La mañana del sábado es ideal para dormir, pero hace tres días que mi sueño se desvaneció. Sentado en el piso del cuarto, pienso sobre todo lo que ocurrió estos días. Desde que los oficiales vinieron, no pude dejar de imaginar quien puede ser el culpable de todo esto.
La esposa de mi tía, me está ayudando con todo el papeleo y las audiencias que he tenido; los oficiales dicen que aún no tienen pruebas para culpar a nadie, pero que no estás lejos de hallarlo.
Tratar de estudiar y trabajar fue imposible, me atormenta saber, que una persona pueda ser tan miserable para no importarle las vidas que se perdieron por su culpa y, encima, arreglara todo con dinero.
—Si sigues así, tendrás ojeras. —Escucho la voz de Meli en la puerta.
—¿Qué haces despierta? Son las 8 de la mañana todavía.
—Te escucho desde mi cuarto jugar con la pelota. —El objeto es blando, ideal para apretar cuando estoy estresado y, éste último tiempo, me ha servido de mucho; aunque no me di cuenta que hacia ruido.
—Perdón, no me di cuenta. —Suelto la pelota.
—Trata de dormir, es temprano y debes descansar. —Se acerca a mí con pasos lentos.
—No puedo, ya lo sabes, si duermo dos horas por noche es un milagro. —Me pongo de pie y la recibo en mis brazos.
—Acuéstate, quiero dormir. —Bosteza. —Vamos, quédate al lado de tu hermano y yo me quedo atrás tuyo. —Empuja mi cuarto hacia el confort de la cama. Trato de quedar cerca de Bruno sin tocarlo y, Meli, se pega a mi espalda abrazándome por la cintura. —Será mejor que duermas o te pegaré. —Esconde su rostro en mi nuca.
No me quedará otra, que intentar dormir.
Siento como tocan mi cara; me muevo tratando de evitar que lo sigan haciendo.
—¡Buenos días, bello durmiente! —Al abrir los ojos, Bruno está frente mi cara sonriendo y Meli, en la punta de la cama, con una bandeja. —Entre los dos te hicimos el desayuno.
—¿Qué hora es? —pregunto confundido.
—Son las 11:30 am, me alegra ver que pudiste dormir varias horas. —Deja la bandeja cerca de Bruno. —Tienes que descansar más.
—Ya lo sé, pero es imposible conciliar el sueño, sabiendo que el responsable de la muerte de mis padres está libre.
—Sé que no es fácil, pero piensa que él te necesita despierto y con fuerzas para seguir adelante. —Mi hermano me observa mientras come una tostada.
—¿Por qué tienes que tener razón? —pregunto resignado.
—Porque soy tu mejor amiga y la persona que te conoce perfectamente, en este mundo. —Sonríe con soberbia. —Además, de que sé todo el esfuerzo que hiciste este tiempo, y lo único que te pido es que no te dejes vencer ahora, tarde o temprano ese tipo va a caer.
Los tres desayunamos en la cama o, mejor dicho, robaron parte de mi desayuno.
Meli y Bruno hacen que la mañana comience bien, a pensar que sé, que debo reunirme con Norma y hablar sobre la investigación.
Los sábados nos dedicamos a ordenar el desastre que dejamos los días de semana; por falta de tiempo, no podemos mantener el orden, por eso, decidimos tomarnos estos días para poder hacerlo. A pesar de mi ánimo, mi amiga insiste en poner música y comenzar la limpieza.
Juntos, compartimos el gusto por algunas bandas y cantes; entre ellos está la banda española Dvicio. Muchas de sus canciones, me han identificado en mi relación amorosa pasada, ahora solo disfruto de los hermosos acústicos de guitarra y la voz del cantante.
—Ven, acércate, te contaré un secreto, tú prométeme que solo será nuestro; déjate llevar, olvídate del tiempo creo que ya descubriste mi secreto. —Canta utilizando la escoba como micrófono.
—¡Deja de chillar, romperás los vidrios! —grito desde la cocina en forma de broma.
—Yo sé que te la sabes —responde. —No me dejes cantando sola el estribillo.
