Estos días no dejo de pensar en Peter. Todos me han hecho pensar si debo darle otra oportunidad a él, que debería arriesgarme. La verdad Peter se ha portado muy bien y no hay ningún momento que no dejo de darle vuelta al asunto. Peter me ha demuestra día a día el amor que siente por mí, solo que no se que me ocurre, quiero darle una oportunidad, pero hay algo que me detenga.
Estoy en mi cuarto y como toda las noches no puedo dormir sin dejar de pensar si debo darle o no esa oportunidad de la cual él tanto me pide. Suspiro y escucho la puerta abrirse y sonrió al ver la pequeña figura de mi pequeño.
— Mami, no puedo dormir. — dice con su voz soñolienta.
— Ven aquí. — mi pequeño corre y sube a la cama hasta situarse en mis brazos. Me abraza apoyando su cabecita en mi estómago. — ¿Por qué no puedes dormir?
— Porque me gustaría que mi papi estuviera con nosotros. Todos mis amigos dicen que los papis deben estar juntos. ¿Por qué no dejas que papá este contigo? Así podemos ser una familia.
— Es complicado, cariño.
— Pero quiero a mi papi contigo mami. Dile que se venga a vivir con nosotros.
— Duerme mi amor. — comienzo a cantarle y mi pequeño se comienza a dormir.
Hasta mi pequeño quiere que esté con su padre. La verdad si no lo intento nunca voy a saber si puedo estar con Peter. Debe ser momento que dejé mis miedos y de una nueva oportunidad al amor.
Al día siguiente: llevo a Erick al kínder, lo despido de un beso en la mejilla. Lo veo irse con la maestra. Nerviosa, saco mi celular y le envío un mensaje a Peter para que nos podamos ver en una cafetería la cual le doy la dirección. Tomé una decisión y si no me animo hacerlo ahora; nunca lo voy hacer. Entro a mi auto y conduzco hasta la cafetería.
Al llegar; entro y me siento esperando a Peter. Pido un café ya que no puedo controlar mis nervios. Al poco tiempo lo veo aparecer, me pongo recta, él se acerca y no deja de sonreír.
— Me alegra mucho que seas tú que nos pida vernos. — se sienta. — espero que no sea para nada malo.
— Yo... Bueno Peter lo estuve pensando muy bien. Tú estás siendo muy atento conmigo, me tienes mucha paciencia, cada vez que yo te digo que no me siento preparada para volver a intentarlo. — empiezo a decir y no puedo evitar morderme mi labio inferior.
— Sabes que te amo y no pienso rendirme.
— Peter, yo.... Quiero que sepas que si quiero volver a intentarlo.
— ¿De verdad? — asiento. — ¡mi amor! — se levanta de golpe y se pone de rodillas tomando mis manos. — no te vas arrepentir mi amor, te voy a demostrar que día a día te haré la mujer más feliz.
— Eso espero..... — no puedo evitar que mi voz suene algo temblorosa. — Peter, te estoy dando está oportunidad porque siento que tenemos que intentarlo, pero te pido que si pasa algo entre nosotros no quiero discusión frente a nuestro hijo y si nuestra relación no da para más, dejar todo y ser amigos.
— Eso no va pasar pequeña. — me hace que me ponga de pie. — nunca voy a hacerte daño, voy hacer que cada día sea mágicas para nosotros. Podemos empezar los planes de la boda y.....
— Peter detente. No estoy pensando en casarnos.
— Pero, me estás diciendo que me estás dando una oportunidad.
— Así es Peter, pero quiero que empecemos lento, como novios. Hay que ver cómo van las cosas.
— Sí es lo que quieres. Por mi está bien. ¿Puedo darte un beso?
Nerviosa asiento. Peter se acerca lentamente su cabeza mis labios y los une conmigo, formando un suave, lento y tierno beso. Aunque mis miedos no se me quitan, la verdad extrañaba estar así con Peter. Escuchamos un carraspeó. Me separo de Peter poniéndome sonrojada al ver al camarero.
Nos quedamos un poco más de tiempo para comer algo. Peter me habla de cómo va todo en su consultorio. Que arregló su agenda para que pueda tener espacio para ir a la fundación.
Lo que me cuenta Sandra que muchas de las chicas problemáticas han cambiado su forma de ser, desde el momento que Peter llegó a la fundación. Peter tiene una magia para que una pueda abrir a él.
Como cada uno tiene su propio asuntos con nuestros trabajo, nos despedimos con otro beso y cada quien se va por su camino.
Peter.
Estoy tan emocionado que quiero gritar y cantar. Por fin logré que Lali me de esa oportunidad que tanto llevo esperando toda mi vida. Por fin puedo sentirme feliz porque conseguí que Lali me quiera. Ahora que me dio una nueva oportunidad, le voy a demostrar que todos esos miedos que tiene hacia mí, no tendrá que sentirlo porque la voy hacer feliz.
Con una gran sonrisa, llego a mi consultorio y saludo a mi secretaria con gran alegría. Así paso toda la mañana, atendiendo a mis pacientes con felicidad y ellos se contagian con tal alegría mía. Cuando tengo un tiempito libre, pido a una tienda de flores que le envié una jazmines a la empresa de Lali, con una nota donde le digo: Gracias por esta oportunidad que me diste, te prometo, no te juro que te voy hacer la mujer más feliz.
Cuando veo la hora, se que mi hijo va salir del Kínder. Le envío un mensaje a Lali para que sepa que yo iré por nuestros hijo. Ella me envía un okay y me agradece por las flores. Me despido de mi secretaria me voy rumbo al kínder. Bajo de mi auto, entro y escucho papá por parte de Erick y vine corriendo hacia mí. Lo tomo en brazos dándole un beso en la mejilla.
— Hola campeón. ¿Cómo te fue hoy?
— Bien, papi. La maestra nos hizo cantar y dice que tengo una hermosa voz.
— Me da mucha alegría hijo. — llego a mi auto.
Lo meto poniéndole el cinturón de seguridad. Subo y empiezo a conducir.
— Hijo te voy a contar algo muy bueno.
— ¿Que papi?
— Tu mami y yo somos novios.
— Yeiii. Ahora vamos a vivir juntos.
— Todavía eso no va poder ser, hijo.
— Pero eres novio de mami.
— Así hijo, pero no puedo vivir con ustedes, hasta que lleguemos a casarnos, podremos vivir juntos.
— Entonces cásate con mi mami.
— Eso será después. Primero tengo que hacer que tu mami me ame mucho, mucho, mucho. Para que así después ella me acepte como esposo.
— Entonces tienes que darte prisa, papi. Para que así lleguemos hacer una familia.
— así será hijo mío así será.
Lali.
Cada día que pasa Peter y yo estamos más unidos que nunca, hubo momentos en el que casi nos dejamos llevar por la pasión, pero siempre me detengo ya que no puedo todavía, no puedo evitar sentirme inseguras. Porque siento que Peter y yo no podemos estar juntos, aunque él me ha tratado bien estos días, siento que estoy viviendo un sueño que no debo vivir. Siento que le estoy fallando a Peter, por no ser sincera con él, pero es que ni yo sé lo que siento.
— Lali ¿que tanto piensas? — la voz de Hanna me saca de mis pensamientos.
Levanto la mirada y veo a Hanna. Ella, tiene uno de sus tantos libros de medicina. ya que está estudiando nuevamente, pronto tendrá un examen.
— Solo estoy pensando cosas sin importancia.
— ¿Cómo cuáles si debo saber?
— En Peter y en mí.
— Es natural que pienses en tu relación con él. Cada día que los veo, noto el amor que se tienen. Peter es un dulce contigo.
— Ese es lo que me asusta. Que todo esto es tan lindo, que siento que no sea real. Tengo miedo que Peter solo sienta que debe estar conmigo por lo que pasó. — me llevo mis manos a mi cabeza. — Hanna, siento miedo. Que este todo se arruine. No sé siento que Peter no me ame de verdad. Este tiempo, no niego que me siento feliz, la salidas con Peter y yo solos o con nuestro hijo, hace que me sienta feliz, pero no puedo evitar sentirme de esta forma. Peter no tarda en venir, quiere que vayamos a cenar, y le estuve dando vuelta a algo que quiero pedirte.
— Lali, no se si me llegue a gustar lo que quieres pedirme. Tienes que pensar que sea lo que sea, que tienes en mente puede ser algo malo.
— Hanna, entiendo...., Pero si no lo hago lo que quiero pedirte, nunca voy a quitarme de la cabeza que Peter no está siendo sincero conmigo. Por favor Hanna te lo suplico. Ahora que nos hemos conocido más, nos hemos vuelto muy unidas.
— ¿Que quieres que haga? — cierra su libro.
— Quiero que cuando venga Peter a buscarme para irnos a nuestra cita, yo me voy a esconder, quiero que vos intentes seducirlo. Por favor no me veas así. — digo rápidamente al ver el horror en su cara. — es que siento que si no veo por mis propios ojos a Peter negarse a otra mujer o llegue a ver qué él se interese por alguien más. No podré estar tranquila.
— Lali lo que pides es una locura. Peter te ama y yo lo veo en sus ojos, solo que tú eres la única que no lo quiere ver.
— Por favor, Hanna ayúdame.
Ella me mira insegura, pero al final acepta. Le agradezco una y mil veces por ayudarme con esto. La verdad necesito saber si Peter puede alejar a una mujer que se le esté insinuando o caer en la tentación como pasó con Alexandra.
Peter.
Llego a la casa de Lali. Y toco el bolsillo de mi pantalón, donde llevo un nuevo anillo de compromiso. Me cansé de esperar, siento que es el momento de pedirle que sea mi esposa. Ya no puedo seguir estando en las noches separado de ella, quiero que sea como antes. Que dormíamos en la misma cama cada vez que salía de mi trabajo. La abrazaba o le hacíamos el amor apasionadamente. Quiero que Lali sea mía para toda la vida, llevarla al altar y prometerle ante Dios que la amaré hasta el día de mi muerte. Por eso ya me cansé de seguir esperando, le voy a pedir casamiento y sé que me va decir que sí, ya basta de seguir esperando, este es el momento.
Toco el timbre y Renata me abre con una gran sonrisa.
— La señorita Lali, pide que la espere en la sala. Se está arreglando todavía.
— Gracias Renata.
Entro y me dirijo a la sala. Hanna está sentada en forma de indio en el mueble y al verme me sonríe un poco coqueta, la verdad no me gusta nada su mirada, pero tal vez soy yo el que está viendo mal. Casi no hablo mucho con ella, no porque no haya oportunidad, solo que no sabemos que hablar.
— Hola Hanna.
— Hola. ¿Ya vienes por Lali? Que pregunta la mía la mía, claro que sí. — ríe. Toma un mechón de su cabello con su debo hace colocho. — te vez bien.
— Gracias.
— Ven, puedes sentarte junto a mí, por mientras esperas que baje mi hermana.
— Gracias. — vuelvo a decir. — ¿Cómo vas con las clase? — pregunto cuando me siento un poco apartado de ella.
— Muy bien, me encanta todo lo que sea de medicina. — empieza acercarse. — sabes también siento pasión por la psicología.
— Eso es bueno.
— Mmm, ¿como supiste que querías ser Psicólogo?
— Siempre me gustó eso de ayudar a otras personas y aconsejarlas.
— Te queda muy bien. — se muerde el labio. — eres un hombre muy fascinante, Peter. Cuando Alexandra me hablaba de su novio, nunca me imaginé que fiestas tan interesante. Siempre me dio curiosidad conocerte y cuando lo hice cada día me encanta más tu forma de ser. — pone una mano en mi muslos. — sabes Peter, siempre pensé que mi hermana tiene tanta suerte de que un hombre como vos se fijara en ella.
— Hanna creo que estás dando a entender algo.
— La verdad es que sí, Peter. Me encantas, desde que andabas con Alexa y sigues encantando ahora que estás con Lali. Peter no se que haces con ella, la verdad Lali no te merece. Eres un hombre que necesita una mujer que sepa lo que quiere.
— ¿Tú lo eres? — digo algo molesto.
