capitulo 49 lagrimas de odio y tristeza

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Mabel continuo un rato perdida en sus pensamientos, ¿Que más podía hacen? Nada, en realidad Mabel sentía que era completamente inútil.

Su hermano Dipper era el único que era capas de demostrar valor ante la peligrosa situación en la que se encontraban. Pacifica daría su apoyo, y el diario de León era una pista muy valiosa.

Pero que era ella. Solo una pequeña niña asustada.

No quiero tener miedo, pensó Mabel para si misma. Quiero ser fuerte, quiero ser capas de proteger a las personas que me importan.

Se que solo soy una pequeña niña asustada, no me importa, estoy segura que puedo ayudar, debe de aver algo que pueda hacer debe haber algo.

Si dejo que mi hermano y Leon hagan todo el trabajo, entonces solo terminaré siendo un estorbo.

No quiero ser una carga, quiero poder ayudar a los demás.

- Tenemos que tener cuidado - dijo Mabel tratando de ocultar su voz temblorosa- a pesar de que tengamos una pista de cómo detener a Bill, es incluso posible que el ya este al tanto de lo que planeamos. No me gusta ser negativa, pero se bien que Bill no es tonto. El ya nos a engañado antes.

- Tienes razón hermanita - Dipper paso su mano sobre la cabeza de Mabel dando suaves caricias- todos nosotros tenemos que tener cuidado, Bill es muy peligroso, solo mira lo que le hizo a nuestros amigos si no tenemos cuidado entonces lo podríamos pasar mal.

Las palabras de Dipper fueron suficientes para tranquilizar el corazón de Mabel, pero lo que en realidad la castaña quería era que León la reconfortada.

Mabel dirigió su vista a aquel muchacho, todavía era dificil creer que un chico tan amable se hubiera fijado en ella, con todos los defectos que la acompañaban, con sus tonterías y locuras.

Era una lastima por que Leon no conocía eso de Mabel, en realidad no se conocían para nada.

Es por eso que la castaña tenía que ser fuerte, para poder acabar con la amenaza que representaba Bill.
Si se daba el caso en que perdieran ante el, entonces Mabel y Leon no podrían conocerse de verdad.

- Estás bien - hablo León dirigiéndose a Mabel- no te preocupes, te prometo que nada malo pasará y cuando todo termine entonces podíamos conocernos mejor.

Después de decir estas palabras, Leon tomo gentilmente las manos de Mabel para luego llevarlas a sus labios.

Un beso fue puesto en las delicadas manos de la castaña. Esto fue suficiente para hacer que el corazón de Mabel saltará hasta llegar a su boca, su rostro tomo un tono carmesí.

Ante la reacción de su cuerpo Mabel entro en pánico, rápidamente cubrió su rostro por la vergüenza.

Que me está pasando, gritó Mabel dentro de su cabeza. Por que actuó de esta manera, se que León me gusta, pero no quiero emocionarme. Todavía es muy pronto, no quiero ilusionarme de nuevo como si fuera una niña.

León sabía muy bien que el extraño comportamiento de Mabel era causado por su anterior acción.

Era maravilloso, no había otra manera de describirlo. Tan solo ver a Mabel enamorada como una niña pequeña era un regalo para la vista.

- Que se supone que haremos ahora- está vez fue Pacifica la que hablo, su tono de voz mostraba furia- ahora que tenemos algo, deberíamos de ir a la manción y confrontar a Bill, ¿Que estamos esperando?

- Tengo miedo - respondió Dipper. Esta respuesta era tan extraña que hizo que Pacifica retrocediera.

- ¡Cómo que tienes miedo! No podemos dejar las cosas así, si no detenemos a Bill Nadie lo hará. No me digas que no harás nada.

Ante la furiosas palabras de Pacifica, Dipper no hizo más que bajar la cabeza como un cachorro asustado.

Era algo normal, todos tenían miedo, Dipper solo estaba siendo sincero.

Con toda la fuerza que pudo, Dipper se dispuso a responderle a Pacifica diciendo:

- Claro que no me quedaré sin hacer nada, es solo que soy sincero. Tengo miedo de morir, pero hay algo a lo que le temo aún más.

- ¡Ya es suficiente! ¡No quiero escucharlo, si no vaz a hacer nada entoces iré yo sola!

Con furia en sus pasos, Pacifica se alejó.

- ¡Pacífica espera¡- gritó Dipper, este acto fue inútil pues Pacifica no tenía deceos de escuchar las palabras de un cobarde.

- ¡Maldición! Pacifica, por que tienes que ser así, no solo podemos ir así sin más sin tener un plan, si no tenemos cuidado entonces nos podríamos arrepentir.

León comenzó a corren con Mabel a su lado.

- Adónde creer que van

- No tenemos tiempo, tu mismo lo dijiste tenemos que mantenernos juntos - esto lo había dicho León.

Acto seguido Dipper comenzó a seguirlos, por un descuido el diario, aquella pieza tan esencial para derrotar a Bill se calló al suelo.

- Esperen - gritó Dipper - no podemos dejar esto- Dipper retrocedió para poder tomar el diario, sin su pista más importante podrían estar completamente indefensos ante el inmenso poder de Bill.

- Yo lo llevaré- dijo León acercandoce a Dipper- yo lo escribi después de todo, es mi responsabilidad.

- Está bien, pero recuerda que es algo muy importante.

- No te preocupes- respondió León con voz confiada - tú serás un genio, pero yo no soy tan tonto cómo piensas yo también e preparado mi cuerpo y mi mente.

Dipper se sitio más tranquilo, rápidamente retomó camino con pasos veloces.

León se quedó atrás por un momento.

- Este diario me causo muchos problemas, lo odio con toda mi alma.

El diario fue abierto, León ojeo un poco las páginas a pesar de que era el quien habría escrito y dibujado en el papel, le era imposible entender lo que hay estaba escrito.

Un peculiar sonido comenzó a resonar en el bosque. Una por unas las páginas comenzaron a ser arrancadas del diario.

Las lágrimas de León comenzaron a salir de sus ojos, cada vez que arrancas un página, sus lagrimas salían con más fuerza.

- No lo entiendo, que tiene este estúpido libro que lo hace tan especial, odio todo lo que escribí, desprecio todo lo que dibuje. Quiero que desaparezcas.

Tengo Dinero Pero No Tengo Amor (INCREIBLE SOLO PARA MI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora