Piers
Nunca pensó que pasaría la víspera de Navidad de aquella manera a lado de la persona que amaba y trabajando ¿por qué no podía tener un día normal en su vida? Jamás comprendía porque el destino se empeñaba a que llevara una vida un poco fuera de lo común.
Suspiro.
Ya no se quejaría de su vida dado que, aún seguía conservándose bien sin ninguna mutilación por algún virus.
Solamente se iba a enfocar en lo que sucedería en su oficina por esta noche debido a que existían maniacos que se le ocurría experimentar con las personas usando un cohete con un gas hacia los hogares.
En fin, se encontraba navegando por internet en búsqueda de entrenamiento ya que, no había trabajo solo tenía que estar al pendiente si había algún caso. Le resultaba como Halloween y el día de los inocentes en donde los adolescentes realizaban falsas llamadas de auxilio. Así era su día aburrido y sin nada un haber más que contemplar la pantalla de la computadora.
Busco en google una página para ver videos —como lo acostumbraba Paige en sus desveladas—, dio clic en donde decía YouTube y por unos segundos se quedó pensando que sería el video adecuado para ver en la oficina. Una sonrisa apareció en su rostro con solo tener claro el video, tecleo en el buscador de la página «Videos de gatos siendo infieles»; al parecer era una estupidez buscar eso, aunque de esa manera daría una buena imagen de él.
Comenzó a ver los videos y reía ante las acciones que hacían los gatos, nunca pensó que los dueños de aquellas mascotas serían capaces de grabar algo así. De pronto, la puerta de la oficina de abre rápidamente y en eso fingió jugar un juego en la computadora llamado solitario.
—Teniente Nivans, traigo un mensaje para usted— dijo un soldado.
Alzó una ceja extrañado por aquel mensaje.
— ¿De qué se trata en esta ocasión? — cuestionó el Teniente.
—Es de su madre, señor. Le llego este paquete desde Boston—replicó el soldado.
Megan Nivans, le había enviado un regalo para esta temporada, además ya estaba acostumbrado a este tipo de situaciones debido a que en el ejército y normalmente no tenía vacaciones.
—Gracias, se puede retirar—dijo Piers.
El soldado asintió.
Observo el paquete que estaba en el escritorio. Unas cuantas lagrimas escaparon de sus ojos, un sentimiento invadió su corazón al recordar los viejos tiempos con sus padres en la víspera de Navidad, aquellos días eran llenos de inocencia y alegrías.
Limpió las lágrimas que derramó para abrir el paquete.
Cogió el paquete con una delicadeza sin romperlo ni nada por el estilo. Poco a poco fue abriendo el papel cartón para encontrase con una caja de tamaño mediano. Una curiosidad lo invadió por completo, comenzó abrir de una manera rápida para encontrarse con un suéter tejido por su madre.
Al parecer su madre seguía preocupada por su salud y las frías temperaturas que había en la ciudad no era sencillo lidiar con estas condiciones climatológicas.
Dejó el suéter en el escritorio para leer la carta que le envió su madre.
Piers,
Entiendo que para ti es difícil pasar estas fiestas lejos de casa porque te gusta convivir con la familia y por supuesto comer toda la comida que traen los familiares, igualito a Paige, que solamente espera noche buena para comer.
Durante el mes de noviembre estuve tejiendo el suéter para ti con el fin de que no pases ningún frío por la cuidad. He escuchado que las personas de Nueva York mueren de gripe y/o neumonía así que quiero saber qué vas a estar abrigado.
¡Te deseo una feliz Navidad y próspero año nuevo! Y no quiero recibir la noticia de la que hemos estado hablando.
Con amor,
Mamá
Nuevamente apareció una sonrisa en su rostro con ver el regalo de su madre, sinceramente apreciaba la intención del regalo y sabía perfectamente que Megan se preocupaba por él. Lamentablemente por cuestiones laborales no podría asistir a la cena familiar de Noche Buena, normalmente no acostumbraba a ir desde que se alistó al ejercito aquellas festividades solía pasarlas en algún combate con otro país.
Se recargo en el respaldo de la silla y abrió otra vez la pestaña de los videos de gatos, sin embargo decidió buscar otro video de gatos. Una vez más tecleo en el buscador de YouTube «Gatos vs. Pepinos» ¿Sería cierto que los gatos le tenían miedo a los pepinos? Hace meses atrás esos videos se hicieron populares por todas las redes sociales.
Empezó a ver los videos y al parecer los gatos se asustaban al ver un pepino a su lado, lo cual le resultaba gracioso nunca pensó que estos videos eran tan graciosos que no pudo evitar soltar una carcajada fuerte ante dichas escenas.
— ¿Todo en orden?— cuestiono Chris— quien abrió la puerta de una manera silenciosa para no ser visto por el joven soldado y al parecer estaba un poco asustado dado que, nunca escuchó reír de aquella manera a Piers—. Puedo darte el día libre si lo deseas.
Piers dio un sobresalto de susto jamás pensó que Chris entraría a su oficina de esa manera, aunque no era solamente su "oficina" puesto que, también era compartida con su Capitán. Ahora sí estaría metido en un lió por ponerse a ver videos al estilo Paige Nicole Nivans.
—Sí, todo en orden— replicó Piers nerviosamente—, ¿Por qué lo dice, Capitán?
—Curiosidad— comentó Chris.
Piers asintió.
—Soldado, no viene a cuestionarlo sobre su escandaló de gatos sino a hacerle una invitación— dijo Chris.
—Capitán, lamento mucho rechazarlo con su invitación, pero no estoy de humor para frecuentar un bar en este día— replicó Piers.
—Es un malentendido, Nivans— insistió Chris—. Haremos una pequeña cena con los soldados en una hora y habrá alcohol.
—Oh, bueno. Ahí nos vemos entonces— dijo Piers.
***
El tiempo pasó de una manera rápida, mientras Piers seguía mirando los videos de gatos en YouTube, honestamente si le había afectado su año sabático estando a lado de su hermana dado que, tenía casi las mismas costumbres que ella, lo cual le generaba un pequeño escalofrió.
Se encontraba caminando por el pasillo de la Academia hacia el comedor en donde sería la pequeña celebración que se haría por la víspera de Navidad, era un poco extraño que se hiciera una cena en las instalaciones porque normalmente los superiores tardaban en aprobar este tipo de asuntos o simplemente no le daban la importancia necesaria como las aprobaciones de las misiones.
Cuando llegó al comedor observo una decoración navideña hecha por los soldados de su unidad y las mesas arregladas de una forma sencilla. Lo que le extrañaba un poco era por qué no le pidieron cooperación para esto o tal vez lo hicieron en un momento dado.
—Piers, ¿me ayudarías acomodar estas flores en cada mesa? — preguntó Daniel.
—Por supuesto— respondió Piers.
Acomodo las flores de noche buena en cada mesa que había, al parecer solo serían pocas las personas que asistirían a la cena que se les haría en el comedor, además ¿Por qué nadie le informo de esto? Debió ser obra de Chris para que asistiera ya que, normalmente suele rechazar todas las invitaciones para quedarse a dormir en su cama. Sí, eso debía ser ¿cómo no lo pensó antes? Termino de acomodar las flores y fue en busca de Chris.
— ¡Capitán!— gritaba por los pasillos hasta que llegó a un pasillo oscuro porque los focos se habían fundido por completo. Encendió una linterna y siguió el camino nada le iba a impedir que fuera en búsqueda de su novio para hacer un pequeño drama—. ¡Capitán!— continuó gritando Piers por aquel pasillo oscuro.
No había ninguna respuesta.
Se detuvo por unos segundos para mirar a su alrededor, esto lucía como las misiones de Halloween que hacía con Jamie Park, las cuales eran fatales y espantosas.
Escuchó el rechinido de una puerta abriéndose a sus espaldas, no giró su mirada ya que, no estaba preparado mentalmente para esto. De repente, sintió una mano que cogió su brazo y lo llevó directamente hacia una pared, su corazón latía sin parar por el gran susto que se había llevado gracias a Chris.
— ¿Estás loco? — interrogó Piers.
Chris no respondió más que con un ligero beso en los labios y se separó rápidamente del Teniente.
—Lo siento, estabas debajo de un muérdago—comentó Chris.
Piers lucía sonrojado por aquel gesto inesperado.
—No lo vuelvas a hacer— se quejó Piers, mientras trataba de escapar de su capitán, lo cual era imposible—, tendremos un gran problema si sigues actuando de esa forma en el trabajo, Chris. No quiero perder mi empleo.
—No lo harás, porque soy tu superior— comentó Chris.
Joder, ¿Cómo pudo olvidarlo? Si, Chris Redfield era su jefe y se encontraba una relación sentimental con él. Dejó de intentar de escaparse de los brazos de su amado y se resignó a ese hecho.
—Sé que es difícil, Piers todo esto— dijo Chris—, Te dejaré en paz en el trabajo solamente.
—Gracias— dijo Piers.
—Por cierto, tengo un regalo para ti, pero te lo daré después de la cena.
Piers asintió.
—Capitán, ¿Por qué no me pidieron cooperación para la cena?— cuestiono Piers.
—Mira, ya es tarde para la cena— dijo Chris.
—No me cambie el tema.
Chris suspiró.
—Me hice cargo de su parte de la cena—dijo Chris finalmente—, solo era cooperación de dinero.
— ¿Cuánto le debo?— volvió a preguntar Piers.
—Con una cita me pagaras, soldado— comentó Chris.
Nuevamente se ruborizo por completo.
—Vale, así será— dijo Piers.
***
Regresaron al comedor en donde todos los soldados estaban haciendo una fila para servirse de cada bocadillo, lo cual hicieron Chris y Piers hicieron una pequeña fila. No tardaron mucho para disfrutar de una cena sencilla, se dice entre la sociedad que en ocasiones era mejor algo sencillo que algo lujo por las intenciones de las personas.
Todos disfrutaban de la deliciosa cena que había preparado la madre de Daniel, aquella señora tenía un restaurante en la ciudad que se encardaba también de eventos y les brindo un poco de apoyo en esta ocasión.
—Daniel, dale las felicitaciones a tu mamá— dijo Max.
—Le diré con mucho gusto— comentó Daniel—. Para ella, es una alegría hacer este tipo de comidas y más si es para la segunda familia que cuide de su hijo.
—Daniel, no empieces a ponerte sentimental— se quejó John.
—Jonnie, no es momento en estas fiestas— regaño Jamie.
Todos se rieron.
Daniel, en ciertos momentos se comportaba de una manera sentimental con sus compañeros, puesto que, pasaba demasiado tiempo con ellos por el trabajo y los consideraba como una segunda familia para él. Lo mismo sucedía con Chris, quien consideraba cada uno de sus soldados cómo alguien de su familia y por esa misma razón se preocupaba por ellos en las misiones.
Cuando todos terminaron de comer. Se iniciaron con las actividades establecidas que fueron mediante votaciones y a Piers le preocupaba mucho el karaoke ya que, sus compañeros solían cantar pesimamente mal a excepción de Jamie y John, quienes cogieron clase de canto en la escuela secundaria.
—Por suerte, traje mis tapones para oídos — comentó John.
Jamie le dio un codazo a John.
—No quiero perder mis oídos— se quejó John—. Ya tuve suficiente con mi cirugía en el oído.
—Eso te pasó por querer disfrazarme aquella ocasión, y te golpeaste contra la puerta de la habitación— susurró Jamie.
—Minnie, ¿Por qué tienes que ser tan cruel?
—Soy sincero.
Piers no interfería con ese par en este momento dado que, recibió un mensaje de su Capitán para verse a las afuera de la Academia. Había sido el momento indicado porque sería el karaoke, se levantó de una forma rápida para salir huyendo de ahí y fue en búsqueda nuevamente de Chris.
***
Al llegar a la cancha de entrenamiento, vio a Chris sostener una bolsa de regalo «olvide comprarle un regalo», pensó Piers. Pero, ya sabía que le daría de regalo a Chris a pesar de no haberle comprado uno en lo absoluto. Nerviosamente iba caminando hacia donde se encontraba su novio, y le dio un abrazo.
—Piers, te compre un pequeño obsequió— dijo Chris.
Nivans tragó saliva.
—G-gracias, Chris— dijo Piers—. Lamento mucho no haberle comprado un regalo, pero el tiempo se me paso demasiado rápido.
—No tienes de que disculparte— replicó Chris—. Mi mejor regalo es estar a tu lado cada día de mi vida.
Volvió a abrazar a Chris. Y en esta ocasión se dieron un ligero y dulce beso en los labios. Piers quería que el momento durara un poco más, sin embargo le daba un poco de vergüenza y miedo a que sus compañeros los llegaran a ver, honestamente le preocupaba su estabilidad económica.
—Es mejor que vayamos adentro tantas que Max comience con sus teorías— dijo Chris.
Piers asintió.
Una vez, más regresaron al comedor en donde todo era un caos literalmente porque Max subió a cantar una canción y desafinaba pesimamente, esto provocaba un dolor de cabeza terrible y al parecer los soldados ya querían que dejara de cantar.
— ¡Max, hazme un maldito favor, baja de ahí, lo tuyo no es cantar!— gritó John
Todos los soldados apoyaban la propuesta de John sabiendo perfectamente las consecuencias que habría entre ellos dos, una posible pelea a golpes como solía acostumbrar Max cuando alguien hace una objeción de sus acciones. Por otro lado, Max lucía enfado por las palabras de John, cualquier persona se sentía mal por la actitud de John Meyer, que era su naturaleza ser grosero con las personas que lo rodean a excepción de Jamie y Piers.
