Han transcurrido apenas dos días desde la entrevista en la que conocí a Grace y la elegí como compañera de apartamento .
La última vez que la había visto me había dicho que en una semana comenzaria a traer sus maletas y muebles aquí , pero al parecer hubo cambio de planes .
Porque esta noche aproximadamente a las 7 PM. Mientras contemplaba con rabia y aburrimiento el reflejo de mi cuerpo e intentaba idear nuevas tácticas para quitarme al menos un kilo más de encima, el sonido del timbre vibró en mis oidos haciendome sentir un repentino escalofrío a lo largo de mi columna vertebral ¿Quién podría ser? Ni la más mínima idea , no esperaba visitas.
Al aproximarme a la puerta y abrir de esta me encontré con Grace, quien estaba vestida con unos jeans holgados y un top blanco por debajo de una camisa bastante grande para su minúsculo y delgado torso.
Podía notar algo de cansancio en ella , al darme cuenta de que se encontraba sosteniendo un montón de maletas en sus manos decidí ayudarla a llevarlas dentro.
Podría jurar que estaba escapando de algo o alguien , ya que su expresión mezclaba cansancio , nerviosismo y algo de apuro por dejar todas sus pertenencias en el respectivo lugar que ella ocuparía apartir de esta noche.
No quize preguntarle el por qué de su tan pronta llegada , la deje descansar y preferí guardar silencio hasta la hora de comer.
No pensaba cenar o comer algo contundente esta noche, pero con la repentina llegada de Grace, me vi obligada a hacer una comida improvisada.
Dejé a Grace descansando y viendo televisión en un sillón del living para caminar hasta la cocina.
Tomé una bandeja y dejé en ella un vaso de vidrio, un platillo transparente y dos servilletas.
Tomé dos revanadas de pan de molde y las puse en la tostadora. El delicioso olor a pan tostado se dispersó por toda la cocina haciéndome sentir ganas de comérmelas yo sola, odiaba esto, tendré que aprender a controlarme.
¿Cómo podré hacer esto? Nunca pensé en ello al momento de buscar compañera de hogar, creí que podía ser más fuerte y controlaría mi apetito a pesar y de los tentadores olores de las comidas. Pero veo que no es así, espero no caer, no tengo que caer, no tengo que ser débil.
Un agudo y corto sonido me indicaba que las tostadas estaban listas.
Esparcí una capa de mantequilla sobre ellas y saque una botella de jugo de naranja del freezer, al llenar el vaso tapé la botella y la deje en el refrigerador nuevamente.
Tomé la bandeja y caminé hasta el sillon donde estaba Grace, ahora algo menos cansada.
- ¡Oh! ¿Esto es para mí? Gracias Rachell no lo esperaba , se ve delicioso en verdad...
- De seguro lo está. -respondí tristemente.
Me pregunto qué hará esta chica para no engordar. A simple vista parece pesar solo un poco más que yo, tiene una figura muy esbelta y al ver como se come las tostadas que le traje sin importarle en lo más minimo las calorías que estas pueden tener, me encantaría saber su técnica para no subir de peso.
- ¿Quieres un poco? - dijo Grace mientras extendía su mano con una de las tostadas hacia mí, creo que sin darme cuenta me había quedado pensando con la mirada puesta en su comida y ella creyó que quería probarla.
- No gracias, no tengo mucho apetito...
- Nunca lo tienes ¿o me equivoco? -me respondió mirandome a los ojos, como si estuviera sospechando algo.
- ¿De que hablas?
- ¿Es muy dificil aguantar el hambre? - me preguntó con interés ¿Se estaba interesando por mí? ¿Le respondo o simplemente la trato como a los demás?
Quizás no esté tan mal desahogarme, platicar con alguien y tal vez ... conocerla más a fondo y saber de una vez cuál es su trabajo.
Pasaban segundos y debía decidir, tenía que responder algo.
- Al principio lo fué, pero con el tiempo te acostumbras... ¿Cómo te has dado cuenta?
- Cuando uno lo a vivido es fácil darse cuenta de otra persona que también lo sufre Rachell.
- ¿Acaso tu eras ... ? - le pregunté atónita , no puedo creer que esta chica alla sido anoréxica ¿hablaba en serio o me estaba jugando una broma?
- Fuí anoréxica, estuve al borde de morir, un día mis padres me encontraron inconciente en mi habitación y debieron internarme. Me encontraron a tiempo, si no quizas no estaría aquí.
