Jimin llevaba largos minutos con la mano derecha sobre el pomo de la puerta, la izquierda apretando la correa de su mochila y todo el cuerpo temblando. Jungkook no había querido interferir, sabía que sería complicado para su amigo todo aquello. Finalmente, luego de un gran y profundo suspiro, el mayor decidió entrar al apartamento; digitó mecánicamente la clave de acceso a su hogar, lo cual sorprendidos ambos jóvenes, era cierto aquello de que la memoria es algo extraño... En el interior del inmueble había una amplia sala, una barra hacia la derecha, la cual cumplía la función de separar los ambientes y también de mesa acompañada de unos altos taburetes. Había un ventanal en el fondo de aquella sala y hacia la izquierda una puerta. Todo parecía estar desordenado, como si un torbellino hubiese pasado por aquel espacio.
—Wow, Jimin, esto es un tanto extraño... Tú siempre eres muy ordenado y odias vivir en la suciedad o desorden — la voz del menor sonaba impactada mientras recorría el lugar con la mirada.
—De hecho me molestó ver tanto desorden, en qué rayos pensaba cuando dejé todo esto así... — se agarró del pelo.
—Quizás qué sucedió contigo... Tal vez saliste apurado a Busan — comentó el más alto mientras miraba unos cajones fuera de sus respectivos lugares.
—¿Por qué saqué los cajones de sus lugares entonces? — se sentó en uno de los puff que había en la sala y sacó el pequeño MP3, activando la grabación — 21 de mayo de 2019, encontré mi apartamento totalmente desordenado, me pregunto por qué... Comenzaré a revisar por mi habitación.
Caminó hasta la puerta, donde supuso estaría su habitación, titubeó un poco antes de continuar y finalmente abrió encontrando un desorden aún mayor. Entró en el gran cuarto de paredes blancas, la persiana estaba a medio abrir, lo que iluminaba el lugar. La cama estaba perfectamente hecha, pero estaba llena de ropa y algunas fotos que probablemente adornaban los muros. El closet estaba abierto de par en par, algunas prendas de ropa en el suelo. Su escritorio lleno de cuadernos y papeles, su repisa con libros desordenados y su pizarrón a medio colgar.
—Pareciera que alguien entró a robar... — Jungkook había entrado también y soltado un silbido — o que te dió una crisis de histeria o algo así...
—Qué extraño, tal vez no recuerde nada, pero algo me dice que no dejé así este lugar — se acercó al escritorio y tomó algunos papeles llenos de número y fórmulas.
—¿Y si le preguntamos a tus vecinos? — sugirió el menor luego de chasquear sus dedos.
—¡Buena idea, Kookie! — sonrió y corrió hacia la salida de su hogar, intentando no pisar algo.
Los amigos salieron luego de volver a calzarse los zapatos, se dirigieron a la puerta de en frente, de dónde una joven apareció y miró sorprendido a Jimin, este la saludó con una pequeña reverencia y comenzó a hablar.
—Hola... Soy Jimin del apartamento de enfrente, me preguntaba si en algún momento viste si... Si alguien entró en mi hogar, alguien que no fuera yo — intentó no sonar nervioso.
—Oh, hola — sonrió la chica — bastante sin verte, Jimin, creo que nunca habíamos hablado... No recuerdo haber visto a alguien en realidad, pero quizás la señora Choi sepa algo... Ya sabes — cambió su voz a un susurro — es una vieja metiche — volvió a subir el tono de su voz luego de eso — vive en el 601, al principio del pasillo.
—¡Muchas gracias! — hizo una reverencia.
Casi corrió hasta la puerta que le habían comentado. Hizo sonar el timbre y casi al instante la puerta se abrió, dejando ver a una mujer de unos 60 y tantos años y a un gordo gato tras ella.
—¡Oh, joven Jimin, qué alegría verte! — la mujer acercó sus manos a las mejillas del nombrado — pasa por favor, tengo algunas galletas con chispas de chocolate como te gustan — sonrió amable.
—Oh... Muchas gracias, señora Choi — entró quitando sus zapatos y mirando a su amigo.
—Estabas muy desaparecido, no tuve ayuda para traer las compras todas estas semanas — dejó una bandeja con galletas y tres vasos de lo que parecía té helado.
