Dedicado a LapisLazuli361
~•~
*Cada vez que estaba por llover, invitabas al mapache a dar un paseo sólo para ver cómo la lluvia lo empapaba.*
—De verdad, niña ¿qué ganas con hacer que me moje?—exclamó Rocket mientras acariciaba su cara con sus patitas.
—Es que adoro cómo te limpias la carita, pareces una ardillita adorable.—solté totalmente emocionada.
—¿Qué demonios es una ardilla? Estoy cansado de que Quill y tú me llamen ardilla, mapache o libre ¿qué carajos son?—
—Son animales muy tiernos de la tierra, pero créeme, ninguno es tan adorable como tú.—
Rocket sonrió avergonzado mientras me acercaba y lo cubría con una toalla.
🐇
*no había nada que le moleste más a Rocket que ver cómo Quill coqueteaba con la nueva integrante de la tripulación*
Narra Rocket
por fin.
He encontrado la dichosa flor que tanto quería nuestra nueva compañera.
—Hey, ____. Mira lo que-
Me detuve en seco al ver cómo Quill charlaba con una no muy entretenida ____ en la sala común.
—... y así es como se arma y desarma una pistola, genial ¿No?—
—Sí... genial.—exclamó la chica sin muchas ganas.
Estúpido idiota, creí que sólo a mí me aburría. Pero ahora veo que no...
—Hey, ____.—llamé su atención—. Mira lo que encontré.—le mostré la curiosa flor, haciendo que su cara se iluminara.
—No puedo creerlo, la encontraste.—exclamó emocionada mientras la tomaba con cuidado entre sus manos.
—¿de verdad le trajiste una hierba violeta?—exclamó Quill, pero al ver cómo estaba emocionada la chica, entendió que había perdido.
Punto para mí. Supera eso, idiota.
El rostro de Quill pasó de incertidumbre a diversión, asustándome un poco.
—Si tanto te gustan esas cosas, me lo hubieras dicho, conozco un lugar donde hay cientos de ellas no muy lejos de aquí.—la chica volteó a mirarlo con curiosidad, había captado su atención.
Quill me dedicó una mirada de burla antes de seguir charlando con la chica.
Bufé molesto mientras observaba cómo el idiota le daba indicaciones probablemente falsas a la chica con tal de llamar su atención.
🐇
*adorabas observar los pequeños tics que Rocket tenía, por lo que siempre estabas cerca de él cuando trabajaba en sus extraños experimentos*
—Entonces... si pongo la pólvora por aquí...—Rocket rascó su oreja rápidamente, mientras mordía totalmente distraído un lápiz.
Sólo faltaba una cosa, una simple cosita para que me terminara de alterar.
—Es imposible, me rindo.—soltó frustrado el mapache mientras echaba sus orejitas hacia atrás—. ¿qué tanto miras?—Exclamó al ver que lo miraba.
—Por favor, no me dispares por esto...—
—¿por qué te dis ¡AH! ¡SUÉLTAME!—
Lo abracé con todas mis fuerzas mientras acariciaba su suave cabeza.
—Mátame si quieres, pero no me arrepiento de nada.—Rocket no dijo nada y, como decía mi abuelita:
El que calla, otorga.