With all of my heart [Yoonmin...

By jeonecessity

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Jimin ya tenía a alguien que fuera el amor de su vida, y no creía que alguien más pudiera ocupar ese puesto... More

*Información de la historia*
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By jeonecessity

Domingo por la mañana. Yoongi dio un par de vueltas en la vereda. Estaba frente a la puerta de una tienda, y se sentía indeciso acerca de si debía entrar o no. Sabía que, si se quedaba fuera, podía arrepentirse más tarde. Y si entraba, existía la misma posibilidad. De todas formas, miró de vuelta el cartel del local, presionó sus labios juntos y entró, haciendo que la campanilla de la puerta sonara.

Seokjin, amigo del muchacho y único empleado del lugar, lo recibió con una sonrisa. Más bien, con una risa. Negó con la cabeza y se apoyó con sus codos en el mostrador. Yoongi se acercó a él, y sus mejillas se sonrojaron, pues sabía que el otro joven sabía con exactitud a qué había ido allí.



—Así que vas a llevarlo, ¿Eh?

—Sí... no... ¡No sé! —tironeó de sus cabellos.

—Iba a decirte que tienes que estar locamente enamorado para tomar esta decisión, pero luego me acordé de que eras tú.

—No te burles.

—No lo hago. Creo que es tierno. Sin embargo, es una situación bastante delicada, amigo.

—¡No es para ahora, Seokjin!

—Pero se lo darías.

—Demonios, sí.



Seokjin, el mayor, se sentó sobre el mostrador y pasó sus piernas hacia el otro lado, asustando a su amigo, quien pensaba que el otro imprudente chico podía romper los cristales del mueble debajo de él con su peso o con sus pies. Después de que se haya bajado, colocó una mano sobre su hombro.



—Necesito conocerlo, Yoongi.

—¿Lo necesitas?

—Sí, es que... tuviste otras parejas antes, y también tuviste la misma loca idea anteriormente, pero nunca te había visto tan loco como ahora.

—Es que te juro que él es... perfecto.

—Y tiene una hija —alzó una ceja— ¿Has pensado en eso antes de seguir adelante?

—¡Claro que sí! Adoro a esa pequeña, y ella no se cansa de demostrarme lo mismo... el otro día me dijo "papá".

—Debió ser... fuerte.

—Sí, es decir, como maestro de niños pequeños, me pasa todo el tiempo. Sin embargo, el que lo haya dicho ella fue tan distinto...

—¿Te gustaría poder llegar a ser su padre?



Yoongi no dijo nada, pero el brillo en sus ojos le dio a Seokjin la respuesta que necesitaba. Este último, emocionado, sonrió y lo abrazó, balanceándose de un lado a otro.



—Hyung, ¿Qué te pasa?

—¡Es que es hermoso verte así! De verdad quiero conocerlos.

—Lo charlaré con él y te diré. No es de hablar con... con nadie, de hecho.

—Pero sí contigo. Es un avance.

—El otro día dijo que empecé a gustarle.

—¿¡QUÉ!? ¡AMIGO, ESO ES GENIAL!



Yoongi asintió con la cabeza mientras miraba al suelo.



—Eso debió haberte traído hasta aquí, entonces.

—Quise hacerlo antes, pero esto me terminó de convencer.

—Entonces, ¿Vas a hacerlo? —volvió a pasar hacia el otro lado del mostrador.

—Sí, ¿Qué puedo perder?

—Mucho dinero —rió.

—No me interesa. Si llega a funcionar, valdrá la pena.

—¿Y si no funciona?

—Lloraré por el resto de mi vida.



Yoongi soltó una risa, aunque las palabras que estaba diciendo no le resultaban del todo graciosas, pues eran ciertas.



—Entonces...

—Dámelo.

—Estás loco, amigo.



Seokjin sacó una pequeña bolsa que tenía guardada con lo que su amigo había encargado hacía años y que, finalmente, se había atrevido a llevar. Se la entregó, y el menor pagó lo que correspondía.



—Bueno... ya está hecho. Falta que se lo des.

—Para eso habrá que esperar bastante.

—Lo importante es que puedas hacerlo.

—Sí, eso creo. Adiós, Seokjin.

—Nos vemos, y no te olvides de preguntarle.

—Lo haré.

—¿Le vas a preguntar, o te vas a olvidar?

—Lo que pase primero —se encogió de hombros y rió.



Después de haber salido del lugar, en la vereda, Yoongi sacó de adentro de la bolsa la pequeña cajita que contenía lo que había comprado. Atinó a abrirla para ver qué tan lindo era lo que su amigo había escogido, pero una dulce voz se lo impidió.



—¡Papá! ¡Es el señor Min!



La pequeña caja se resbaló de sus manos, e intentó torpemente atraparla en el aire. Cuando lo logró, la guardó en su bolsillo y arrojó la bolsa en un cesto de basura junto a él, rogando que los otros dos no lo hayan visto. Afortunadamente, no lo habían hecho.

Jimin, aún sosteniendo la mano de su hija —aunque más firme que antes—, miró hacia ambos lados y cruzó la calle. La pequeña, una vez que llegaron a la otra vereda, corrió hasta su maestro, llevando a la rastra a su padre y haciéndolo reír a carcajadas.



—¡Tranquila! ¡Pareces un cachorrito!



Sun Hee rió e, inmediatamente, abrió bien sus ojos.



—¿¡Puedo tener un cachorrito, papá!?

—No lo sé, cariño —negó con la cabeza—. Lo siento, Yoongi. Buen día.

—Buen día, Jimin, ¿Cómo están?

—Muy bien. Quisimos salir a caminar —frunció sus cejas— ¿Qué hacías en la joyería?

—N--no estaba ahí.

—Estás justo en la puerta, y me pareció haberte visto salir de ahí antes de que Sun Hee dijera que te había visto.

—¡Ah! No, es que... no estaba realmente ahí. Sólo pasé a saludar a un amigo.

—Ya veo...

—De hecho, me gustaría que lo conocieras algún día, siempre y cuando quieras hacerlo. Sé que le agradarás, y él a ti.

—Sería lindo —dijo en voz baja.

—Si no quieres, o piensas que te sentirás incómodo--

—Está bien. Sé que hace mucho que no me junto con otras personas, pero tengo que hacerlo. Además, hasta ahora, todos tus consejos me sirvieron y me hicieron sentir más feliz.

—¿De verdad? —su cara se iluminó— B--bueno, no sabes lo bien que me hace sentir saber qu--

—Papá, ¿Podemos ir al parque?

—Sun Hee, ¿Qué te he dicho acerca de interrumpir a los adultos mientras están hablando?

—Que no se hace, porque es de mala educación —dijo, cabizbaja—. Lo siento, papi. Lo siento, señor Min.

—Está bien, cariño.



El semblante de la pequeña seguía triste, y sus labios formaban un puchero. Yoongi se atrevió a tomarla en brazos y subirla sobre sus hombros. Ella rió a carcajadas, cambiando de inmediato su semblante.



—Jimin, ¿Vamos al parque?



El menor sólo pudo sonreír al ver la escena frente a sus ojos, y lo siguió. Cada tanto los miraba y recordaba cuando su hija se refería a su maestro como si fuera su familia. Por ejemplo, como aquella vez que lo había dibujado en el día de los padres; o cuando, luego de haberle contado un cuento, había preguntado si la misma sensación que Ricitos de Oro había tenido al haberse reunido con su familia, había sido la misma que la suya cuando veía al docente.

Por un momento, se imaginó haciéndole al mayor un lugar, otorgándole uno que había estado vacío desde hacía años.

No obstante, segundos después, se arrepintió ¿Y si no resultaba? ¿Y si Sun Hee cambiaba de parecer acerca de él? ¿Y si resultaba ser demasiado otorgarle ese lugar a Yoongi? Aunque lo que más pesaba en su corazón era: si por esos milagros del Cielo Eun Ji aún estaba presente, ¿Qué pensaría? ¿Podía, acaso, pensar y sentir?

Los recuerdos de su difunta esposa inundaron su mente por unos momentos.



