Next To Me. «Camren»

De Ohfoundpain

287K 16.2K 1.7K

Si no confías en mí, no podemos estar juntas. -Lauren. Iniciada: 19 de Diciembre, 2015. Terminada: 5 de Enero... Mais

Next To Me.
Capitulo 1.
Capitulo 2.
Capitulo 3.
Capitulo 4.
Capitulo 5.
Capitulo 6.
Capitulo 7.
Capitulo 8.
Capitulo 9.
Capitulo 10.
Capitulo 11.
Capitulo 12.
Capitulo 13.
Capitulo 14.
Capitulo 15.
Capitulo 16.
Capitulo 17.
Capitulo 18.
Capitulo 19.
Capitulo 20.
Capitulo 21.
Capitulo 22.
Capitulo 23.
Capitulo 24.
Capitulo 25.
Capitulo 26.
Capitulo 27.
Capitulo 28.
Capítulo 29.
Capitulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53. Final.
Epílogo.

Capítulo 46.

2.3K 141 10
De Ohfoundpain

Capítulo 46.

Abrí mis ojos lentamente, lo que ya me generó ansiedad a los segundos después, sólo por ver la blanca pared de la habitación frente a mí.
Mi cuerpo estaba fatigado y agotado, mi garganta dolía, mis ojos ardían, las manos me temblaban y cosquilleaban. Me estaba derrumbando en este lugar.

Ayer por la mañana había tenido otro cuadro delirante, detonado por la ansiedad que me provocaba este lugar.
Estaba en un estado completamente desequilibrado, y no sentía que este lugar pudiera continuar ayudándome.
Ya habían pasado tres semanas y yo estaba devastada. Necesitaba salir de aquí.

Sarah: Buenos días. -dijo en un susurro, entrando a mi habitación para saber si estaba despierta.- Hey.. ¿Cómo te sientes?

No respondí. Simplemente me cubrí con las mantas hasta la cabeza, escuchando como ella reía, sentándose en el borde de la cama.

Sarah: Te traje desayuno para que te sientas mejor. -quitó con cuidado las mantas de mi rostro, y me sonrió.- También es hora de tus medicamentos.

-No los quiero. -me senté en la cama, mientras ella me acercaba la bandeja con comida que anteriormente había dejado en el mesón, dejándola a mi lado.- No funcionan.

Sarah: Sabes que no hay medicamentos para el tratamiento contra el consumo de anfetaminas, Lauren. -me mostró los frascos de mis medicinas que estaban en una de sus manos.- Pero no significa que no te ayuden. Sólo.. todo esto tardará más de lo que se tarda el tratamiento contra otras drogas.

-Quiero salir de aquí.

Sarah: Te quedan meses, Lauren. -susurró, resaltándome la situación en la que me encontraba.- Ahora come y ya no te verás tan destrozada.

Reí con sencillez, intentando parecer ofendida, provocando su risa.
Ella intentaba ayudarme, sabía que quería hacerlo, pero simplemente nada de esto estaba en sus manos. No dependía de ella.

Comí un poco, intentando ignorar la mirada fija que Sarah tenía sobre mí. Como si esperara que hiciera o mencionara algo.

-¿Qué pasa?

Sarah: Hoy iba a venir Camila.

Levanté mi mirada, y me senté mejor en la cama, sin comprender muy bien la situación.
Ella lucía triste, y me asustaba, sobre todo al referirse a mi ex novia.

-¿Iba?, ¿A qué te refieres?, ¿Ella está bien?

Sarah: Estaba programado, pero con lo que te sucedió ayer... tu psicólogo no le permitirá verte. Te restringió las visitas, Lauren.

Negué con rapidez, sin querer creer que esto estuviera pasando después de todo.
Mi estómago se contrajo, y mis manos volvieron a temblar.

-Pero necesito verla.

Sarah: Ella vino esta mañana. Habló unos momentos con tu psicólogo y debió irse.

-Él.. él no puede hacer esto.

Sarah: Lo siento, pequeña. -suspiró, situando uno de mis cabellos tras de mi oreja.- Pronto podrás verla.

-¿Puedo llamarla?, ¿Puedo hablar con ella?

Sarah: No lo creo. -negó.- Deberías acabar de desayunar y luego ir a tu sesión de hoy. Tal vez puedes solucionarlo.

-¿La viste? -ella asintió.- ¿Ella cómo está?

Sarah: Está bien. -sonrió.- Es muy bonita.

Asentí, bajando la mirada a mis manos, soltando una lagrima, la que Sarah secó con cuidado cuando esta resbaló por mi mejilla.
Estaba triste, porque la extrañaba mucho. Necesitaba verla, y sentir que realmente valía la pena el que yo estuviera en este lugar. Necesitaba sentir que no estaba muriendo aquí.

Sarah: Sé que no estás bien aquí. Pero.. has mejorado, Lauren. Llegaste bastante mal, y ahora ya no hay siquiera temblores visibles, o una abstinencia notable. Estás mejorando.

Sonrió, y se levantó, saliendo de la habitación.
Permitiéndome que volviera a llorar cuando me vi sola nuevamente, y sintiendo cómo mi corazón comenzaba a doler. No había enojo, ni impotencia, simplemente estaba triste. De estar aquí, y de no poder ver a Camila.

Una hora después ya me encontraba dando vueltas por el pasillo, sin querer tocar la puerta que estaba tras de mí.
Ahora mucho menos al saber que él era el responsable de que no haya podido ver a Camila hoy.
Lo odiaba. Odiaba este lugar, y me odiaba por haber llegado hasta aquí.

xx: Estás tarde.

Escuché tras de mí, obligándome a voltear con rapidez.
El hombre con mirada suspicaz estaba de pie en el marco de la puerta, con sus brazos cruzados por sobre su pecho y esperando que entrara.

Con torpeza pasé por su lado, yendo directo al asiento. Sujetando mis manos para que dejaran de temblar, esperando que el hombre se sentara frente a mí.
Mis labios temblaban, tal vez por el dolor de mi garganta que me avisaba el llanto que estaba atrapado.

xx: ¿Cómo te sientes hoy?

-Yo.. quería ver a Camila. -susurré, mirando de reojo cómo se sentaba.- Necesitaba verla. Usted lo sabía.

xx: Lauren, no estás en condiciones.

-Por favor, ella..

Insistí con desesperación, pero él me interrumpió con dureza.

xx: Hablé con ella. Sobre lo que pasó antes de que llegaras aquí... sobre las peleas, los golpes a tu mejor amiga, tus tíos..

-Necesito verla.

Repuse, mirando fijamente mis manos que comenzaban a sudar.
Me estaba comenzando a marear, y sentía el lugar cada vez más pequeño.

xx: No, Lauren. -concluyó, sin siquiera mirarme.- Vamos a trabajar con lo que tenemos, ¿De acuerdo? Estás sola, por lo que debes mejorarte sin ayuda de alguien.

-Pero.. estoy mejorando, y..

xx: No estás mejorando, en lo absoluto.

Me interrumpió nuevamente, y por fin me miró. Su mirada me intimidaba y me asustaba, y es que se sentía como si quisiera lastimarme.

-Sarah dijo que..

xx: Sarah es enfermera. -alzó la voz, logrando que me hundiera un poco en mi asiento, cada vez sintiéndome más pequeña.- ¿Has pensado en asistir a los talleres que realizamos?

Negué con cautela, ya sin querer mencionar ni una palabra.
Ya me estaba molestando, y mi respiración, junto con mi pulso, se estaban acelerando. Iba a explotar.

xx: Deberías considerarlo. -se cruzó de brazos, y me miró con el ceño fruncido.- Tal vez eres buena en algo que no sea sólo dar golpes por todas partes.

Y exploté.
Me levanté de la silla y di unos cuantos pasos hacia atrás, hasta que mi cuerpo fue detenido por la pared.
Me levanté tan rápido, que la silla cayó hacia atrás, haciendo un gran ruido que me alteró aún más.

-No eres nadie para estar diciendo esto...

