Dipper lo pensó detenidamente pero no se le ocurría nada, a dónde podría ir con pacífica.
Tal vez a algún lugar como el lago Gravity Falls o simplemente caminar por el bosque todo paresia ser una pésima idea.
Mabel salto en su ayuda.
- Dipper ven con migo un momento-Tomo Mabel a dipper llevándoselo a un lugar a apartado.
-Que ocurre Mabel - pregunto Dipper curioso.
-Dipper sabes que yo no tengo suerte con los chicos pero no quiero que tú pases por lo mismo te ayudaré a organizar una salida solo para ti y para Pacífica.
Dipper podía respirar tranquilo ya que tenía a Mabel para ayudarlo en las buenas y en las malas siempre podía contar con su hermana.
Lo primero sería organizar un lugar donde pudieran estar ellos dos solos.
Como una oportunidad perfecta y como un milagro del cielo, un parque de atracciones hizo su aparición en Gravity Falls dándole la oportunidad a Mabel de planear la cita perfecta.
Mabel planeo todo meticulosamente todos juntos se dirigieron al parque de diversiones y casi de inmediato Mabel abandonó a Dipper dejándolo solo con Pacífica.
Ahora todo dependía de el era hora de que tomara el control.
-por fin estamos solos.
Pacífica mostró una picara sonrisa tomando el brazo de dipper y aferrándose a él como si acaso alguien se lo fuera a robar.
Dipper solo pudo pensar el los nervios que sentía, y en su corazón golpeando su pecho. Podía desfallecer en cualquier momento.
Pacífica lo entendió en seguida y ver la cara de Dipper cuando esté no podía esconder su nerviosismo le encantaba.
Solos ellos dos y nadie más. Primero tomaron. Por los juegos de botella que gracias a la astucia de Dipper pudo tumbar las botella ganándose un enorme oso de peluche.
Pacífica se impresionó felicitándolo felizmente.
Dipper recordó una escena de una película romántica y justo como el protagonista entrego el oso de peluche a Pacífica.
La chica de cabello dorado se quedó sin palabras todo era tan perfecto que nada parecía real y Dipper actuaba justo como un príncipe de cuentos de hadas.
El castaño recibió un beso en la mejilla como premio y una enorme sonrisa por parte de la chica.
La mirada de el se cruzo con la de pacífica aumentando todavía más el sonrojo de los dos jóvenes.
El silencio ya se estaba haciendo largo e incómodo.