Eun Ji yacía en una camilla. Su piel ya no tenía el mismo color que solía tener antes, y el brillo en sus ojos se apagaba con el correr de los días. A su vez, dentro de su enorme vientre, Sun Hee intentaba crecer sana y fuerte para poder salir al mundo de la misma forma.

Jimin estaba a su lado, sin soltar en ningún momento su mano. Sorbió por su nariz.



—¿Estás bien, cariño? ¿Necesitas algo? —preguntó con voz suave.

—Por milésima vez, estoy bien —sonrió—. Escucha, estuve pensando...

—Sí, ¿En qué? —se arrimó más a ella.

—No podré lograrlo.

—Ya hablamos de esto varias veces, Eun Ji. No pienses de esa forma.

—Estuve escuchando el diagnóstico de los doctores, y es lo más factible. Ya no hay vuelta atrás, y lo entiendo. Aprendí a aceptarlo, y quiero que tú también lo hagas porque, si ocurre un milagro y el bebé logra sobrevivir, necesitarás ser fuerte para--

—No —lloriqueó, unas lágrimas se escaparon de sus ojos—, estarás bien, el bebé también, y lo criaremos juntos, justo como planeábamos hacerlo desde un inicio.

—Ambos sabemos que no es así —miró hacia abajo, a sus manos juntas— ¿Sabes qué es lo que quiero que hagas cuando ya no esté?



Antes que seguir contradiciéndola, Jimin decidió escuchar su petición. Negó con la cabeza.



—Que seas feliz. Eso es todo lo que quiero —sonrió—. Cuando me vaya, estaré cuidándote desde algún lugar. Veré a nuestro bebé crecer, y veré cómo lo guías para que sea una persona asombrosa, igual a ti.



Con cuidado, Jimin se abalanzó sobre ella, dándole un fuerte abrazo y cientos de besos amorosos —y, a la vez, tristes— por todo su rostro, prometiéndole en silencio que haría lo que fuera para salvar su vida.



Yoongi y Jimin ya se encontraban sentados en el parque, mientras Sun Hee corría hacia uno de los toboganes. El mayor sonrió al ver a la pequeña divirtiéndose, pero todo rastro de alegría se borró en cuanto escuchó un sollozo. Inmediatamente, miró a Jimin y lo vio cubriendo su rostro con ambas manos. Su llanto se intensificaba cada vez más, y él no sabía qué hacer, ni por qué estaba sucediendo eso. Sin pensarlo, lo abrazó. El más chico no tardó en rodearlo también con sus brazos, aferrándose a su remera como si, de llegar a soltarlo, fuera a perderlo.



—¿Qué pasa, Jiminnie?



Silencio. Sólo llanto y más hipidos que rompían poco a poco el corazón de Yoongi.



—¿Qué pasa, cariño? —mordió su labio inferior, dándose cuenta del apodo que había dicho— Lo siento...

—No es tu culpa —susurró—. Es la mía.

—¿A qué te refieres?

—No pude hacer nada entonces, y no puedo hacer nada ahora.



Aquellas palabras carecían de sentido para Yoongi, pero eran totalmente lógicas para Jimin, quien estaba indeciso con cada una de sus acciones.

Eun Ji le había dicho que debía ser feliz.

¿Debía ser feliz él solo, o podía haber alguien más a su lado?

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Un capítulo bien sad como les gusta, ahre que no

Tengan paciencia con Jimin, sé que deben pensar que ya tuvo que haberlo superado, pero es muy difícil enfrentar un duelo, y a él le afectó muchísimo

¿Saben qué? La otra vez me acordé de esta historia. Mi hermanita volvió del jardín con un dibujo en donde sólo había hecho a mi mamá y a mí con ella. Me sorprendió, porque es como si me estuviera viendo como a una madre... de hecho, es así, yo la cuido todo el día todos los días.

La diferencia es... quisiera que me viera como hermana, y no tanto como madre 😂 aunque es lindo saber que soy importante para ella... creo

Porque podría ser un dibujo para hacerme una brujería, o algo... es más lógico, seguro me detesta como todos ustedes AHRE sí

Espero que les haya gustado el capítulo 💕

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