Todo por ti, hermano © ["Herm...

By DebiCaceres

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"Eres tan frágil, tan pequeño aún. Todavía no conoces los males de este mundo, y espero que nunca lo hagas. L... More

Booktrailer
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capitulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Epílogo
Agradecimientos
¡Aviso!
¡Gracias!

Capítulo 22

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By DebiCaceres

NOTA: Como saben Wattpad anda algo mal, posiblemente el capítulo aparezca y luego no, o no les aparezca todo en blanco. En algún momento vuelve a ser visible y lo podrán leer sin ningún problema. Ahora sí, vamos con el capítulo.

---


El mes pasó rápido y noviembre amenaza con llegar. Mi hermano tiene un mes más de vida, diez para ser exactos y los preparativos para su primer año de vida, no están lejos.

—Yo creo, que deberías hacerlo en un salón de fiestas, a lo grande —comenta Ame, sentada en el living de mi casa.

—A mí me parece hacer algo más tranquilo aquí —contradice Meli.

En este tiempo, ambas comenzaron a llevarse bien, a pesar de algún que otra discusión por culpa de quien es mejor amiga, los tres sabemos cómo convivir. El único que no se supo adaptar al grupo, es Federico. Sus intentos por hacerlo, siempre fallan; aunque quiera poder aceptarlo en mi circulo de amistad, no puedo, el rechazo sin motivo que tengo hacia él es mayor. Acepto que sea el novio de mi mejor amiga, pero no mi amigo.

—¿Qué dices Sebas? ¿Salón o aquí? —Ambas me miran fijo, sé que, si elijo alguna de las dos, la otra se enojara... siempre hacen lo mismo.

—No me hagan elegir, siempre terminan enojándose conmigo y no quiero eso. —Sigo jugando con Bruno. —Además, de que faltan dos meses todavía.

—Dos meses se pasan en un abrir y cerrar de ojos, hay que tener todo organizado —añade mi compañera de ojos claros.

—Concuerdo con Amelie, tenemos que hacer la lista de invitados, ordenar la comida...

—Buscar donde hacerlo —interrumpe.

—Ustedes encárguense de todo, pero el lugar lo escojo yo, ¿sí? —Las observo, sé que no están convencidas con mi respuesta, pero no les queda otra que aceptar. —Ahora me voy a lavar algo de ropa, no he tenido tiempo estos días y quiero aprovechar que hay sol.

Busco en mi cuarto toda la ropa sucia mía y de Bruno, sin embargo, no encuentro mis sudaderas, creí haberlas dejado aquí, pero me equivoco. Salgo al pasillo y escucho que las chicas están hablando en susurro.

—¿Cuándo se lo dirás? —habla Amelie.

—No lo sé Ame —suspira. —Para mí es difícil, recién estamos comenzando y, quizás, son dudas mías por no saber si funcionará cuando me vaya a Colombia.

—Sabes perfectamente que ese no es el único motivo, no entiendo porque seguir engañándote.

—Porque lo arruinaría todo, y no quiero eso, suficiente que arruine la relación de mis padres. —Noto en su voz tristeza, no sé de qué hablan, pero sin duda Federico está metido en la conversación.

Empiezo a toser forzadamente para que percaten mi presencia. —Vengo a buscar mis sudaderas, ¿no las vieron?

—Si te réferis a la negra con puntos azules y la verde, están en mi habitación.

—¿Cómo llegaron a tu habitación? —pregunto dudoso.

—Un señor inquieto, las llevo ayer mientras me hacia una visita. —Mira a Bruno que empieza a reír, sabe que es el responsable.

—Tendré que mantener mi ropa segura, porque entre ustedes dos me dejaran desnudo —bromeo.

—¡Uh! Eso, sí que no me lo quiero perder. —añade Amelie.

—Ya quisieras verme sin ropa —río mientras me marcho.

—¡NI QUE FUERAS CHRIS MARTIN! —grita.

En la terraza pongo todo a lavar en la lavadora automática; mientras espero que termine, me siento en las escaleras.

Escuchar a mi hermano reír y gritar saca una sonrisa en mi rostro. Este mes ha sido duro; el caso sigue en marcha, pero aún no hay un culpable. A pesar de interrogar a los testigos y mirar los videos, no hubo resultados positivos, la única esperanza es que los oficiales extorsionados digan quien fue.

Estos días que pasaron, recibí un gran apoyo por parte de mi familia. Mis tíos del exterior se comunican conmigo frecuentemente, al igual que mis primos. Podría decir que no me siento tan solo, tengo personas que tratan de comprender mi situación y apoyarme. Aunque debo admitir que, a pesar de sus compañías, el vacío en mi corazón existe, no solo por la incertidumbre de saber, quién es el culpable, sino por la ausencia de ellos.

