Hermosa Pertinencia (Beautifu...

By AGBriela

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El "primer" amor de Devon, empezó con una aventura, noches de pasión, entrega total y sin compromisos. No ter... More

00.
Adelanto.
Personajes.
Primera Parte: I
II
III
IV
V
Segunda Parte: VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
XIV
XV
XVI
XVII
XVIII
Tercera Parte : XIX
XX
XXI
XXIII
XXIV
XXV
XXVI: Parte I
EXTRA: Lo que nunca te diré.
XXVI: Parte II.
XXVII
XVIII
XXIX
XXX
XXXI
XXXII: Parte I
XXXII parte II
XXXIII
XXXIV
EXTRA
XXXV
XXXVI.
XXXVII
XXXVIII
XXXIX
XL
XLI
EXTRA.
XLII
XLIII
XLIV
XLV
XLVI
XLVII
Extra.
MARATÓN 2/?: XLVIII
XLIX
L
Epílogo.
Agradecimientos.
BEAUTIFUL IMPERFECTION YA ESTÁ DISPONIBLE.
Actualización 2022
LO LAMENTO ¡NECESITO SU ATENCIÓN!

XXII

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By AGBriela


Capítulo 22

Buenos Aires, Argentina. 10 de marzo de 2019.

La puerta sonaba insistentemente y yo me paré un poco. Estaba recién salido de la ducha y poniéndome la camisa cuando fui a abrir, no pude evitar perder el equilibrio por un fugaz terremoto que se aferró a mi pierna. De repente noté como Alessandra no apartaba la mirada de mí.

—Súper Man, te traemos comida—yo me agaché lo más que pude para quedar a su altura y besé su mejilla, ella se sonrojó y corrió hacia mi sofá. Incluso escuché una de mis costillas crujir.

Ese sofá cómodo que es indispensable para cualquier hogar. A diferencia del que tengo en mi casa en Madrid, esos negros de cuero súper incómodos pero hacen juego con el ambiente de una casa de soltero codiciado que odia los compromisos. O ese es el estereotipo con el que me molestan algunos chicos del equipo.

Esta casa, en un barrio viejo, pintoresco y hogareño. Todo era color vivo, incluso las ventanas, uno verde. Amaba quedarme aquí, me transmitía paz, seguridad.

—Estaba muy emocionada cuando le dije que vendríamos —yo le sonreí y la dejé pasar. Ella me preguntó por la cocina y le señalé donde quedaba, donde dejó una pequeña charola que tenía en mano.

—¿Quieres que te ponga una película? —Noah asintió y yo le puse una de mis favoritas, claro, las que siempre veo con mis ahijadas para que luego sea una víctima de maquillaje: La dama y el vagabundo. Incluso un día, Melody me hizo hacer un show de talentos, disfrazado de un perro y me obligó a comer espagueti.

Mientras Noah estaba entretenida con la película, fui a donde estaba Alessandra y me coloqué en la butaca donde me dejaba una perfecta vista de su rostro concentrado en preparar la comida.

—Gracias por venir —ella levantó la mirada y me dedicó esa dulce mirada, como cuando éramos niños.

No pude evitar recordar la primera vez que la vi después de las vacaciones de quinto grado. Ella llevaba un vestido blanco y cuando le dije hermosa, me dedicó una sonrisa similar. Puede que Alessandra haya bajado de peso y no sea la misma chica llenita del salón, pero seguía teniendo la misma sonrisa y ojos cautivadores. Era preciosa y lo sigue siendo. Tiene las mismas cualidades que traían loco al cabeza de brócoli.

—Gracias por recibirme Súper Man —me guiñó un ojo y siguió con su labor. Me acerqué un poco a ella para ayudarle a poner la mesa.

—¿No vendrá tu marido? —Tal vez debí decirlo con más tacto, pero esa pregunta me ha carcomido los últimos días. Simplemente no podía ignorar el hecho de que Alessandra llevaba una sortija en su dedo y era completamente hermosa para cualquier ojo humano. En respuesta, ella soltó de repente lo que estaba haciendo y se perdió por una fracción de segundo para recomponer su postura.

—Él no está —susurró y yo zanjé el tema, no era de mi conveniencia y no era el más apto para un consuelo o apoyo moral. No podía indagar más si incluso a ella no la quería dejar entrar completamente a mi vida. Yo cambié de tema rápidamente y terminé de preparar la mesa.

—Devon... ¿Quiénes son ellas? —me paré de donde estaba para acercarme a una curiosa Noah que miraba la foto que tenía con Melody, yo vestido de príncipe azul.

Recuerdo ese día, era su cumpleaños número tres y Daniel estaba lesionado y no quería quitarle las ilusiones a mi sobrina, entonces me disfracé de príncipe encantador, claramente funcionó con mi ahijada porque no me quitó el ojo todo el día. Era una pequeña dulzura.

—Ella es Melody —sonreí con nostalgia.

Sería hipócrita decir que no extraño a mi familia, tanto la que tengo en Argentina como la que está en Madrid, pero necesito volver cuando esté completamente sano.

Mis ahijados merecen una mejor versión de mí, porque soy su ejemplo. Incluso mi madre, mi hermana e Ignacio, ellos habían sido claros que nada era mi culpa, que los protegí lo suficiente y era tiempo que yo me protegiera.

—¿Tu hija?

—Noah, no seas tan preguntona —le dijo su madre, llegando a nosotros y yo le resté importancia; y senté a Noah en mi regazo. Dolía un poco por las costillas pero ni pesaba.

—No pequeña, ella es mi sobrina. Mira aquí hay una foto con todos mis sobrinos—saqué otra foto que estaba justo al lado de ese marco donde estaba con todos.

—Son muy lindos y él también —señaló a Sebastian, la pequeña niña se sonrojó y yo no pude evitar reír ante aquel comentario.

También por recordar al niño del parque que se llamaba como mi mejor amigo.

No sé por qué reí escandalosamente, pero me gustaba sentirme así. Relajado y sin ningún peso encima. Me sentía... libre.

»¿Y ella quién es? —miré donde miraba la pequeña. Y era una foto donde yo tenía abrazada a Sam mientras ella ocultaba su rostro en el hueco de mi cuello. Sus manos estaban hechas puño en mi camisa mientras dedicaba una sonrisa traviesa. Estaba sin maquillaje y me parecía un ángel, esa sonrisa siempre me va a perseguir.

Por un segundo mi mente me transportó a esa fecha, el día que volvió de recuperación. Cuando su corazón por primera vez, fue completamente mío.

Y me pregunto si un día ella me devolverá el que se llevó. Porque aún quiero que ocupe una gran porción de él, cuando esté sano y la recuerde como el amor genuino.

—Ella... es mi ángel guardián —traté de que mi voz no se apagara y recordara todo los buenos momentos a su lado. Retuve mis lágrimas y miré a la pequeña que miraba la foto con asombro.

—Es hermosa... y yo también tengo un ángel guardián. ¿Saben que ellos se ponen tristes si lloramos por ellos? Por eso hay que ser felices porque ellos nos cuidan, todavía nos aman desde el cielo y buscan que estemos bien y ya no lloremos por ellos. Hay que recordarlos por el impacto que hicieron en nuestra vida —cogió su mano entre la mía y me dedicó la mirada más angelical e inocente. Sacó de su cuello una pequeña cadena donde tenía la foto de un señor rubio, unos ojos ámbar y con barba rubia. Pensé en lo que me dijo, significaba que Samantha estaba buscando quitarme la culpa, tal vez ella me esté protegiendo y me quiera feliz y sano.

—De niño cuando perdí a mi padre, me recuerdo que íbamos al tejado con mi hermana para sentirlo más cerca, era como si tocando las estrellas fuéramos donde mi padre —la pequeña se removió de mis brazos y juntó sus manitas. Y ahora también con Samantha.

Era un recuerdo que estaba tan palpable, tan cerca de mí. Como cuando a veces me sentía sólo y miraba las estrellas, para recordarme mis orígenes y lo cerca que estaba de mi hermana.

Muchos lo creerán idiota, incluso infantil; pero la ilusión de un niño es lo último que se pierde, y al perderlo, muchas veces nos desviamos de nuestro camino. ¿Qué tenía de malo llevar un niño en tu interior? Ese niño que te recuerde todo lo bueno, los tropiezos y los mayores sueños. Ese niño que ahora tengo una foto

—¿Creés que un día estaré más cerca de mi papá? —sus ojitos tenían ese brillo característico que amaba de los niños.

