Capítulo 16.

854 96 12
                                    

Lali.

La miro con dolor, después de tantos años no ha cambiado nada. Sigue siendo una mujer dura y dudo que mi padre haya cambiado. Quiero irme, pero Peter evita que lo haga.

— Señora, es su hija. ¿Cómo es posible que le diga algo así?

— Usted no se meta. Yo no tengo hija y peor una drogadicta. Es mejor que se vayan de aquí o llamaré a la policía. 

— Mamá......

— ¡No soy tu madre! Les pido el favor que se vayan y no vuelvan aquí.

— Vamos Lali. Aquí no tenemos nada que hacer. — Mira con furioso a mi madre. — Usted señora. Necesita ayuda urgente. Vamos Lali.

— Espera. — le pido y miro a mi madre. — ¿Mi papá está bien?

Ella comienza reír amargamente.

— Si vivir con su amante y dejarme sin nada, es estar bien. Sí tu padre está más que bien. Por tu culpa, todo se destruyó. Las amistades se dieron cuenta de tu maldita adicción y que te habíamos corrido, no dieron la espalda. Tu padre se fue con su amante y su hija tiene la misma edad que tú. Tenía una doble vida la que yo no sabía. Sí tú no hubieras arruinado todo, él hubiera seguido conmigo y dándome la vida que merezco, pero no. Solo me dejó está casa y siempre me dice que cuando se le de la gana me la va quitar.

— ¿Tengo una hermana? — es lo que pregunto

Pero me doy cuenta que mi padre tuvo una doble moral. ¿ Mi Padre? quien me daba sermones siempre. Cómo es posible que tuviera una doble vida.

— ¿Eres sorda? Sí, tienes una hermana. Tú padre me hizo saber que esa bastarda era mejor que la hija que tuvimos. Me llama para contarme sus malditos logros, que contigo no tuvo. Tú mandaste a la ruina esta familia, por tu culpa todo se arruinó.

— ¡Basta señora! — Peter le grita enojado. — Su hija ha tenido sus logros, pero usted no vale la pena saberlo. No venimos para que usted la trate de esta manera. Ella no tiene la culpa que su ex-marido la haya dejado. Tarde o temprano iba a pasar, no sólo porque su hija haya tomado el camino que no era, si no que su esposo ya la estaba engañando y solo utilizó lo que pasó para hacer todo más fácil. En vez de culpar a alguien, tiene que culparse a usted por darle la espalda a su hija en vez de ayudarla y apoyarla.

— ¿Logros? ¿Logros le llama ser una prostituta? Tú padre se encargo de informarme lo bajo que caíste. — me mira con asco. — una vil prostituta y drogadicta es lo que te volviste. Así que señor no diga que tiene logros.

— Son unos..... ¿Sabían dónde estaba Lali todos estos años y no se digno en ayudarla? Tiene razón señora. Usted no tiene hija. Una madre no le hace lo que usted le hizo a su hija. No se preocupe no vamos a volver, quédese con lo que tiene, pero por lo que veo nada.

Me toma del brazo y nos alejamos. Subimos al auto y Peter comenzó a conducir. Ninguno de los dos decimos ni una palabra. Yo solo lloro por todas las cosas que ella me acaba de decir.

Me duele que mi madre siguiera igual. Mi padre tenía otra familia. Mi madre me odia y estaba segura que si hubiera muerto, no le hubiera importado al igual que mi padre. ¿Por qué tuve que nacer con unos padres cómo ellos? Todo esto es muy fuerte para mi y lo único que deseo es desaparecer.

— Lali. — Escucho que me habla. — Sé qué esto fue mucho para ti. No debí traerte.

— No tienes la culpa. Hoy me di cuenta de todo. Mi padre, don perfecto. Tenía una doble vida y ni le importé nunca, al igual que mi madre. ¿Sabes? Ya no me importa ellos siguieron su vida y yo seguiré la mía. Voy a demostrarle lo que soy capaz. Ya no voy agachar la cabeza ante a nadie.

Para que sufrir por un pasado que sólo recuerdos malos me trae. Les demostraré que soy capaz de lograr lo que me proponga y seré mejor persona. Ellos se olvidaron de mí, yo me olvidaré de ellos y esta vez es definitivo.
.....

