☆Punto de Vista de Corey☆
Vi como Arabelle jugaba con su pelo suave y oscuro quitándolo de su cuello. Estaba sentada en la cama leyendo, se encontraba tan absorta en el libro que no se había dado cuenta de que la había estado mirando fijamente como de costumbre. Sus dedos bailaban a lo largo de su cuello, bajando hasta el libro y cambiando la página, respiré hondo inhalando el aroma de su perfume que olía ligero y dulce.
Cada vez que la miraba me quitaba el aliento y si mi corazón pudiera latir estaría acelerado. Cuando estoy cerca de ella me pongo eufórico y realmente feliz.
No hay nada más que prefiera hacer que pasar la eternidad con ella, pero me preocupa que no pueda hacerlo. He pasado muchas noches sin dormir preocupándome por perderla.
No puedo soportar pensar en lo que haría sin ella, estaría completamente perdido y desesperado.
Todavía no puedo creer que ella estuviera comprometida con Nick, sigo intentando, pero no puedo imaginarlos juntos. Arabelle es tan dulce e inocente y Nick es ... bueno, él es un loco.
No puedo entender por qué le gustaría él, aunque tampoco entiendo por qué ella me ama. Ella es realmente mucho mejor que yo.
Pasé mi mano por la piel suave y pálida de su pierna y usé mi otra mano para pasar mis dedos por su cabello, jugando con las hebras negras y rizadas. Después de un minuto, Arabelle me miró con sus encantadores ojos marrones.
— Es realmente difícil concentrarme en mi libro cuando haces eso — dijo con su dulce voz, con una pequeña sonrisa juguetona.
Tomé el libro de sus manos y lo puse en la cama
— Has estado leyendo durante 2 horas seguidas, ¿no crees que es hora de tomar un descanso y prestarme un poco de atención? — comenté.
Besé sus suaves y pálidos labios rosados, ella sonrió y envolvió sus brazos alrededor de mí. Hubo un golpe en la puerta unos momentos después, Arabelle se levantó y fue a la puerta, suspiré y ella abrió la puerta, era su madre. Me senté y escuché su conversación, al parecer íbamos a ir a cenar.
Estábamos sentados en una limusina, de camino a un restaurante.
— Me pregunto por qué vamos a cenar — Arabelle murmuró — Usualmente solo vamos a cenar si mamá y papá tienen algo importante que decirnos.
— Me pregunto qué será esta vez — dijo Drake.
Ella comenzó a morderse las uñas, noté que usualmente hacía eso cuando estaba ansiosa. Se veía tan hermosa, llevaba un corto vestido negro sin tirantes y tacones rojo oscuro.
Me pasé los dedos por mi desordenado cabello, estaba vestido con un traje negro con una corbata a rayas negras y grises y zapatos de vestir negros.
Tomé la mano de Arabelle para impedir que se mordiera las uñas y uní mis dedos con los suyos. Llegamos a nuestro destino y entramos en el restaurante decorado de forma extravagante, Arabelle y yo nos sentamos uno junto al otro, aún con las manos entrelazadas, Drake se sentó a mi lado y sus padres se sentaron frente a nosotros.
Después de ordenar nuestras bebidas, el padre de Arabelle comenzó a hablar.
— Supongo que te estás preguntando por qué te pedimos que cenas con nosotros — dijo — Nos gustaría hablar de tu matrimonio, Arabelle.
— ¿Qué hay sobre eso? — preguntó Arabelle.
— Necesitamos saber con quién pretendes casarte, ya que no vas a casarte con Nick.
Arabelle se mordió el labio y pensó por un momento antes de hablar.
— Me gustaría casarme con ... Corey — replicó, me sorprendió lo que ella dijo y su padre y su madre me miraron.
— ¿Y supongo que tu sientes lo mismo? — me preguntó su padre.
— Claro que si — respondí.
Miró hacia abajo por un momento y suspiró.
— Arabelle, no puedo impedirte casarte con él, es tu elección. Así que ... supongo que deberíamos empezar a planificar la boda.
Arabelle se veía tan sorprendida como yo y sonrió.
— ¿En serio? — inquirió y el asintió.
— Pero tienes que tener una entrevista con la prensa, tienes que anunciar que te vas a casar con un vampiro — replicó y ella asintió.
— Bueno.
Después de la cena, caminábamos a la limusina cuando la madre de Arabelle me detuvo, ella me entregó una pequeña caja negra.
— Era de mi madre — me dijo sonriéndome, lo tomé y le sonreí.
— Gracias.
— Estoy seguro de que ustedes dos serán muy felices, les puedo decir que realmente se aman — comentó y asentí.
— La amo más que a nada.
— Bueno, me alegra que haya encontrado a alguien tan bueno como tú — agregó, sonrió una vez más y caminó hacia el auto.
Guardé la caja en mi bolsillo y caminé hacia la limusina donde Arabelle estaba esperando.
— ¿Qué quería mi madre? — preguntó y me encogí de hombros.
— Nada.
Una vez que llegamos a la casa, Arabelle y yo fuimos a su habitación, Arabelle encendió la pequeña lámpara que había junto a la cama, se sentó en el borde de la cama y se quitó los tacones, arrojándolos en dirección al armario. Me paré junto a la puerta y la miré.
— ¿Qué? — inquirió y sacudí la cabeza.
— Eres adorable — respondí, sonrió y miró hacia abajo.
Saqué la caja de mi bolsillo y jugué con la caja mientras caminaba hacia Arabelle, ella la notó.
— ¿De dónde...?
— Tu madre — dije.
— Oh.
Me paré frente a ella mientras se sentaba en la cama mirándome, me arrodillé y abrí la caja, revelando el anillo brillante que se alojaba en su interior. Sus mejillas se pusieron rosadas y se mordió el labio, ocultando una sonrisa que me hizo sonreír.
— Arabelle, ¿te quieres casar conmigo?
— Sí — respondió suspirando.
Saqué el anillo y lo deslicé en su dedo, me puse de pie sosteniendo sus manos entre las mías y la besé. Nos acostamos en la cama y nos abrazamos.
— Bueno, esta ha sido una noche sorprendentemente agradable — comentó y respiré una risa.
— Estas minimizando como realmente es esta noche — agregué sonriendo.