Hermosa Pertinencia (Beautifu...

Por AGBriela

393K 28.6K 3.2K

El "primer" amor de Devon, empezó con una aventura, noches de pasión, entrega total y sin compromisos. No ter... Mais

00.
Adelanto.
Personajes.
Primera Parte: I
II
III
IV
V
Segunda Parte: VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
Tercera Parte : XIX
XX
XXI
XXII
XXIII
XXIV
XXVI: Parte I
EXTRA: Lo que nunca te diré.
XXVI: Parte II.
XXVII
XVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII: Parte I
XXXII parte II
XXXIII
XXXIV
EXTRA
XXXV
XXXVI.
XXXVII
XXXVIII
XXXIX
XL
XLI
EXTRA.
XLII
XLIII
XLIV
XLV
XLVI
XLVII
Extra.
MARATÓN 2/?: XLVIII
XLIX
L
Epílogo.
Agradecimientos.
BEAUTIFUL IMPERFECTION YA ESTÁ DISPONIBLE.
Actualización 2022
LO LAMENTO ¡NECESITO SU ATENCIÓN!

XXV

7.9K 593 147
Por AGBriela

*Llegaste tarde para la broma del día de los inocentes. Comenta aquí si caíste. *

Capítulo 25.

Buenos Aires, Argentina. 4 de junio de 2019.

Se divide en fracciones; puede ser minutos, segundos, días e incluso años. Se desvanece entre tus manos y en tus ojos. No se puede detener ni explicar. Lo ves y no lo tocas, sabes que se acaba pero no haces nada para impedirlo. Así de impredecible es el tiempo, una palabra con varios significados que se implementan en diferentes frases y reflexiones.

Para mí, en este instante, es una palabra que sobra. Porque todo se sentía correcto, con la persona correcta y el momento correcto. No recuerdo cuando desperté, incluso ni sentí el dolor de mi cuello por dormir en un rincón de la cama.

Ella, en mis brazos. Se sentía lo correcto. Se veía serena y podía observar por varios segundos más, perderme en su figura, en su aroma, en su sensibilidad y vulnerabilidad.

—¿Desde hace cuánto llevas despierto? —sonreí cuando su respiración empezó a hacerse más pesada. Su voz apenas era un suave sonido. Sonaba adormilada. Se removió entre las sábanas, buscando protección y calidez.

—No desde hace mucho —me sonrojé inmediatamente, llevaba minutos, tal vez horas, observándola como duerme. Y no tenía miedo de admitirlo, pero no a ella. Aún no.

—Eres un mal mentiroso —reí y giré mi rostro para toparme con su mirada penetrante por primera vez en el día. No había rastros de sus lágrimas, pero sí de su dolor. Y cuándo desearía poder borrarlo, ser esos brazos que la consuelen cada día.

— Culpable de todos los cargos y buenos días también a ti —ambos miramos el reloj en la mesita.

Dos de la mañana. La luna aún estaba en todo su esplendor. La sábana estaba completamente amarrada a la pequeña, dejando al descubierto los cuerpos de Evane y el mío.

—Aún no amanece— ella acercó una de sus manos a mi mejilla y la acarició con ternura, inclinando su cuerpo al mío y manteniendo una distancia tan pequeña y su rostro tan cerca del mío, que a estas alturas había un objetivo pero todo se había paralizado.

Y sucedió de nuevo.

Se congeló todo a nuestro alrededor. Su mirada no se separaba de la mía, sus piernas se abrieron levemente, inclinándose a mi lado. Mis manos bajaron hasta tocar las suyas y entrelazarlas. Ella me sonrió. El sosiego de la mañana y sus ojos brillando a la misma intensidad de siempre.

—¿Te encuentras mejor? — ella asintió, lentamente. Sin prisa alguna, y llámenme loco, pero sentí que nos acercamos cada vez más, inconscientemente. Ambos buscábamos nuestro calor... a nosotros mismos.

Tanto ella como yo traíamos aún puestas nuestras ropas y no sé si era mi imaginación pero estaba recostada en la cama con una pose tan angelical pero mis pensamientos eran los más impuros en estos momentos. No sé si era por tenerla tan cerca o porque nuestros corazones se sentían tan solitarios, que están buscando a quien devorar, a quien sentir y experimentar.

Mi mano dejó la suya, para usarla de apoyo y verla de mejor perspectiva.

