A Melissa la cena se le hizo pesada y larga. Le resultaba increíblemente molesto sentir los ojos de Yoona sobre ella en todo momento.
Al principio, consiguió ignorarla, pero, al cabo de un rato, comenzó a enfadarse.
—¿Tú qué opinas, Melissa? —le preguntó Eunhyuk de repente.
—Lo siento... no sé qué me habías preguntado —declaró sinceramente—. Estaba pensando en mis cosas —añadió con una sonrisa.
—Eunhyuk te ha preguntado si te has planteado la posibilidad de establecerte permanentemente en Seúl —le dijo Donghae.
—Yo... no... en fin...
—Ya veo que todavía no tienes nada decidido —sonrió Eunhyuk—. Donghae, eso quiere decir que te lo vas a tener que currar un poco más.
—La verdad es que no hay problema. Hasta que Emily no tenga que ir al colegio, nos podemos repartir entre Australia y Corea.
—Si no les importa, voy a ir a tomar un poco el fresco —anunció Melissa poniéndose en pie.
—¿Te encuentras mal? —le preguntó Donghae mirándola con preocupación.
Melissa negó con la cabeza.
—No te preocupes, estoy bien, ahora mismo vuelvo.
Yoona también se levantó.
—Voy contigo —anunció—. Necesito estirar las piernas un poco.
A Melissa no le apetecía demasiado la compañía de la otra mujer, pero no tuvo más remedio que aceptarla.