Tn soltó un largo y pesado suspiro, para luego sumergirse por completo en el agua caliente de la tina. Tras llegar, Hajime le había preparado la bañera para que se relajase después de lo ocurrido. El rubio estaba en la cocina, preparando un café para su novia mientras hablaba por teléfono con Touka.
– No sé qué le ocurrió, sólo me llamó asustada.
– Ya veo...Pobre Tn –suspiró.– Lo siento, debí haber esperado a que Yomo regresara para enviarlo a él.
– Está bien, no es tu culpa.
– ¿Está bien ya?
– Sí, sí. Le preparé el baño para que se relaje, y ahora le preparo un café para que tome cuando salga.
– Eres muy dulce, Hajime.
– Sólo trato a mi novia como se merece –sonrió.
– Sí...Bueno, avísame cualquier cosa.
– Claro. Trataré de que me diga qué pasó, mañana te llevo la bolsa con las cosas que le pediste comprar.
– Está bien, no te preocupes. Cuida de ella.
– Lo haré. Hablamos luego, Touka.
– Claro. Adiós.
La llamada terminó. El chico soltó un largo suspiro y terminó de preparar el café, luego se dirigió al sofá. Tn bajó las escaleras, con el cabello mojado y vestida con su pijama.
– Ven aquí, Kitten –tomó su mano y la llevó al sofá, sentándola en él.– Toma, te preparé un café para que te calmes un poco –le entregó la taza.
– Gracias. Estoy bien.
– ¿Segura?
Ella asintió. Él se sentó a su lado.
– Cielo... ¿Qué ocurrió ahí? Alguien te hizo algo malo, ¿Cierto? Dime quién y qué hizo, le daré una lección con la policía.
– ...Y-Yo... –bebió un poco.
– Está bien, si quieres podemos hablarlo luego.
– No, está bien...Yo sólo...tomé un taxi. Quería llegar pronto al café para ayudar a Touka y tomé un taxi, pero...ese hombre...se desvió del camino y frenó bajo la carretera...y él...él se abalanzó sobre mí...y...y...
– ¿Te tocó indebidamente?
– Me tomó del cuello primero, y luego me...abrió la camisa...Su sonrisa era horrible, y...y... –sollozó.– Él...
Tn no terminó de hablar, terminó llorando. Hajime suspiró y la abrazó, calmándola.
– Kitten...Está bien, ya. No volverá a pasarte nada malo otra vez.
– O...Ok... –tragó saliva.– Yo...Lo golpeé con mi kagune...y luego le tiré gas pimienta –lo miró.– Fue...buena idea que me lo compraras.
– ... –sonrió.– Lo que importa es que estás bien –besó su frente.
– Él...creo que...era un ghoul...
– ...Ese sujeto... ¿Miró directamente a tus pechos...o a tu cicatriz?
– Ahm... –pensó un momento.– Ahora que lo dices...Miró mi cicatriz –dijo, llevando una mano a su vientre.
– Hijo de... –murmuró y suspiró.
– ¿Haji?
– Si no me equivoco, el maldito que te atacó era Torso.
– ¿Torso?
– Un ghoul que está buscando Haise. Según sabemos, sus víctimas son mujeres con cicatrices.
– ... ¿Es muy...peligroso?
– Kitten...es mejor que no sepas los detalles, ah –sonrió.– Tú cálmate, lo atraparemos –besó su frente.
– ¿No debes ir a trabajar?
– Está bien, si me dicen algo me las arreglaré. Me quedaré aquí para ti hoy.
– No, no. No quiero que tengas problemas, ve al trabajo.
– Está bien, no te preocupes.
– Cariño, insisto. Puedo quedarme con Hachi –sonrió.– Estaré bien si me quedo aquí.
– ...Kitten...No, no te dejaré sola, la pasaste muy mal ya –acarició su cabello.– Termina tu café y seca tu cabello, no quiero que te resfríes.
– ...Está bien –sonrió.
[Noche siguiente]
Saeki estaba sentado en el suelo, con las manos sobre su cabeza mientras se lamentaba de su pelea con los Quinx. Ayato llegó a donde estaba él y se le acercó, había crecido bastante en aquellos tres años, vestía de negro y traía una máscara negra de conejo.
– Cuando te unes al Aogiri, no puedes simplemente dejarlo –dijo.– Te daré un consejo. La gente de arriba no son suaves como nosotros...Piensa en lo que estás haciendo.
– Mi cara fue expuesta...Incluso si voy a otra parte...
– Saeki –llamó.
– ¿S-Sí? –lo miró.– Umm...Es Ayato. Ayato...
– ...No te pongas rarito –se quitó su máscara y movió la cabeza a los lados, sacudiendo su cabello para acomodarlo.– Hay algo que quiero preguntarte –lo miró.– Eres taxista, ¿No? –el contrario asintió.– Tú... ¿Viste alguna vez a una chica...de cabello negro y ojos azules? Debe medir 160 cm más o menos, tendría ahora 17 años, cumplirá 18 dentro de poco.
– ...Cabello negro, ojos azules... –repitió, pensativo.– ¿Delgada?
– Seguramente.
– ¿Es un ghoul?
– Uh. Sí.
– ...La llevé ayer. Tenía una cicatriz en el vientre. Quise atacarla, pero ella me golpeó con su kagune y me tiró gas pimienta. No sabía que era un ghoul.
– ¿Que tú hiciste qué? –preguntó serio, levantando una ceja de incredulidad.
– Era bonita. Lastima que escapó de mí... ¿La conoces?
Ayato frunció y se acercó a él, tomándolo de la camisa. Saeki comenzó a temblar, le temía a aquel chico.
– Dime que no la tocaste –dijo más serio aún.
– Sólo le abrí la camisa. No pude hacer mucho, ella me atacó.
– ...Eres un...
El peliazul frunció el ceño y le dio un puñetazo a aquel sujeto, arrojándolo al suelo, luego apretó la mandíbula.
– Su nombre es Tn. Y si vuelves a verla más te vale que te alejes de ella, porque si la tocas de nuevo te haré lamentarlo, ¿Entendido?
– S-Sí –asintió, sobando el golpe.
– Más te vale –chasqueó la lengua.– Una pregunta más. ¿Había un tipo llamado Sasaki...dentro de los Quinx?
[Día siguiente]
Tn salió de la escuela y corrió al auto de su novio, subiendo en él.
– ¿Cómo te fue? –preguntó él.
– Bien –sonrió y lo miró.
– Genial –sonrió.– Te llevo a casa para que te cambies y luego a la cafetería.
– Gracias.
El chico arrancó el vehículo y comenzó a conducir hasta el departamento.
El vehículo estacionó frente a la cafetería. El rubio bajó y corrió al otro lado, para abrirle la puerta a su novia, ayudándola a bajar.
– Ya sabes, si debes salir sólo llámame, yo te llevaré y te traeré.
– Pero tu trabajo-
– No importa eso –interrumpió.– No pueden despedirme, y si lo hacen puedo conseguir otro. Lo importante es tu seguridad, Kitten.
– ...Claro. Está bien –sonrió.
– Bien –sonrió.– Ve, cuídate y ten un lindo día –besó sus manos.– Suerte.
– Gracias. Ten un buen día también –sonrió.
– Gracias. Llámame cualquier cosa.
– Sí.
El rubio sonrió y besó su frente, esperó a que ella entrara a la cafetería y luego volvió a subir al auto, para dirigirse al CCG.
– Buenos días –saludó.
– Buenos días, Touka –sonrió.– Lamento haber faltado dos días, yo-
– Está bien, no te preocupes. Hajime me dijo todo, y me trajo la bolsa con las cosas que compraste ese día. Discúlpame tú a mí por haberte enviado y hacerte pasar por tan mal momento.
– Está bien, no sabías que podría pasarme algo.
– ¿Ya saben quién fue el tipo que te atacó?
– Haji dice que puede haber sido un ghoul conocido como Torso, por el modo en que me atacó.
– Un ghoul, ah...
– Sí. Tomó mi declaración y la llevó al CCG, pero no me dijo mucho, no quiere que me preocupe pensando en los detalles de todo el caso.
– Ya veo. Bueno, espero que lo atrapen, fue un maldito.
– También lo espero –hizo una pequeña pausa.– Bueno, empecemos así podemos abrir.
– Claro –sonrió.