Hermosa, simplemente hermosa.

De nuevo ese silencio, uno reconfortante aunque podía sentir como sufría dentro de ella y una parte de mí quería respuestas para poder ayudarla.

Ella me confió una gran parte de su pasado, un pasado que la ha estado atormentando. Nunca imaginé que hubiese pasado por un infierno. Esto me confirmó que era una luchadora, una guerrera, y sobre todo, una sobreviviente.

—Es pasado... —susurró y yo estiré mi mano para acariciar su sien, luego el contorno de su rostro y apartar el pelo lentamente, detallando cada peca de su rostro, el lunar en su mejilla derecha.

—Pero aún te consume —ella asintió. La pagué a mi pecho y besé su coronilla.

—Él la amaba como una hija —sonreí, recordando lo que es la paternidad. Yo hice que me viera a los ojos.

—Si algo he aprendido a lo largo de estos años, es que el padre no es el que deja una semilla, si no aquel que cuida esa semilla y la hace crecer. Mi mejor amigo perdió a su esposa, se enfrentó a la paternidad solo y llegó Kisha, vaya que esa chica conquistó a mi ahijada. Y no sólo robó el corazón de mi mejor amigo, sino también el de su pequeña. Hoy en día ese pequeño terremoto llama mamá a esa mujer, porque ella la ha cuidado. Le cocina, le canta, le abraza cuando tiene un mal sueño. Y estoy muy seguro que tu esposo no la amaba porque pensaba que era de él, la amaba porque la sentía suya. No compartían sangre, pero compartían amor. Eso es lo importante.

—A base de mentiras —susurró y yo negué. La miré y sabía que ella quería llorar pero no iba a ponerse vulnerable nuevamente. Su mirada seguía siendo transparente y besé su mejilla.

—Less... te enfrentaste a todo sola... tenías miedo. Y se vale tener miedo... Sé que a veces las mentiras duelen, y también condenan. Pero nadie puede juzgarte por una mala decisión. Te tocó asumir la peor consecuencia pero ahora estás de pie y te arrepientes. Viviste un infierno y nadie sabe como es lo correcto reaccionar en esas situaciones —ella se levantó de la cama, sentándose en el bordillo y dándome la espalda. Yo acaricié su hombro y me levanté atrás de ella, pero se apartó—. Siempre puedo ver a través de esos hermosos ojos y sé que sufres, pero yo también lo hago y tú me has enseñado a ser valiente.

Ella giró, topándose con mi mirada. Nuestros rostros estaban más cerca y podía sentir su aliento chocar con el mío. Todo estaba tan callado... Y cuando creí que nos íbamos a besar, ahí lo supe. Yo también ansiaba esos labios.

Deseaba besarla y lo callaba. En ese instante no me importaba que fuera mi mejor amiga.

Quería besarla y ella a mí, pero nadie tomaba el primer paso. Nadie se atrevía a confesar porque teníamos miedo. Miedo a esto nuevo que estaba pasando, que ni yo lo veía venir. Porque mi mente empezaba a bombardearme con las mentiras de Isabella, las inseguridades que tengo con el compromiso, incluso la muerte de Samantha que era la más presente. Pero no podía vivir toda mi vida esperando y esperando. Estaba avanzando y me alejé de todo, me estaba buscando a mí misma y en el mismo intento, la encontré a ella.

Vine aquí destruido, con un corazón perdido. No le hallaba más sentido a todo y huí porque quería reconstruirme y lo he estado haciendo. He fundado las bases, lo suficientemente fuertes como para no dejar que nada de derrumbe y luego...

Joder, la encontré a ella. En el momento menos inesperado, en el tiempo más adecuado. Pero la había encontrado y estaba a mi lado.

¿No era que nada sucedía de casualidad? Ella interrumpió y quería tomar esta oportunidad.

Porque sabía que habían varias cosas en riesgo y había temas del pasado que ni ella ni yo hemos solucionado. Pero era diferente y no podía callar por lo que estoy sintiendo. Era tan... raro, incluso abrumador. Se sentía asfixiante y a la vez liberador.

—No hagas eso —susurró con la voz rota, tratando de acallar sus sollozos. Creando una distancia, una barrera entre ambos.

—¿Qué cosa? —pregunté confundido y me levanté de la cama, quedando arrodillado entre sus piernas y tratando de buscar su mirada.

—Ser así —me señaló.

—No te entiendo Evane.

—No me enamores porque eso no te beneficiaría a ti ni a mí. Estamos rotos, perdimos a quien amamos y nuestros corazones no están preparados.

Negué con la cabeza.

—Tienes miedo, como yo lo tengo por lo que ambos no podemos ignorar, por esto que empezamos a sentir. Tienes miedo de salir herida, yo también lo tengo pero no digamos una mentira más, ambos lo queremos y nuestros corazones están listos pero tienen miedo —ella bajó la mirada, tratando de evadirme y una parte de mí, le dolía su distancia, esa distancia que pensé que hace unas horas habíamos roto.

—Has pasado por mucho Devon y no quiero que mis mierdas te envuelvan. Necesito poner distancia para frenar esto antes que se nos escape de las manos. Y si nos besamos, romperemos esas barreras que hemos construido.

Iba a callarme, vaya que lo iba hacer. Pero me ganó un impulso, el impulso que siempre me gana, el que me hace aventarme a terrenos peligrosos. Donde muchas veces salgo más que triunfador y otras veces con las manos vacías.

Me levanté y uní nuestras frentes, lo suficientemente valiente como para decirlo en voz alta y no volverlo a callar.

—¿Y si quiero que se nos escapen de nuestras manos? Less... yo también tengo mis propias mierdas. Pero tú tienes algo mío y lo quiero de vuelta. Son mis suspiros, mi paz, mi tranquilidad, mi corazón.

—¿Qué estás hablando Devon? No estamos preparados y sólo podríamos dañarnos.

—¿Y si somos lo que necesitamos Evane? —hablé un poco desesperado, acariciando su pelo con cariño, sujetando con delicadeza su rostro, como si tuviera un tesoro en mis manos—. Estoy dispuesto a poner las manos en el fuego por ti, a arriesgarme y yo... vaya que duele decirlo en voz alta. Pero quiero superar todo y seguir adelante. Yo sé que tu marido siempre estará contigo... como tú sabes que Samantha es parte de mí. Y ambos lidiamos con millones de cosas...

—No quiero quererte Devon, no quiero.

Bajé la mirada. Mierda, no creí escuchar eso nuevamente.

—¿No soy lo suficiente bueno para ti? —susurré con un nudo en la garganta. Pero ella negó y se hincó a mi lado, abrazándome con fuerza.

—Eres todo lo que yo pude desear Devon. Pero tengo una hija... un pasado. ¿Qué puedo ofrecerte yo?

—Lo mismo te preguntaría... lo mismo te diría pero somos más que los errores de nuestro pasado. Eso lo he aprendido a tu lado.

—Pero...—y yo le acaricio su mejilla limpiando sus lágrimas que empezaban a asomarse y besaba su mejilla.

—Es que no quiero irme Less, no quiero volver. Encontré la felicidad aquí, contigo... con Shami y con los niños del hospital. Si no me fui, fue porque ese día en el zoológico, viéndote a mi lado, supe que no me podía apartar... yo lo sabía pero no quería admitirlo que ahora estás en mi piel Evane. Y tal vez te mentí —tomé una bocanada de aire para revelar esto—. Mi primer amor fue esa niña pequeña que conocí hace años y alegraba mis días en el kínder, era esa niña que me mostró valentía... algo genuino en mi vida. Y eras tú Evane, yo estaba loco por ti.

—¿Y si esto no funciona?

—Tendremos que averiguarlo. Pero debemos darnos una oportunidad.

Ella no dijo nada, solo sollozó. Se refugió en mis brazos y se aferró a ellos. Estaba de nuevo esa pequeña niña que yo protegía, la misma niña que lloraba en un rincón y yo soltaba cualquier tontería para hacerla reír.

—Tengo una hija Devon, y si esto sale mal no solo yo saldré lastimada.

—Shami es tan importante para mí como lo eres tú. Es mi pequeña amiga y si algo estoy dispuesto, es a no fallarte, ni a ti, ni a ella. Pero déjame entrar a tu vida... y no sólo como tu mejor amigo, quiero ser eso y más, mucho más. Recuerda Less, heridas pero no cicatrices. Es momento de sanar y avanzar y podemos hacerlo juntos —ella cerró los ojos y se apoyó de mi mano para seguir llorando

—Devon...

