49|James Redfield

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49

James

"Los niños en ciertas ocasiones pueden ser un verdadero monstruo"

4 de agosto 2012

¿Crees que Jill tarde mucho? — cuestione.

Chris cogió oxigeno antes de responder a mi pregunta.

El motivo de haber preguntado eso consista en que llevaba alrededor de dos horas esperando a la rubia porque mi misión del día era llevarla al aeropuerto de la ciudad como hace tiempo atrás lo hice.

—No lo creo, posiblemente debe de estar haciendo unas llamadas— replicó Chris con una tranquilidad.

Asentí a sus palabras.

No haría una escena por la rubia o mejor dicho por la BOW, debía de mantenerme al margen de la situación y evitar más dramas. Por esa misma razón recargue mi cabeza sobre el asiento del copiloto, mientras esperaba a las afueras de la casa. No tenía ni la menor idea de cuanta paciencia me quedaba, pero de una cosa estaba seguro en cualquier momento se podía acabar.

De pronto, escuchó el sonido de unas maletas arrastrándose por el pavimento, mientras una mujer rubia hablaba por el celular. Chris supo exactamente lo que estaría haciendo su exmujer, él solía acertar  en este tipo de posibilidad.

—Tenía razón— mascullé.

Chris me guiño el ojo ante mis palabras.

—Obviamente, porque soy clarividente— bromeó Chris.

Solté una carcajada ante esa broma.

Jill... digo la BOW tuvo la decencia de tocar la ventana del coche de Chris. Aparentemente se veía enfurecida y desconocía por completo el motivo de su enojo, caray la rubia parecía tener diferentes tipos de humor un día podías verla sonreír y al otro día apuntándote con una pistola para saber quién era el amante de Chris. Por lo contrario, Redfield bajo el vidrio para atender a su exmujer.

—Chris, al menos ten la decencia de ayudarme con el equipaje ya que, no lo haces con tu hijo— argumento Jill.

Ella, lucía enfadaba por su manera de expresarse ¿Qué le habrá sucedido? Normalmente he escuchado entre los soldados de la BSAA que Jill, era una mujer seria cuando se trataba de asunto de vida o muerte, y solía expresar un poco sus emociones. Esto me extrañaba casi nadie la veía enojada y al parecer estaba molesta con Chris por su actitud.

La reacción de Chris ante la situación fue poner los ojos en blanco y solamente se limitó a abrir la cajuela del coche desde un pequeño botón que había en volante ¿en serio, Chris? Nunca pensé que haría eso, creía que él la ayudaría como acostumbraba hacerlo antes, sin embargo, no resulto ser así.

—Vale, lo tomaré en cuenta, Chris— menciono Jill cabreada.

Esto me olía a problemas matrimoniales, aunque existía la probabilidad de equivocarme dado que Redfield era divorciado es decir, ellos no tenían un vínculo sentimental ni mucho legal, lo único que los mantenía unidos era su hijo. Puede que Jill siga teniendo sentimientos hacia Chris, y eso motive estos conflictos entre ellos dos.

—Capitán, no debería tomar esa actitud— comenté.

Lo único que me importaba era no levantar ningún tipo de sospecha hacia Jill que diera a demostrar mi relación con el Capitán Redfield, ya tenía suficiente con Max jodiendome por mensaje de texto a pesar de ser despedido.

Memorias De Un SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora