Mine

By hopelanzani

150K 8.9K 2.3K

Un trato. Eso era todo lo que se suponía que era. Un acuerdo entre dos personas. Sólo eso. More

Sinopsis "Always Mine"
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Sinopsis "Never Mine"
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26

Capítulo 8

1.6K 117 27
By hopelanzani

Me paso toda la noche vomitando sin parar, vaciando todo lo que ingerí ayer por la noche.

Siento las lágrimas formarse en mis ojos, tirada en la cama, sin haber podido pegar un ojo desde que volvimos hace seis horas. Estoy cansada, dolida, y harta.

El golpeteo en la puerta me saca de mi trance, y miro hacia la puerta a tiempo para ver a alguien intentando abrirla desde fuera. La cerré con llave nada más volví. No puedo dejarlo estar cerca. Me confunde demasiado. Y no puedo destruir una familia por puro egoísmo, aunque me rompa el corazón en mil pedazos.

Britney está embarazada. De Peter. De Peter. Sólo ante ese pensamiento, siento como me vuelve a subir la bilis a la garganta. No puedo deshacerme del malestar que me produce eso.

—Lali —susurra una voz del otro lado de la puerta. No contesto. No puedo—. Lali, sé que estás despierta. Ábreme.

Niego con la cabeza, aunque no pueda verme. Las lágrimas ya han caído, y no puedo hacer nada respecto a ello. —¿Por qué le echaste el pestillo? —suelta un suspiro largo—. ¿Qué ha pasado para que volvamos a esto? —siento como se me encoge el corazón con su pregunta—. Nena, sea lo que sea, déjame intentar solucionarlo al menos —me pide, su voz triste y apagada.

No se en qué momento mis pies se levantaron de la cama, y se dirigieron frente a la puerta, pero ahora que estoy aquí, dejo caer mi frente encima de la madera sin hacer ruido. —Ábreme, por favor. Necesito verte —ruega, su voz entrecortada.

Inspiro hondo, pero no doy el brazo a torcer, costándome horrores no poder estar con él ahora mismo. Pero es lo mejor, es lo que debo hacer.

Siento como se levanta, sus pisadas fuertes al irse por el pasillo, y me siento en el suelo contra la puerta, sin poder parar de sollozar.

En un santiamén, tengo a Peter delante. —Pero... ¿Qué? —me sorprendo. Soy incapaz de pronunciar nada más. ¿De donde ha salido? ¿Cómo ha entrado?

Sus brazos me levantan del suelo, pero antes de que pueda moverme, me suelto de su agarre, empujándole con fuerza. —¿Qué pasa? —me pregunta, tristemente.

—¿Cómo has entrado? —no es la pregunta que quería hacerle, pero es una de las muchas que me tiene confusa.

—Por el balcón —mis ojos se dirigen hacia el, y en ningún momento me he dado cuenta de sus puertas abriéndose y cerrándose. ¿Cómo lo ha hecho tan silenciosamente? —Años de experiencia —contesta, aunque no haya pronunciado mi duda—. Siento haber entrado por ahí, pero no querías verme, y eso no me lo puedo permitir —dice juguetonamente, mientras me lanza una de sus sonrisas.

Aparto la mirada, insegura de como echarlo. Me tambaleo un poco en mi lugar, aunque el alcohol ya se haya ido casi por completo de mi sistema, pero eso no evita que Peter me agarre para estabilizarme. Me suelto de su agarre con fuerza.

—¿Qué mierda pasa, Lali?

—No me toques —le escupo. La tristeza dando paso al enfado. ¿Cómo se atreve a hacerme sentir así cuando ha estado divirtiéndose por ahí mientras yo estaba en la miseria? Cabrón.

—Pero, ¿qué te pasa? —pregunta algo confuso.

Me cruzo de brazos, no dejando intimidarme. Lo odio. Lo odio tanto como lo quiero. Sacudo la cabeza. No. Basta ya. —¿Estuviste con Britney? —mis palabras lo sorprenden, pero no se retira.

Frunce el ceño, aunque responde. —Lali, ya sabes que...

Lo interrumpo, ya sabiendo donde va su explicación. —Me refiero a recientemente —digo, con convicción.

—¿A que viene esto? —su pregunta no es la respuesta que esperaba, y me apoyo contra la pared por seguridad. Siento que en cualquier momento voy a flaquear. De la nada, me vuelvo a poner recta, no pudiendo dejar que me afecte.

—¿Estuviste con ella mientras estábamos juntos? —le pregunto, enfadada, dando unos pasos hacia él, pero cuando él no se retira, me quedo quieta en mi lugar.

Peter se mofa. —Sabes que no —su voz es fría y calculadora, y veo su transformación de caliente a helado pasar rápidamente. Pero no le presto atención—. Sabes que no estuve con nadie más desde que te conocí —me confiesa. Mi corazón de un vuelco, pero lo detengo.

—¿Ni siquiera los meses que pasamos separados? —le pregunto, rígida.

Peter transforma su cara de repente ante la mención de esos dos meses. Los recuerdos aún muy presentes en nosotros. Veo el dolor reflejar en sus ojos, y aparto la mirada. —¿Qué más da? —mis ojos se levantan nuevamente—. Tú me dejaste. No estábamos juntos —sus palabras no me reconfortan, sino que me confunden aún más que antes. Me dejan saber todo lo que necesitaba. Me acaba de decir que no estuvo con nadie, sin embargo, confiesa que no importa si lo hubiera estado porque no estábamos juntos.

—Eres increíble —suelto, mientras bufo exageradamente.

Peter se acerca hacia mí, pero me retiro antes de que pueda tocarme. —No, joder, no —se pasa una mano por el pelo, exasperado—. No me acosté con ella —escupe, tenso.

—¡No te creo! —le grito, intentando contener las lágrimas que están a punto de caer sin cesar.

—¿Se puede saber qué coño te pasa? —lo miro sin decir nada, y abro la puerta, en señal de que se vaya—. ¿A qué viene todo esto?

Su pregunta me altera. —¡A que está embarazada de ti! —le grito, con furia. Las lágrimas caen de la rabia—. Eres un hijo de puta.

Peter se queda quieto unos instantes. Sin decir nada. Me mira, pero su rostro no revela nada. Y después se ríe. —Estás de coña —suelta, en tono burlón.

—No te vuelvas a acercar a mí —le digo—. Sólo me haces daño. Y estoy harta. Harta de sufrir así por alguien que no me quiere. Que me menosprecia. Cuando yo lo único que he hecho ha sido quererte. Y perdonarte. Siempre te tengo que perdonar, y estoy cansada. Quiero estar con alguien que para él yo sea lo más importante en su vida. Alguien que no me haga daño a propósito. Alguien que no me engañe.

—Joder, mierda —maldice entre dientes.

Me deja un poco aturdida ante sus palabras, pero al instante veo a Britney entrar en la habitación sin preocupaciones. —Tenías que decírselo tú, ¿no es así? —me escupe ella, posicionándose al lado de Peter. Los observo juntos, y me entran nauseas nuevamente. No puedo hacer esto.

—Mierda, Britney. ¿De qué coño está hablando? —pregunta Peter, alterado.

Britney aparta su mirada de la mía, y mira a Peter a los ojos. Agarra sus manos, y las pone en su panza con ternura. Y solo con ese acto, salgo corriendo de ahí. No puedo soportarlo. Lo odio.

No sé a donde me dirijo, pero cuando salgo al jardín, está Liam ahí parado. Tiene algo en la mano, pero no puedo ver muy bien el que. —¿Lali? —me pregunta, cuando se da cuenta de mi aparición. Guarda lo que sea en su bolsillo, mientras me mira preocupante.

Me lanzo a sus brazos, y lo abrazo mientras sollozo. Tengo que ser fuerte.

Liam me abraza con ternura, y me separa de él para observarme—. ¿Qué te hizo? —pregunta, y me encojo de hombros.

