al asunto y me levanté a recuperar mi pastilla, que tomé de un trago acompañada de agua.

- ¿Qué te pasa? – Aitana retomó la seriedad, apoyando una de sus pequeñas manos en mi hombro.

- Me duele la cabeza. – murmuré. – Cuando me suele pasar, cojo la guitarra e intento evadirme un rato. Pero estaba en la habitación y no quería interrumpir.

- Joder. – Aitana me miró, en sus ojos había una sombra de tristeza. – Me siento fatal. Lo siento, Luis.

Sorprendido, alcé mi mirada hasta conectarla con la suya y negué con la cabeza.

- El único aquí que tiene que pedir disculpas soy yo, ¿vale? – cogí sus manos entre las mías. – Ni se te ocurra hacerlo a ti por esta tontería.

Ella bajo la cabeza y respiró hondo, cerrando sus ojos. Estaba preparándose para hablar, lo sabía. Y me daba mucho miedo que quisiera despedirse de mí; nunca había sentido una aprensión más fuerte, nunca había querido escapar de algo con tanta intensidad.

- No quiero, Luis. – susurró.

Sentí mis barreras caer, mi corazón dejar de latir. Sentí que la vida se desmonoraba, que la Tierra dejaba de dar vueltas. En unos escasos segundos, sentí que mi vida había dado un giro de 360 grados. Un giro de mierda que me dejaba hundido, envuelto en un halo de oscuridad del que no estaba seguro de poder salir.

- Lo entiendo. – mi voz sonó entrecortada. – Es totalmente lógico. Lo siento tantísimo, Aitana.

Me levanté del suelo, sintiendo que en esa habitación no había suficiente oxígeno para respirar. Era invierno dentro de mí. El puto Polo Norte estaba acampando en mi estómago en esos instantes.

- ¿Qué dices, Luis? – la cara de Aitana reflejaba confusión, mientras ella también se ponía de pie.

Y de repente, comenzó a reír de nuevo. Sus carcajadas hacían eco en mis oídos, haciéndome cosquillas.

- ¿Y ahora por qué te ríes? – lleve mis manos a mi cabeza, intentando no perder la cordura.

- Que no quiero vivir sin ti, idiota. – Aitana sonreía, acercándose a mí.

La sangre de mis venas volvió a su cauce, y en ese momento, recuperé mi calor; los latidos de mi corazón disparándose. Pero volviendo a latir.

- Nuestro amor cambia, pero nunca se extingue. – susurro, apoyando su cara en mi pecho, rodeando mi cintura con sus brazos.

- Cualquier día la lluvia nos vuelve a sentir. – canté en su oído, haciéndome acopio de su canción, aquella que yacía aún a medio escribir en una libreta.

Pude sentir su sonrisa hacerme cosquillas en mi jersey. Y yo queriéndome quedarme a vivir allí, en su sonrisa.

- No me vuelvas a mentir, por favor. – sus ojos conectaron con los míos y acarició mi mejilla. – Quiero que confíes en mí, siempre.

- Te lo prometo, cariño. – suspiré y besé su frente. – Jamás.

Me acerqué lentamente a sus labios y fue ella la que rompió los pocos centímetros que nos separaban. Una mera conexión, unos pocos segundos que me hicieron recordar cómo se sentía la electricidad entre nosotros.

- Recuerda, entre nosotros nada sale mal. – tatareó, moviendo sus caderas y provocando que un estremecimiento recorriera mi cuerpo.

Salió del salón cantando su nueva canción y bailando al son de su ritmo, haciendo que mi boca se secara.

Me guiñó un ojo y me señaló la habitación antes de entrar.

Y corrí detrás de ella.

Como un loco.

Loco por ella.


--------------

Holaaaaa :)

Aquí estoy de nuevo para traeros un nuevo capítulo, de estos largos que sé que os gustan.

Os quería agradecer por seguir leyendo, seguir votando y nunca dejar de comentar. Esta historia no sería nada si no fuera por vosotros!!

¿Os ha gustado?

Espero que sí, nos vemos pronto :)

Os leo en comentarios!!

PD: si veo que tiene muchos votos, mañana tenéis otro capítulo jeje
PD2: queda naaaada para los 40K 🤤🤤🤤🙏🏼🙏🏼

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