Saber que Bruno, pronto, cumplirá un año me alegra, pero me entristece saber que será su primer cumpleaños, y no el último, que lo pasará sin nuestros padres. Me hubiese gustado poder organizar todo con ellos. A veces, imagino como sería todo si ellos estuvieran aquí; de seguro, estaríamos viendo modelos de tortas, buscando lugares para celebrar su día... Simplemente, seríamos una familia feliz.

El sonido de la maquina me saca de mis pensamientos, por suerte, porque ya estaba volviendo a angustiarme.

Cuelgo la ropa, distiendo la limpia y vuelvo a mi casa. Escucho a mis amigas discutir, definitivamente, pelear hasta por el más mínimo detalle.

—A mí, me gusta este porque tiene unos bordes elegantes —dice Amelie.

—Pero, ¿qué tiene que ver la elegancia con el cumpleaños de Bruno? —responde indignada. —Tiene que ser está que tiene un avión y hasta un osito que puede representar al señor Tommo.

—¡Tommo! —Veo volar el peluche hacia mi cara, pero logro esquivarlo.

—Si siguen peleando no dejaré que se encarguen de nada. —Dejo el cesto con la ropa en el piso. Mi hermano viene corriendo a buscar su muñeco.

—Tiene razón, si seguimos así nunca nos podremos de acuerdo y todo se atrasará más. —Afirma mi compañera de casa.

—Ahora que terminaron de discutir, ¿no les parece que es hora de almorzar? —Bruno descubrió la ropa y comienza a sacarla.

—Nosotras cocinamos, mientras tú buscas a Bruno que se está llevando tu ropa. —Giro y veo como mi hermano corre por el pasillo con mi pantalón.

—¡Bruno! Devuélveme eso. —Lo atrapo y lo subo a mi hombro. —Ya deja de robarme mi ropa, ¿quieres?

—¡Papá! —grita con alegría observando nuestra habitación.

—Sabes, a veces me das miedo —río nervioso. —Será mejor que te cambie el pañal, antes de que me mates, no solo me mates del susto, sino del olor.

Mientras retiro su pañal, escucho mi móvil sonar, el problema es que no sé dónde está. Le coloco el nuevo lo más rápido posible, y busco mi aparato. Mi desesperación aumenta, lo escucho, pero no lo veo, hasta que toco la cuna de mi hermano y la siento vibrar; bajo su almohada, escondido está.

—¿Hola? —contesto desesperado.

—¿Señor García? Habla el Director Acuña, ¿puede hablar?

—Sí, dígame que sucede, ¿tiene novedades? —pregunto ansiosos.

—Tuvimos un gran avance y me gustaría contárselo en persona.

—Perfecto, estaré todo el día en mi casa, así que lo espero a la hora que usted quiera.

Termino de cambiar a mi hermano y me marcho a la cocina; allí, las únicas mujeres de la casa, están cocinando sin discutir, creo que encontraron su lugar para poder convivir en paz.

—Veo que se llevan bien mientras cocinan. —Dejo a Bruno en su silla mientras, preparo la mesa para los cuatro.

—Descubrimos que tenemos varios gustos similares y, es divertido cocinar acompañada —dice Meli.

Me siento al lado del pequeñín y juego con él, sin embargo, mi cabeza está en otro lado. ¿Será que por fin conoceré al que provocó el accidente? ¿Por fin podremos enviarlo al lugar que pertenece? En mi mente solo hay preguntas, ninguna sin contestar. Los nerviosos y la ansiedad vuelven a mí y se transmiten en sudar.

—¿Pasa algo? —escucho decir a Ame.

—Me llamó Acuña, dice que tiene novedades. —Mi pierna no deja de moverse y mis manos de sudar, no estaré tranquilo hasta saber que pasa.

—Tranquilo, no te pongas en ese estado. —Mi amiga me conoce, fueron varias veces las que me encontró encerrado en el baño porque no dejaba de temblar. —Ahora comeremos y después, nos preocuparemos de eso, ¿sí?

Ella tiene razón, tengo que tranquilizarme y pensar con la mente clara; los nervios me han jugado en contra muchas veces y ahora no es momento para que vuelva a suceder.

Entre las dos sirven la comida, tarta de verdura con queso derretido, no había duda que entre las dos pueden hacer ricos platos. Es extraño ver a Bruno comer verduras ya que, a diferencia de mí, nunca me gustaron de pequeño, se nota que él es diferente en ciertos aspectos.