Tengo que empezar una nueva etapa de mi vida. Una que no involucre a Peter Lanzani. Tengo que hacerlo por él, por mí, pero sobre todo por su hijo nonato.

—Sácame de aquí, por favor.

Aún me cuesta digerir la idea de Peter estando con otra. Con Britney. Creando su familia feliz. El estómago se me revuelve, y siento el dolor en la parte baja de ella, expandiéndose por el resto de mi cuerpo.

—Si haces eso, eres hombre muerto —la voz de Peter retumba por el lugar, y me encojo, escondiéndome detrás de Liam. No es justo para él, pero no puedo dejar que llegue a mí.

—Es su elección, Lanzani —me defiende Liam, y se lo agradezco con un apretón en el hombro.

—Lali —la voz de Peter es extremadamente calmada, considerando lo agitado que aparenta—. Tienes diez segundos para venir hasta aquí.

—No —balbuceo.

—No quiere ir contigo, hombre —intenta hacerle entender Liam.

—Lali —la voz grave de Peter vuelve a hacer eco en el lugar—. Cinco.

Ignoro sus demandas. Y salgo corriendo del lugar. En dos pasos Peter está a mi lado, pero también lo está Liam. —No la toques —ladra Peter.

A la vez que lo hago yo. —No me toques —los dos me sueltan de inmediato.

—Eres una hipócrita —me insulta Peter, y Liam se lanza para atacarlo. Peter lo esquiva fácilmente, y Liam cae de bruces contra el suelo. Dejando a un Liam al suelo recuperándose para encontrar su respiración nuevamente.

—¿Yo hipócrita? ¡Tú! Hijo de puta, tú —le grito a pleno pulmón, y corro a ayudar a Liam para que se levante con menos dificultad—. Deberías irte —le susurro al oído para que Peter no pueda escucharnos. No quiero que le haga más daño. No se lo merece.

—No pienso dejarte sola con éste. Está sacado —escupe Liam al hablar.

Peter tensa la vena en su cuello. —No lo sabes tú bien, y si en tres segundos no le has sacado las manos de encima. Te las arranco del cuerpo. ¿Está claro?

Liam me mira expectante, y le asiento con una sonrisa para aliviarlo. Él niega, pero lo hago marchar. No puedo involucrar a terceros. No es justo. —No puedes solucionarlo todo con la violencia —le digo a Peter, una vez veo a Liam entrar a la casa nuevamente.

—Él se lo ha buscado.

—Me da igual —me cruzo de brazos—. No tenías ningún derecho a pegarle así. No te hizo nada.

—Me privó de verte a ti.

—Eso es porque yo no quiero verte.

—Veo como te mira —me confiesa—. Te tiene ganas.

—Bueno, entonces esa es decisión mía si se las quito o no, ¿no te parece? —insinúo, escupiendo las palabras que se que lo van a molestar a propósito. Y sé que he logrado mi objetivo cuando me arrincona contra un árbol.

—No —suelta, el susurro en mis labios—. Porque eres toda mía.

Siento mi corazón golpetear fuertemente contra mí pecho. El leve susurro provocando un escalofrío en todo mi ser. —Me das asco ahora mismo —le escupo—. Tanto como me lo doy yo.

—¿Pero que mierda importa si está embarazada? —exclama Peter, furioso.

—¡Que te acostaste con ella mientras estábamos juntos! —le grito.

Peter bufa, mientras se pasa una mano por el pelo nervioso. —Por última vez, que no me acosté con ella.

Ruedo los ojos, mientras suelto un exagerado suspiro. —No te creo. Eres un mentiroso.

—¿Y la vas a creer a ella? —se mofa.

—Al menos ella va de frente —pauso unos segundos—. Desde que nos conocimos lo único que has hecho ha sido mentirme, y lo he pasado todo por alto porque creía que nunca me harías algo así —no puedo evitar sollozar—. Pero lo has hecho. Y tenías a miles para escoger, pero de todas ellas, ¿tenías que elegir justamente a Britney? —levanto la vista, para ver su mirada. Se muestra indiferente, y eso me ayuda a continuar—. Tú y yo no funcionamos bien, Peter. Nunca lo hemos hecho, aunque nos empeñemos en intentarlo. Yo creo... —titubeo—. Creo que lo mejor va a ser que ya no lo intentemos más.

