Capítulo 10

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Peter .

No puedo evitar sonrojarme antes sus palabras. Ella es muy linda en la forma de decirme ángel, pero no lo soy. Tampoco le voy a decir que no me siga diciendo así. Lali necesita tanta ayuda, apenas estamos comenzando con esto, pero sé que la voy ayudar a salir de lo que está metida. Solo debo tener paciencia.

Saber de su vida y lo que ha pasado es muy fuerte, ella apenas era una niña cuando empezó con las drogas, no puedo creer que puedan haber padres tan malditos. Sabiendo que su hija necesitaba ayuda y no hacerlo. Fue más fácil elegir las amistades que ayudar a su hija,  Saber como las personas la han utilizado me duele.

Quiera buscar a sus padres y hacerlos pagar, ellos tienen la parte de culpa que Lali este donde este.

— Lali, con ese hombre, Arturo quien te vende. ¿Cómo es él? — ella no dice nada. — Lali.

— No me siento capaz de hablar de él todavía.... Es muy difícil.

— Entiendo. No te voy a presionar, pero déjame decirte que sea lo que sea que él te haya hecho, te prometo que no volverá hacértelo.

— Gracias....

Reviso mi celular y he tomado una decisión, la cual lo voy a llevar a cabo.

— Lali, Debo ir hacer algo. — me pongo de pie. — Volveré pronto.

— Esta bien. — Me sonríe. — ¿Puedo salir a pasear?

— Preferiría que me esperes aquí. — su sonrisa se borra y me duele. — No quiero que te pierdas — digo rápidamente. — No pienses que te quiero tener encerrada, no es eso, pero quiero que conozcas estos lugares antes de salir y también que te sientas segura.

— Entiendo, haré lo que me pides, ve con tranquilidad yo estaré aquí y no me voy a mover a ninguna parte.

Asiento agradecido porque haya entendido. Tomo la llaves de mi auto y Salgo de la casa.

Subo a mi auto y conduzco hacia el local en donde Lali trabaja. Tomé una decisión y si quiero que Lali deje esa vida, tiene que salir de ella. 

Al llegar; aparco y salgo de mi auto. Es muy diferente de día que de noche, no hay personal de seguridad y nada por el estilo. Eso me facilita la entrada. Hay varias chicas que están aseando, otras solo están sentadas y pintándose las uñas.

— Disculpe, está cerrado. — Volteo a ver, y la que me habló es una chica bajita, con rasco de niña esta parada frente a mi. Que triste que muchas de ellas sean tan jóvenes y sigan este camino.

— Lo sé, estoy buscando al dueño. ¿Se encuentra?

— Si, él... Bueno está en su despacho. Me puede decir su nombre, para anunciarlo.

— Soy Juan Lanzani. Él ya me conoce.

Ella desaparece por el pasillo donde lleva hacia la oficina de ese hombre. Espero unos minutos y vuelve aparecer ella. 

— Puede pasar.

Asiento y camino hacia la oficina de él. Al llegar toco y escucho un pase, entro y al verme, se levanta.

— Señor Lanzani, ¿pasó algo con la chica que se llevó?

— No. Estoy bien con ella, vengo hablar sobre la deuda que ella tiene con usted. — él se queda sorprendido antes mis palabras.

— Bueno, es mucho no creo que usted quiera pagar por ella.

— No importa la cantidad que sea, quiero cancelar esa deuda ahora mismo.

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