Está semana me puse pilas con mis clases en la red. No importa cómo aprendas, pero si se hace con entusiasmo y con muchas ganas, aprendes como si fueras al colegio. Mi angelito está muy pero muy orgulloso de mí y eso es lo que me da ánimos de seguir. Quiero demostrarle que gracias a él seré capaz de hacer todo lo que me proponga. Aunque sigo teniendo ansiedad a consumir droga, me estoy controlando y más cuando la única persona que cree en mí, está conmigo y por Peter lucho cada día para no recaer.

Apago la computadora y suspiro porque por hoy terminé. Me costó un poco a usarla, pero cuando se le entiende, todo es fácil. Obvio no soy una experta, como deseo ser, pero por lo menos sé lo básico.
Sonrió porque me noto más cambiada y eso me gusta mucho.

Voy a la cocina y saco un poco de helado y me siento a comerlo. Estos días me han entrado ganas de besar a mi angelito, pero no quiero ser tonta y cometer un error. Desde él día que volvimos de la casa de mi... La señora Espósito, porque a pesar de todo sigue casada con ese hombre y que no voy a volver a llamarlo padre. Debo recordar que para mí es sólo eso una señora desconocida, me duele todavía pensar en ella, pero ya decidí dejarla en mi pasado.

Peter ha estado muy cerca de mí y más protector. La verdad no quiero seguir siendo su protegida yo quiero algo más. Soy lo suficiente para él, ya mi pasado es pasado. Necesito hacer algo y que él me vea como algo más y no solo como la chica que lo necesita. Quiero ser algo más, quiero que él se fije en mí.

Me llevo una cuchara de helado a la boca. Y debo pensar algo, para que se fije en mí. Quedo pensativa, pero nada se me ocurre nada. Porque a pesar de haber estado con tantos hombres, nunca dejé de ser esa niña nerviosa que no sabe cómo actuar con el hombre que le gusta.

— Volví. — Escucho su voz y mi corazón se acelera.

Me levantó de un salto y corro hacia él. No me lo pienso dos veces cuando me tiro a sus brazos. Enredo mis piernas en su cadera y antes que reaccione. Lo beso, lo beso para demostrarle cuanto es él es para mi todo este tiempo. Sentir sus labios es lo mejor, son dulce. Peter besa excelente. Es mejor que las drogas, me puedo volver adicta a él, quiero ser adicta a mi angelito.

Peter.

No puede ser que esto esté pasando. ¿Me está besando? Creo ¿que estoy soñando o es real? Este tiempo he querido negar lo que no se puede negar. Pero ella me vuelve loco. Creo que me estoy enamorando de mi paciente y no puede ser. Esto está mal. No puedo aprovecharme de ella. A regañadientes separo sus labios de los míos.

— Hermosa. — La bajo con cuidado y la alejo un poco de mí — No esta bien esto. No quiero aprovecharme de ti.

— Aprovéchate todo lo que quieras. —  Enreda sus brazos a mi cuello y vuelve a unir nuestros labios.

Mierda. No puedo aunque deseo seguirla besando no puedo no está bien, ella y yo no podemos estar juntos.

La vuelvo alejar de mí, alejándome niego.

— Lo siento. No puede ser, nosotros no podemos......

—  Peter......

— Lali. — la miro serio. — Eres hermosa y me vuelves loco, pero.

— ¿Pero? Peter hay algo entre nosotros no sigas negándote a ti mismo. Todo este tiempo que hemos estado juntos lo demuestra. No te niegues amar, no niegues que hay algo entre nosotros, yo ya no lo estoy negando. Te quiero, no. Yo te amo, quiero estar contigo. — sus palabras me duelen.

— No niego que me vuelves loco, no te lo niego. Pero entre tú y yo no puede existir nada.

— ¿Es por lo que fui? — Me mira dolida.

Niego rápidamente y la tomo de los hombros y la miro fijamente.

— Nunca. No me importa lo que fuiste, me importa lo que eres. Pero aunque te deseo, yo...... Lali yo......

Escuchamos la puerta abrirse y mi garganta se seca al escuchar esa voz.

— Amor, vol.... ¿Quién es ella?

Mierda, esto no puede pasarme ahora. Miro a Lali y ella me miró sorprendida y a la vez mira a la persona que acaba de llegar sin entender. Yo lo único que sé que todo acaba de cambiar en este momento.

ADICTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora