Akira había despertado finalmente, algo que perturbó de cierta manera a Hinami, y lo que provocó que el plan que Ayato y Hajime se retrasase un poco.
Esa tarde, Ayato fue por Hajime, para poder hablar de lo ocurrido con Hinami y Akira.
– Yo...no puedo dejar a Hina así, debo apoyarla.
– Lo entiendo. Está bien, podemos hablar con Tn luego, cuando Fueguchi se recupere.
– ...Gracias...por entender...
– Claro.
– ¿Chicos?
Ambos giraron, viendo a aquella pelinegra mirarlos con curiosidad. Tn ladeó la cabeza a un lado, se le hacía raro ver a aquellos dos hablando en secreto, como si planearan algo, después de casi irse a los puñetazos hacia uno par de días atrás.
– Kitten, ¿Sucede algo?
– Eso quiero saber yo. Ustedes dos han estado hablando demasiado, es...raro.
– No te preocupes, todo está bien. Ya terminamos –miró al peliazul.– ¿Cierto, Kirishima?
– Ahm. Claro.
– ...De acuerdo... –asintió, no muy convencida.
– En fin, voy adentro, le dije a Touka que le ayudaría con unas cajas –se acercó a ella.– Vamos, Kitten.
– Ahm... ¿Puedo ir después? Yo...quiero hablar con él...un minuto.
– ...Está bien –acarició su mejilla.– Te veo adentro.
El rubio continuó caminando y se adentró a la cafetería, para ayudar a su amiga con aquellas pesadas cajas. Tn volvió la vista al peliazul y se acercó un poco a él; Ayato sólo la miró, con curiosidad.
– ¿Qué sucede?
– ...Deberías estar con Hinami, ¿No? Es decir...ella está mal.
– ¿Tú cómo-?
– Touka y Kaneki me contaron –interrumpió.– Ella...pasó por lo mismo que yo, sus padres también fueron asesinados por el CCG. Y ahora ella debe convivir con la hija del hombre que mató a su madre, debe ser algo duro.
– ...Lo es, ella...está realmente afectada ahora que despertó.
– Entonces ve con ella y dale consuelo. Tú eres su novio, seguro te necesita.
– Tn... ¿Por qué haces esto?
– Porque conozco su dolor. Como novia de un investigador, he tenido que convivir varias veces con palomas, y...fue duro, pero Hajime siempre me contuvo y apoyó. Hinami no es una mala persona, lo sé por lo que me han contado de ella. No merece tanto dolor.
– ...Tú tampoco lo merecías...Lo siento.
– Está bien. Por ahora...dejemos nuestra historia de lado. Ve con ella. Trata de hacer feliz a una mujer al menos –sonrió.
– ... ¿No te molesta?
– No debería, eres su novio, y yo estoy comprometida.
– ...Tn-
– Ve. De seguro sabes dónde se oculta ahora.
– ...Lo sé.
– Bien –sonrió.– Debo ayudar a Touka-chan también. Te veo luego.
La pelinegra giró y volvió dentro del café, para ayudar también a su amiga con las cosas de la tienda. Ayato sólo la observó alejarse, pensando en el enorme corazón que aquella joven poseía; suspiró y giró, yendo en busca de Hinami.
Cuando Tn entró a la cafetería, Hajime la miró y se le acercó, pues ella tenía una mirada algo triste.
– Kitten –llamó. Ella lo miró.– ¿Todo bien?
– Sí –sonrió.
– ¿Qué pasó?
– Nada. Él...fue a consolar a su novia.
– ¿Estás bien con eso?
– Yo se lo pedí. Además...yo estoy comprometida, ¿Cierto? –abrazó el brazo de él.
El rubio sonrió.
– Claro –besó su frente.
[Árbol Aogiri – Ruinas de la Base del Distrito 19]
Ayato entró a aquel lugar en ruina, encontrando a Hinami de pie en medio de aquel salón, de espaldas a la puerta.
– Hinami –llamó.– ¿Qué pasa? ¿Por qué me trajiste aquí? –preguntó. Después de todo, ella lo había llamado allí.
– Nada –contestó.– Ella... –apretó los puños.– al parecer recobró la conciencia.
– ... ¿Tú la odias?
– Yo...Ella no me hizo nada directamente, sabes. Pero...es complicado.
– El hecho de que esté en Cabra, sí.
– Cada vez que la veo, no importa cuánto lo evite, no puedo dejar de recordar a mi mamá y papá. Supongo que un día me acostumbraré, también. Como cuando raspas repetidamente la piel, esta crece dura y gruesa. Pero...de alguna manera, pienso que eso será una desgracia para sus memorias. Yo quiero...quiero recordarlos cuando yo quiera hacerlo, y algún día quiero ser capaz de percibir lo que les ocurrió de manera positiva...ser capaz de tomar esto y conectarlo con todo lo demás. Es por eso...que todavía...no puedo... –dijo mientras se quebraba.
La castaña llevó sus manos a su rostro y se encorvó levemente, comenzando a llorar. Ayato la observó unos segundos, sintiendo pena por ella, y se le acercó, para tocar su hombro.
– Ven aquí –murmuró.
Hinami giró mientras seguía llorando. El peliazul la abrazó, tratando de consolarla.
[Departamento]
Hajime se sentó junto a su bella prometida, con dos tazas de café en sus manos, y luego le entregó una para llamar su atención. Tn se sobresaltó un poco, pues estaba muy inmersa en sus pensamientos, lo miró y sonrió, tomando la taza.
– Gracias.
– ¿Sigues pensando en él?
– ¿De qué hablas? –preguntó inocente.
– Sabes de qué hablo.
– ... –bajó la mirada.
– Tn...
– No pensaba en él –lo miró.– Vi a tu madre hoy.
– No cambies el tema. Está bien, ¿Sabes? No me molestaré contigo.
– ...Está bien. Yo...pensaba un poco en eso, sí... –admitió algo avergonzada.
– Entiendo.
– Pero no debería, no puedo ponerme celosa ni nada, es decir...ella es su novia, y yo estoy contigo, además yo le pedí que fuera.
– Kitten, los celos son algo normal. Somos personas, es normal sentir celos a veces...mientras no se lleven al extremo, claro.
– Sabes que aún siento cosas por Ayato.
– Sí.
– Pero no puedo hablar de esto con él, no ahora. No sería justo para Hinami, con el momento que está pasando ahora...
– Kitten...eres demasiado amable –sonrió.– Tienes un corazón de oro, ¿Sabes?
– ... –sonrió.– Gracias.
– Está bien. Touka y yo nos encargaremos de arreglar las cosas entre Akira y Hinami, como un favor a Kaneki. Ya sabes, es difícil para él tenerlas en la misma organización después de todo lo que pasó.
– Claro. Está bien, adelante. Por favor dime si hay algo en lo que pueda ayudar.
– De acuerdo. Por ahora, termina tu café y vamos a la cama, es algo tarde ya.
– Sí –asintió y bebió.– Por cierto...era verdad que hoy vi a tu madre.
– ¿Ah sí? –bebió.– ¿Dónde? ¿Ella te vio?
– Cuando fui a comprar con Touka-chan. Íbamos a cruzar y ella estaba al otro lado de la calle. Quería saludarla, pero Touka-chan dijo que sería mejor que no, por si acaso.
– Ya veo –rió.– Bueno, Touka está en lo correcto. Por nuestro bien y el de mis padres, es mejor no tener contacto con ellos hasta que las cosas calmen un poco.
– Está bien –asintió.– Pobre, seguro está preocupada por ti.
– Por ambos –corrigió.– Ella te quiere mucho también.
Tn sonrió, con un leve sonrojo; era cierto, su suegra siempre la había tratado como a una hija.
– Me gustaría decirle que estamos bien...los tres –miró al pequeño cachorro, acariciando su cabeza.
– Si no saben de nosotros, Furuta no puede hacerles nada.
– Cierto –bebió.
Conversaron un poco más hasta acabar el café, luego Hajime lavó las tazas y ambos fueron a la habitación. Tn se cambió de ropa y se recostó con Hachi a su lado; el rubio también se cambió, y luego se recostó a su lado.