With all of my heart [Yoonmin...

By jeonecessity

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Jimin ya tenía a alguien que fuera el amor de su vida, y no creía que alguien más pudiera ocupar ese puesto... More

*Información de la historia*
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By jeonecessity

Suave música instrumental y una tenue luz adornaban el lugar, dándole un toque casi mágico a la ocasión. Tanto Jimin como Yoongi disfrutaban de su cena, y compartían pensamientos sin saberlo.

Ambos estaban en silencio mientras repetían una y otra vez en sus mentes que eso no era una cita. Uno, para no hacerse falsas ilusiones y terminar aún más perdido en sus sentimientos. El otro, porque una parte de él no quería iniciar otra vez; no quería dar vuelta la página, porque lo que había logrado escribir en aquella en la que se encontraba, hacía que buscara aferrarse a esa historia casi desesperadamente, más allá de que fuera consciente de que había llegado a su fin.

Yoongi, luego de haber pensado en una y mil cosas acerca de la velada que estaban teniendo juntos, lo miró. Se preocupó al haberlo visto inquieto, como si algo estuviera haciéndolo sentir incómodo.



—Jimin, ¿Te encuentras bien?

—Sí, sólo pensaba en un par de cosas.

—¿Piensas en Sun Hee?



Silencio.



—Ella está bien, no te preocupes.

—Lo sé.

—No tienes idea de lo feliz que me sentí el otro día al haberla visto regresar a clases.

—Eso es lindo —sonrió—. Ella también quería volver.

—La extrañaré muchísimo cuando tenga que empezar la primaria.

—Aún falta para eso —miró hacia abajo, tomó su copa de vino en una de sus manos, volvió a dejarla sobre la mesa, pensativo— ¿Por qué decidiste ser maestro?

—Me encanta enseñar. Siempre me ha gustado. Fue una gran y estupenda coincidencia que también me agradaran mucho los niños. Amo ser quien pueda darles las herramientas necesarias para que puedan aprender y crecer.

—Se ve en tus ojos. Realmente lo adoras.

—Sí, así es ¿Qué hay de ti? ¿Hay algo que te apasione?

—Hay un par de cosas, pero hubo una en especial que no ha salido de mi mente desde hace tiempo —suspiró, dando a entender que tenía una larga historia que contar—. Cuando Eun Ji enfermó, estuve a su lado a cada momento. Vi a los doctores, quienes tenían lo necesario para poder salvarla, y la vi a ella luchar por su vida y por la de Sun Hee hasta el final. Sin embargo, a pesar de todo, nada funcionó. En ese entonces, deseaba cada día poder tener los conocimientos necesarios para poder salvarla, mas no los tenía. Cuando ella falleció, de la nada surgieron unas ganas terribles de comenzar a estudiar medicina, con la meta de poder salvar a toda la gente que fuera posible.

—Eso es precioso, Jimin ¿Estás estudiando?

—No, jamás empecé. Tengo que trabajar y cuidar a Sun Hee, no tengo tiempo.

—Pero serías un médico excelente. No todos trabajan sintiendo algo similar. Algunos lo hacen por obligación o porque sí. Cuando realmente encuentras tu vocación, deberías seguirla ¡Dios! ¡Pagaría tus estudios si pudiera!

—No lo creo.

—¿Quieres apostar? Porque sí lo haría.

—Eres terrible —rió—. Es muy lindo, pero ya podré lograrlo. Y no quiero seguir debiéndote cosas.

—Ya te dije que no me debes nada —suspiró—. Odio esta parte.

—¿De qué hablas?

—No sé cómo te sientas al respecto, pero terminamos la cena hace una hora y media. Se hará tarde. Aún así, no quisiera irme jamás.

—Tampoco me gustaría que termine —se fijó la hora en su celular—. No sabía que había pasado tanto tiempo.

—¿Vamos?



Después de que el menor haya asentido con la cabeza, pidieron la cuenta y salieron del lugar para subirse al auto de Jimin. El joven condujo hasta la casa de Yoongi y, una vez que llegaron, bajó junto a él.



—Fue divertido.

—Sí, así es.

—¿Podríamos repetirlo otra vez?

—No tienes que preguntar, Jimin. Tú sólo dime cuándo. Aunque, para la próxima, me gustaría tener un auto.

—¿Por qué?

—Bueno, alguna vez quisiera ser yo quien te lleve a casa.

—Oh —se sonrojó—. No te preocupes. No es un problema para mí llevarte.

—Lo sé.



De pronto, sin que así lo esperara, Jimin miró a los ojos al otro muchacho. Cuando esto sucedió, todo a su alrededor se detuvo. Jamás lo había observado tan detalladamente, y a una distancia tan corta.

Y no supo por qué, pero las escenas de cada uno de los momentos que habían compartido desde que se habían conocido se repetían una tras otra en su mente, haciendo que su corazón latiera como nunca antes... y que se diera cuenta de que el verdadero responsable de aquellos latidos no era nadie más que él.

Aquel mar de sensaciones había sido el culpable del impulso que había tomado Jimin para poder unir su boca con la de Yoongi, formando un dulce beso. El mayor abrió sus ojos, más que sorprendido, pero luego los cerró. Prefirió concentrarse en los suaves movimientos de sus labios, en el dulce sabor de un amor que parecía ser cada vez más grande; y en los suspiros que se escapaban de sus bocas y que sólo ellos podían escuchar. Sus manos apresaron tiernamente las mejillas de Jimin, mientras que las del más joven se ubicaron detrás de su cuello, dando un par de caricias que eran tan pero tan suaves, que el otro muchacho apenas pudo sentirlas.

Cuando el beso terminó, Yoongi sintió un fuerte abrazo, como también la cabeza de Jimin, que se escondía en su pecho. De inmediato, lo rodeó fuertemente con sus brazos, preocupado, ya que también había logrado escuchar un sollozo.



—J--Jimin...

—Lo siento —lloró, sorbió por su nariz—. Lo siento tanto.



Yoongi dio suaves palmadas en su espalda para tranquilizarlo, pero no dijo nada. Sabía que aquellas palabras no eran para él.

**************

Sun Hee entró a su casa, enojada. Llevaba sus dos pequeñas manos hechas puños a cada lado de su cuerpo, y daba fuertes pisadas, a medida que iba avanzando. Jimin entró detrás de ella y cerró la puerta. La observó por un buen rato. Jamás la había visto tan molesta.



—¿Qué te pasa?

—¡No me llevaste! ¡Viste al señor Min, y no me llevaste!

—Lo sé, lo siento. Yo--

—¡Me dejaste con Min Ji! ¡No quería quedarme con ella!

—Pero, amor, ella es buena, no pasa nad--

—¡No me gusta! —se cruzó de brazos e hizo un puchero con sus labios— No me deja jugar, ni hacer ruido, ni hablar mucho... —sus ojos se volvieron llorosos— dice que soy molesta.



Jimin se sintió devastado ante aquellas palabras. Jamás había sabido la razón de por qué a su hija le disgustaba ser cuidada por su vecina, a pesar de habérselo preguntado millones de veces... y millones de veces la había dejado a su cuidado, incluso en esas condiciones. Se acercó a ella, la tomó en brazos y besó reiteradas veces su mejilla.



—Te prometo que ya no irás más, ¿Sí?



Ella asintió con la cabeza.



—Lo siento, mi ángel —la abrazó, acarició su pelo—. Vamos a dormir, ¿Sí?

—Está bien.



Jimin llevó a su hija hasta su cuarto, la cambió, la recostó en su camita y, luego de haberla arropado, dejó un beso sobre su frente, no sin antes haberle deseado buenas noches y dulces sueños. Cuando terminó de cerciorarse de que su niña se encontraba dormida, caminó hacia su cuarto y se sentó en su cama.

Por alguna razón, no podía dormir.

Y esa razón, definitivamente, era Yoongi.

Sentía que había, de alguna manera, arruinado la cena, y necesitaba pedirle disculpas. Por eso, en unos segundos, se encontró a sí mismo llamándolo por teléfono. Mordió su labio inferior, nervioso. No sabía qué iría a decirle al otro, o cómo reaccionaría después de lo que había sucedido. Lo que sí sabía era que necesitaba hablar con él y escuchar su voz.



¿Hola?

—Hola, Yoongi, soy yo.

¿Jimin? ¿Pasó algo? ¿Te encuentras bien? ¿Estás mejor?



