Sigo a Eliza después de verla correr y veo como se echa un rato a descansar. Termina por sentarse en una silla de una de las aulas vacías y de un momento a otro bosteza, apoyando su cabeza sobre la mesa y cierra los ojos.
Me acerco hasta ella, parezco acosador, bueno en realidad "acosadora". Me agacho a la altura de su rostro y me quedo observándola. Está completamente dormida.
Suspiro.
—Sabes, no confío en ti, nunca lo hecho pero... —toco un mechón de su cabello —me gustas mucho.
Acerco mi boca a la suya, y la rozo por un instante, luego antes que se despierte, salgo corriendo.
—¿Hay alguien ahí? —oigo su voz aunque logro esconderme detrás de la pared —¡¿Quién?! —grita y me sobresalto, respiro agitado cuando escucho sus pasos —¿Darren? —su voz suena nerviosa —Debo estar enloqueciendo —noto que retrocede así que aprovecho para irme.
Eso estuvo cerca ¿En que estaba pensando? He sido muy descuidado. Pierdo mi perfección.
Camino fuera de la universidad y visualizo a Seyn en la entrada, hablando con unos tipos desconocidos, no está con su amigo usual, el tal Joel.
—Les dije que no volvería —llego a oír —¡No insistan! —exclama enojado.
—Pero...
Parece muy rara la situación, así que intento pasar desapercibido y los esquivo.