Yuanfen ☁ Ayato Kirishima

☁ Twenty-five ☁

[Enero]

Tn despertó, se incorporó en la cama y estiró. La puerta del cuarto se abrió, y por ella entró Hajime, cargando una taza.

– Buenos días, Kitten –sonrió, cerrando la puerta tras de sí.

– Buenos días –sonrió.

– Te traje un café –se acercó a ella y le entregó la taza.

– Gracias Gatito –besó su mejilla.– ¿Dónde está Hachi?

– En el sofá. Está encantado con su hueso de juguete –rió.

– Ya veo –sonrió.– ¿Es muy tarde? Me dormí tarde anoche.

– Lo sé, te oía ir de aquí a allá –acarició su cabello.– ¿Ocurre algo?

– No, nada. Ha de ser el estrés –bebió.– ¿Cuándo debemos ir con Kaneki?

– En un hora. Termina tu café y alístate.

– Sip –sonrió.

Hajime besó la frente de la chica, sonrió y salió de aquel cuarto. Tn bebió su café, y al terminarlo se levantó de la cama para alistarse. Una hora después, ambos salieron del departamento y subieron al auto, yendo al edificio de la familia Tsukiyama en donde se reunirían con Kaneki y el resto de los ghouls.
La pareja había tenido que dejar su antiguo departamento para mudarse a uno nuevo, pues sabían que tarde o temprano el CCG los buscaría allí. Desde lo ocurrido aquella noche en el Kokuria, Hajime perdió toda comunicación con sus padres y Tn con sus amigas de la universidad; debido a lo que pasó, tuvieron que pasar a la clandestinidad, ocultándose con cubre-bocas, lentes y demás al salir, y usando nombres falsos cuando era necesario. Ninguno trabajaba ya, y ella no volvió a la universidad; sin embargo, no se preocupaban mucho por el dinero, pues Hajime tenía mucho ahorrado.

Llegaron al lugar de reunión, donde estaban todos los ghouls que habían quedado del ya extinto Árbol Aogiri, además de Tsukiyama, Kurona y Hinami.
Ayato, al oír aquellos pasos, se giró, viendo a Tn junto a aquel rubio. Cruzó miradas con el humano y ambos fruncieron el ceño, luego dirigió la vista hacia la chica, quien se encogió de hombros y volteó la mirada con pena.

– Tn... –murmuró.

Hinami observó a Tn unos segundos, luego miró al peliazul y bajó la mirada. No era tonta, sabía lo que pasaba.

Antes de que alguno de los cuatro dijera algo, la puerta del lugar volvió a abrirse, dando paso a Kaneki, quien venía acompañado de Touka, Yomo, Nishio y la Escuadra 0. Todos comenzaron a discutir sobre la situación y sus puntos de vista, pero la mente de Tn estaba en otro lado, enfocada precisamente en Ayato y Hajime.

– Kitten –llamó. Ella lo miró.– ¿Estás bien?

– Ahm. Sí –sonrió.– Lo siento. Sólo...tengo un poco de sueño.

– Está bien –sonrió.– Podrás descansar cuando regresemos a casa.

– Sí –asintió.

– Aquí, hoy, por este medio –habló Kaneki, quien daba su discurso.–, daré inauguración a una organización anti-humana.

Pasos se oyeron acercarse. Todos giraron, viendo llegar a todos aquellos ghouls que habían huido del Kokuria gracias a Kaneki aquella noche, encabezados por Fuka.

– Ellos son... –murmuró Tn.

– Seh.

Todos aquellos ghouls se arrodillaron, con la cabeza gacha, frente a Kaneki.

– Primero hablaremos con el CCG –se quitó su parche.– Nuestra organización será llamada como Cabra (Negra).

Todos quedaron en silencio observando al auto-proclamado "Rey de Un Ojo", Kaneki. Tn tragó saliva y sujetó la mano de Hajime fuertemente.

[Día siguiente]

Banjou estaba sentado en un banquillo, frente a una cama, observando a Akira, a quien Kaneki le había dejado a cargo. Hinami estaba junto a él, acababa de traerle una taza de café.

– Nunca he arreglado uno, sabes. Un humano –dijo el mayor.– Ni sé si lo que hice estaba bien...Al menos ese chico me ayudó con ella.

– ¿Hablas de Hajime-kun?

– Sí, él –hizo un pausa.– ¿Tú estás bien, Hina...?

Ella lo miró con curiosidad.

– Esta persona, a tu padre, bueno... –pensó un momento.– Olvídalo, olvida lo que dije. Supongo es por eso que todos en mi banda dicen que no tengo delicadeza. Bueno, yo no...

– Esta persona...es importante para mi hermano –sonrió levemente.

Banjou sonrió y giró la mirada hacia Takizawa, quien dormía sentado en el suelo. Alguien llegó y golpeó levemente la puerta para llamar la atención. Ambos lo miraron.

– Hola –sonrió.

– Hajime-kun –sonrió ella.

– Hola –sonrió el mayor.

– ¿Cómo está Akira?

– Sigue igual.

– Ya veo –se acercó a la joven rubia.– Está más pálida...

– ¿Ella estará bien? –preguntó la castaña.

– Eso espero... –la miró.– Conseguiré a alguien que la cure.

– ¿Cómo?

– Tengo mis contactos –sonrió
Ella sonrió.

– ¿Dónde está Tn-chan? –preguntó el mayor.

– Con Touka –lo miró.– La iba a ayudar a ordenar unas cosas en el café.

– Ya veo –bostezó.

– Estás cansado.

– No ha dormido –dijo Hinami.

– ¿No?

– No quiero perderla de vista –se excusó, refiriéndose a Akira.

– Entiendo... ¿Por qué no vas a dormir un poco? Yo vigilaré a Akira mientras.

– ¿Estás seguro? –el rubio asintió.– ¿Y qué hay de Tn-chan?

– Está ocupada con Touka, no te preocupes. Ve a dormir un poco.

– ...De acuerdo –se levantó.– Tomaré una siesta rápida –se acercó y le palmeó el hombro.– Gracias –murmuró.

– Claro –sonrió.

Banjou se fue a dormir un poco. Hajime se sentó en el banquillo en donde estaba el mayor y miró a la rubia.

– Ahm... ¿Quieres un café? –ofreció la menor.

– No, gracias –sonrió.

– Tú...vas a casarte con la ex-novia de Ayato-kun, ¿Cierto?

– Sí, bueno...eso teníamos planeado. Las cosas se han complicado un poco.

– Ya veo... –pensó un momento.– Ahm...Hajime-kun, ¿Ella...aún piensa...en Ayato-kun? –preguntó algo avergonzada.

– Ah...Bueno...

[:re]

Tn estaba ayudando a Touka a ordenar algunas cosas en el café. La peliazul tomó una caja que reposaba sobre la barra y fue a la bodega para guardarla; Tn, mientras, ordenaba las tazas y limpiaba las cafeteras. La puerta se abrió de pronto, ella giró rápidamente, y Touka se acercó al umbral que daba a la parte pública de la cafetería.

– ...A...Aya... –tartamudeó.

– Ayato –dijo Touka.– ¿Sucedió algo? Creí que estarías con Miza y el resto.

– No había nada qué hacer, además...tengo un asunto más importante que atender –miró a la pelinegra.– Tn, ¿Podemos hablar? ...A solas.

– ...Ahm –tragó saliva.