Cuando terminamos, Amelie se lo lleva a descansar, no quiero que este despierto si llegan a venir los oficiales. Con Melanie nos quedamos lavando los platos.

—Quiero que estés tranquilo, ¿sí? —dice al notar mi expresión.

—Estoy tratando, aunque mi mente me está jugando una mala pasada —río nervioso.

—Se por lo que estás pasando, a pesar de tenerlos, de alguna u otra manera yo también perdí a mis padres, por eso sé que es difícil; pero a diferencia de mí, tú tienes a Bruno y él te necesita más que nadie.

—Tú no estás sola, nos tienes a nosotros. —Apoyo mi cabeza en la suya. —Nunca digas que estás sola, ni siquiera lo pienses, porque no es verdad.

—Te quiero, mi corredor. —suspira.

—Yo también, mi chiquilla. —Ambos sonreímos, sabemos que estamos pasando por una etapa complicada en nuestra amistad, ella pasa tiempo con su novio y yo me concentro en el trabajo, sin embargo, ninguno de los dos abandonaría al otro, por nada en el mundo.


Las horas pasan y nadie viene con noticias.

Acostado en mi cama, leyendo un libro, trato de que el tiempo pase más rápido. Aun cuando sé, que no podré concentrarme en lo que leo.

El timbre suena y salgo corriendo como si fuera la señal de largada en una carrera; mis amigas vienen atrás mío y se sientan en los sillones.

—Buenas tarde, disculpen la demora, es difícil convencer a mi esposa de que esto es importante —escucho la excusa de Acuña.

—No hay problema, pase por favor.

Se sienta en el sillón libre.

—Bueno, veo que me estaban esperando. —Al percatarse de las miradas de mis acompañantes.

—Disculpe, es que estamos algo intrigados por saber. —Se excusa Ame. —¿Le gustaría algo para tomar?

—No, te agradezco, pero estoy bien.

Me quedo mirando sus expresiones, trato de descifrar lo que nos dirá, pero es imposible.

—Y bien, ¿qué tiene para contarnos? —comienza a preguntar Meli.

—Como saben, tenemos dos oficiales implicados en el caso y, luego de tanto tiempo, uno accedió a confesar. —Mi rostro se llena de alegría, aunque el nerviosismo aumenta. —Lamentablemente, no sabe quién es la persona, pero tenemos el apellido.

—Un momento, está queriendo decir que confeso, pero ¿no dijo quién es el responsable? —pregunto dudoso.

—Exactamente, no quiero dar a conocer el nombre completo porque tiene miedo de que lo lastimen a él o a su familia.

—Estamos hablando de alguien con mucho poder entonces —afirma Amelie.

—Así es señorita, pero tenemos un apellido eso es lo importante —responde optimista.

—¿Podemos saberlo? —La ansiedad no me deja respirar, necesito saberlo.

—Da Silva Gonzales es el apellido, ¿alguno lo reconoce?

Con mi compañera de trabajo respondemos negativamente, pero Melanie empieza a ponerse más pálida, como si se estuviera por desmayar.

—No puede ser oficial, ¿está seguro de lo que dice? —Su piel está cada vez más blanca.

—Muy seguro, estuve presente cuando lo digo, ¿por qué?

Se pone de pie y comienza a caminar de un lado para el otro. Sus manos tiemblan, no para de susurrar.

—No puede ser, es imposible —se dice a sí misma. —Debe ser una coincidencia.

—Melanie, ¿qué te pasa? —Me pro frente a ella y la tomo por los hombros.

—Esto es imposible Sebas, no puede ser verdad —habla con la voz temblorosa.

—Por favor amiga, no entiendo nada, ¿qué te pasa? —Sacudo su cuerpo con suavidad para que reacciones.

—Ese apellido es parte de la familia de Federico.



---

¡ESTALLO LA BOMBA! Cada vez estamos más cerca de descubrir al responsable :O

¿Cómo están hermosuras? Perdón que no les pregunte antes, estaba emocionada jajaja

Espero que les guste el capítulo de hoy. Meli y Ame se volvieron más unidas, gracias a Sebas ¿será que habrá una rivalidad interna entre ellas? o ¿simplemente, se volvieron amiga de verdad?

Como siempre les digo, no olviden comentar y/o votar si en verdad lo merece. Además, recuerden que tenemos un grupo de lectores, allí estoy informando cuando Wattpad me desaparece los capítulos, y diciendo curiosidades de la novela.

Sin más nada que decir, me despido de ustedes con un fuerte abrazo virtual desde Argentina ♥

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