¿Mi hermana? La quedo viendo sorprendida y estupefacta. Mi madre me dijo de ella, pero saber que la tengo en frente. ¿Es que el destino me va mandar cosas así? No sé que decir, la verdad es muy incómodo está situación.
— ¿No vas a decir nada? — Me mira cruzada de brazos.
— Es que todo esto es imposible de creer. Hace poco supe de tu existencia. — Digo apenada.
— Y yo supe de ti toda la vida. ¿Sabes? Hubo un día que quise conocer a la hija legítima de papá. La hija por la que sólo me visitaba un rato. Después crecí y esa ganas se disiparon.
— Hanna......
— Déjame hablar. — Me interrumpe. — He deseado hacerlo desde hace mucho. ¿Sabes lo horrible que seas la bastarda de un hombre que tiene una familia? Lo peor de todo tener la misma edad, porque embarazó a mi madre al mismo tiempo de la tuya. Pero vos eras su tesoro, su orgullo. ¿Yo? Nadie. Por eso hacia todo para ganarle a la consentida de papá, pero nunca te ganaba, hasta que cometiste el error mas genial: ser una drogadicta. Me dió tanta pero tanta felicidad ver cómo mi padre te corrió y hablaba peste de ti. Yo me esforcé y logre lo que quería. — Me sonríe y yo siento un nudo. — Y lo mejor de todo te volviste una zorra. Y yo, yo una gran aspirante a doctora. Sí pronto me voy a graduar porque soy la mejor. Siempre quise ir a verte para burlarme de ti, pero después pensaba: ¿Para qué? Ella esta en el lugar que le toca, ser una zorra toda la vida.
Siento cómo mis lágrimas comienzan a caer por toda esas cosas que me está diciendo ¿Tienes tanto odio hacia mí?
— Yo no fui la culpable que mi padre no estuviera contigo.
— ¿Tu padre? Por favor, dejó de serlo hace mucho y ni dice tu nombre no lo recuerda ya. Eres un borrón y aunque estés con Juan Lanzani como protegida o como su zorra privada, no vas a ganar nada. Ni él, ni otro hombre te va tomar enserio, eres una zorra drogadicta y de eso no vas salir. Desee tanto que un día en las noticias saliera tu nombre y que dijeran que estabas muerta por una sobredosis o un cliente te haya golpeado hasta matarte. Yo que tu me volvería a tu mundo y dejaría a Peter tranquilo. — Me mira de pie a cabeza. — Aunque estés vestida elegantemente no dejas de ser lo que eres. Aquí no vas a encontrar clientes Mariana, no se rebajarían a caer tan bajo con una cualquiera como tú.
Sin poder seguís escuchándola salgo corriendo y dejándola atrás corro hacia la salida sin importar quien me vea. Escucho que Peter me grita, pero no me detengo. Salgo y veo para cada lado, y me decido por la izquierda. Corro, corro sin detenerme, siento mis lágrimas caer. Cuando siento que estoy alejada, me detengo y camino con la cabeza gacha me paso la legua por mis labio y siento mis lágrimas saladas.
No puedo evitar recordar las cosas que me dijo Hanna. Ella tiene razón; soy una zorra y nunca voy a dejar de serlo. Debí haber muerto de sobredosis hace tiempo para no seguir esta puta vida que sólo lágrimas me ha sacado, no soy nadie y nunca lo seré.
Camino sin rumbo y con mi mente en blanco, al levantar la cabeza miro a alguien conocido. Me detengo y él se acerca a mí.
— ¿Qué haces aquí Lali?
Peter.
Cansado de escuchar hablar a los amigos de Alexa, de sus grandes logros y bla, bla, bla y bla. Hasta que veo salir corriendo a Lali entre llanto.
— ¡Lali! — Grito preocupado.
Cuándo la iba a seguir, Alexa me lo impide tomándome del brazo.
— No te podes ir. Es nuestra fiesta, déjala que se vaya.
Soltándome bruscamente la miro seria y siseo:
— Es tu fiesta, no mía. Y Lali la invite yo y es mi responsabilidad. Esta mal, quiero saber que le pasó. Permiso.
Dejando a Alexa con la cara roja de ira. Corro hacia la salida y no la veo por ninguna parte. Subiendo a mi carro arranco y comienzo a buscarla. Algo le pasó y necesito saberlo, necesito encontrarla. No me gusta que ande por las calles sola y en ese estado que la miré salir.
*****
Alexa se alejó de las personas que estaban con ella y caminó furiosa hasta dónde estaba una Hanna muerta de la risa.
— ¿Estas contenta? — Le pregunta molesta — ¡Te pedí que no me jodieras las fiesta y lo hiciste!
— Oye cálmate. — Le pide tranquilamente. — Necesitaba hacerla sufrir y lo logré. Me dio tanto gusto ver como lloraba y salía corriendo la idiota de mi media hermana.
— ¡Te saliste con la tuya, pero Peter se fue atrás de ella! — Chilla furiosa. —Por tu culpa van a hablar de mí todos mis invitados diciendo: como mi prometido me dejó por ir atrás de otra.
— Ay Alexa, no seas tan exagerada. No van a hablar de ti.
Con la cólera al tope Alexa empujó a Hanna y caminó molesta hasta los baño. Hanna la vio alejarse y rodó los ojos.
— Exagerada. — Murmuró. — Pero valió la pena logré lo que me propuse y fue humillarla con mis palabras.
Lali.
Agus está frente a mi viéndome extrañado. Encogiéndome de hombros digo:
— Fui a una fiesta de la prometida de Peter.
— Ya conociste a Alexandra. — dice y solo asiento. — Por la cara que se te ve, no fue muy placentera. ¿Qué ocurrió? Claro si quieres contarme.
Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas y comienzo a llorar. Agus acercándose a mí, me envuelve entre sus brazos y lloro en su pecho. No sé cuanto tiempo estamos así pero logro calmarme.
— ¿Más tranquila? - Asiento limpiándome las lágrimas. — Ven vamos te voy a llevar a la casa con Peter, él debe estar preocupado por ti.
Negando le pido:
— No quiero ir por favor. Yo.... No puedo... No ahora no me siento bien.
— Esta bien, emmm vamos a mi departamento y te calmas un poco para después, irnos con peter.
Aceptando. Caminamos hacia su auto. Agus me abre la puerta y yo subo. Él sube después y comienza a conducir. Fijo mi mirada en la ventana, viendo el trayecto hacia el apartamento de él. De mi cabeza no se quita cada palabra de Hanna y ni se quitarán.
El auto se detiene y veo un gran edificio. Saliendo, caminamos hacia la entrada y Agus saluda al portero y entramos en el ascensor. Al llegar al piso 6, Agus abre la puerta entramos.
Todo es puro lujo pero me extraña a no ver decoración que una mujer haya hecho.
— ¿Tu esposa no a decorado?
— ¿Ah? ¿Daky? No vivimos aquí. — Lo miro sin comprender y él me explica. — Este es mi apartamento de soltero, compré una casa para Daky y para mí. — Arqueando una ceja, me cruzo de brazos. — No pienses mal Lali. Yo venderé este piso, solo que todavía no encontrado un comprador. ¿Quieres algo de beber?
Iba a decir que no pero en verdad necesito una copa.
— ¿Qué tienes?
— Tengo: Vodka, whisky, Ron,Ginebra, Brandy y Coñac. ¿Que te apetece? ¿Te apetece alguno?
— Brandy por favor.
Asistiendo él vierte dos cubos de hielo en dos vaso y vierte el liquido en ellos. Acercándose a mí, me ofrece el vaso, aceptándola encantada tomo un sorbo, sintiendo el liquido bajar por mi garganta y la quemazón después de tanto tiempo sin probar alcohol. Doy un Suspiro de felicidades.
Agus se sienta a la par mía y toma de su bebidas
— ¿Me contarás?
— Pues ...... Conocí a mi media hermana, la cual me tiene un gran odio. — Tomo de una el liquido. — ¿Me das otra? — Pido.
Asintiendo Agus se levanta y me trae más, pero esta vez trae la botella con él. Sigo con mi historia. — Pues bien como te iba diciendo me odia y me dijo muchas cosas que para ser sincera son verdad, pero duelen como la mierda.
— ¿Qué te dijo? — Vuelve a llenar su vaso.
— La verdad. que soy una zorra que aunque quiera cambiar siempre lo seguiré siendo. — Digo con amargura. Me tomo todo el líquido y vuelvo a llenar mi vaso.
— Tu hermana te tiene envidia. Eres una hermosa mujer que tendrá todo lo que desee y eso debe ser lo que la carcome.
Sonrojándome le agradezco. No se como llegamos pero terminamos tomando toda la botella de brandy. Riéndonos de lo borracho que estamos me levanto y pongo un poco de música. Cerrando los ojos comienzo a bailar. Siento la mirada de Agus, pero no me importa poco, sólo quiero despejar mi mente y bailar. Al poco tiempo siento unas manos en mi cintura y siento a Agus que comienza a bailar junto a mí. Siento como su boca comienza a besarme el cuello, pero no digo ni hago nada para detenerlo. Solo me dejo llevar.
Al ver que no pongo restricción desciende sus manos hacia mis pechos al los cual comienza apretarlo, sus boca no se aparta de mi cuello. Atreviéndose a más, me baja el ziper del vestido y me lo quita. El vestido cae sólo dejándome en ropa interior lo cual Agus no pierde el tiempo y me quita el sostén. Haciéndome girar, sus ojos me miran con lujuria. Bajando su cabeza, se mete uno de mis pechos a la boca y comienza a chuparlo como si fuera un bebé necesitado. Juega con el pezón. Pero algo de mi sabe que debo para, pero a la mente se viene la voz de Hanna y sus palabras.
«Eres y serás una zorra.»
Agus se separa de mí y espera a que yo haga o diga algo, al ver que sigo estando disponible, me besa y lo cual yo sé lo permito y le sigo el beso. El beso se vuelve más ardiente y de pronto me carga, llevándome hacia el cuarto sin dejar de besarnos. Me baja y Empujándome caigo de espalda en la cama y él sonríe y se sube a la cama y encima de mí, vuelve atacar mis pechos, a los cuales aprieta y chupa como loco. Ninguno de los dos habla, él sólo hace lo que quiere conmigo y yo sé lo permito.
Se aleja de mí y se comienza a desnudar hasta quedar desnudo y con una gran erección. No puedo evitar mirar, pero no me siento excitada. Me siento igual que me sentía en el prostíbulo, solo un cuerpo al cual usar, y a causa del alcohol no pienso en lo que hago. Sonriendo el me baja las abras me hace abrir las piernas lo cual acomodándose ataca mi sexo con su boca. Eso hace que gima un poco porqué su lengua ataca mi clítoris. Introduce dos de sus dos lo cual mete y saca y su boca no para de succionar. Separándose de mí. Veo ponerse un condón y se acomoda en la entrada de mi sexo. De nuevo la voz de Hanna vuelve a mi cabeza.
«Eres y serás una zorra.»
Cerrando mis ojos unas lágrimas cae de mis ojos y entra de una estocada. Comienza entrar y salir. Sus estocadas son rápida. Pero no siento nada, solo dejo que haga lo que quiera con mi cuerpo. Cerrando mis ojos dejo que él siga hasta que termine todo. Unas cuantas horas el gime llegando al orgasmo algo que yo no hice, sale de mi y me da un beso, se aleja y entra al cuarto de baño. Dejándome sola y viendo el techo. Siento mis ojos cansado y no puedo mantenerlos abiertos hasta que me duermo.
Despertándome con un dolor de cabeza descomunal. abro mis ojos poco a poco. Y veo un cuarto que no conozco. Hasta que recuerdos vienen a mi mente.
Departamento de Agus, hablamos, terminamos borrachos y en la cama.
Llevándome mis manos a mi cabeza suelto un gemido de dolor.
— ¿Que mierda hice?
Y otra vez la voz de Hanna vuelve a mi cabeza haciendo que mis lágrimas vuelvan a salir.
«Eres y serás una zorra.»