Le hablé como si le escupiera las palabras. Llena de enojo e impotencia. Estaba cansada de él, y de todo lo que este lugar me estaba haciendo. Estaba cansada de sentirme asustada y tan pequeña.

xx: Te estoy abriendo los ojos.

-Criticas todo lo que pasa conmigo. -alcé la voz, llevando mis manos a mis muslos, y apretando con fuerza para que el poco control que tenía se mantuviera conmigo.- Dices que.. que estoy sola, que no hay... nada.

xx: No tienes nada, Lauren. -habló más calmado, sin levantarse de su asiento.- No vas a mejorar si no tienes razón para hacerlo. Debes mejorar con lo que tienes. Nada, en este caso.

-Estás enfermo.

Reí con sarcasmo, mirando el techo del cuarto unos momentos, sin creer nada de esto. ¿Realmente estaba sola?, ¿No tenía nada?

xx: Yo no soy el que está encerrado en este lugar.

Volví a mirarlo, para luego salir corriendo del lugar.
Mi cabeza me estaba atormentando, dando vueltas una y otra vez en torno a la idea de que estaba sola después de todo. Me estaba hundiendo, y llevaba a todos conmigo. Toda mi vida he estado enfocada en lastimar a los que amaban, y acabé en este lugar. Ahora lastimándome a mí misma. Destruyendo todo a mi paso, y ahora que no me quedaba nada. Sólo faltaba destruirme a mí.

Entré a la que era mi habitación y llevé ambas manos a mi cabeza, sin saber qué hacer, o en qué pensar.
Mi pecho ardía, y dolía cada bocanada de aire que entraba a mi cuerpo. Todo estaba cayendo a mis pies y no tenía la menor idea de cómo solucionarlo.

Sarah: Lauren..

Entró a la habitación, pero sin acercarse a mí, lo que agradecí internamente.
Apoyé mi espalda en una de las paredes, y me dejé caer al suelo, ya con las lágrimas cayendo por mis mejillas.

-No puedo. -solté en un sollozo, mirando a Sarah quien se comenzó a acercar lentamente a mí, arrodillándose para quedar a mi altura.- No puedo.

Sarah: Mírame. -susurró con delicadeza, llevando una de sus manos a mi rostro.- Vamos, cariño. ¿Qué sucede?

-Necesito irme.

Rogué, llorando con fuerza y abrazando mis piernas con ambas manos. Intentando trasmitirle toda la desesperación y el miedo que me estaba consumiendo.

Sarah: Hey.. debes calmarte.

-Necesito salir de aquí. Por favor... por favor. Ayúdame.

Ella analizó un poco mi rostro, y soltó un suspiro.
Su silencio provocaba que mi llanto inundara la habitación, y me angustiara aún más. Tal vez por sentir que tampoco ella podría ayudarme.

Sarah: Debes prometerme que irás a otro lugar por ayuda. No puedes quedarte sin un tratamiento. -soltó por fin, mientras secaba mis lágrimas con uno de sus pulgares. Yo asentí confundida.- Está bien.

Ella se levantó y sacudió sus manos. Era algo que yo solía hacer para quitarme los nervios.
Me miró un par de segundos, tal vez para confirmar mi estado ya acabado, y soltó una bocanada de aire.

Sarah: Espera aquí.

Y salió de la habitación.
Mis ojos se nublaban, y sólo podía pensar en dejarlo todo.
Sarah volvió minutos después, arrodillándose frente a mí nuevamente, y mostrándome mi teléfono.

Sarah: Lo colocaré en mi bolsillo trasero derecho, junto con mi tarjeta de acceso. -susurró, guardándolo donde había dicho. Sin quitarme la mirada de encima.- Saldré de aquí, irás tras de mí y los quitarás. Necesito que se vea de tal manera que parezca un robo, o que en realidad no estoy involucrada en esto. ¿Lo entiendes?, pueden despedirme, cariño.

Asentí, intentando formular alguna palabra de agradecimiento, pero no podía al estar sintiendo que el miedo dejaba lentamente mi cuerpo. Que ya podría salir de este lugar.