—¿Lo mejor para quién? —pregunta, inexpresivo.

La rabia me consume. El ardor apoderándose de mi cuerpo. —Para tú hijo, imbécil —le grito, con ira—. No quiero que me toques —siseo—. No quiero que me hables —le digo, con crueldad—. No quiero que me mires —la cólera hablando por mí—. No quiero que hagas nada respecto a mí. Para ti no existo, así que déjame en paz.

Peter me mira confuso un par de segundos, pero se relaja al instante. Con dos pasos grandes, se acerca a mi posición. —Nena, no me hagas esto. Te necesito —acaricia su nariz gentilmente contra mi mejilla, e inspiro hondo para guardar ese momento por el resto de mi vida.

Mi mente regresa a todos esos momentos que vivimos. El primer día que nos vimos. Cuando nos conocimos, y hablamos por primera vez. Su voz tan autoritaria, tan demandante, con un único sólo propósito. Y fue todo cada vez más intenso después de eso. Cómo me cautivó con una simple mirada. Como me enamoró con su forma de ser. Cómo me sigue produciendo exactamente el mismo sentimiento después de todo lo que ha pasado. Por eso, sé que esta es la decisión correcta. Mi corazón late por él, y soy débil en lo que a Peter se refiere. Vamos a terminar destrozándonos tarde o temprano, si no lo hemos hecho ya. Necesito terminar esto. De una vez por todas. Peter va por lo que quiere, y obviamente me quiere a mí, daño hecho o no, así que tengo que ser completamente clara con él. Necesito hacer esto por mí. Al menos una vez.

—No puedo hacer esto —me planto segura.

Sus manos bajan para acariciar mis brazos, calientes y fuertes. Tan malo, pero tan bueno a la vez. Me deja completamente aturdida. —¿De qué estás hablando?

Inspiro hondo, y me aparto de su agarre, sabiendo que es la única manera que voy a poder continuar. —Sólo me haces daño, Peter. Te lo he dicho varias veces ya, pero nunca me escuchas, y estoy harta. Esta vez de verdad. No hay vuelta atrás.

—Lali, te lo he dicho veinte veces ya. No. Me. Acosté. Con. Britney —declara, enfatizando cada una de sus palabras.

—Me da igual —miento—. No se trata sólo de eso. Eres un cabrón, y no te perdono. Ya no. Esto se ha acabado, y te lo digo muy en serio. En cuanto pueda irme de aquí, me largo.

Doy media vuelta, dispuesta a marcharme, pero su mano sale para agarrar mi brazo. Me gira para que lo mire, y forcejeo intentando soltarme de su agarre, pero me resulta imposible. —Teníamos un trato —se apresura en decir, preso del pánico.

—Suéltame —le digo, entre dientes, mientras tiro de su brazo, y, sorprendentemente, me deja ir.

Camino con paso rápido, prácticamente corriendo, hasta mi habitación, intentando contener las lágrimas que están a punto de salir. No puedo llorar. Ahora no. Y me apresuro a hacer mi maleta, poniéndolo todo dentro de cualquier manera. Lo que sea para salir rápido de aquí y no tener que cruzármelo otra vez. No podría soportarlo.

Obviamente, el destino, o Peter, tiene distintos planes para mí, ya que se presenta en mi cuarto sin ser invitado.

Peter me estudia, su expresión ilegible. Dura. Pero no doy el brazo a torcer. Sigo con lo mío, ignorándolo.

—¿Qué estás haciendo? —se digna a hablar.

Cierro la maleta con dificultad, y me giro para mirarlo. —Me voy a casa —y es la verdad—. A mí casa. Lejos de ti.

—Lali... —intenta decir, pero no le dejo ocasión.

