Capítulo 38.

737 75 14
                                    

Estos días no dejo de pensar en Peter. Todos me han hecho pensar si debo darle otra oportunidad a él, que debería arriesgarme. La verdad Peter se ha portado muy bien y no hay ningún momento que no dejo de darle vuelta al asunto. Peter me ha demuestra día a día el amor que siente por mí, solo que no se que me ocurre, quiero darle una oportunidad, pero hay algo que me detenga.

Estoy en mi cuarto y como toda las noches no puedo dormir sin dejar de pensar si debo darle o no esa oportunidad de la cual él tanto me pide. Suspiro y escucho la puerta abrirse y sonrió al ver la pequeña figura de mi pequeño.

— Mami, no puedo dormir. — dice con su voz soñolienta.

— Ven aquí. — mi pequeño corre y sube a la cama hasta situarse en mis brazos. Me abraza apoyando su cabecita en mi estómago. — ¿Por qué no puedes dormir?

— Porque me gustaría que mi papi estuviera con nosotros. Todos mis amigos dicen que los papis deben estar juntos. ¿Por qué no dejas que papá este contigo? Así podemos ser una familia.

— Es complicado, cariño.

— Pero quiero a mi papi contigo mami. Dile que se venga a vivir con nosotros.

— Duerme mi amor. — comienzo a cantarle y mi pequeño se comienza a dormir.

Hasta mi pequeño quiere que esté con su padre. La verdad si no lo intento nunca voy a saber si puedo estar con Peter. Debe ser momento que dejé mis miedos y de una nueva oportunidad al amor.

Al día siguiente: llevo a Erick al kínder, lo despido de un beso en la mejilla. Lo veo irse con la maestra. Nerviosa, saco mi celular y le envío un mensaje a Peter para que nos podamos ver en una cafetería la cual le doy la dirección. Tomé una decisión y si no me animo hacerlo ahora; nunca lo voy hacer. Entro a mi auto y conduzco hasta la cafetería.

Al llegar; entro y me siento esperando a Peter. Pido un café ya que no puedo controlar mis nervios. Al poco tiempo lo veo aparecer, me pongo recta, él se acerca y no deja de sonreír.

— Me alegra mucho que seas tú que nos pida vernos. — se sienta. — espero que no sea para nada malo.

— Yo... Bueno Peter lo estuve pensando muy bien. Tú estás siendo muy atento conmigo, me tienes mucha paciencia, cada vez que yo te digo que no me siento preparada para volver a intentarlo. — empiezo a decir y no puedo evitar morderme mi labio inferior.

— Sabes que te amo y no pienso rendirme.

— Peter, yo.... Quiero que sepas que si quiero volver a intentarlo.

— ¿De verdad? — asiento. — ¡mi amor! — se levanta de golpe y se pone de rodillas tomando mis manos. — no te vas arrepentir mi amor, te voy a demostrar que día a día te haré la mujer más feliz.

— Eso espero..... — no puedo evitar que mi voz suene algo temblorosa. — Peter, te estoy dando está oportunidad porque siento que tenemos que intentarlo, pero te pido que si pasa algo entre nosotros no quiero discusión frente a nuestro hijo y si nuestra relación no da para más, dejar todo y ser amigos.

— Eso no va pasar pequeña. — me hace que me ponga de pie. — nunca voy a hacerte daño, voy hacer que cada día sea mágicas para nosotros. Podemos empezar los planes de la boda y.....

— Peter detente. No estoy pensando en casarnos.

— Pero, me estás diciendo que me estás dando una oportunidad.

— Así es Peter, pero quiero que empecemos lento, como novios. Hay que ver cómo van las cosas.

— Sí es lo que quieres. Por mi está bien. ¿Puedo darte un beso?

ADICTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora