Institute of Evil versus Hero...

By Cirkadia

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Ella no quiere estar en el Instituto del Mal, pero no tiene otra salvación que ser una alumna modelo. Una... More

1. Write your name I (1)
1. Write your name II (2)
1. Write your name III (3)
2. Bienvenida al hogar del Mal I (4)
2. Bienvenida al hogar del Mal II (5)
2. Bienvenida al Hogar del Mal III (6)
3. En tierra hostil I (7)
3. En tierra hostil II (8)
3. En tierra hostil III (9)
4. Guía de supervivencia I (10)
4. Guía de supervivencia II (11)
4. Guía de supervivencia III (12)
5. Aprendiz de villana I (13)
5. Aprendiz de villana II (14)
5. Aprendiz de villana III (15)
5. Aprendiz de villana IV (16)
6. Sobrevivir un día más I (17)
6. Sobrevivir un día más II (18)
6. Sobrevivir un día más III (19)
6. Sobrevivir un día más IV (20)
6. Sobrevivir un día más V (21)
6. Sobrevivir un día más VI (22)
7. Evil Evolution I (23)
7. Evil Evolution II (24)
7. Evil Evolution III (25)
8. The gun I (26)
8. The gun II (27)
8. The gun III (28)
8. The gun IV (29)
8.The gun V (30)
8. The gun VI (31)
9. Vecinas I (32)
9. Vecinas II (33)
9. Vecinas III (34)
9. Vecinas IV (35)
9. Vecinas V (36)
9. Vecinas VI (37)
9. Vecinas VII (38)
9. Vecinas VIII (39)
10. El informe I (40)
10. El informe II (41)
10. El informe III (42)
10. El informe IV (43)
11. Amistades peligrosas I (44)
11. Amistades peligrosas II (45)
11. Amistades peligrosas III (46)
11. Amistades peligrosas IV (47)
11. Amistades peligrosas V (48)
11. Amistades peligrosas VI (49)
11. Amistades peligrosas VII (50)
11. Amistades peligrosas VIII (51)
12. Frenesí I (52)
12. Frenesí II (53)
12. Frenesí III (54)
12. Frenesí IV (55)
12. Frenesí V (56)
12. Frenesí VI (57)
12. Frenesí VII (58)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna I (59)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna II (60)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna III (61)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna IV (62)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna V (63)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna VI (64)
13. Bailar con el Diablo bajo la Luna VII (65)
14. Resaca I (66)
14. Resaca II (67)
14. Resaca III (68)
14. Resaca IV (69)
14. Resaca V (70)
14. Resaca VI (71)
14. Resaca VII (72)
14. Resaca VIII (73)
14. Resaca IX (74)
14. Resaca X (75)
14. Resaca XI (76)
15. Terror subacuático I (77)
15. Terror subacuático III (79)
15. Terror subacuático IV (80)
15. Terror subacuático V (81)
15. Terror subacuático VI (82)
16. Malos instintos (1ª parte)
16. Malos instintos (2ª parte)
16. Malos instintos (3ª parte)
16. Malos instintos (4ª parte)
16. Malos instintos (5ª parte)
17. ¿Relax? (1ª parte)
17. ¿Relax? (2ª parte)
17. ¿Relax? (3ª parte)
17. ¿Relax? (4ª parte)
17. ¿Relax? (5ª parte)
17. ¿Relax? (6ª parte)
17. ¿Relax? (7ª parte)
17. ¿Relax? (8ª parte)
17. ¿Relax? (9ª parte)
17. ¿Relax? (10ª parte)
18. Invitada de honor (1ª parte)
18. Invitada de honor (2ª parte)
18. Invitada de honor (3ª parte) (100)
18. Invitada de honor (4ª parte)
18. Invitada de honor (5ª parte)
18. Invitada de honor (6ª parte)
18. Invitada de honor (7ª parte)

15. Terror subacuático II (78)

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By Cirkadia

 "Pues sí que ha durado poco", pensó Roca, más decepcionada que conmocionada, cuando el tiburón hubo pasado de largo, herido en las agallas por el cuchillo de Eisentblut.

Roca barrió con la linterna, pero sólo alcanzó a ver a los supervivientes, de Nameless no había ni rastro. Normal si habían pasado más de tres segundos desde que la habían matado. Resopló asqueada y continuó adelante por la larga galería. "Kill va a destrozar a esa inútil" fue lo más cercano a la preocupación que se cruzó por su mente.

–––

Foster nadaba solo. Había intentado sacar a Sinister de la cama, pero su compañero de cuarto había insistido en que seguía muy débil y que sólo lo retrasaría. Y, bueno, ya era de los últimos por haberse entretenido demasiado tiempo insistiéndole, así que ni siquiera le habían quedado provisiones. Tendría que asaltar a alguien y robárselas. No estaba preocupado porque Sinister fuera el primero en acabar en la mazmorra de Kill, porque no había persona que fuera más indiferente a las torturas de la sádica profesora que su amigo.

Foster había visto los carteles de "Peligro: Tiburones" y estaba expectante. Le encantaban aquellos bicharracos, desde hacía tiempo tenía el sueño de hacer submarinismo con ellos, y ahí estaba. No se iba a quejar del plan de estudios del Instituto del Mal. Pero no era idiota, estaba seguro de que aquellos especímenes serían mil veces más agresivos que los normales, no le extrañaría ni que fueran animatrónicos, conociéndose los jueguecitos de Satán. Por lo que se anduvo con cuidado, pegado a la rocosa y aristada pared, cuando con su linterna llegó a atisbar una forma blanca enorme, jodidamente enorme. Y luego aparecieron un puñado más.

Se hubiera quedado mirándolos durante horas, pero el agua no era su medio preferido, menos aún el agua fría, que le hacía pensar en calentones mal llevados. Y tenía hambre, hostias. Así que iba a seguir, iba a robarle las provisiones a alguien, preferiblemente a alguien que llevara cervezas, y luego ya vería si se dedicaba a hacer documentales de fauna peligrosa.

Entonces uno de los tiburones pasó rápidamente sobre él y el agua desplazada lo hundió un par de metros. Qué potencia. Qué elegancia. Qué hostiazo se metió el bicharrazo contra el techo. La galería de roca tembló entera con el golpe y se precipitaron un par de piedras como puños, una de las cuales le atizó en la cabeza a Foster, que soltó un juramento que quedó censurado por una nube de burbujas furiosas. Se llevó la mano a la zona afectada y percibió que allí el agua estaba más calentita. La nube de sangre le confirmó que la maldita piedra le había abierto una brecha en la coronilla, que le producía latidos punzantes, lo que no era justo, porque no había bebido lo suficiente la noche anterior como para recrear tal resaca.

"Al menos no ha sido una herida mortal", pensó pese a su mal humor. Pero lo que sí fue mortal fue una jaula de afilados dientes que se cerró sobre su cuerpo, cual dama de hierro.

–Mierrrrrrda –masculló Foster al aterrizar en el potro de torturas.

–Menudo par de inútiles –despreció Kill soltándole un fustazo en una pierna.

–Hola, Foster –saludó Sinister apático.

Él giró la cabeza a la derecha y allí se encontró a su compañero de cuarto. Seguía en horizontal, pero no en una cama, sino en una tabla en la que lo estaban estirando poco a poco, tirando de sus muñecas y tobillos. No parecía incómodo, hasta bostezaba. Frente a ellos había un par de chicas con el aire abatido que tendría cualquiera que hubiera sido eliminado del juego nada más empezar. Había pantallas sobre toda la fila de potros y sillas de tortura para que no se perdieran lo que estaban haciendo los que seguía en liza.

–Deme una cerveza –le exigió Foster a Kill–. A no ser que quiera torturar a un trapo pocho.

–––

La galería seguía y seguía durante lo que parecía un kilómetro, al final del cual los supervivientes se encontraban una pared de frente y las flechas señalaban hacia abajo, hacia el pozo negrísimo al que no se le atisbaba el fondo. Hasta allí habían llegado las Animadoras Infernales, que ahora se asomaban con cautela al abismo negro como la tinta. Mientras se acercaban, habían sentido un temblor muy sospechoso. Todo indicaba que los tiburones se habían acabado y que los sustituirían monstruos nuevos.

Pero ahora el pozo permanecía inquietantemente quieto y las botellas de aire no les durarían para siempre, así que tenían que avanzar. Se prepararon para lo que suponían que serían un descenso largo y comenzaron con la inmersión. Cuando el borde quedaba fuera de alcance, ascendió hacia ellas una columna de burbujas gordas como naranjas, advirtiéndoles de que algo malo se acercaba, algo muy grande. Herilane agarró a las chicas que más cerca tenía, que resultaron ser Skull y Mambo, y las empujó para pegarlas a la pared. Dos segundos después, antes de que pudiera tirar de las demás,subió lo que parecía un tren de mercancías, que la golpeó en la espalda y la arrastró por las aristas.

El tren se detuvo en seco al instante, ocupando casi todo el hueco y estrujándolas contra las paredes. Parecía estar cubierto de una gruesa lona grasienta, llena de músculos más grandes que ellas. Emprendió la marcha atrás. Herilane empuñó el cuchillo, pese a que, por lo que percibía, no conseguiría hacerle ni cosquillas.

Y entonces el tren emitió un rugido gorgoteante y aceleró la marcha atrás de vuelta a las profundidades. A la luz de la linterna que había conservado Skull, vieron que en el frontal del tren había una cara terrible, si se podía llamar así a una brecha plagada de estacas afiladas y un par de ojos como tapas de alcantarillas combadas, aunque uno le había reventado, tal vez por caerle una roca de lo bruscamente que había subido, e iba dejando un rastro de sangre oscura. Y allá se fue, dejando también tan sólo a tres animadoras.

"Mierda", gruñó internamente Herilane, a la que no le gustaba perder miembros de su equipo, pero tendrían que seguir las que quedaban.

–––

Karla aterrizó en una silla, a la que quedó inmediatamente amarrada. Escuchó un ruido como de un pato al que le habían metido una manguera por el gaznate para que engullera y luego convertirlo en paté. Y, sí, cuando se le aclaró la vista vio al jodido Foster obligado a tragar un barril entero. Bueno, teniendo en cuenta que era cerveza, seguramente lo disfrutaría incluso sin llegaba a reventar. Aunque su entrepierna no debía de opinar lo mismo, ya que estaba sentado a horcajadas sobre un potro, con pesas colgando de sus tobillos. Oh, joder, ¿por qué habían tenido que ponerlo en frente? Aquello iba a ser asqueroso cuando su vejiga no diera para más.

Se aseguró de estar entera y después miró quiénes de sus compañeros habían bajado y si necesitaban un remiendo. El propio Foster parecía tener una herida en la cabeza. En fin, al menos Herilane, Skull y Mambo seguían en el juego. Teniendo en cuenta que no era realmente un juego en equipo, tendría que bastarle.

–Bueno, Karla, ¿qué te corto? –preguntó Kill plantándose frente a ella con una sierra quirúrgica.

–Algo que no vaya a echar de menos, profesora, porque pienso reemplazármelo con algo suyo –contestó con pasotismo, pero entonces vio la gotera–. Y, joder, ponga a Foster en otra parte, que ya tiene fugas.

–––

Tras metros y metros de inmersión en vertical, la morena gigante se replegaba en una cueva más estrecha, mientras que los supervivientes tenían una pequeña abertura en la pared, que los llevaba a una galería en diagonal, hasta asomar a una cámara de aire.

Bester comprobó con su guantelete electrónico si había la concentración adecuada de oxígeno y que no existieran gases dañinos, antes de retirarse el respirador de la boca. Estaba examinando el terreno con la linterna cuando percibió que por la galería en diagonal subía una columna de burbujas, por lo que avanzó y se escondió detrás de una gruesa estalagmita.

Justo desde allí donde había estado él, le llegó un ruido húmedo, de alguien arrastrándose fuera del agua y desplazándose en tierra a jadear; o de algo que no se movía bien en tierra. Bester le pidió una lectura al sensor de vida y lo dirigió hacia la boca de la galería diagonal, asomando con cuidado el brazo, no fuera a arrancárselo ese algo. Pero el guantelete emitió un pitido, seguido de un "La base de datos de virus ha sido actualizada" a viva voz. La cosa se dio por aludida y se escurrió como una anguila por entre las estalagmitas. "Oh, mierda", pensó Bester, decidiendo que era mejor alejarse de aquella zona.

Tras cruzar una cordillera de estalagmitas y un par de cortinas de estalactitas, Bester salió a un espacio bastante más amplio, en el que se veían haces de linternas. Por lo visto, tocaba un trecho por terreno casi seco y relativamente firme. Pronto encontró unos arcones y aún estaban a medias, por lo que no eran el tesoro prometido. Dentro quedaban armas; si no se lo habían llevado ya todo, sería porque habían aprendido que bucear con exceso de preso no era nada recomendable. Bester rebuscó para coger comida, pero eso sí que había volado. Qué cabrona era la gente. Pilló una batería para recargar el guantelete y siguió adelante refunfuñando.

Apagó la linterna un momento y se guio por los sensores de su guantelete y por los haces de luz ajenos. Había un grupito descansando en un claro entre estalagmitas todo lo seco que se podía estar por allí. Estaban comiendo, pero tenían las bolsas de provisiones a un lado. Bester rodeó al grupo avanzando entre las sombras y con cuidado de no caer en ninguna poza. Calibró el guantelete en modo rayo láser y le disparó a una estalagtita para crear una distracción. Y así creó una masacre cuando el carámbano de piedra cayó sobre el grupito. Al menos fue una buena distracción, porque cuesta concentrarse cuando te han arrancado la cabeza, y pudo pillar una de las bolsas de aprovisionamiento, aún llena.

–¿Queréis más estalactitas? –les preguntó cuando, los que que aún podían, se volvieron hacia él armados. Aunque sólo llevaban cuchillos y, una de ellos, una pistola de arpón con la que tendría que tener cuidado, pero que, una vez disparada, no volvería a disparar en un rato.

Bester retrocedió con cautela y un chapoteo le advirtió de que a su espalda había otra poza, por lo que la eludió con cuidado, sin dejar de apuntar al rabioso grupo al que había diezmado y rapiñado. Entonces algo viscoso, cartilaginoso y extremadamente fuerte se enrolló en torno a una de sus piernas y quiso arrastrarlo a la poza. Bester dejó de apuntar al grupito para disparar hacia el tentáculo. Lejos de lograr que lo soltara, aquello debió de cabrear al monstruo submarino, ya que empezó a zarandearlo como a un pelele. Bester siguió disparando, le costó un par de tiros fallidos y por fin logró volverle a acertar al tentáculo, que lo soltó en pleno vapuleo.

Bester aterrizó de espaldas. Sobre una afilada estalagmita.

–Ay... meca...chis... –murmuró como últimas palabras antes de ser teleportado a una silla metálica en la Mazmorra Personal de Kill.

–Penoso –opinó ella–. No hay nada que me dé más asco que una rata rastrera muriendo patéticamente.

–Pensaba que lo que más asco le daban eran las ratas que resultaban ser lunáticas –intervino desde cierta distancia una de primero, en kimono corto, atada a una X de dos metros de alto.

Kill se volvió hacia ella y le soltó un sopapo. Sin moverse del sitio, habiendo alumnos en potros y sillas de por medio, con una mano gris que no era suya.

–Ahora que voy a cortarte las manos –amenazó Karla, manca, no muy lejos de allí.

–¡Más, Kill-sensei! –exclamó la chica en la X, encantada de que la hubiera abofeteado con una mano mutilada.

–¡A CALLAR! –rugió la profesora, logrando relativo silencio–. Voy a atender a nuestro recién llegado –añadió con perversa suavidad y allí sí que se callaron todos. Los malditos cabrones querían ver más espectáculo–. Bester, he oído algo de que haces trampas jugando a la ruleta fulminante –le dijo con recochineo, bajando un bol sopero del revés–. A ver cuánto te salva el guante de esto –retó coronándolo.

–¡Mierda, otra vez no! –gritó cuando le empezó a caer la cascada de electricidad.

–––

Ludo y Jeff llevaban bien el juego. El cocinero no estaba muy contento con las barritas energéticas y geles que había en las bolsas, no sabían a gran cosa; pero ver tiburones, morenas y pulpos gigantes le estaba dando muchas ideas para sus próximo platos. Al inventor tanta agua podría parecer que le fastidiaría, por las interferencias que hacía con la electricidad, y por ello mismo era mejor ponerse a muchos metros de distancia cuando iba a freír algún bicho tentacular. Ahora Ludo estaba cargando su pistola fulminante con las pilas que habían cogido de los cofres. Jeff había hecho un comentario sobre cuánto tiempo llevaría cargar un Rayo de la Muerte portable, pero en general no se quejaba, habían llegado tan lejos gracias a los juguetes de Khaos.

Entonces sonó el chasquido de un arma a la que acababan de quitarle el seguro.

–No es personal –aseguró Killgore apuntándoles con una pistola de arpón.

Antes de que a Jeff se le pudiera ocurrir lanzarle un tenedor, otro arpón entró en escena. Y salió por el pecho de Killgore.

–¿Pero... qué...? –farfulló, vomitando un poco de sangre, intentando comprender cómo, si era él el que sujetaba la pistola, había terminado ensartado como una sardina.

El arpón estaba unido a una cuerda, que se llevó a su presa con un tirón seco. Killgore se perdió entre las estalagmitas y la oscuridad.

–¿Qué ha...? –empezó Ludo.

Jeff lo agarró del brazo y se lo llevó lejos de lo que fuera que cazara alumnos a arponazos.

–––

–¿Quién ha sido? –gruñó Killgore cuando aterrizó en la silla, a la que quedó bien amarrado.

–Cállate –le ordenó Kill, casi de peor humor que él, armada con alicates.

–Ella tampoco lo sabe –se chivó Sinister, algo más largo de lo normal.

–Mi shangre... es... puuura shervesha –añadió orgulloso la piltrafa humana que era Foster.

–¡Que os calléis! –bramó la profesora, yendo a amordazar a Sinister.

–¿Cómo que no lo sabéis? –preguntó Killgore mirando las pantallas suspendidas sobre ellos–. Si hay cámaras en cada rincón. ¡¿No?!

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Y van cayendo une a une~
(O de tres en tres XD)

Quiero decir que me lo paso en grande escribiendo a Foster y que lo baso mucho en Suru, pero llevado al extremo XDDDD
Y que gracias a Zardoz, por detallarme cómo matarlo, ha sido muy épico y chorra al mismo tiempo X''DD

Si os habéis reído, planteaos invitarme a un cafetito (?) [https://ko-fi.com/cirkadia]

También podéis pillaron la recopilación de las 50 primeras partes en PDF, con motivo de que acabo de subir la 78º. ¿Qué? Es un número tan bello y significativo como cualquier otro (?) [http://libreteka.es/es/inicio/27-ievsha.html]

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