Seyn
Miro la televisión mientras como galletitas y Tarik me llama por teléfono.
—¿Qué quieres insoportable? —le digo irritado.
—¡Ayúdame!
—No —le corto.
¿Uno no puede ver la tele tranquilo?
El timbre suena y cierro el táper de galletas. Me levanto del sillón dirigiéndome hasta la puerta enojado y abro.
—Tarik te dije que... —me detengo cuando me doy cuenta que no es él —¿Aradia?
—¡¡Vi esto y me emocioné!! —grita la chica alegre —No me aguante en leer ¡¡Perdón!!
Entrecierro los ojos.
—Disculpa, pero no te entiendo —la miro raro —¿Te perdiste?
—¿No te acuerdas de mí? —se señala —No te preocupes, yo también lo hacía —expresa de manera divertida.
—Mira enana, no sé de qué estás hablando, pero estaba viendo una película y me acabas de arruinar la noche —intento cerrar la puerta pero me pone el pie para que no pueda.
—Aquí, la foto —me entrega un marco con un papel —¡Somos primos! ¡¿Te acuerdas?! —sonríe ampliamente.
Me quedo quieto observando, sorprendido por la fotografía.
—Eso... no sé qué decir, es algo que nunca pasó por mi mente.
—Me han dicho que tenías un deseo y que yo podría cumplirlo, aunque no sé cómo —expresa confundida.
Sonrío.
—Lo acabas de cumplir —miro la fotografía —. Estás aquí ¿no? Parece que al final sí tengo un familiar que sabe que existo.