—Creo que debemos irnos—dijo Estefan—Tenemos a unos niños que esperan por nosotros... bueno por Hal.
—Quería ver tu cara cuando vieses a Phon—dijo Allie dándole de comer a Rose—Ha crecido tanto...
— ¿Cómo es que no me dijiste nada? —aproveche para amonestarla—Al menos una pista podrías darme
—Soy más amiga tuya que de Estefan, cariño, pero esto merecía la pena y más cuando sabia que te iba a gustar verlo
—Bueno, esta vez acertaste—respondí acercándome a ella, la bese en la frente, me agache y bese la cabecita pelada de Rose y abrace a Sebas—Nos vemos y enhorabuena por esta nueva casa, los amo
—Nosotros a ti, Hal—dijo Sebas besándome la frente.
Estaba agradecida por haber encontrado a los amigos que tenia, tenía ganas de hablar con Liam y también agradecerle por todo el tiempo que hubiera pasado conmigo, al igual que Lucas y Sebas aunque tenía tiempo que no hablaba con ellos, los quería tantísimo.
Fuimos al restaurante que habíamos citado a mi madre con Haziele y los chicos no dejaban de hablar de los emocionados que estaban que habían extrañado todo esto, Phonnie no dejaba de cantar una canción que inventaba decía algo como "Por fin nos hemos encontrado, Hal, mi mami, Estefan y Anthony juntos otra vez, yo los quiero y ellos me quieren" la adoraba con toda mi alma y un poco más.
—Hemos llegado—dije dándome la vuelta para verles—Ya saben que no pueden hacer ruido es una sorpresa ¿De acuerdo?
—Si, Hal—dijeron los dos al unisonó, Haziele rio por debajito.
Nos bajamos del auto y Estefan y yo nos tomamos de la mano, hablamos con la chica de la recepción indicándonos en donde estaba sentada mi madre, ella estaba tomando vino.
—Ellos vendrán cuando pidamos algo de beber—lo ultimo mire a la chica ella sonrió cómplice.
Nos acercamos a mi madre y ella se paró para abrazarnos.
—Me gusta verlos juntos—admitió—Emanan tanto amor que me hacen felices.
—Gracias mami—dije dándole un beso, Estefan y yo nos sentamos y tuvimos una pequeña conversación con mi madre, un mesero se nos acercó.
— ¿Van a tomar algo?
—Sí, vino—mire a Estefan quien asentía también
—Ya regreso.
Los dos nos miramos y sonreímos
—Hijo, tengo curiosidad de algo—dijo mi madre viendo a Estefan— ¿Esta hija mía te la puso fácil? Porque es una testaruda.
—Al principio pensé que iba a salir corriendo por la puerta—admitió Estefan—Pero no lo hizo.
—No iba a salir corriendo—reí avergonzada.
—He regresado—dijo el mesero llenando nuestras copas a la vez que los tres se sentaban en la mesa, la cara de sorpresa de mi madre hizo que se me humedecieran los ojos.
— ¿Pero que hacen aquí? —preguntó llamando la atención de algunos— ¡Que sorpresa!
Se levantó y abrazó a Haziele que se había puesto a llorar luego fue Anthony que era un poco más pequeño que mi madre y a Phonnie la cargó entre sus brazos restregándole besos por toda su carita.
—Abuelita—dijo riendo, Estefan y yo nos miramos.
— ¿Cómo están? ¿Cuándo llegaron? —preguntó limpiándose las lagrimas.
—El mismo día que Estefan...
— ¿Cómo? Si yo lo busque al aeropuerto no puede ser...
—Mientras que me llevabas Sebas los buscaba a ellos—respondió Estefan—Todo estuvo planeado.
—Muy bien planeado—concordó Anthony entre risas, sus mejillas estaban sonrosadas.
—Me da un gusto que volviesen, me hacían falta—miró a Haziele— ¿Todo bien? ¿Cómo te ha ido?
El mesero llegó de nuevo, pedimos unas pastas carbonara, pizza para los chicos y rissotto para Haziele, comenzamos a hablar de todo un poco, Phonnie y Anthony nos demostrraon que tan avanzado estaban su ingles, apostaba que al final de año ya hablarían como nativos y pensar en el fin de año me daba un poco de nostalgia porque Haziele y los chicos regresarían y el pensamiento se hizo a un lado, a final de año ya estaría casada, Dios, que rápido estaba pasando todo.