♠Cenicienta y los Cuatro Caba...

By AzraelBlake

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Midoriya Izuku a sus 17 años ha tenido una vida difícil desde la muerte de su madre, con la nueva pareja de s... More

Prologo
† Capitulo 1 † El Encuentro †
Capítulo 2: Decisiones
Capitulo 3: La cena, una Decisión, la Misión.
Capitulo 4: Reacciones, La mansión, Futuros problemas.
Capitulo 5: Preparativos. ¿Conociéndonos mejor? Parte 1
Capítulo 5.1: ¿Conociendonos mejor? Parte 2
Capítulo 7: ¿La cena familiar? Conteo antes de la fiesta.
Capitulo 8: Sentimientos encontrados, Primer conteo antes de la fiesta...
Capítulo 9: Segundo Conteo antes de la fiesta. ¿Pensando en acercarme a tu lado?
Capitulo 10: Tercer conteo antes de la fiesta. ¡Las preparaciones!
Capitulo 11: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Primera parte-
Capitulo 12: De gala! ¿Problemas en la fiesta? -Segunda Parte-
Capítulo 13: Duras Decisiones, Verdades reveladas.
Capitulo 14: Atisbo de problemas, ¿Confesiónes de por medio?
Capitulo 15: Visitas inesperadas, ¿El comienzo de los Planes?
Capitulo 16: Recordando el pasado. El nacimiento de un cálido sentimiento.
Capitulo 17: Fatídico Momento, ¿El comienzo de mas Problemas?
Especial Fragmentos Del Pasado.
Capitulo 18: Dolor, Recuerdo de un Pasado, El comienzo de los latidos.
Capitulo 19: Mentiras, ¿Un sentimiento renacido? El enfrentamiento.
Capitulo 20: La honestidad a veces duele más que una mentira
Capitulo 21: Los errores siempre dejan secuelas.
Capitulo 22: ¿Un nuevo comienzo? Recuerdos rezagados, Dolor Inesperado.
Capitulo 23: Mejores decisiones. El doloroso olvidó. ¿Un error fatal?
Esto No Es Un Capítulo XD
Capitulo 24: ¿El príncipe olvidado? Convivencia esperada. Regreso a mis raíces.
Capitulo 25: Momentos de convivencia. Decisiones futuras.
Capitulo 26: Remordimientos, Sentimientos Revividos.
Capitulo 27: Un Amor Con Espinas. El Comienzo De Conflictos
Capitulo 28: El Pasado De Shoto. Ideas De Un Paradero.
Capitulo 29: Una dolorosa verdad escondida.
Capitulo 30: La verdad siempre sale a la luz
Capitulo 31: Celos, Renuencia, ¿Decisión tomada?
Capitulo 32: Discusión. La Confesión.
Capitulo 33: Inicios Y Despedidas

Capitulo 6: ¡De compras! ¿Mentiras Piadosas? ¿Genuino Interés?

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By AzraelBlake


El viaje no duro mucho, el centro comercial no estaba a mas de veinte minutos de la mansión e Izuku respiró aliviado al ver el lugar al que iban. No confiaba en el joven Eijirou, pues su personalidad despreocupada así como su sonrisa ladina le daba escalofríos.

¿Porque se empeñaba en molestarlo tanto?

¿Acaso tenía un cartel en la frente que decía "Jodeme"?

Saco el aire que estaba conteniendo.

Eijirou aparcó el auto en una zona VIP del centro comercial, el guardia lo saludo con una reverencia como era costumbre, y este le dio las llaves para que cuidara del vehículo.

— Si tiene tan siquiera un solo rayón en alguna parte, vete despidiendo de tu trabajo y tu vida a como la conoces — le advirtió con rostro serio.

El pobre guardia solo asintió asustado mientras su cara se ponía blanca como un papel por la advertencia dada.

Tomo al peliverde por el brazo y lo jalo hasta dentro del local, Izuku solo vio como el guardia apenado se retiraba hasta la caseta donde cuidaba los coches.

Eso lo molesto.

¡Quién se creía que era para tratar al pobre hombre de esa manera!

Trato de zafarse pero el pelirrojo no lo soltó.

—¡Sueltame! ¡Porque tienes que ser tan malo con la gente! ¡No soporto a las personas como tú! — le dijo con su rostro completamente rojo por la ira que empezaba a burbujear lentamente por todo su cuerpo, amenazándolo con consumirlo.

—¿Es que no es obvio? — le mencionó con una sonrisa de superioridad, parándose frente a él.

Acercó el rostro hasta el del peliverde y le tomo el mentón de forma brusca, mostrandose altanero en toda su gloria.

— Yo soy uno de los herederos mas ricos de todo el país Izuku...—recalcó con orgullo en sus palabras mientras esa mirada de "Soy mejor que los demas" aparecía en todo su esplendor.

— Asi que no te atrevas a compararme con los "plebeyos" que tienen trabajos comunes y nunca podrían llegar a ser mas que simples empleados — terminó diciendo con una sonrisa, mientras soltaba el rostro del pecoso y esté no podía creer lo que sus oídos acababan de escuchar.

¿El despreciaba a la gente pobre, trabajadora y humilde?

Un remalazo de cordura le llego como un balde de agua fría en ese instante. Si pensaba hasta el momento de que todos los príncipes tenían problemas de personalidad, no estaba del todo equivocado, Eijirou quien pensó sería el mas sensato no tenia ni una pizca de humildad.

Debía de admitir que se había equivocado... Su amabilidad tal vez le había cegado momentáneamente.

El era alguien repugnante.

Sin saber de donde saco la fuerza para safarce se soltó del fuerte agarre del pelirrojo y no supo como, o porque de esa acción, pero su mano le abofeteo con tanta fuerza que el sonido se escucho por todo el pasillo que, gracias a dios, estaba vacío.

La sorprendida expresión de Eijirou no se hizo esperar. Su cuerpo se tensó y su mano la llevo a su mejilla que estaba comenzando a tornarse roja por el golpe.

Estaba impactado.

Le había dolido. Y joder le dolía lo suficiente como para querer devolverle un golpe seco al ojos esmeralda que lo miraba desafiante.

No pudo evitar embozar un rostro de asombro y comprensión a la misma vez. Tal vez se había pasado un poco con lo que había dicho, pero ¡Por un demonio que le había encantado ver ese rostro enojado en el peliverde!

Le excitaba. No podía seguir negándolo más.

Así que con su poca paciencia acumulada en el transcurso de su vida, que por cierto no era mucha, hizo lo que pensó no volvería a hacer desde que su madre lo abandono con su tío hace varios años.

—Lo... lo siento... Izuku... — dijo con algo de asombro al escuchar esas palabras salir de sus labios con su ronca voz.

Le había costado decirlo. Pero lo había logrado. Su lengua se sentía pesada y áspera por lo expresado, no era una costumbre disculparse.

El nunca lo necesitaba ya que todo se le daba en charola de plata. Por ello había olvidado el significado de esas palabras. Desde hace mucho que había olvidado como usarlas y en que momento sacarlas de su boca.

—¡Deberías disculparte con ese pobre hombre al que humillaste!— le respondió aun molesto el peliverde, sus ojos se apartaron mostrando el desagrado de su cercanía.

— No se merecía ese trato, y lo siento por el golpe, pero a veces eres un completo idiota... Cuando te lo propones... — musitó nervioso mientras sus palabras eran acalladas por la vergüenza que empezaba a sentir.

La razón comenzaba a colarse en su mente.

¡Que diablos había hecho!

¡En que estaba pensando!

¡El señor Aizawa lo hecharia a patadas a primera hora de la mañana por haber tocado a su sobrino! No estaba permitido que nadie dañara tanto física, mental o socialmente a alguno de sus amados sobrinos y él...

¡Acababa de abofetear a uno tan fuerte que la mejilla ya estaba roja!

*¡Me quiero morir por mi idiotez!* pensó el chico aterrado por la situación actual.

Ese era su único trabajo, y para colmo el que le prometía un buen pago y su beca a la universidad, pero... ¿Lo había mandado todo al carajo por una rabieta del pelirrojo?

Se maldecía por su poco autocontrol ante dicha situación.

Tal vez... Solo tal vez no estaba hecho para ese trabajo.

Eijirou miro el rostro confundido y asustado del chico. Y se río con ganas. Era la primera vez que podía observar a Izuku tan asustado y confundido por lo que acababa de hacer, y pues no era para menos, ya que golpear a alguno de ellos era penado. Prácticamente el chico había propiciado su propia caída.

*¿Y donde queda mi diversión?...* pensó con entusiasmo y algo de malicia.

No diría nada sobre ese pequeño problema a su tío. Ya lo había decidido. Pues si se llegaba a enterar de que el pecoso lo golpeó era mas que seguro que el pobre Izuku saldría despedido sin poder explicar nada.

Y ¿Que pasaría con sus planes?

Obviamente se irían al cacahuate.

No, definitivamente no podía permitir eso, además el estúpido de su primo Shoto no le ganaría en la carrera por conquistar al joven, lo había notado, no era ciego, Shoto sintió interes en el pecoso, y eso era una completa molestia.

No le daría el gusto a su estúpido primo. No era alguien que se rendiría por una negativa como esa.

Con la calma que siempre trataba de llevar en sus pocas peleas, se tranquilizó y le sonrió de forma casi amable al peliverde, luego caminó hasta adentrarse en los pasillos haciendo un ademán para que el pecoso lo siguiera, esté no tuvo mas remedio que seguirlo, pues para su desgracia no sabia donde estaba y era su labor cuidar de que Eijirou no se metiera en mas problemas.

Aunque el miedo que seguía sintiendo y la vergüenza por sus acciones le estaban cobrando factura. Solo le quedaba esperar el regaño por parte de Iida, y el despido por parte del señor Aizawa.

Exhaló mas que cansado. Ese día no podía empeorar.

Entonces supo que la tarde iba a ser larga y algo exasperante a su parecer, mientras seguía a ese problemático hombre dentro del edificio.


Katsuki terminó su cita en el centro comercial junto con Kaminari, el joven rubio quería saber cuales eran las últimas tendencias en moda occidental para así poder inspirarse en la siguiente temporada.

Sus ojos brillaban con emoción al ver las telas, los estilos, así como la clase característica de diversos diseños, desde Hugó Boss hasta Big Time y otras tantas marcas que el cenizo no pudo identificar.

Lo bueno de todo era que Denki ya había pasado a segundo plano la dichosa platica que no quería seguir conversando, pues a su parecer no era algo de importancia si lograba poner triste al canario que tenia como amigo, y a él con un humor de perros.

A veces su poca sensibilidad era un problema.

Siguieron de tienda en tienda hasta que llegaron a una que mostraba diseños para caballeros. Desde sacos, corbatas de diversos tonos así como camisas de seda, satén y algodón cubrían los estantes en tantos colores fascinantes que pensó no se aburriría nunca de estar viendo todo a lujo de detalle.

—¡Es maravilloso Katsuki! — le dijo sin perder el brillo de emoción en sus ojos ámbar —¡Gracias por acompañarme! —

El cenizo asintió con una breve sonrisa.

— Era eso o que te pusieras a llorar en la cafetería — respondió con algo de burla en sus palabras.

— Aunque a mi no me molesta que te sueltes al llanto siempre y cuando yo este presente — le reiteró, subiendo los hombros en modo despreocupado y sin darle importancia a sus directas palabras.

Denki le saco la lengua ofendido. A veces Katsuki se pasaba con sus bromas, pero si de algo estaba seguro, era que el rubio no deseaba que llorara por cosas sin sentido. Y él agradecía el gran apoyo moral que le proporcionaba, desde el fondo de su pequeño corazón.

Siguieron avanzando hasta que Denki choco accidentalmente con alguien, iba a disculparse de inmediato cuando sus ojos se abrieron como platos al notar de quien se trataba. La feliz sonrisa que portaba desapareció para dar paso al nerviosismo y la angustia.

¿Que hacia él ahí...?

—¡Que sorpresa verte por aquí Denki!— saludo el pelirrojo con una gran sonrisa en su rostro —¿Que andas haciendo?— Indagó curioso, mientras observaba como su primo, el mas problematico de los tres, aparecía detrás del joven.

Su cara cambio a una de molestia. Pues obviamente no se llevaba bien con el cenizo por su explosivo temperamento.

Izuku en ese momento apareció con varias bolsas y con rostro cansado, ser llevado de aquí para aya por las diferentes tiendas era agotador.

Su mirada vago hasta ambos jóvenes que mantenían un aura oscura y algo pesada y trató de irse para no hacer mal tercio, pero la mano de Eijirou no lo dejo escapar y lo puso frente al rubio canario que asombrado lo miro con algo de curiosidad.

—¿Quien eres...?— preguntó con rostro molesto y algo sorprendido, no le gustaba la cercanía que el pecoso compartía con Eijirou y esa aura de pareja que tiraban le empezaba a enojar de sobremanera.

Izuku iba a contestar ante la mirada del chico que parecía querer clavarle cuchillos con la vista, aunque prácticamente ya se sentía apuñalado por la forma tan intensa que lo veía.

— Es mi prometido — soltó el pelirrojo sin filtro alguno.

—¡QUE!— gritaron ambos al unísono por lo que acababan de escuchar.

—Eso no es...— Izuku iba a negarlo pero al ver la mirada de dolor del rubio frente a él no supo que decir.

¿Quien era ese joven? Y ¿porque se veía tan dolido al escuchar esa obvia mentira?

— Asi que es verdad lo que decían los rumores... — dijo con tristeza y la voz entrecortada, pues dolía mucho el escucharlo de sus labios.

— Si es tu prometido yo... yo...— trató de hablar pero su lengua se trababa al tratar de decir lo que pensaba.

¿Porque deseaba tirarse a llorar como un completo idiota en ese momento?

Una mano agarro su hombro sacándolo de su ensoñamiento y enojo. Katsuki miraba a la pareja de forma furiosa.

¿Como se atrevía el imbécil de su primo a decir tremenda noticia frente al rubio, sabiendo de sus sentimientos?

¡Merecía una puta paliza por ser un imbécil insensible!

— Vámonos Denki, esto es una mierda, no necesitas escuchar nada más — soltó de forma cortante mientras mataba con la mirada a ambos presentes.

Denki asintió y se dejo llevar por la mano del cenizo, la cual apretó la propia en gesto reconfortante. Quería llorar, y quería hacerlo ahora. Saber la verdad de la boca del propio Eijirou había terminado de matar sus esperanzas, había destruido su promesa de infancia en cuestión de segundos.

No supo cuando habían llegado al auto del cenizo pero poco le importo. Katsuki lo metió al asiento del copiloto y este no objeto nada, no podía... ¿Que mas daba el pensar si era o no una mentira?

Las manos de Eijirou en la cintura del chico peliverde le respondieron todas las dudas. ¿Y esa aura de enamorados, no era algo mas que obvio?

Se maldijo internamente y sintió como su corazón se rompía a cada segundo. Las lágrimas una a una bajaron por su mejilla mientras trataba de contener los sollozos lastimeros para que no saliesen de su boca.

Cosa que no estaba logrando.

Los brazos del rubio cenizo no se hicieron esperar a su alrededor. Ya sabía que algo así pasaría en algún momento pero no estaba preparado para que fuera junto con el peliverde cerca, ¿Acaso no era el puto niñero de sus primos? ¿Ahora de paso se acostaba con el imbecil de Eijirou para tener un pago extra?

Un rugido casi animal salio de su pecho. Odiaba a ese tipo de personas, mas si eran unos malditos interesados. Luego se ocuparía del idiota con rostro afeminado. Por ahora Denki era su prioridad.

— Sacalo todo Denki...— le susurro tocando su cabeza mientras la otra lo abrazaba mas fuerte y de paso palmeaba su espalda de forma suave — Es mejor de esa forma... — le incitó a liberar todo su dolor. Su estrés y agonía contenida.

Porque esa seria la única y ultima vez que permitiría que alguien dañara a su amigo idiota. Él no era una persona paciente y tendría una "platica muy amena" con el idiota de su primo, estaba mas que seguro de ello.

Pero no ahora, no era el lugar ni el momento adecuado, sabiendo que el rubio necesitaría espacio decidió llevarlo al único lugar que podría ayudarlo a recuperarse. Con la determinación fulgurando en sus ojos se alejo y entró en el asiento del piloto.

Encendió el auto y arranco aun con los pequeños gemidos dolorosos del rubio a su lado, tenia que hacerlo olvidar a como diera lugar incluso acosta de su propio tiempo.

Él se hizo en ese momento una promesa silenciosa.


Izuku golpeó con enojo al pelirrojo que riéndose de su acción se alejo para esquivar otro certero golpe. Aunque en realidad las manos del ojos esmeralda eran bastante suaves no sentía daño alguno por sus trancasos, mas bien se sentía honrado de que quisiera golpearlo pues era una forma de tenerlo cerca.

Mucho mas cerca...

— ¡Eres un mentiroso! — exclamó exaltado el pobre chico con los nervios a flor de piel —¡Vé y diles que es una gran mentira!—

El pelirrojo solo rodo los ojos sin darle importancia. ¿Que mas daba con haber dicho aquello?

No es como si eso le fuera a afectar. Además no había mentido del todo, pues él si planeaba tener al pequeño pecoso como su prometido, y por ende en su cama también. Todo era cuestión de tiempo.

Así que con ese pensamiento jalo de nuevo al chico aun en contra de su voluntad y siguieron comprando en las diversas tiendas, pues la fiesta sería al día siguiente y por lo visto el pecoso no tenia nada decente que ponerse.

Con la ayuda de uno de los vendedores que estaba en la tienda pidió un traje que encajara perfectamente con la delgada figura del chico.

El vendedor luego de varias preguntas y comentarios con el pelirrojo llego a la conclusión de que el color adecuado para el pecoso seria el blanco.

Buscó entre las mejores telas y diseños, llevándole un traje completamente blanco con una camisa tres cuartos color verde musgo, y las zapatillas negras tan brillantes que podría ver su reflejo.

*Perfecto* pensó con entusiasmo el pelirrojo al ver el conjunto.

Eijirou miro el traje y dio su aprobación. Camino hasta Izuku que observaba varios pañuelos con diversos colores y pensó en un regalo para Shoto, ya que era su primer amigo quería darle algo especial.

Pero ver el precio del producto lo devolvió a la realidad, era demasiado costoso así que con resignación siguió divisando otros artículos llamativos, los cuales ni en sueños podría obtener.

— Izuku ven y pruebate esto — ordenó el pelirrojo mientras le tendía la vestimenta y el pecoso lo miraba confundido.

—¿Porque estas comprando ropa para mí? —preguntó confundido.

Eijirou sonrió pícaramente.

— Obviamente que para la cena de mañana, la fiesta es de gala y no creo que tengas algo mejor que vestir, ¿o si?—

Izuku negó con la cabeza. En realidad ni siquiera estaba planeando asistir a dicha fiesta, pues a su parecer el no había sido invitado.

— Vé y pruebatelo, quiero saber si ese color te queda...—

— Pero, yo...—

— ¿Quieres que yo te ayude a cambiarte?— le preguntó acercándose peligrosamente al chico que por inercia iba alejándose de él por miedo, la mirada de Eijirou lo devoraba cada centímetro mientras se sentía desnudo aun estando vestido.

— ¡Yo iré, así que deja de hacer eso!— dijo mientras salia corriendo de su alcance para poder meterse a uno de los vestidores y suspirar aliviado. Cualquier cosa era mejor que pasar por esa vergüenza.

Además de que sus mejillas se colorearon completamente de rojo, el estaba seguro que se sentiría sumamente mal al ver su escuálido cuerpo comparado con el del joven Eijirou, que a simple vista era dotado con músculos fuertes y firmes, además de una buena apariencia.

No quería martirisarce con ello, por eso prefirió acceder a su absurda petición.

Ya dentro del cubículo se cambio lo mas rápido que pudo y salio con el traje ya puesto.

Ambos, el vendedor así como Eijirou dieron su punto de vista y decidieron que le quedaba bien, con la acertada respuesta del pelirrojo Izuku entro de nuevo para cambiarse mientras Eijirou hacia el pago correspondiente.

— Empaque dos mas de estos, uno en verde oscuro y el otro en negro, con camisas blanca, negra, verde y roja — ordenó al vendedor que al instante de lo dicho ya venía con la orden de la ropa y la metía en otras bolsas para ser entregadas.

Eijirou saco su tarjeta negra y pago todo. Luego firmo el voucher y agarró las bolsas mientras esperaba al chico.

Al salir izuku suspiro aliviado, según podía observar ya habían terminado las compras, ¡Y gracias a dios era asi!

Se sentía súper cansado y eso que solo llevaban medio día en ese extraño vaivén. Definitivamente le rendía el charro a las mujeres, pues tenían una enorme determinación para hacer ese cometido cada dos por tres.

Ambos salieron de la tienda, sin notar que uno que otro paparazzi estaba escondido en las plataformas continuas o detrás de los pilares buscando como sacar una buena fotografía para una primicia.

Las cámaras sin flash aprovecharon el momento adecuado en que la pareja estaba viendo otros artículos en una tienda de regalo y uno que otro tic se escuchaba a la hora de tomar las fotos. Habían logrado conseguir una vez mas otra noticia impactante.

Seguro la revista estaría llena de fotos de la pareja en cuestión de horas. Eso seria el comienzo de una sarta de problemas venideros.

Iida había terminado de entregar los reportes a su jefe en la oficina, aunque también había notado el eterno estrés que por ende Aizawa mostraba, pues las ojeras en sus ojos y la mala posición con la que se encontraba encorvado le tenia un poco preocupado.

Suspiro con algo de cansancio. Ya solo faltaba un día para la gran celebración, a como se le conocía a la fiesta que hacia la empresa UA corp, donde la mayoría de sus invitados eran socios de la empresa, gente en ascenso en el mundo de los negocios así como en la moda, figuras importantes tales como el presidente de Japón y su concilio. En síntesis solo la alta alcurnia.

El vaivén que tenían los empleados de UA corp era bastante obvio. Había mucha tensión en el ambiente y no era para menos.

Por ello también se sentía algo confundido. Recibir la orden directa de Aizawa de que Midoriya debía de asistir a como diera lugar a dicha fiesta, lo mantuvo pensante casi toda la mañana. Pero como era su trabajo no podía objetar a ello.

Así que como buen empleado que era cumpliría con la misión, la cual consistía en conseguir el atuendo adecuado para el joven peliverde, que de seguro no tenia nada para la ocasión, pues a como pudo notar cuando llego por primera vez a la mansión, solo usaba ropa deportiva, y la mayoría de su guardarropa consistía en buzos y camisetas.

Llego a la mansión y el guardia de seguridad lo dejo pasar inmediatamente. Aparcó el auto al lado del que pertenecía al joven Shoto, y se bajo para seguir su camino por las escaleras que lo llevarían hasta la entrada principal.

Al llegar una de las sirvientas lo saludo como habitualmente hacia. Una reverencia la cual él devolvió. 

—¿Esta en casa el joven Midoriya?— indagó, mientras era seguido hasta la sala de estar por la chica que mantenía su rostro sereno.

— El joven Izuku salio con el amo Eijirou desde hace unas horas y no han regresado desde entonces señor...— dijo la joven, con lo que sabia acerca del asunto.

Iida se asombro. No sabia que Izuku tuviera tan buena amistad con el amo Eijirou, ya que al ser el casanova de los tres primos le preocupaba que empezara a acosar al joven pecoso, pues esa aura de ternura que el chico mantenía era bastante atrayente para las personas como Eijirou.

Saco el aire que no sabia estaba conteniendo. Un mal presentimiento se coló en su interior. No quería pensar nada que no estuviera fuera del lugar, y solo se le ocurrió preguntar al único que mayormente se mantenía en la mansión.

— Gracias, ya puedes retirarte Tsuyu-chan— espetó amablemente, mientras la chica hacia otra reverencia y se iba a ayudar a la cocina junto con la encargada. La hora de la cena ya estaba cerca.

Tenya se dirigió a la habitación de Shoto. Toco dos veces y un — ¿Quien?— salio de forma cortante.

— Soy Iida, por favor abre, solo quiero preguntarte algo —

La puerta se abrió con el breve chasquido del seguro y apareció el bicolor con su rostro inmutable, a como siempre se mantenía. Aunque la duda surcaba su mirada y Tenya paso adentro de la habitación.

— ¿Has visto al joven Midoriya hoy? ¿Sabes porque se fue con el amo Eijirou?— preguntó directamente, mientras Shoto le daba la espalda y se iba a sentar a su cama donde tenía varias letras de canciones desperdigadas y la guitarra que reposaba a un lado.

Tomo la guitarra y toco unas suaves notas antes de responder a la incertidumbre del secretario.

— Ese idiota se llevo a Izuku desde hace unas horas, no se a donde fueron, pero deberías de advertirle a Midoriya que tenga cuidado con Eijirou...— le mencionó con una mirada afilada al decir lo ultimo. Se sentía molesto de solo recordar lo sucedido hace unas horas.

Él mejor que nadie sabía que su primo era un dolor de cabeza, y de paso un mujeriego de primera, aunque recientemente se dio cuenta de su afición por el peliverde y por ello no le agrado la idea de que estuviera tan cerca.

Midoriya era alguien amable y bondadoso, sonriente y cálido. *¿Que demonios estoy pensando?* se maldijo internamente por esos extraños pensamientos. Últimamente los tenia seguido.

Y no podía evitarlo, cada vez que pensaba en Izuku su corazón bombeaba mas rápido que de costumbre y su pecho se contraía de una forma dolorosa, cosa que lo desconcertaba. Además de que cuando observaba al pecoso le daban ganas de protegerlo. Era un sentimiento dulce y amargo a la vez, tanto que no entendía como definirlo.

Tenya escucho detenidamente las palabras del bicolor. Al parecer se sentía molesto de que el pelirrojo se llevara a Izuku, y no era para menos, conocía de primera mano la reputación del chico y era algo que podría afectar su porte mas de lo que ya se encontraba por los medios.

Los chismes y cotilleos estaban a la orden del día. Y aparecer en programas de chismes y revistas amarillistas seria un serio problema que estresaria más a su jefe.

— Gracias, solo eso quería saber, —respondió serio — Con su permiso me retiro...—

Shoto asintió y volvió a tocar su guitarra.

El peliazul salio de la habitación del joven bicolor con mas dudas de las que ya tenía. ¿Le llamaba la atención al joven Shoto, el pequeño Izuku también?

No quiso seguir sacando conclusiones erróneas y por ello prefirió ir al despacho donde trabaja ocasionalmente. Esperaría a que ambos llegaran y le pediría el informe al pecoso para saber sus avances de la misión.

Si no se equivocaba no le quedaba mucho tiempo para cumplir con el objetivo, unos dos días mas y el señor Aizawa tomaría cartas en el asunto. Sinceramente esperaba que el joven pudiera lograrlo, seria una lástima que se fuera de la mansión cuando ya lo consideraba parte del personal de trabajo...

La incertidumbre sobre que pasaría lo dejo con algo de ansiedad y un extraño hueco en el estomago.

Esperaba que todo saliera bien.


La hermosa vista de ese paisaje lo calmo. La brisa fresca que golpeaba su rostro y los olores de las flores cercanas le hicieron sentirse brevemente contento.

Katsuki miraba con detenimiento la pequeña sonrisa que había logrado sacar en el rubio al haberlo llevado a uno de sus lugares favoritos. El paisaje era increíble pues al estar en una de las lomas mas altas, podía verse toda la ciudad como una especie de mirador.

Donde el viento, junto con las hojas que eran llevadas consigo permitían que pareciera un sueño del cual ambos estaban disfrutando.

Las lágrimas de Kaminari ya habían cesado, la platica que le siguió dejo al cenizo algo impactado, pues el rubio le contó sobre la promesa que había hecho con Eijirou cuando niños, pero que desgraciadamente al parecer él no recordaba.

Una lastima que causo estragos en el chico, además de unas cuantas lágrimas mas que desaparecieron al ver el hermoso lugar. Simplemente Katsuki pensó que valió la pena el viaje.

— Me alegra ver que te sientes mejor — le dijo el cenizo mientras su mirada vagaba a los autos que recorrían la inmensa ciudad. Todo se veía pequeño desde ahí, ojala así fueran sus problemas también.

Cosa que no era posible.

Él no podia proteger a Denki de todo el dolor y sufrimiento, y eso le hacía sentirse impotente y enfadado. ¿Como podría llamarse un buen amigo si cada dos por tres el chico se la pasaba llorando y él tenia que hacer hasta lo imposible para que no llorara?

Las ideas a veces se le estaban agotando.

Por esa razón, no quería tener una pareja, tenia las manos llenas con el rubio, no sabría si daría abasto con alguien más que le gustara. ¿De todas formas, quien en su sano juicio querría estar con alguien como él?

Tenia un caracter de mierda, era violento y mal hablado, siendo sincero a veces ni él mismo se entendía y aguantaba.

Todavía se preguntaba ¿Como es que Denki lo soportaba?

Había que darle un premio a la paciencia de un santo pues ni el mismo lo entendía a veces. Tal vez la estupidez característica era parte del encanto de Kaminari, y por ello se sentía comprometido a diferencia de lo que los demás rumoraban de ambos.

— Sabes este lugar me recuerda a cuando jugábamos con Kenji de niños— dijo sonriente mientras se daba una vuelta con los brazos abiertos y suspiraba sacando parte de sus frustraciones

— Cuando estábamos los tres juntos eramos tan felices, Kenji era alguien muy inteligente y siempre positivo...— musitó quitando su sonrisa levemente por un toque de tristeza y amargura en su voz.

Pues recordar a su hermano gemelo y el día de su trágica muerte era algo que todavía ambos no superaban del todo.

— Kenji era un idiota cuando quería — respondió el cenizo, recordando como ambos se peleaban por tener la atención del rubio canario — Pero al final era mi amigo y tu hermano lo cual me motivaba cuidarlos a ambos— espetó con algo de molestia en su voz.

Denki se acerco y lo abrazo, sabiendo que aunque su roja mirada demostrara lo fuerte que era, por dentro aun seguía culpándose por ese incidente.

— No fue tu culpa y lo sabes Katsuki...—le tomo el mentón para que pudiera reflejar su pesar y tristeza en esos hermosos ojos ámbar — Ambos perdimos una parte de nosotros ese día, pero aun estamos aquí, tu y yo estamos juntos en esto, Kenji nos esperará en el otro lado cuando sea el momento, por eso debemos vivir por él y por nosotros...— le dijo con algo mas de tranquilidad, sabiendo que sus palabras le llegarían.

Hablar de su gemelo fallecido siempre era doloroso, pero con el pasar de los años se hacia un poco mas llevadero.

— Ojala podamos superarlo algún día, porque yo siempre me culpare por ello — se zafo de su agarre y camino hasta el auto, abriéndolo al instante — ¿Nos vamos? Esta empezando a hacer frío, y tengo que pasarte dejando a tu casa...— le ofreció con una leve sonrisa.

Denki asintió de acuerdo.

— Claro llevame, pues tengo un hambre atroz — respondió de forma graciosa siguiéndolo hasta el auto.

— El día que tu no tengas hambre sera un milagro, eres un glotón — le mencionó con algo de sarcasmo pero sin perder su toque de chico malo.

Kaminari hizo un puchero y le saco la lengua.

— A veces eres demasiado infantil Denki, ¡subete ya inútil! — le ordenó mientras también entraba en el auto y se ponía el cinturón. El rubio le siguió la corriente y se subió al asiento del copiloto.

Katsuki hecho un ultimo vistazo al paisaje y recordó las ultimas palabras que le había dicho a su amigo...

— Yo cuidare de él en tu ausencia no te martirices idiota... —

— Gracias Katsuki... —

Las últimas conversación que habia tenido con Kaminari Kenji le calaba hondo cada vez que lo recordaba. El dolor de haber visto sus últimos momentos de angustia siempre eran una pesadilla constante,  él recordar como el soltaba su mano y el pitido de la maquina quedaba en un solo sonido perturbador llenando la blanca sala, era mas de lo que podía soportar.

Luego el silencio absoluto.

El cual se quedo grabado en su mente por todos esos años y la imagen mental de su amigo siendo tapado por una sabana blanca mientras su mano colgaba a un lado de la camilla de hospital.

Era algo que aun hoy en día, podía hacerle sentir como su cuerpo se tensaba y un breve escalofrío recorría su espalda por esa escena tan trágica.

El tiempo podía transcurrir para otros, pero para él eso jamas podría borrarse de su mente y mucho menos de su corazón...

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Hola hola mis pocholitos bellos!!!

¡Volví y casi no la cuento! Disculpen la tardanza, esta semana he andado bastante enferma por eso me tarde en postear el capítulo, por ello pido disculpas casi no lo logro xD

¿Les gusta como va yendo la historia?

¿Creen que hago sufrir mucho al pikachu?

¿Soy tan mala de que se me ocurra hace kirideku la historia?

Jajaja naa no quiero morir en sus manos asi que solo tengo dudas, pueden dejarme sus comentarios buenos, malos o regulares asi como estrellitas yo los leo todos y gracias por su tiempo, tratare de actualizar una vez a la semana pues el trabajo me consume ustedes saben toca trabajar para sobrevivir ;V

PD: ahora ya saben porque el musulman cuida tanto al pikachu xD

Capi dedicado a estas personitas :D gracias por su apoyo!!

yurichanfairy

Naveotaku

Lucychanneko

Azubi_Akil

mikuhatsune2416

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