Max dejó de cantar aquella canción. El momento había llegado para John, quien posiblemente tendría un enfrentamiento con otro soldado, obviamente Piers no respondía por el comportamiento de uno de sus amigos, ya tenía suficientes problemas desde que John insulto a Jill de una manera bastante grotesca por así decirlo.
—No lo haré hasta que te enfrentes conmigo— afirmó Max.
—Obviamente te voy a ganar bastardo— replicó John—, Es una de mis especialidades y más el rap.
—Ya quiero escucharte y déjate de palabras para traer tu culo hasta el escenario— exclamó Max enfado.
John se levantó de su asiento y antes fue detenido con Jamie, quien lucía preocupado por lo que, iba a suceder en estos momentos. Nadie sabía lo que iba a pasar entre John y Max, ambos eran impulsivos y detestaban perder ante sus rivales.
—Piers, necesitan un intermediario entre ellos y creo que eres el adecuado — susurro Jamie—. John, no me escuche y a ti sí porque te respeta por ser uno de sus jefes.
Piers pasó su mano sobre su cara, no quería ser participante de esta reta entre dos soldados, pero sabía que era lo adecuado para mantener la paz y un orden. Así que, resignado se levantó de su asiento para coger uno de los micrófonos y controlar la situación entre dos soldados que posiblemente terminarían archivando el próximo año.
Cogió uno de los cinco micrófonos que había en el karaoke. Sus manos temblaban por temor a lo que fuera a suceder la última vez que se enfrentaron John y Max, uno de ellos terminaron en el hospital porque tienen diferentes pensamientos referentes a la homosexualidad.
—Seré el intermediario de ustedes dos, desgraciadamente otra vez— dijo Piers—. Cada uno de ustedes cantará alrededor de dos canciones en solitario y la última escogerá a alguien del público para que los ayuden a aumentar puntos—, la canción puede ser de cualquier género e idioma—, la forma de saber quién es el ganador será mediante los aplausos recibidos. ¿Están de acuerdo?
—Sí— dijeron John y Max al mismo tiempo.
— ¿Quién comenzará primero? — preguntó John.
Piers sacó una moneda para hacer un volado para saber quién empezaría primero. Lanzó la moneda y la cubrió.
—Cara o cruz — dijo Piers.
—Cruz—dijo Max rápidamente.
Piers mostró la moneda al parecer el primero sería John. No hubo ninguna queja por parte de los dos, estaban de acuerdo con lo decidido. Por lo contrario, John se encontraba buscando las canciones que cantaría en solitario, no lo más extraño no lucía nervioso por el enfrentamiento.
— ¿Qué pistas vas a escoger? — preguntó Piers.
—Never Mind y First Love — respondió John.
—Aww, esto se va a poner sentimental — bromeó Max.
John cogió aire antes de decir algo al respecto.
—Déjame busco un pañuelo para dártelo, imbécil— dijo John revisando los bolsillos de sus jeans hasta que saco el dedo de en medio y obviamente era una seña obscena—, lo siento, no traigo.
—Menos diez puntos, Max — dijo Piers—. No se permiten burlas e insultos, así que John también tienes menos diez puntos por hacer esa seña con el dedo.
—Me da igual— comentó John sin quejarse.
Piers puso la pista de Never Mind y John cogió el micrófono para comenzar a cantar como él solía acostumbrar a lado de Shawn, sin embargo en esta ocasión no estaba a lado de su mejor amigo para esto.
La música comenzó a sonar como debía ser.
Antes de cantar John tosió y paso saliva, lucía un poco nervioso por más que trataba no podía ocultarlo ya que, su mano con la que sostenía el micrófono temblaba.
—I only look forward and run
Without having time to look around
Without me noticing, i have become the pride of my family
And i have succeeded to some extent
Max lucía sorprendido por el comienzo de John. Él resultaba ser tan experto en el canto y rap, era obvio porque fue una de las letras que compuso durante el tiempo que estuvo viviendo en las calles cuando sus padres se enteraron de su sexualidad, aquella canción hablaba del pasado de John Meyer.
—I don't give a shit I don't give a fuck
Like I always said hundreds of time every day, "Never mind me"
I can have a taste of failure and frustration and bow my head
We are still young and immature, don't even worry about it
Moss surely grows on a stone that doesn't roll
Todos lucían impresionados por el ritmo, pronunciación y no desafinaba en ningún momento. John ha demostrado que tenía un buen talento en la música ¿por qué habrá optado por ingresar a la BSAA? Posiblemente se trataba de Jamie, quien por obligación debía de estar aquí.