— Así es. Si me das una oportunidad, te voy a demostrar lo que soy capaz de hacer. — acerca si cara a la mía y me mira con sonrisa pícara. — puede demostrarte lo mujer que soy.
— ¡Estás loca! — la aparto de mi sin importarme se brusco con ella. — ¿Que tienes en la cabeza? Estás en la casa de tu hermana intentando seducirme, sabiendo que soy su novio. ¿Es que clase de mujer eres? Lali t abrió las puertas de su casa, te perdonó todo lo que le hiciste y quieres intentar seducirme. — veo como ella me mira nerviosa y a punto de llorar. — está bien mal, Hanna. Pensé que habías cambiado, pero sigues siendo la misma que quiere lastimas a su hermana. ¡Eres de lo peor! ¡Ere un as...
— Peter no sigas. — escucho la voz de Lali.
Giro y la veo entrar preocupada y lo que me sorprende que va junto a Hanna que está comenzado a llorar. Le voy a explicar lo que ocurre, pero lo que me dice ella me deja en shock.
— No la Trates así. Ella no tiene la culpa. Yo le pedí que te empezara a seducir. Ella solo hizo lo que yo le pedí.
— ¿Qué? ¿Para que le pediste algo así?
— Es que.....
— Voy a dejarlos solo..... — dice Hanna poniéndose de pie sin ni siquiera verme. — cuando lo siento.
Ella sale dejándome a solas con Lali y la miro esperando que explique qué rayos fue todo eso.
— ¿Bien? Estoy esperando que me cuentes, el porque le pediste a tu hermana que me empezara a deducir.
— Es que... Peter quiero que sepas que no lo hice de mala intención. Solo.... Pasa que no estaba segura que vos sintieras de verdad amor hacia mí. Pensé que si había otra mujer que te empezara seducir y todo eso, vos ibas a caer. Yo estaba afuera escuchando y viendo todo, para ver qué hacías vos..... Pero ahora sé que no te interesa otra mujer.... — se sonroja. — es que con lo que pasó entre Alexandra y vos, me dejó insegura.....
Siento como me enojo y al ver la cara de asustada de Lali se que mis ojos demuestra todo lo que siento en este momento.
— ¿No te bastó con lo hacía? ¿Con lo que te decía día a día?
— Peter entiende....
— ¿Qué? Que nunca vas a olvidar ese día. Cometí un error Lali, estaba tomado y despechado por lo que pensé que me habías hecho. Pero te demostré de muchas maneras que te amo.... Ya no se que más hacer, pensé que cuando me diste la oportunidad todo eso iba a quedar en el pasado y comenzaríamos de nuevo, pero me equivoqué. — digo rendido porque me siento así.
— Peter...
— No, me cansé..... Yo no puedo seguir así. Si no confías en mí, nunca lo hará. — meto mi mano en el bolsillo de mi pantalón y saco la cajita con el anillo. — nuevamente ocurre algo para que no te pida casamiento. — digo con resentimiento.
— Peter, de verdad lo siento. Por favor, yo si te amo, pero es que entiende.
— No puedo Lali. Lo intenté, pero si no me tienes confianza, no puedo hacer nada para cambiarlo. — pongo el anillo en la mesa. — te lo dejo como regalo de despedida. — siento mi corazón doler pero no puedo seguir así. — creí que todo estaba bien, pero me estaba engañando a mi mismo. Me rindo, prometí no hacerlo, pero no puedo seguir obligándote a estar en una relación que no deseas. Adiós Lali.
Giro y ignoro sus gritos. Salgo de la casa sintiéndome un completo perdedor. Subo a mi auto y conduzco sin saber dónde ir porque lo único que quiero es estar sola.
Me siento un idiota, porque me estaba imaginando una vida feliz, ya que el único que era feliz era solo yo. Al pedirle a su hermana que me intentara seducir me demuestra que ella deseaba no estar conmigo y yo como idiota no veía la realidad y ahora lo que siento que todo lo que quería, ella no lo deseaba, estabas haciendo planes en esta relación cuando Lali lo único que deseaba era terminar. Ahora como dije me rindo y la dejaré en paz. Ahora lo único que nos une es nuestro hijo, porque ese amor que pensé que seguía estando, no está más.