- Que suerte ... - le dije , esto no era una broma, ella estaba hablando enserio y su historia se ponía interesante, por lo que no hable demasiado y la dejé proseguir con ella.
Al principio no sentí que tenia mucha suerte, prefería haber muerto, la primera semana no podía dejar de sufrir, lloraba y gritaba cada vez que me obligaban a comer, pero al pasar los días no pude resistirme más a las comidas, dejé de pelear con los doctores y mis padres. Comenzé a dejar la dieta.
- ¿Entonces ya estás recuperada?
- ¿Tú crees? - me preguntó con una leve curva en la linea de sus labios.
- No lo sé, pero si no eres anorexica porfavor dime cómo diablos no engordas. Necesito saberlo.
- Te diré ... Pasaron unos meses y volví a mi peso normal.
Luego me mudé a Amsterdan ya recuperada de los 'trastornos alimenticios' -. dijo remarcando las dos ultimas palabras con unas comillas-. Con el propósito de estudiar en una buena universidad y rehacer una vida aquí, o al menos eso es lo que creen mis padres.
- ¿Osea que no estudias y aún eres anoréxica? ¿Entonces de dónde sacas dinero para subsistir? - le pregunté interesada.
- Simplemente me di cuenta de que hay otras formas de no engordar , pero no es el ejercicio por cierto y en los estudios... He encontrado una forma más fácil de ganar buen dinero sin mucho esfuerzo... ¿Pero que hay de tí? Mi idea era conocerte y terminamos hablando de mi vida , aburrido ¿no? - respondió Grace cambiando drasticamente de tema, pero quize no tomarle importancia.
- Tu vida a sido mucho menos aburrida que la mía te lo aseguro. Bueno básicamente yo era una chica común y corriente con muchos amigos hasta que un día una amiga, quiero decir ... mi ex-mejor amiga me , me trato de cerda, dijo que era horrible, entre otras cosas y ahora ... Bueno, ya entiendes...
Al decirle esto sentí verguenza de mi mísma , las imagenes de esa noche rodearon mi mente, las palabras de Sam sonaban en mis oídos y luchaba con mi mente para poder apartarlas pero era imposible.
Sentí un nudo en la garganta y el ardor de las lágrimas en mis ojos, pero no estaba dispuesta a llorar.
- Oh nena... Lo siento mucho, ven aquí - Grace notó mis lagrimas a punto de salir e inmediatamente me rodeo con sus brazos - Desahogate cariño, te hará bien , has sufrido mucho.
- Era tan feliz , ¿por qué a mí? ¿por qué tuve que ser yo? - gemí intentando calmarme aún entre los brazos de Grace.
- Rachell a veces, a las personas les toca vivir cosas horribles, pero ese sufrimiento te ayuda a ser fuerte, debes ser fuerte y superar todo eso, debes olvidar a esa idiota, no puedes dejar que una persona que no vale la pena haga pedazos tu vida.
- Lo sé, pero en realidad me dolió , era mi mejor amiga - dije apartándome de Grace y secando mis lágrimas ya algo más calmada.
- Ella no era tu mejor amiga, en este mundo no existen los mejores amigos .Si no quieres sufrir más deberás entenderlo Rachell, las personas en esta vida son solo conocidas, nunca sabes si te traicionarán. Tampoco existe el "mejores amigas por siempre" . Las personas con las que convives solo te acompañaran mientras estés viva, una vez que mueres, no tendrás a nadie en la otra vida y deberás aprender a ser fuerte y seguir tu camino sola. Puedes empesar ahora.
- Es un gran consejo, lo tomaré en cuenta - le respondí y di un profundo respiro recuperando la tranquilidad.
- Me alegra que ya estes algo mejor y te hayas desahogado, pero creo que es mejor que te vallas a descansar, yo también lo haré, estoy muy cansada.
Fue lo último que dijo antes de girar y dirigirse hasta la que ahora sería su habitación.
Estuve al menos una hora más despierta pensando en lo que me había dicho, recapacitando acerca de mi vida, quizas era cierto que no debía arruinar mi vida por algo que no valía la pena, era cierto que la gente que me rodea no me acompañará por siempre, y que debía valerme por mi misma ...
Unos minutos después de seguir pensando el sueño logró vencerme.
Me dirigí a mi habitación y me deje caer sobre la cama, estaba tan cansada que no tuve fuerzas ni para ponerme la pijama.
Tome un covertor y me cubrí con él, por último cerré mis ojos y respire profundamente dispuesta a adentrarme en el mundo de los sueños, pero aungustiosa y desoladoramente también de las pesadillas.