☁ Eight ☁

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[3 años atrás...]

Tn estaba de pie frente al espejo del baño, observando la marca oscura que tenía bajo su ojo izquierdo. Soltó un largo y pesado suspiró mientras cerraba los ojos, lavó un poco su cara y volvió a mirarse al espejo, sobresaltándose al ver a Ayato de pie en el umbral de la puerta.

– A-Aya-to-kun... –tartamudeó nerviosa.

– ¿Cómo está tu ojo?

– Ahm. Bi-Bien...creo...

– ... –suspiró.– Lo siento.

La chica bajó la cabeza. Ayato se acercó a ella y la tomó de los hombros, haciéndola sobresaltar.

– Tranquila.

– ...

– ¿Te duele? Dime la verdad.

– ...Sí... –murmuró.

– Lo siento, en serio.

– ...Es...la tercera vez...desde lo que pasó en el Distrito 20.

– ...

– Dijiste que no...no ibas a hacerlo de nuevo –dijo con un nudo en su garganta, mientras sus ojos se cristalizaban.

– Lo siento, de verdad lo siento –la giró, para mirarla de frente.– Soy un bruto.

– ...

– Ven aquí –la abrazó.– No volveré a levantarte la mano de nuevo, lo prometo.

– ...Tú...siempre prometes... –murmuró.

– Esta vez es en serio...no volveré a levantarte la mano...no volveré a golpearte de nuevo ni a gritarte...No importa cómo, no lo haré de nuevo...

– ...

Tn tragó saliva y soltó un sollozo, comenzando a llorar finalmente. Ayato frunció el ceño, abrazándola más fuerte, se sentía terrible al hacerla llorar de esa manera...de nuevo.

[Semana siguiente]

En la semana que pasó Ayato se alejó de Tn, hablándole sólo lo suficiente y casi sin prestarle atención, algo que se le hacía extraño a la chica, y le dolía también. Una semana después, la joven decidió enfrentar a su novio.
Ella entró a aquella sala, viendo al peliazul sentado con su teléfono en la mano.

– A-Ayato-kun... –llamó, algo temerosa.

– ¿Qué quieres? –preguntó, más frío que de costumbre.

– Ah...Yo... ¿Hice algo mal?

– ¿Ah? –levantó una ceja, sin mirarla aún.

– Tú...estás muy frío...y alejado... ¿Hice algo mal? ¿Tú...estás molesto conmigo? ...Si hice algo mal...lo siento, de verdad –sollozó, mientras sus ojos se cristalizaban.

– ...Tch –suspiró.– Tonta –la miró.– No estoy molesto.

– ¿Entonces...qué sucede?

– Nada. No sucede nada.

– Pero tú...

– Tn...Ven aquí.

 – ...

La chica asintió y se acercó a su novio, sentándose junto a él. Ayato tomó aire y la miró, aún serio.

– Tn...Me aburrí, no quiero seguir con esto.

– ¿Qué?

– Eso.

– ¿Tú...estás...estás  terminando...conmigo? –tartamudeó, comenzando a soltar lágrimas.

Yuanfen ☁ Ayato KirishimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora