Other Way to Battle

By SakuraZala

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Siempre me dijiste "No hasta el final..." ¿Pero qué hay al final?... ¿Podré encontrarte al final del arcoíris... More

Prólogo
I
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
PRÓLOGO ARCO II
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXV
XXVI
XXVII
XXVIII
PRÓLOGO ARCO FINAL
XXX
XXXI
XXXII

XVIII

330 29 29
By SakuraZala

POKÉMON XY&Z

OTHER WAY TO BATTLE

XVIII

—¿Dawn?...

—No... no me pasa nada... —sonrió. —¿Aún quieres ir a comer? De todas maneras suena que está empezando a llover... Si quieres pedimos comida...

—Sí... solo iré a ver como se ve el cielo—abrió la puerta, para justamente ver pasar una chica, cuya cabellera le recordó demasiado a la pelimiel que tanto le encantaba, por lo que caminó rápido para alcanzarla y al ponerla la mano en el hombro, la mujer volteó, pero no se trataba de ella.

—Disculpe... la confundí con alguien... —se detuvo en medio del pasillo, viendo a la joven alejarse.

Pikachu que recién se asomó para ver que sucedía con su amado entrenador, vio a la misma mujer, por lo que rápidamente se acercó a él y lo haló del pantalón para que viera en esa dirección, pero no obtuvo más que un grito inmerecido.

—¡No es ella! ¡¿Qué no lo entiendes?! ¡Serena ya no está! ¡Ya no cuentes con ella!

—Pi...kachu... —dio dos pasos hacia atrás el eléctrico. Ash al ver lo que había hecho, negó con la cabeza, se estaba volviendo loco y estaba agresivo con todo el mundo por no poder controlar su dolor, lo único que se le ocurrió entonces fue echarse a correr y salir del lugar para estar solo, la única forma que tenía de calmarse.

—¡Ash! —corrió tras de él la coordinadora.

Pero pasaron las horas y no había señales... había incluso vuelto al departamento varias veces para notar si él también había regresado y nada, por lo que terminó dejando a Pikachu de guardia, con su número de teléfono para que si Ash regresara le obligara a llamarla.

.

.

.

La lluvia pasaba a correntadas por las aceras, los cabellos azulados volaban con el viento, bajo aquella sombrilla que apenas y cubría que se salpicara con las gotas feroces...

Estaba volviendo una vez más al hotel, cuando lo vio, estaba arrodillado, al lado de las barras donde tuvo el último encuentro con Serena.

—¡Ash! —corrió rápido hasta él y el impulso de protegerlo para sacarlo de ese estado, se apoderó de ella. Dejando rodar la sombrilla en el suelo

Lo abrazó con todas sus fuerzas, sintiendo como su pecho se movía agitado y superficial por la respiración acelerada al tratar de controlar los sollozos.

—¡Por favor! ¡Escúchame! ¡Regresa!

—Dawn... ¿Qué me está pasando?... —preguntó, aún con los párpados apretados. Se sentía tan mal... que había empezado a dañar la manera en que actuaba. —No puedo dejar de pensar en ella... ¡¿Qué fue lo que le hice yo?! ¡¿O qué fue lo que no hice?!

Había explotado... finalmente, había llegado el momento de la liberación de todo su dolor y daba gracias al cielo por poder estar allí para él y sostenerlo. Después de haber amado por primera vez... y seguir enamorado de la misma mujer... estaba solo pensando que iba a terminar matándose si no paraba.

La coordinadora, se levantó un poco y se pasó hacia adelante, para poder verlo al rostro. El siempre tan altivo, dinámico y seguro, estaba retraído y cansado, por lo que colocó ambas palmas en sus mejillas, obligándolo a levantar la mirada hacia ella.

—¡Nada! ¡Tú no hiciste nada!

—¿Entonces qué pasa?... Yo no puedo vivir sin ella Dawn... —las lágrimas del campeón, se escurrían entre los dedos de su amiga, junto a la lluvia. —No puedo... me voy a morir...

—No... Yo sé que lo que estás pensando te llena de dolor... ¡Pero Ash!

—Me voy a morir como hijo... —cerró los ojos, al darse cuenta que había comenzado a revelar secretos en desvarío.

—¿Qué?... ¿Tu hijo?... ¿Cuál hijo?... —parpadeó varias veces sin comprender.

—No importa...

—¿Serena... estuvo embarazada?... —preguntó, no podía quedarse con la curiosidad. Aquel acontecimiento cambiaba las cosas. ¿Cómo había pasado?... ¿Lo había perdido?...

—Ya no tiene sentido...

—Lo tiene... pero está bien... no hablemos de eso... solo levántate... y regresemos...

—No quiero... quiero quedarme aquí...

—¿Solo?... ¿Bajo la tormenta?... —le sonrió —No seas tonto... vamos... no voy a dejarte solo...

—No quiero nada...

—¡Aunque no quieras! —se le saltaron las lágrimas al verlo así. —Permíteme... ¡Permíteme estar a tu lado! —gritó para ser escuchada, mientras sus propias lágrimas se deslizaban, pero no obtuvo respuesta.

—¡Vamos! ¡Dame esos cinco! —Seguía sin responderle, por lo que buscó su mano con aquel guante empapado y atrapó sus dedos entre los suyos. —¡Vamos Ash! ¡No te rindas!

—No... no digas eso... —más que por que le irritaran sus palabras de ánimo, el conjunto que armaban aquella frase, no podía soportarlo... —Gracias... —pareció finalmente recapacitar y la ayudó a levantarse al mismo tiempo que él lo hacía.

—Estás empapado...

—Tú igual... —sonrió de lado.

—¿Regresamos?... —preguntó esperanzada de poder por fin devolverlo. Cuando se percataron de la llegada de Pikachu, que corría sobre los charcos, y saltó directo al pecho de su entrenador.

—Amigo... lo lamento... no quise gritarte así...

—Pika...

—Lo siento Dawn... antes de ir a casa... quiero pasar por otro lugar... tal vez eso me devuelva un poco la conciencia...

.

.

.

En el gimnasio de la liga, Ash pasó su mano sobre algunas fotografías, puestas al lado de los trofeos, tras las vitrinas. Mientras el pedestal donde se encontraba el trofeo de campeón, tembló, al ser arrojado por él al suelo.

Ya no me encuentro... las fotografías muestran el Campeón de Kalos, ¡¿Pero qué soy yo ahora?! ¡¿En qué momento dejé que todo esto me consumiera?! ¡¿Por qué?!

Al lado del trofeo tirado en el piso, sintió las rodillas fallarle y cayó de golpe, mientras las lágrimas le corrieron a gran velocidad.

—¡Porque ese no eres tú!

La vocecilla, le llamó a levantar la mirada despacio. —¿Pikachu?... extendió los brazos y rápidamente su Pokémon favorito saltó hacia su pecho, en un abrazo cálido como tantas veces lo había sentido, él, su mejor compañía y amigo estaba en las buenas y las malas y las peores...

—Vámonos de aquí... —lo separó de él para verlo a los ojos, encontrando llorosos los avellanas del eléctrico.

—¡Pika!

—¿Qué quieres decir con eso?... —Dawn que recién los encontró, se apoyó de la puerta con la mano y preguntó temerosa.

—Lo que oíste... —se levantó, aún cargando a su amigo en brazos. —De nada sirve mi puesto en este lugar... cuanto lo soñé... cuanto me guste... —pasó la mano sobre la vidriera de trofeos. —Si no soy yo mismo.

—¿Piensas... renunciar?... —la preocupación se resumió en su mirada.

—No... —negó, salpicándose un poco con el agua. —Será solo un descanso... después de todo la liga recién paso hace un par de meses y se ha dado nueva vuelta a la recolección de medallas.

—¿Y a dónde tienes pensado irte?... —Ahora que por fin se habían reencontrado, estaba por perderlo nuevamente... sin contar con el cometido que Serena le encargó... quería permanecer a su lado lo más posible.

—A Kanto... es el único lugar en que hay algo completamente mío. Mis Pokémon... mi casa... mi madre... va a regañarme mucho —sonrió. —Pero no importa.

Interrumpiendo la atmósfera un tanto tensa, la pokébola de Buneary se activó, sorprendiéndolos a los tres.

—¡Buneary! —la abrazó su entrenadora.

—¡Buneary! ¡neary! —parecía desesperada por ir al lado de Pikachu.

—Ella también se asustó al escuchar que se iban... apenas acaba de encontrarse con Pikachu... —miró al campeón a los ojos, tratando de transmitirle su mensaje más profundo.

—Sí... es una lástima... lo siento Buneary... —Pero como era de esperarse, no comprendió el verdadero significado de las palabras de la coordinadora.

—¡Tal vez! —se aventuró a decirlo, sabía que lo que estaba por proponer no estaba bien... Serena le había confiado la situación... y era su deber cuidar de Ash pero... ¿Qué pasaba si él elegía irse? ¿No debía ir con él también? ¿Pero y la clase maestra? ¿Cuál de las dos cosas importa más? ¿Permanecer al lado de Ash o la competencia?

—¿Eh? —la miró sin comprender, al ver que se quedó pensando.

—¿Podríamos... acompañarlos?... —lo miró esperanzada, luego de soltar sus palabras.

Pero él, solo bajó la mirada. —No creo que sea la mejor compañía en estos momentos...

—Es que no estoy buscando que me entretengas... lo único que queremos... —abrazó a su Pokémon para darse fuerzas. —Es poder... ayudarlos... queremos que Pikachu y tú se encuentren bien.

Después de lo que había hecho por él, horas antes, suspiró y asintió. Tenía que agradecerle, porque de no ser por ella, estaba seguro que seguiría tirado en medio de la calle, en la lluvia y deseando morir.

La mirada azul se iluminó y sonrojó levemente.

—Lo mejor será salir de aquí... no tardan en venir a pasar la revisión.

—Sí...

.

.

.

—¡Ash! —apretó con fuerza los párpados, para finalmente voltear hacia el llamado, encontrando a la dueña de la voz que tanto amaba, parada frente a él, agitada por el camino largo que seguramente tuvo que recorrer para llegar hasta ahí. Entonces miró en la dirección donde estaba parada Dawn, corroborando que ella le había avisado, al ver que bajó la mirada ante él.

—Por favor... ya no digas nada... solo escucha... algo no está bien con todo esto... después de tratar de comprender tanto... me di cuenta que yo era el único que estaba perdiendo con todo esto... y lo peor de todo era que estaba perdiendo lo que era yo... Ya no voy a pedirte explicaciones, así que no me las pidas a mí... Ya no

—Por favor... no digas eso...

—Serena, es que tú no crees en mí...

—Es que es algo... ¡Es algo que no puedo!

—Y yo no puedo con eso... —sonrió por lo bajo, —Me voy... tengo que hacerlo... —trató, en serio que trató, pero las lágrimas se le acumularon rápidamente en el horizonte castaño que tenía por mirada, y terminaron por derramársele, pero las limpió rápidamente con las muñecas de sus guantes. —Soy tan patético, soy un llorón...

—Llorar está bien... porque refleja lo que sientes, no debes guardarlo de ninguna manera... ¡Y menos de mí! Sé... que te he causado mucho daño... cuando trataba precisamente de librarte del mismo... Y sigo haciéndolo... —lo miró con los labios corrugados, sosteniendo la tristeza de verlo partir, no solo de la región, sino de su propia vida.

—Entonces entiende... todo... Kalos... eres tú... —sonrió, ladeando el rostro y la tomó por ambas manos. —A donde mire estás... y sabiendo que puedo caminar y buscarte... jamás podré ser libre de lo que siento... Por eso... no me pidas que permanezca en un lugar que me lastima... que me impide ser yo... esto ya no es normal en mí... —la soltó y se disponía a darse la vuelta, cuando sintió como estrepitosamente lo abrazó de un segundo a otro.

—¡No! ¡Por favor!

—¿Serena?... ¿Qué es lo que quieres?... —con el dolor de su alma, le colocó las manos en los hombros y la apartó de su pecho, sintiendo la separación como nunca antes entre los dos, más que aquel primer beso, en la sintió alejarse por el tiempo de la escalera eléctrica, más que cuando le pidió que saliera de su habitación de hospital, más que mirarlo escaleras arriba, cuando pensó ver cosas entre él y Dawn. Ahora él lo había propiciado, la había apartado y no se retractaría porque era lo mejor que podía hacer por sí mismo.

Se había enamorado con todo su corazón, su mente era solamente alegría y preocupación por ella desde que todo entre ambos comenzó, jamás pensó llegar a pasar por momentos tan hermoso, que atesoraría por siempre dentro de sus recuerdos, pero al mismo tiempo... el infierno del dolor, dolía demasiado, a veces pensaba que lo mejor sería tal vez... —negó con la cabeza al darse cuenta de lo que había llegado a su mente.

Habían pasado un par de semanas desde que la coronación de la nueva reina de Kalos había sucedido, finalmente Serena había derrotado a Aria, en una de las más grandes presentaciones dadas por una artista, esto según todas las opiniones de los performers más reconocidos de la región y el mundo. Todos invitados a la gran final de la clase maestra.

Su mejor amiga, quien llevaba viviendo consigo en aquel apartamento poco más de 6 meses, lo había conseguido y ahora... era el turno de su gran victoria.

Serena se encontraba entre el público, no llevaba ningún tipo de señuelo que ocultara su identidad, por lo que todos sus admiradores, yacían rodeando su círculo de amigos, entre ellos Bonnie, Sawyer, Miette, Clemont, Tierno, Shauna, Trevor y Nini, que gritaban con todas sus fuerzas por el movimiento definitivo final en aquella arena de combate flotante.

—¡Charizard no puede continuar! ¡Eso le da la victoria al retador!

Tanta fue su incredulidad y emoción que cayó sentado en el suelo y junto a él su amigo amarillo que le saltó encima de emoción. —¡Piika!

Las dos manos de entrenadores en competencia se estrecharon y minutos después, finalmente el entrenador de Paleta, alzó el tan ansiado trofeo.

—¡Felicidades al nuevo campeón! ¡Ash Ketchum!

La arena de combate empezó a llenarse de gente que querían felicitarlos a ambos y entre ellos, la reina, que al llegar a él lo abrazó con toda su fuerza, siendo recibida de la misma forma.

—¡Lo hiciste Ash!

—¡Sí! ¡Igual que tú Serena!

El abrazo los había acercado tanto al rostro del otro, que se sonrojaron, pero no hicieron más que reafirmar el abrazo. Todo el tiempo que habían compartido... finalmente culminaría en la unión que jamás esperaron se desatara de la convivencia. Propiciando una pequeña unión entre sus labios, al cerrar sus ojos, de la cual se separaron felices y sonrojados. Sin percatarse de los gritos del público que presenció el momento, aquel en que nació de manera oficial la pareja del Campeón y la Reina, recién estrenados; AshSere.

Tal vez... si no la hubiera besado en ese momento...

Nada de esto estaría pasando...

Los ojos azules llorosos, le destrozaban el alma, pero no desistió. —Adiós... —se dio la vuelta, dejándola parada, sin notar como rápidamente se derrumbó al suelo.

—¡Ahhhh! —gritó, tratando de ahogar su voz, al sentir que iba a desmayarse. No podía creer todo lo que estaba pasando, pero fue detenida en su tristeza inminente, por una chica en tacones que llegó a pararse a su lado.

—No pensé que en verdad lo hicieras...

—Ya déjame en paz...

—Debes amarlo mucho en verdad... estoy sorprendida. —La mirada azul de Emilia, parpadeó un par de veces y entrecerró los ojos, al ver el estado deplorable en que estaba la reina. No se levantaba del suelo y las lágrimas habían empezado a caer en este.

—Lo amo... ¡Lo amo tanto que no me importa que me hagas a mí! ¡Pero tenía que sacarlo de esto!

—Y dejármelo a mí...

—Jamás... Ash nunca te aceptaría... porque aunque se aleje... aunque esté muriendo de dolor por esto... ¡El me ama! ¡Y vamos a volver a estar juntos!

Las personas en el aeropuerto, miraron asustados la escena por los gritos.

—Anda... camina... la limosina nos está esperando... Papá quiere verte...

—No... vuelvas a decirlo... —la miró sentenciante al levantarse. —Ese hombre no... es mi padre... —Un padre... jamás haría pasar por esto a un hijo...

.

.

.

El llamado para el vuelo, había dado su último aviso y los boletos estaban destinados a entregarse, la cola avanzaba con velocidad regular, pero cuando estaba a un par de personas de tener su turno, el campeón se salió de la fila y seguido de Dawn, por la sorpresa, regresaron al lugar donde había dejado a Serena, pero no encontró nada. Por lo que bajó la mirada y volteó hacia su amiga, que asintió.

.

.

.

Continuará...

¡Ahora voy a tomarme una cola cola que necesito azúcar dios mio!

Este fue el capítulo que más me costó escribir en toda mi sakurience vida!!!!! Más de 60 historias y nunca me había dolido como ahora!!!!

Es la primera vez que escribo un desamor tan fuerte de mi OTP y es... horrible xDDDD

Pero valdrá la pena... sopórtenlo, aguanten, que ya no habrá más lágrimas, viene lo bueno!!

GRACIAS POR LEER

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