—Claro que sí, siempre los conservamos aquí —señalé su corazón—, luego de su partida.

Ella sonrió y abrazó a su mamá.

* * *

No mentiré, el tiempo se pasó volando. Habíamos comido, incluso había jugado con Noah a las tecniquitas. Ella estaba más que emocionada jugando con el balón, tanto que se quedó dormida en el sofá.

Yo estaba lavando los platos mientras que Alessandra los guardaba. La vi tan perdida en su mundo que no pude evitar soplar la espuma que tenía en mis manos para llenarle la cara. Ella cerró los ojos y me dedicó una mirada acusatoria.

—¡Devon! —recrimina y cogió la esponja para exprimirla en mi cabello, mojándome por completo.

—¡Alessandra! —callamos de repente para empezar a reír como dos viejos amigos reencontrándose, y claramente lo éramos. Fue una pequeña guerra de espuma, donde ambos salimos llenos y mojados. Yo me dejé caer en la baldosa y Alessandra a mi lado. Ella me sonrió un poco, con gratitud.

—Gracias por ser así con Noah —yo le miré confundido.

—¿Así como? —ella miró al cielo y puedo jurar que está evitando derramar lágrimas.

—Defenderla, jugar con ella, ser dulce y atento. Y eso que no le conoces de nada —ella cerró los ojos y miró desde nuestro sitio, a la pequeña dormir—. Incluso lo que le dijiste de las estrellas, fue hermoso. Nunca la había visto tan ilusionada, tan... llena de alegría.

—Amo a los niños y de una manera, siento que ellos me dan vitalidad. Últimamente he estado rodeado de tanta mie... digo, basura —ella rió un poco y se recostó en mi hombro—. Nadie está preparado para lidiar con la muerte y menos a tan corta edad, solo no quiero que ella pase por lo que yo pasé y tenga esperanza. Además, de una manera se parece a ti cuando eras niña, esa niña que reía y jugaba conmigo cuando nadie quería.

—Eras feo —ella arrugó la nariz y la codeé un poco. Ella me miró con una sonrisa por varios minutos y se me escapó un sonrojo.

—Oye, no era feo. ¡Mira qué guapo soy! Lo dicen todas las chicas, todas mueren por estar conmigo —le guiñé un ojo y no pude evitar recordar que la mayoría quería estar conmigo, pero porque era el mujeriego, el idiota... el grandioso futbolista millonario. Pero no por ser como yo, pocas personas lo conocían, ahora que recapacito.

¿Volverían a enamorarse de mí? Llevo tantas piezas rotas que me cuesta visualizar creer que alguien se fijaría en mí. Y sería idiota si negara que tengo el anhelo de ser padre, y esposo.

—¿Sabes? Extraño tu genuina sonrisa.

—¿Está? —Hice una mueca graciosa y ella rió.

—No bobo, sabes a lo que me refiero. Veo tristeza.

—Como yo en los tuyos —giré mi rostro para verla más de cerca, ella se quedó un tiempo observando con detenimiento hasta bajar la mirada y jugar con sus manos—. Aunque sigues siendo hermosa, como siempre. Esos cachetes redondos y tiernos, tus hoyuelos, tus ojos marrones que transmiten paz, las pecas de tu rostro que te hacen hermosa...

—Nunca entendí lo que tu mirabas en mí para decirme hermosa —yo me encogí de hombros. Era ella en conjunto, no sabía cómo explicarlo.

—Lo eras y lo eres. Así de simple. Tú eras especial, tenías esa sonrisa tan... no sé cómo explicarlo. Eras bellísima, eso te puedo decir. Siempre te tuve tan presente, incluso había noches que me preguntaba dónde estabas. Porque cuando me fui yo... sentí que perdía a alguien y una parte de mi corazón. Perdón por no buscarte

—Lo siento, no tienes que disculparme por nada—susurró ella.

—¿Qué sientes?

—Siento que rompí la promesa de amarme como era. Yo... sufrí un trastorno alimenticio, casi llego a la muerte... pero me recuerdo que un día en la cama. Tenía diecinueve años, y yo te vi en las noticias... al verte sólo pude recordar ese día en el baño. Me prometí a mi misma que debía cambiar. Y lo hice, fue un largo proceso, pero me sentía orgullosa. No porque ya no era la gordita del salón, no, porque era yo, la niña que sonreía ante todo.

— ¿Nos contaremos toda nuestra vida? —ella me miró a los ojos y me sonrió—. Porque sé que algo no ha cambiado entre nosotros y es esa facilidad de hablar. Sé que el tiempo no ha matado el cariño y la confianza que nos tenemos. Ambos siempre fuimos transparentes el uno con el otro.

Ella asintió.

—¿Sabes? Aún venden esos jugos que solíamos tomar en recreo.

—¿En serio? —ella asintió, se paró, traté de no ver su trasero pero me fue imposible, mi vista casi se desvaneció por más de cinco segundos.

Cuando volvió a mi lado, me tendió un jugo de cajita. Yo sonreí como niño. Recordando esos días cuando ella siempre llevaba dos para compartir conmigo. ¿Ella lo había traído para sacarme esta sonrisa? Transportándome a los momentos más felices de mi infancia.

Yo de niño era pobre, Alessandra era la hija de un empresario. Ella llevaba mi refacción, ella me daba de comer, incluso a mi hermana. Y nunca encontraré las palabras para agradecer lo que ella hizo por mí.

—Esto es increíble —reí un poco y lo destapé con la pajilla. Era gracioso vernos ahora, sentados en el piso de mi cocina después de muchos años separados. Pero estaba tan presente esa unión que teníamos de niños.

—¿Empezamos con una ronda de preguntas? —yo asentí—. ¿Comida favorita? —yo la miré como si ella jugara.

—Tú conoces la respuesta —ella rió—. ¿Libro favorito?

—La lista de Schneider. ¿Actriz o actor favorito?

—Uma Thurman y Christian Bale, ambos fueron mis primeros crushes, —dije como idiota. Sí, tuve un gran crush por Batman y Kill Bill, no lo supero—. ¿Y el tuyo?

—Robert Downey Jr. Más si está sin camisa —yo reí, le daba toda la razón—. ¿Película favorita?

—Frozen —Alessandra enarcó una ceja y yo reí en burla—. ¿Qué? Es cautivador ver como Elsa descongela a su... —ella me miró fijamente—. Vale, vale, la trilogía de Batman, Kill Bill, Mulán y Forrest Gump.

—¿Mulán? —ella me tendió el jugo e hice como si brindaremos con las cajitas de cartón. Yo sonreí era la película que mirabamos con Evane de niños y siempre será mi favorita.

—¿Primer amor? —ella bajó la mirada y se sonrojó—. Oye, que no te avergüence eso.

—Tú.

—¿Yo qué? —le miré confundido—.No trates de evadir la...

—Que tú fuiste mi primer amor... o algo así —hizo un movimiento raro con las manos y se sonrojó aún más.

—Eso te lo tenías bien guardadito, eh —le señalé con mi dedo. Era imposible que yo le gustara. No me lo podía creer.

Unos cabellos se escapaban de la cola que traía, su camisa de botones estaba un poco abierta y como todo buen caballero, aparté la mirada. Me ponía demasiado nervioso, incluso hoy en día y de niños. ¡Ni hablar!

Era hipnotizante observar. Más cuando sonreía de esa manera, tan perdida y tan inocente.

—¿Y el tuyo?

Arrugué mi entrecejo y suspiré.

Isabella, el primer amor que empezó con noches de pasión para yo acabar como el plato de segunda mesa pero no fue la primera persona que me gustó. Less me gustaba de niño y era un crush tan inocente y lo sentí imposible. ¿Tal vez Miguel Ángel? Pero nunca sentí amor.

—Pregunta difícil... tú me gustaste de niño pero siempre te creí un crush imposible. Creo que Miguel Ángel pero solo fue mi primer beso y mi primera experiencia pero nunca me enamoré. La primera persona de quien me enamoré fue Isabella Aldana.

—Por tu mirada he de suponer que ese bello corazón que tú tienes... se partió en dos.

—Creo que los dos necesitamos un empujoncito para hablar de males amorosos —me paré del suelo para ir a buscar la botella de Brandy y dos copas. Me volví a sentar a su lado y coloqué las dos copas. Al menos no usaba el alcohol para ahogar mis penas, estaba disfrutando este momento.

—Mi hija está justo allá, soy una pésima madre por beber a la par de ella —señaló a su hija y se recostó en la pared de la cocina. Yo me quedé viendo su cuello que estaba descubierto, su piel tersa y sus lunares que se escapaban. Era hermosa.

—Cualquier cosa es el jugo —ella rió un poco mientras yo la seguía viendo precavido.

Rápidamente me tensé.

Serví un poco de brandy en ambas copas y alzamos las copas para chocarlas.

—Vale aquí va la primera —dijo ella—. Cuando ingresé a la policía...

—¿Eres policía? —ella asintió.

—Más bien detective privado y sargento, pero por unos años fui de la policía —se encogió de hombros—. Y en esos años había un policía que era el tipo de "Oh, arrésteme" —hizo una voz de adolescente enamorada y reí un poco mientras bebía—. Y digamos que me fleché... desgraciadamente sólo fui una apuesta para él. Fue asqueroso —hizo una mueca—. Además estaba en la etapa de amarme a mí misma, luego de salir del hospital por mi bulimia. No estaba bien y el primer chico que se fijó en mí, caí demasiado rápido.

—Fue un hijo de puta por hacerte eso, no lo merecías. Tú eres demasiado especial Evane y me alegro que estés bien y hayas luchado por tu salud. Salud por ti —ella llevó la copa a sus labios y dejó un rastro de labial rojo.

Para este paso no fueron una copa, ni dos...

—Bueno yo fui el experimento de Isabella, no sé qué pasó realmente. Sólo éramos "amigos con derechos" pero tenía esa faceta tan encantadora que me enamoré de ella... para ella sólo era el otro. Se iba a casar y sólo me utilizó. Fue un golpe bajo y una ironía, porque huí toda mi vida de los compromisos y cuando decidí sentar cabeza... me hirieron —me encogí de hombros, restándole importancia.

—Pues fue una idiota, tú eres increíble—hizo una tierna mirada y yo no pude evitar recordarla de niña.

Era como Dev y Less. Nada más.

—Tú eres increíble Less.

—Lo recordaste —asentí y ella apoyó su cabeza en mi hombro, vi como sus ojos empezaron a empañarse.

—Cuanto te fuiste y ya no regresaste lloré... te he extrañado porque gracias a ti, fuiste como una esperanza que me ayudara. Fuiste el único que me vio por quien era... hasta que conocí a Aarón — yo la abracé y besé su cabeza.

—Es que eres maravillosa. Tienes un corazón tan grande y puro, eras noble, fuerte... admiraba eso de ti. Tú también me ayudaste — ella sonrió.

—Devon perdón por preguntar pero... ¿te gustan los hombres? Perdón si sueno entrometida... no quiero presionarte pero siempre has salido con mujeres bellísimas y nunca te he visto con hombres.

—He salido con chicos en público pero creen que son mis amigos, y a veces me toman fotos con chicas que solo son amigas o les hablo y creen que estoy saliendo con ellas. Por una época me acostaba con todo lo que se pusiera en frente, era una forma estúpida de desahogo emocional. Mi primera vez fue con un hombre, mi primer beso también. No me gusta ponerme bajo una etiqueta, solo siento algo con alguien y lo hago—le veo—. Creo que eres la primera persona a quien se lo digo. Mis mejores amigos y mi madre lo saben pero lo intuyen—me encojo de hombros—. Aunque de enamorarme solo me he enamorado de mujeres.

—Oh... wow—le veo —. Gracias por confiar en mí —me sonrió medio adormilada y cogió su mano entre la mía. Sonreí por el gesto.

—¿Y yo puedo preguntarte a ti quién es Aaron? ¿Estás lista para hablarlo?— ella asintió y entonces soltó un largo suspiro.

—Yo perdí a mi esposo hace tres años —admitió con voz rota—. Lo mataron, justo enfrente de mis ojos y no pude hacer nada. Lo hice para salvarme. Ambos estábamos en guardia.

—Sé lo que es perder a alguien—apreté mis labios y tragué de un solo el contenido de mi copa.

—¿Lo de los reporteros y...