Sarah: Correrás hacia la puerta de la izquierda, y saldrás con la tarjeta. -continuó.- Luego sólo la dejas caer.

-¿Por qué haces esto?

Sarah: He trabajado aquí por años, y sé identificar cuando alguien ya no puede más. -sonrió cálidamente.- Te llamaré mañana por la mañana, y te puedo ayudar para buscar otro lugar en el que puedas continuar tu tratamiento. Este no es el correcto para ti.

Asentí con euforia, abalanzándome a sus brazos para abrazarla con fuerza. Intentando que el llanto se detuviera, pero se me hizo imposible, tal vez por no saber el qué me lo provocaba. Si la tristeza, el enojo, o el sentimiento de libertad.

Sarah: Escúchame bien. -se alejó, y sujetó mi rostro con ambas manos.- Debes ingresar lo más pronto posible a otro centro de rehabilitación, porque irán por ti, y si te encuentran... volverás aquí.

Volví a asentir, mientras ella me ayudaba a levantarme.
Besó mi cabeza, y salió de la habitación.
Por unos momentos me quedé paralizada, tal vez por la adrenalina que comenzaba a invadirme.

La seguí cuidadosamente, e hice todo lo que me dijo. Todo siendo tan rápido, que ni siquiera me permití pensar en lo que estaba sucediendo. Hasta que me encontré corriendo por el pasillo hacia la salida del lugar, escuchando gritos a mi alrededor, personas corriendo tras de mí y todo volviéndose una locura.
Cuando abrí la puerta de acceso pude sentir cómo el alma me volvía al cuerpo, mientras corría como si mi vida dependiera de ello. Tal vez porque así era.

Dejé caer la tarjeta ya fuera del centro de rehabilitación, y continué corriendo sin saber a dónde ir, o qué hacer. Me vi realmente sola.
Cuando la respiración ya no entraba a mis pulmones, tuve que dejar de correr, dejando mis manos sobre mis rodillas para intentar calmarme un poco.

Había llegado a un parque, no muy lejos de casa. Teniendo que sentarme en unas de las bancas, negando rotundamente la idea de ir a mi departamento. No podía ir allí. No cuando aún me encontraba en proceso de rehabilitación, y ese siendo el lugar que podría derrumbarme.

Tomé mi teléfono que había dejado en uno de mis bolsillos y marqué rápidamente a Camila, con mis manos temblando y aún no logrando que mi respiración se regulara. Aún intentado olvidar las palabras de mi psicólogo. Convenciéndome de que nada era cierto. No quería que fuera cierto.

Pero ella nunca contestó, y todo se vino abajo. Porque realmente no tenía nada, ni a nadie, y me vi allí. Sentada en un parque con nada más que mi teléfono y las lagrimas mojando mis manos. Sin razones, sin ganas.

Insistí por quinta vez en llamarla, y nuevamente nada pasó. Sólo fui recibida por el buzón de voz, y tal vez por la desesperación o la soledad, acabé por dejarle un corto mensaje. Mientras me levantaba de la banca y caminaba hacia el gimnasio que quedaba a unas cuantas calles.
Era lo único que me quedaba, y quería demostrarme a mí misma que no se trataba únicamente de dar golpes por todas partes como me habían dicho.

Continue lendo

Você também vai gostar

9.7K 402 56
Camila Cabello tiene la vida perfecta: Sus padres la aman, tiene mucho dinero ya que su papá es dueño de: Cabello's Enterprise, tiene el mejor novio...
134K 6.4K 31
Ambos viven en la masía. Desde que se conocen Héctor siempre la ha molestado. Y ella no piensa nada bueno del él. Pero todo cambiará tras un trabajo...
604K 29.9K 35
Una figura prominente entre la élite de la moda de la ciudad de Nueva York, Camila Cabello es una exitosa mujer de negocios y madre soltera de un ado...
2M 86.1K 74
Camila le ensañara a Lauren que no todo se gana teniendo un rostro bonito, para Camila la belleza mas importante es la de dentro. Por naturaleza ella...