Jimin sintió ternura por las atenciones de la mujer y, al morder una galleta recordó estar abrazando a otra mujer mayor, se sintió un tanto mareado y soltó un quejido.
—¡Jimin! ¿Te encuentras bien? — Jungkook posó una de sus manos en el hombro de su mejor amigo.
—R-Recordé a... Mi abuela — levantó el rostro con dificultad y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Tranquilo... — susurró su amigo.
—¿Jimin ssi, estás bien? — la mujer se veía preocupada.
—Señora Choi, yo... — dudó unos instantes — Tuve un accidente donde mis padres fallecieron y yo perdí la memoria... — acarició su propia sien.
—¡Por Dios, muchacho! — la mujer sonó afligida — quizás recordaste a tu abuela porque ella estuvo aquí hace algunos años y, mientras estabas en la universidad, ella me enseñó su receta de galletas.
—Oh... Me alegra mucho haber recordado a mi abuelita — sonrió y limpió sus lágrimas —. Señora Choi, vengo a preguntar si en algún momento, durante las semanas que no estuve aquí, vio a alguien entrar en mi apartamento — Jimin se tornó serio.
—Es muy importante, el apartamento de Jimin está todo desordenado... Y debe saber lo ordenado y meticuloso que es este chico — agregó Jungkook.
—Bueno... Una noche, a eso de las tres de la madrugada escuché un poco de ruido, por lo que me levanté y salí al pasillo, ví a un hombre fuera de tu puerta — comentó con voz nerviosa — no pude ver su rostro al no estar con mis lentes, pero... Él entró en tu apartamento y volvió a salir luego de una hora más o menos...
—Que extraño... — Jimin sentía que era muy extraño todo — ¿Vio algo más?
—El conserje del edificio dijo que el sujeto entro con la tarjeta que tenemos los residentes para abrir la puerta del vestíbulo del edificio — tomó un sorbo de su bebida fría — Y que llevaba una gran caja al marcharse.
—Es decir que... Es alguien de confianza o... — Jimin tragó saliva — o es alguien que me robó. ¡Estoy tan confundido! — gruñó con frustración.
—Tranquilo, querido, por favor tómalo con calma... Quizás era el sujeto con el que venías a veces — sonrió.
—¿Venía con alguien? — Jimin abrió mucho sus ojos —¿Quién es? ¿Lo conoce? ¿Cuál es su nombre?
—Nunca me lo presentaste... Pero ví que llegaban a veces muy tarde y riendo — rememoró.
Los amigos comieron algunas galletas más y decidieron volver al apartamento del mayor para ordenar y ver si encontraban algo.
Jimin decidió ordenar su habitación, Jungkook haría lo mismo pero en la sala.
Mientras levantaba el delgado cordel con fotografías colgadas, notó que había muchos espacios entre algunas fotos. Por ejemplo había imágenes de él y su abuela, él y Jungkook, él y unos jóvenes que no conocía, espacios con pequeñas pinzas para colgar vacías y más recuerdos de él y personas. Algunos de los cuadros que decoraban las paredes estaban en el suelo vacíos, en una de las repisas con peluches parecía faltar alguno y también en el armario había percheros sin ropa alguna.
Definitivamente, quién haya sido el responsable de aquello, no quería que le recordara... Y estaba seguro que se trataba de su alfa.
Esa noche se quedaron en aquel departamento, ya que terminaron de ordenar cerca de las once de la noche. Jungkook durmió en el sofá, el cual se transformaba en una cama, mientras que Jimin en su cama. Al estar entre las sábanas sintió que un muy tenue aroma leñoso y levemente a cacao lo envolvía, sumergiéndolo en un profundo sueño.
Soñó con caricias, con besos en el cuello, la sensación de una gran exitacion, solo escuchaba sus propios gemidos y finalmente una mordida placentera en su nuca lo hizo despertar bañado en sudor, con una dolorosa erección y la certeza de que eso era más que un sueño... Un recuerdo.
💐
Hoola!
Realmente lamento mucho la demora, pero ya saben, el final del semestre u.u
Les dejo este capítulo que espero les guste 💜
Besiiitos 😘💜
Digamos que esta era una de las fotos que Jimin tenía en su pared.