—Tienes que confiar en mí Less, por favor —susurré con lágrimas, queriendo que ella aceptara.

—Pero...

—No me alejes Less, quieres esto tanto como yo. Pero ninguno se atrevía a decirlo. Sabíamos que cuando nos volviéramos a encontrar, nuestras vidas no serían las mismas —ella negó—. Yo creo que...

—No lo digas Devon —cerró sus ojos. A este punto ambos llorábamos por el futuro que teníamos, eran lágrimas de temor porque estaríamos renunciando a nuestra zona de confort.

—¿Decirte qué?

—Que estoy...

—Por favor...—y me calló antes de decirle lo que sentía.

—Que estoy enamorada de ti —susurré a centímetros de sus labios, volviendo a interrumpirla, para que sus miedos no fueran lo que pasarán en su mente, sino recordara lo que me haría sentir. Puse su mano en mi pecho y la miré, la miré con esperanza. Me miraba y solo quería besarla.

—Y lo has dicho...

—Y lo volvería hacer —sonreí y ella también. Ambos llorando, llorando porque sabíamos lo que estaba por venir. El miedo estaba presente, pero no nos iba a impedir ser felices. Merecemos ser felices.

—Yo también estoy enamorada de ti Devon, no lo puedo negar.

—Suena más bonito cuando no intentas alejarme —dije tratando de hacerla reír, y lo logré, logré escuchar su risa cálida y me abrazó por el cuello, atrayéndome a ella. Sus manos me acariciaban, como yo con ella. Era un momento que quiero enmarcarlo, porque era el inicio.

—Tenemos un largo recorrido...

—Lo sé—asentí, con lágrimas escapadas. Mirándola con ansias. Quería besarla, ya, ahora. Tomarla entre mis brazos y no dejarla escapar.

—Y si te sientes que necesitas volver, me lo dirás en la cara —negué, esta vez yo abrazándola y haciendo que me mirara a los ojos y acariciaba su mejilla y su cuerpo. Quería estar más cerca de ella, embriagarme de ella.

—Si un día me fuera, no creas que no te llevaré conmigo —ella asintió. Yo acaricié mi nariz con la suya, creando una conexión aún más fuerte que ambos. Un vínculo inquebrantable que ni con años de separación se pudo romper.

Ese vínculo que se ha fortalecido sin darnos cuenta. Nos habíamos confesado, habíamos dicho lo que no nos atrevemos a decir por miedo.

—Confío en ti.

Aún éramos Dev y Less, con más sentimientos de por medio pero con algo genuino.

Entonces sucedió, porque no bastó nada más. Ambos estábamos dispuestos, ambos lo queríamos y no había vuelta atrás.

La besé por horas, o eso sentí.

Y nunca creí que se sentiría así de bien. Solo era un pequeño paso, de muchos que íbamos a realizar juntos. Yo estaba seguro de eso. Mi destino era volver a ella y no iba a huir. 

N/A 2022: mi yo de 17 años era muy graciosa, subía capítulos el día de los inocentes par engañarlas. En fin...

Sigamos con la parte tranquila y romántica antes del drama. 

Y su leída hasta el final dieron sus frutos, este capítulo va dedicado a... @smallfruitcake @keisha_overland @sofigalvan8 @flor_nocturna_13 (aunque me insultó jajajaja)  @strengthshinning @andreabieber1994p @constanza1D_1309 @kimbmartih16 @gizehracon @dancergeek @cindiniFlow @julietamaria130103 @xiomaramendoza2 @patty2311 @ayalenzabaleta @@seleca40   @marianavasgarcia @giigyarmendariz @_nightingale8 @mghjle @noeliastephaniesilve @marinanietopulgarin @miriamcg203  @@nataliaurrea @pattytorresmontiel @joselynibanez @ashleymejia6 y @tabimarss 

Con amor, Bry.

Continuar a ler

Também vai Gostar

67.8K 5.1K 44
Izuku midoriya,un chico que podria decirse que tiene muy mala suerte,desde que era pequeño sufrió maltratos por su amigo el cual hacía lo mismo con s...
2.9K 223 33
"Antes de embarcarte en un viaje de venganza cava dos tumbas" - Confucio.
253K 16.9K 33
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
6.8K 872 21
La mayoría de niñas sueñan con tener en un futuro la familia perfecta, muchas no lo logran y otras tienen el privilegio y suerte de conseguirlo. Ese...