Suspiro, sin duda no puedo dejar cantándola sola. Corro hasta donde ella y le quito la escoba. —Yo te doy la razón, que no está bien y tú dame los besos que no te da él, sabes que tú me gustas y yo ya esperé; así que móntate conmigo en este tren.
—Solo dame un beso, ouuu —gritamos a duo. —Y esta noche quiero un beso, ouuu; solo dame un beso, es nuestro secreto amor —reímos al notar lo ridículos que nos veíamos cantando con el micrófono improvisado, y me percato que sus mejillas están coloradas, no le doy importancia y vuelvo a la cocina bajo sus quejas que vuelva a cantar con ella, pero hay que terminar porque la mugre no se va cantando.
—Me cansé. —Dejo caer mi cuerpo en el sofá.
—Pienso igual. —Copia mi acción.
Aparece mi hermano caminando tomado de las paredes y dando algunos pasos sin la necesidad de apoyarse en algún mueble.
—Veo que alguien se volvió a escapar de su cuna. —Lo levanto y siento a mi lado.
—Me iré a bañar y luego, a cocinar —anuncia mi amiga poniéndose de pie.
Trato de recuperar el aire, mientras juego con mi hermano, pero el timbre de la entrada, interrumpe nuestro juego.
Abre y me encuentro con mi tío y su mujer.
—¡Sobrino! Qué bueno verte animado. —Me abraza y me golpea la espalda.
—Hola Sebas, me alegra verte mejor, se nota en tu rostro.
—Gracias, creo que la limpieza del sábado me dio algo de energía —bromeo.
Los tres nos dirigimos al living, donde Bruno continúa jugando. Los recién llegados, lo saludar y se unen a su aventura. Me quedo a un costado mirando aquella escena, mi hermano está feliz de verlos y, hasta aprendió a decirles tío.
—¿Has podido dormir estos días? —Norma se aparta de ellos y se queda a mi lado.
—No voy a mentirte, quiero que todo esto termine y de una buena vez, este preso.
—Luego hablaremos de eso, el caso está avanzando y cada vez falta menos.
—¡Señores García! —exclama mi amiga al verlo. —No creía verlos tan temprano.
—MI esposa quiso venir temprano. —La culpa. —Quiere cocinar y hablar de trabajo, UN SÁBADO. —Resalta la palabra sábado indignado. —¿A ti te parece Mel?
—Cariño, no es solo trabajo y lo sabes. —Se acerca a él y le da un beso.
—Lo sé, pero me gustaría tener un momento familiar.
—No se preocupen, ustedes siempre son bienvenidos y los asuntos de trabajo tendrán que esperar, ahora es tiempo de cocinar —dice entusiasmada.
—Por eso me agrada esta muchacha —bromea.
Las mujeres se van a la cocina, a dúo prepararán el almuerzo. Mi tío estará con Bruno, mientras aprovecho para darme una ducha.
Mi celular, sobre la cama, llama mi atención al notar que prende la luz; son tres mensajes nuevos de la misma persona.
Ame: ¡Buen día! ¿Cómo amaneció el compañero más chulo del mundo?
Ame: Anoche vi la película que me recomendaste y la A M E, necesito que me recomiendes más.
Ame: ¿Alguna novedad sobre el caso?
Río al notar la palabra "chulo" sin duda, vio "EL club de los incomprendidos".
Tú: Me dí cuenta que viste la película jajaja
Tú: Por ahora, ninguna novedad. Norma acaba de venir para hablar de eso, pero ahora está cocinando con Meli, supongo que luego hablaremos.
Dejo el móvil donde estaba y me dispongo a bañar.
El agua corre por mi espalda, el clima está ideal así que no tuve que poner el agua a una temperatura caliente. Trato de relajarme, y disfrutar del agua, no quiero seguir torturándome con lo mismo, tengo que dejar que el tiempo y la justicia se encargue de todo.
Lo único que quiero ahora, es que mis padres descansen en paz y se haga justicia.
El almuerzo estuvo excelente, la combinación que han hecho ambas, dio resultados positivos. Mi tío se la pasó bromeando toda la comida, mientras no nos percatamos de que, Bruno se había manchado con toda la comida.
Mi amiga lleva al cuarto a mi hermano, ya limpio, para que duerma sus horas de la tarde, jugar con la comida lo ha agotado. Por mi parte, estoy hablando con mis invitados, sobre el tema que tanto quiero saber.
—Necesito saber todo —digo con firmeza.
—Lo único nuevo que tenemos, es que, revisarán las grabaciones de la cámara de seguridad situada en la carreta.
—¿Cómo es posible que no hayan hecho eso antes? —pregunta su esposo.
—Como los tres sabemos, el dinero ha tapado muchas cosas que no sabemos y, entre esos, el detalle de que existe esa cámara.
—Eso significa, que tendríamos grabado al segundo auto que provoco el accidente y con ello, al culpable. —La ansiedad vuelve y mis manos transpiran.
—Está esa posibilidad, pero cálmate porque hay que verificar que las grabaciones no hayan sido borradas.
—Espero que eso no suceda, tus padres merecer descansar y que el culpable, pague por lo que hizo.
Continuamos hablando, con la nueva integrante a la conversación. Los cuatro, buscamos posibles razones por las cual, todo haya tardado tanto en salir a la luz. Más allá del dinero y el silencio de los oficiales de turno, la persona que hizo todo esto, debe tener un gran dominio para poder hacer lo que hizo y, que nadie lo descubra.
La charla prosiguió hasta tarde. En todo eso, mi hermano se despertó y se sumó con nosotros, a pesar de no entender lo que hablábamos, mostraba en su rostro, expresiones como si entendiera todo.
El timbre suena, me pareció extraño ya que no espero a nadie, sin embargo, al notar la felicidad en el rostro de Meli, sospeche de quien se trataba y, al abrir la puerta, mis sospechas se confirmaron.
—Hola hermosa —escucho su voz.
—Ven pasa, espérame en el living, iré a cambiarme. —Sale corriendo.
—Sebastián, ¿qué hay de nuevo? —Se sienta a mi lado.
—Nada, ¿y tú? Veo que saldrán —respondo sin interés. —Perdón, no los presente, ellos son mis tíos y él es el novio de Meli, Federico.
—A caso, ¿te conozco de algún lado? —interrumpe Norma.
—No creo, hace poco que estoy con Mel y no la había visto antes a usted.
—Yo estoy segura de haberte visto en algún lado. —Lo observa detalladamente, como si tratará de recordar.
—¡Lista! ¿Nos vamos? —Aparece mi amiga.
—Fue un placer conocerlos, pero mi dulce novia me está esperando. —Se marcha a su lado.
—Nos vemos más tarde amigo, no creo que venga a cenar, así que no me esperes. —Se fue.
Me quede observando la expresión de la mujer, se nota que algo la dejó pensando, y cuando algo se le mete en la cabeza, no parará hasta descubrir el por qué.
Solos con mi hermano, nos ponemos a mirar una película infantil. Siempre trato de que vea algo de televisión, pero no demasiado, no me gustaría que la tecnología sea su foco de atención y no disfrute de la naturaleza.
Estamos recostados en el sillón, él tomando su mamadera y yo un chocolate caliente; a pesar de no hacer frío, nunca hace tanto calor para un buen chocolate. El sabor de esta delicia, no puede sacarme de la cabeza el gran interés de Norma en Federico, ¿Qué será lo que oculta? ¿A caso, él sabe algo de mis padres? No, imposible. Yo lo conozco hace unos pocos meses, sería extraño que él los conociera. Seguramente, es imaginación de la mujer de mi tío. Sí, eso debe ser.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Sin duda, amo leer sus comentarios y todas las teorías que sacan al respecto de quien pudo ser el culpable de la muerte de los señores Garcías.
Como todos los días, les traigo el nuevo capítulo, espero que les guste y lo disfruten. No olviden, comentar y/o votar, si en verdad lo merece ♥
Quiero agradecerles, una vez más, por todo el apoyo que recibo en esta pequeña historia, sin duda, nada de esto sería posible sin ustedes.
No olviden, que en Facebook, hay un grupo de lectores donde pongo curiosidades de la novela. (Ahí ya di una pista de quien no es el culpable :o)
Sin más nada que decir, les mando un beso y un abrazo, a distancia, desde Argentina ♥
PD: En multimedia, estará la canción que Sebastián y Melanie cantan.