—Quita esa mierda que me vino encima... yo simplemente no la pude proteger... Ella subió a ese maldito carro cuando yo ni podía pensar con claridad. Un auto nos impactó y no reaccioné. La perdí después de que cayó en coma. Cuando salvé a Shami me pregunté porque no salvé a Sam.

—Yo tampoco pude proteger a Aarón —suspiró—No le protegí las espaldas... y cuando me iban a disparar el muy idiota decidió salvarme a mí y no él mismo —aguantó las lágrimas—. A veces me digo que...

—Él merecía vivir y no yo.

—Ella merecía vivir y no yo —dijimos al mismo tiempo y sonreímos con amargura.

—Es horrible despertar y no tener a esa persona a tu lado, como si lo que formaste por años desapareciera y...

—Levantarte con la esperanza de que volverá pero sabes que no, porque fue un adiós para siempre. Y duele porque no tuvite tiempo para despedirte ni decirle un último te amo—en ese momento nuestras miradas se conectaron. Y ella me entendía, entendía ese sentimiento de pérdida y desolación. En amar algo y no poder saber qué hubiese pasado.

Todo pasó tan rápido, el tiempo mismo se perdió en él; regalándonos un espacio donde ella y yo podíamos unir los latidos de nuestros corazones y compartir nuestro dolor. Ella sonrió débilmente y con cuidado acaricié su mejilla, quitando sus lágrimas. Ella cogió su mano entre la mía, dándome un apoyo.

Era recordarla llorando en el baño, refugiándose en mis brazos y que confiara en mí como yo en ella. Y eso no cambió, aquí estábamos de nuevo, pero ambos con corazones perdidos.

Es fácil hablar con muchas personas y que te consuelen, pero encontrar una persona que comparta tu sentimiento. Se siente reconfortante.

—Es difícil decir adiós pero si algo aprendí, es que nada en esta vida viene de repente. Todo ya está planificado. Los buenos recuerdos son los que quedarán presentes. No hay vuelta atrás y no existe la posibilidad de cambiar las cosas. Los humanos estamos en este mundo en un tiempo determinado. Y no quiero pensar lo que me quedaba de vivir con él, si no lo feliz que lo hice en su vida —suspiró.

—Yo siempre digo...

—Heridas, pero no cicatrices —dijimos ambos al mismo tiempo.

—Es más fácil hablar de estas niñerías de amores y todo eso cuando tienes cuatro copas de Brandy —dije dándole un poco de humor y Less simplemente rió, ocultando su rostro entre sus rodillas.

Y no sé qué fue lo que exactamente pasó, pero algo cambió. Por más poco que fuera, algo cambió en el ambiente

Y un paso nuevo yo estaba dando.

"Día 93.

Hoy me liberé, comprenden mi dolor y yo siento el suyo. ¿No es demasiado pronto para decir que Less, mi mejor amiga de la infancia, está más hermosa que nunca? No lo negaré, no ha cambiado nada desde que me fui... ella aún tiene mis brazos para refugiarse y yo sé que ella siempre me escuchará. Hoy me sentí libre y sin ser juzgado al estar a su lado. Ella pudo abrirse a mí y yo a ella...

Hoy aprendí a que se extraña con intensidad cuando te apartas por un tiempo, pero que al final, la esperanza de volver sólo te motiva a recuperarte cada día, a ser mejor persona.

Hoy le enseñé la foto de Samantha a una pequeña, ella me dijo que era mi ángel guardián. Y no mentiré, me alegra saber que la hice feliz en esta tierra. Y tal vez no la tenga más cerca si toco las estrellas, pero ella aún palpita en mi corazón.

Corríjanme si estoy mal, me siento feliz...

Hoy fui feliz. Sin fingir una sonrisa o expresarme con la guitarra. Simplemente mostrándole a alguien como humano, con mis defectos y debilidades.

Se siente bien.

Algo cambió.

Cambio y fuera, Dev"

Al día siguiente, Evane Alessandra y Noah Shamira fueron objeto de mi terapia. Mi terapeuta sonrió cuando les hablé de ellas. 

N/A 2022: aquí vamos conociendo más a Devon y a Evane, su dinámica y ver los altibajos en el proceso de recuperación de Devon. Siempre en estos procesos habrán altos y bajos, pero lo importante es tener la voluntad de seguir adelante. 

Con amor, Bry.

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