VOLVERIA A TI.

Capitulo 71

—Deberíamos coger un taxi—dijo Estefan apoyándose en la puerta del copiloto—No me creo capaz de manejar ahora mismo.

—Yo manejo—dije aun enojada, metí las manos en los bolsillos de Estefan y le quite las llaves.

— ¿Segura?

—Que si—entre, Estefan se sentó en el copiloto y puso el asiento hasta atrás.

Maneje en silencio, tratando de mantener la calma, la amenaza de Jack y los senos de Raquel no me dejaban en paz.

Llegamos a casa a la una.

Antes que cerrara la puerta, la mano de Estefan me acercaron a su cuerpo.

— ¿Quieres? —preguntó besándome atrás de mi oreja.

—Estoy molesta—admití terminando de cerrar, me quite los zapatos y me di la vuelta para encararlo.

— ¿Por lo de Raquel?

—Sí.

— ¿Qué es lo que te molesta? —me quito la cazadora lentamente.

—Que se haya quitado la camisa y que haya tenido tu nombre en su estúpido vientre, me molesta muchísimo—solo recordarlo me ponía peor.

—No te debe molestar—su respuesta me cohibió al instante—Se equivocó en lo que pretendía.

— ¿Qué quieres decir?

—Si creía que quitándose la camisa iba a provocar algo en mí, se equivocó—acortó la distancia de nuestra boca—Solo tú, puedes ponerme a mil y he estado esperando a llegar a casa solo para demostrártelo.

— ¿Nada de nada?

—No, nena, nada de nada—sus manos se colaron por mi camisa, mandando escalofrío por todo mi cuerpo—Si solo sintieras lo que yo siento cuando te veo, cuando hago esto—sus manos se deslizaron por la liga de mis bragas, cerré mis ojos y me deje llevar por lo besos que comenzaba a dejarme en mi cuello.

— ¿Está bien que lo hagamos en este estado? —pregunte con dificultad, él me miró pensándoselo, habíamos bebido mucho y la verdad que los mareos se habían intensificado.

—No es la primera vez que lo hacemos en este estado—comenzamos a movernos lentamente, de un lado a otro, como si de un baile se tratase.

—Pero las otras veces han sido muy diferentes a estas—insisto—Hoy, es...

— ¿Deberíamos detenernos? —la pregunta sonó como si se lo hiciera el mismo, me miró tratando de encontrar la respuesta en mi.

—Podríamos hacerlo mañana—inquirí.

—Mejor—aun seguíamos bailando al ritmo de nuestra canción imaginaria, sus manos estaban aferradas a mi cintura, su boca se aproximó a la mía— ¿Quieres tomar una ducha conmigo?

—Siempre quiero tomar duchas contigo—admití quitándome la camisa.

Él me imito, dejamos la ropa esparcida por toda la casa, llegamos desnudos al baño, el agua fría me hizo soltar una risita nerviosa, que le dio gracia a Estefan, sus ojos verdes estaban brillosos, como me gustaba a mí.

El baño se trato de besos y caricias por parte de los dos.

Al terminar, el sueño se apoderó de nosotros, desnudos, entramos a la cama me acurruque al lado de Estefan, sintiendo su respiración pesada, le di un beso y segundos después ya estaba soñando con Estefan y su espíritu salvaje.

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