—Never mind, never mind
If you feel like you're going to crash then accelerate more, you idiot
Never mind, never mind
We're too young and immature to give up, you idiot
Never mind
Cuando terminó la presentación de John, todos se levantaron de sus asientos para sólo aplaudirlo, era increíble que él hubiera logrado todo sin ninguna ayuda, lamentablemente su talento era desperdiciado. Por otro lado, Max lucía boquiabierto jamás se esperó que John fuera tener un talento innato, al parecer aquel joven era una pequeña caja de sorpresas.
—Una excelente presentación, John— dijo Piers—, hubieras obtenido treinta puntos que era el máximo, pero solo tienes veinte puntos por haber tenido aquel comportamiento.
—Teniente, me da igual los puntos— replicó John—, Sólo quiero ver derrotado aquel imbécil.
—Oye, si vamos a esas. Mejor entréguenme mi premio ahora porque con ese vocabulario fácilmente he ganado— dijo Max.
—Cállate y mejor sube para que cantes— dijo John.
Max gruño y no dijo nada.
— ¿Qué canciones vas a cantar?— volvió a preguntar Piers.
—Map y Never Close Our Eyes— respondió Max.
Piers puso la canción de Map de Maroon 5 y la música comenzó a sonar. En esta ocasión Max no lucía con la confianza suficiente para enfrentarse a su contrincante debido a que John mostró una habilidad sorprendente ante la música y jamás se lo espero de una persona homosexual por esa misma razón debía de vencerlo a toda costa.
—I miss the taste of a sweeter life
I miss the conversation
I'm searching for a song tonight
I'm changing all of the stations
I like to think that we had it all
We drew a map to a better place
But on that road I took a fall
Oh baby why did you run away?
—Oh, dios del swag sálvame de esta— suplicó John.
Jamie le volvió a dar un codazo.
—Hyung¸ recuerde que trae los tapones para los oídos — susurró Jamie.
—Es cierto— dijo John.
El esposo de John sacó los tapones para oídos y se los puso para no lastimarse los tímpanos. Piers no lo culpaba en lo absoluto y mucho menos le iba a quitar puntos por esa acción dado que, Max desafinaba demasiado nunca pensó que alguien sería tan malo para cantar como lo era su compañero de trabajo.
«Ya me imaginó la reacción de Chris ante la situación vivida, pero era una tradición el karaoke. No debó quejarme», pensó Piers. Hablando de Redfield, ¿Dónde se habrá metido? La última vez que lo vio a las afueras de la Academia charlando sobre los regalos de Navidad, al menos no estaba aquí para ver el desastre de dos soldados.
—The map that leads to you
Following, following, following to you
The map that leads to you
Ain't nothing I can do
The map that leads to you
Following, following, following
Nadie decía nada al respecto sobre la presentación de Max lo había hecho pesimamente mal. Pero, Piers Nivans obviamente no podía ser tan cruel con su colega, con quien tenía también ciertos conflictos debido a que Max era bastante homofóbico.
—Max, un consejo sigue esforzándote has obtenido diez puntos solamente de treinta— dijo Piers—, recuerda que son menos diez por la pelea.
Max asintió.
Bajo del escenario dejando que John nuevamente subiera a cantar First Love, una canción que hablaba de un joven que tenía un piano en su infancia, Piers al comienzo creyó que sería una canción romántica debido al nombre que tenía, y no era del todo cierto ya que, era una canción dedicada a un piano.
Cuando John terminó de cantar dicha canción, los soldados que había se levantaron de sus lugares para dejar claro que les encanto la presentación que dio, nadie se imaginaba que John Meyer tuviera una increíble voz para rapear y en canto también podría mejorar un poco.
Por lo contrario, Max estaban enojado porque John lo iba derrotando provocando que este se enfadara y diera por terminado el karaoke.
—El ganador es John Meyer—dijo Piers.
Todos los soldados estaban todos de acuerdo con la decisión del Teniente Nivans. Por primera vez se había hecho justicia en una de las actividades de Navidad realizadas por la BSAA.
El resto de la noche se hizo un pequeño brindes por la celebración y un intercambio de obsequios cosa que Piers no estaba preparado ya que, no compro ningún regalo.
Esta Navidad resultó ser un poco extraña para Piers después del todo y no cambiaría nada por estos momentos.
(...)
¡Feliz Navidad! Aunque haya sido ayer 😒 lamentó mucho no haberlo subido el día que dije, pero durante estos días me sucedieron varias cosas. Pero, bueno dejando atrás eso, espero que se la hayan pasado bien con sus seres queridos y hayan recibido los regalos que esperaban.
Lamento si hay algún error y/o falta de ortografía.
Nos vemos en la última actualización del año.