La preocupación del mayor no sólo hizo que sonriera mínimamente, sino también que algo doliera en su pecho. Se sentía culpable.



—Quiero hablar contigo acerca de lo que pasó. Sé que no es la manera hacerlo por teléfono, pero no puedo encontrarme contigo, como quisiera. Tampoco puedo esperar hasta que nos veamos otra vez.



Silencio.



Dios mío...



Jimin alzó una ceja.



No me quieres ver más, ¿No es así?

—¿¡Qué!? ¡No! ¡No, no, no! ¡Sí quiero verte!



Jimin se sonrojó al haberse dado cuenta de las palabras que había dicho, y del tono que había usado para decirlas.



Entonces, ¿Qué es?

—Es justamente porque quiero que nos sigamos viendo que tengo que hablar. Yo... tú ya me has dicho lo que... lo que sientes. Sé que hoy me he comportado extraño, y después estuvo el beso... sé que hice todo mal al final, y que puede estar molestándote--

No, Jimin, no me molesta.

—Pero hago una cosa, después hago otra... te estoy mareando. No es correcto, ni es justo para ti.

Creo que no soy el único que está mareado o confundido ¿Puedo preguntar por qué lo hiciste?

—E--es que-- puede que esté sintiendo algo, pero no te das una idea de lo complicado que es para mí. Y no quiero que lo sea, porque tú no tienes la culpa de lo que pasó. Realmente lo siento, y siento mucho si vuelvo a molestarte o a lastimarte en un futuro, ¿Sí?

Jimin, no voy a negarte que todo esto me confunde y, en cierta forma, me lastima. Pero puedo asegurarte que no me importa. No importa si tengo que esperar mil años para saber qué es lo que sientes, si sientes algo, si decides pretender que no ha pasado nada o si quieres que olvidemos todo. Te he conocido, y me has hecho un lugar a tu lado. No importa si es como un amigo o un conocido, pero me hiciste un lugar. Eso es todo para mí. Lo sabes, ¿No?



Jimin miró hacia abajo, afligido. No sabía si se sentía mejor o peor que antes. Asintió con la cabeza, aunque el mayor no pudiera verlo.



No vuelvas a disculparte, porque no has hecho nada malo.



Pudo oír a través de la línea una suave risa que hizo que se le erizara la piel.



—También lo es para mí.

¿Qué?

—El que estés presente siempre lo es todo. Gracias.

Oh, no tienes por qué agradecer.

—No puedo darte las gracias, ni puedo disculparme, ¿Hay algo que sí pueda hacer?



Otra risa sonó por el teléfono, y Jimin sonrió, feliz. Inconscientemente, también rió. Yoongi, del otro lado, suspiró, embobado con el sonido de la risa del pelirrubio.



Ya lo hiciste, Jiminnie.



Su corazón latió más fuerte que nunca ante aquel apodo, y sus mejillas se sonrojaron.



Buenas noches. Nos vemos mañana.

—Nos vemos, que descanses.



Después de que hubo terminado la llamada, Jimin se dejó caer de espaldas sobre su colchón. Aún no sabía qué estaba pasando en su interior, pero sí estaba seguro de que, a ese ritmo, lo descubriría muy pronto... y no sabía cómo sentirse al respecto.

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TENGO BUENAS NOTICIAS

No sé si lo saben, pero tengo una especie de adicción por jugar a Los Sims y, OBVIAMENTE, no pude no crear al yoonmin. La cosa es que con la actualización con la cual podía un chico tener un bebé, hice que tuvieran uno, y tuvieron un nene. Mucho después, surgió este fic, e hice que tuvieran otro... la cosa es que Sun Hee ya está ahí 💕 PERO SALIERON MELLIZAS. No sé cuál será, pero una de ellas lleva el mismo nombre que la de esta historia:

En cuanto crezca, voy a sacarle una captura mejor y no sé... DOS MIL CAPTURAS DE ELLOS CON LA NENA ASÍ TENEMOS MATERIAL PARA ACÁ AHRE 💕

Estoy enamoradísima de esta historia, gente, no me pasaba desde Two Melodies 💕 espero que a ustedes también les guste, y también este capítulo 💕 un abrazo 💕

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