☁ Nine ☁

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Hajime entró al departamento, dejó su maletín sobre un mueble y luego colgó su abrigo blanco.

– Kitten –llamó.

Se encaminó al living room, donde finalmente encontró a su novia dormida en el sofá. Sonrió y la despertó.

–Ey, Kitten. Despierta.

– Hmm...

La chica jadeó y abrió los ojos, mirando a su novio.

– Haji... –restregó sus ojos y se incorporó.– Lo siento, me dormí y no te preparé la cena.

– Está bien, Kitten –sonrió.– La cena no es problema. ¿Estás bien? Tienes los ojos algo...hinchados.

– Ahm. Sí, lo estoy.

– Kitten...

El chico se arrodilló frente a ella y tomó sus manos.

– ¿Qué pasó? ¿Volvieron a atacarte? –preguntó preocupado.– Dime Kitten.

– No, nadie me atacó –sonrió.

– ¿Entonces?

– No es nada.

– Tn...por favor...

– ...Yo... –bajó la cabeza.– No te enojes...por favor...

– Kitten...Sabes que no te regañaré ni nada, dímelo.

– ...Me encontré...con Ayato...

– ¿Te hizo algo?

– No, no. Es...la segunda vez que lo veo...

– ¿Segunda? ...Ya veo.

– Lo siento, no debí habértelo ocultado.

– Está bien, ese no es problema. Quiero saber por qué lloraste.

– Él...me besó.

– ¿Qué?

– ¡Lo siento! Yo no quería hacerlo, él-él me...me besó y yo... –sollozó.– Lo siento, no debí dejarlo, pero...pero yo...

– Está bien, Kitten. ¿Pasó algo más?

– No. Yo...tomé a Hachi y salí corriendo... –sollozó.– Lo siento –secó sus lágrimas.– Iré a prepararte la cena y...comprenderé si te molestas conmigo.

– Kitten... –sonrió y se levantó.– Ven aquí –extendió los brazos.

Tn lo miró con algo de sorpresa, sabía que Hajime era bueno, pero realmente se esperaba que él se molestara y le gritase, como Ayato hacía antes. Tragó saliva y se levantó, abalanzándose a sus brazos, comenzando a llorar. Él la abrazó con fuerza, acariciando su cabello para calmarla.

– Está bien, ya.

– Tú... ¿N-No estás...molesto?

– Siendo sincero...me da algo de celos. Pero no importa, confío en ti –besó su cabeza.– Te quiero Kitten, te amo mucho, me gusta estar contigo. Sin embargo...si algún día decides regresar con él, lo entenderé.

– Gracias... –sonrió y lo miró.– Te quiero.

– Te amo –la besó.– ¿Por qué no vas a la cama y descansas? –propuso, secándole las lágrimas.– Yo iré enseguida.

– Pero...tu cena...

– Está bien, no te preocupes, me cocinaré yo. Ve a descansar.

– Gracias –sonrió.– No te duermas tarde.

– No te preocupes –sonrió.– Descansa.

– Tú también.

Se besaron. Tn se dirigió al cuarto. Hajime, por su lado, fue a la cocina para prepararse algo de cenar.

[1 Semana y media después]

Diciembre llegaba a su fin, y con ellos las fiestas, Navidad y Año Nuevo. La noche del 24, Tn y Hajime se alistaron y salieron del departamento, rumbo al Chateau donde vivían Haise y los Quinx, para tener una cena navideña entre colegas del CCG.

[Chateau]

El timbre sonó. Haise corrió a la puerta y abrió, sonriendo al ver a la pareja al otro lado.

– Hajime, Tn, bienvenidos.

– Buenas noches Haise –saludó.

– Buenas noches –sonrió.

– Por favor, pasen –dijo, haciéndose a un lado.

Tn entró, seguida de Hajime. Haise cerró la puerta y los miró.

– Ten, traje un vino –le entregó la bolsa alargada que cargaba.

– Ah. No debiste molestarte, gracias –sonrió.

– Es un vino italiano, perfecto para la ocasión.

– Muchas gracias. Lo abriremos en la cena.

La pareja saludó a todos los que estaban allí, mientras Haise guardaba el vino en la nevera hasta la cena.
La noche pasó con tranquilidad, todos se divirtieron.

[Día siguiente]

A la mañana siguiente, Tn y Hajime se levantaron temprano para alistarse e ir a almorzar a casa de los padres del rubio.
El gran portón se abrió y el vehículo entró a la residencia.
La familia Fukui era muy adinerada, su casa era una mansión de tres pisos, de gran cochera y muchas habitaciones, las suficientes para dedicar cada una a una actividad diferente (entretenimiento, ejercicio, etc.); el jardín delantero era bastante grande, y el trasero aún más; y por supuesto, tenían sirvientes y guardias de seguridad en la entrada de la residencia.
El rubio estacionó y bajó, para luego dar la vuelta al auto y abrirle la puerta a su novia, ayudándola a bajar. Él vestía elegante como siempre, con su traje negro de camisa blanca, además de sus costosos zapatos y su rolex de oro; ella traía un vestido negro de mangas a los codos y cuello de camisa blanco, un par de zapatos negros con algo de tacón y un largo abrigo blanco. El chico llamó a la puerta, y un hombre de traje negro y cabello cano les atendió, el mayordomo de la familia.

– Oh. Joven Hajime, señorita Tn, bienvenidos –saludó, haciendo una leve reverencia.

– Hola Takanori.

– Adelante, por favor –se hizo a un lado.

Ambos entraron. El mayordomo los llevó hasta el living room, donde estaban los padres del chico.

– Señor y señora Fukui, llegaron los jóvenes.

– ¡Hijo! –gritó la mujer, levantándose.

La mujer abrazó a su hijo, emocionada.

– Hola hijo –sonrió el hombre, levantándose también.

– Ay mi niño, estás tan grande –rió, sujetándole las mejillas.– Y Tn –la miró.– ¡Oh niña! Estás hermosa como siempre –sonrió, sujetándola también de las mejillas.

– Hola suegra –rió.

– No, no. No me digas suegra, ya te lo dije, puedes llamarme mamá también –rió.

– C-Claro –rió.– Hitomi-oka-san, ¿Así?

– Sí –rió.

– Oh. Mi yerna sigue hermosa, como siempre –rió.– Bueno hijo, vamos a almorzar –revolvió su cabello.

Los cuatro se dirigieron al comedor, donde tomaron asiento para que los sirvientes les sirviesen el almuerzo y una copa de vino. Claro, los padres de Hajime sabían que Tn era un ghoul, y por eso habían pedido algo 'especial' para ella al cocinero de la casa.
Tras la comida, se sirvió el postre, una tarta de chocolate con crema. Luego, se dirigieron de nuevo al living room donde tomaron asiento para beber café.

Yuanfen ☁ Ayato KirishimaWhere stories live. Discover now