—Me heriste de la peor forma, Peter. Me has hecho daño. Pensé que, de ti, nunca vendría un dolor tan aterrador, pero has sido tú el causante de ello. No puedo seguir así. Hemos terminado.

—No te puedes ir —declara, seguro. Frío incluso.

—Mírame —siseo.

Me giro, mientras levanto la maleta de la cama, y la dejo al suelo. —Teníamos un trato —repite sus palabras de antes—. Ya son dos veces que rompiste tu promesa —exclama, detrás de mí.

—Yo no he roto ninguna promesa —me defiendo, no sabiendo porque me importa tanto eso con todo lo que se nos viene encima.

—Te escapaste antes de que pasaran los seis meses —su voz es calculadora, y fría—. Te estás escapando otra vez. El trato era tres meses. Sólo llevas uno.

—¡¿No te das cuenta de que no puedo seguir haciendo esto?! —le grito, enfurecida—. Sal del medio —le espeto, cuando intento salir, pero su cuerpo ocupa toda la puerta, no dejándome escapatoria.

—No puedes irte, Lali —se cruza de brazos, tranquilo, apoyándose casualmente contra la madera.

—Déjame ir, Peter —contesto yo, segura.

Me ignora por completo. —Si lo que quieres es no verme, entonces dalo por hecho —mis ojos confusos lo miran en duda—. No te voy a hablar, no te voy a mirar, no me vas a apenas ver. Te doy mi palabra —el dolor se apodera de mi cuerpo. Eso es lo que quiero, ¿verdad? Entonces, ¿por qué duele tanto escuchar esas palabras proviniendo de él? Asiento despacio, mi garganta seca—. Te prometo que, si te quedas, voy a desaparecer para ti, pero necesito saber que estás aquí.

Me quedo en blanco, insegura de lo que está sugiriendo. —Esta es tu casa —digo, lo único que sale de mi boca.

—En realidad, no lo es —su declaración me deja aturdida. ¿Cómo no? —Y si en algún momento rompo esa promesa, entonces te vas.

Sus palabras me enfurecen. —No puedes dejarme hacer algo, si quiero me voy —la rabia me consume—. Ya he tenido suficiente contigo, apártate —me planto delante de él, pero Peter no se mueve ni un centímetro.

—Lali, por favor —me pide—. Sabes que no es seguro, y no solamente para ti. Lucy sigue desaparecida, y ellos se irían contigo —declara lo obvio, refiriéndose a Stella y Will, atacando mi punto débil—. Los necesitamos aquí. Y a ti también. Dos meses. Y no me ves el pelo. Pero no puedes irte. Quédate, por favor, y voy a desaparecer —dudo, con sus palabras. ¿Qué es lo mejor para hacer?

Miro a sus ojos verdes. El resplandor en ellos brillantes e intensos. Trasmitiéndome todo tipo de sentimientos encontrados. ¿Cómo alguien puede hacerme sentir así? ¿Cómo puede él hacerme sentir de esta forma? ¿Cómo si mi vida estuviera en sus manos?

—Si me quedo —titubeo mis palabras, insegura de qué esté considerando ese hecho—. No vas a tocarme —vuelvo a repetir mis palabras de antes—. No vas a hablarme. No vas a mirarme. No vas a estar cerca de mí.

Peter me mira cabizbajo. Su mirada me lo dice todo. Sus ojos pierden ese color intenso que tanto me cautiva, y me mira dolido. Apenado. Bajo la expresión en sus ojos se esconde algo. Algo misterioso. —Te lo prometo —suelta esas palabras como si le doliera pronunciarlas. Me mira, tristemente, por última vez, y asiente con una débil sonrisa, antes de dar media vuelta, y salir por la puerta sin mirar atrás.

Dejándome sola.

Vacía.

Sin Peter.

Continue Reading

You'll Also Like

3.7M 162K 134
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...
7.1M 151K 35
Molly Johnson es una mesera y necesita juntar mucho dinero para salvar a su hermana. Axel Cavelli es un exitoso empresario y necesita una novia por t...
395K 25.7K 28
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca. -¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen. -Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a e...
896K 46.8K 36
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...