Chanyeol suspiraba, mirando el techo de su habitación, sintiendo la cama muy sola, muy vacía, al igual que él. Todo estaba pasando muy rápido pero para él las horas y los días se hacían eternos. ¿Qué le estaba pasando?, ¿qué había pasado con el frío y desalmado ser que era?, ¿cómo fue que un pequeño e inocente ángel le movió el mundo completo y puso su vida patas arriba?, ¿por qué le afectaba tanto a él y a los demás no? Se preguntaba eso de forma constante.
Si, el poco tiempo con el ángel a su lado fue suficiente para que el se enamorara perdidamente de aquel hermoso ser que era Baekhyun. Recordaba de forma clara el ceño fruncido de su angelito cada vez que él decía una palabra obscena, recordaba la cara de alegría en este al comer su helado favorito y, ¿cómo poder olvidar su mirada inocente mirando pasar todo por la ventana del auto? Se enamoró, si, pero, ¿el amor causaba un desespero infinito por encontrar a aquella persona que quieres?, esa pregunta continuaba haciendo estragos en Chanyeol. Pasó su mano por sus cabellos, ahora castaños, y bufó frustrado. No había forma de sacarse el sentimiento ese que apretaba su pecho y retorcía su corazón de formas feas, lo sabía ya, que era imposible, pero quería intentarlo de nuevo. Se levantó de su cama, se cambió de ropa con rapidez y salió de su habitación, pero justo cuando iba a salir de la casa, una voz lo detuvo.
— ¿Y tú a dónde crees que vas?
Se giró a ver a Minseok, sin entender por qué estaba sentado en su sofá, leyendo un libro como si no estuviese invadiendo su casa. Chanyeol bufó bastante irritado, dejando la mochila que tenía en su hombro en el suelo de la entrada y caminando hasta la sala, para detenerse frente a Minseok y mirarle con su mejor mirada de enfado.
— ¿Por qué estás aquí?— preguntó hastiado.
— Cuido de que no hagas algo estúpido, duh. ¿A dónde ibas, si se puede saber?— Minseok ignoró completamente la molestia de Chanyeol y le miró con una sonrisa algo infantil. Chanyeol rodó los ojos muy irritado, pero se venció. Minseok no lo dejaría en paz ni aunque el mundo se estuviese cayendo en pedazos.
— Iba a quitarle la moto a Sehun. Quería ir al bosque por un rato a liberar el estrés.— explicó, sentándose al lado de su amigo.
— A causar un incendio forestal será.— murmuró Minseok sarcástico. Chanyeol sonrió y se encogió de hombros.
— Tal vez. Es divertido ver a los humanos tratar de apagar mi fuego eterno hasta que a mi me da la gana de extinguir las llamas.— rió de forma traviesa. Minseok negó, como si no le gustara eso.— No me hagas esa miradita, que bien que te gusta hacerlos congelarse el culo en invierno.
— Eso es a veces.
— Pues mis fuegos son a veces.
— Pero aún estamos en invierno.— se quejó el mayor.
— ¿Crees que eso me importa a mi?— rió el castaño. Minseok suspiró.
— Taesu dice que no ha sabido de Jungkook desde ayer.— soltó. No estaba allí solo para mantener un ojo en Chanyeol, eso el más alto lo tenía claro.
— ¿Y eso me importa a mi?
— Jungkook dijo que tenía algo importante que contarnos, y luego de la nada desaparece. ¿No te parece eso extraño?— respondió Minseok obvio. Chanyeol comprendió lo que quiso decirle.
— Lo atraparon.— murmuró.
— No está confirmado aún, pero eso es lo que sospechamos.— dijo el contrario, cerrando su libro.— Espero que tenga buen aguante, porque le van a torturar como nunca antes.
— Tiene aguante, pero si le muestran a Taesu llorando desconsolada por él se va a quebrar.— razonó Chanyeol. Minseok sacó su celular y marcó un numero.
— Le diré a Jongin que contacte a Taesu y le diga que vaya a la casa con los chicos. No podemos permitir que Jungkook hable, pues aunque él de verdad no sepa mucho, sabe lo suficiente como para que queramos que se quede calladito.
Minseok se retiró hacia la cocina, y Chanyeol se quedó observando la mochila al lado de la puerta con anhelo. Enserio quería irse al bosque y perderse por unas horas, olvidarse de todo lo que estaba pasando, pero ahora tenía otro problema en manos. Quería escaparse por un rato, y debatió por un momento si debía ir o no.
— Ya le dije a Jong-
Al entrar a la sala, Minseok notó que no había nadie.
— Me cago en tu descendencia Park Chanyeol.
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— Jeon Jungkook, si no me dices te juro que yo mismo tiraré tu culo en la puerta de Taehyung con un lazito en tu cabeza.
Baekhyun miraba a Jungkook desafiante, mientras este estaba contra una pared, tratando de que la maldita luz que salía de la palma de Baekhyun no le cegara por completo. El chico estaba muy molesto, pues su cuñado aún no quería explicar lo que había dicho respecto a él y un cuchillo. Jungkook se rehusaba rotundamente a abrir la bocota, por primera vez en su vida y Baekhyun estaba perdiendo la poca paciencia que le tenía al tipo. La luz que emanaba de la palma de su mano se intensificó y Jungkook se quejó.
— Eres un pecado, ¿no se supone que eres más poderoso que yo?— cuestionó burlón el pelinegro. Jungkook bufó irritado.
— El campo de fuerza que rodea la ciudad me debilita más con cada minuto que pasa. Es una forma de joderme la vida, y aunque a Taehyung también le afecte, está más que dispuesto a sacrificarse un poco con tal de atraparme antes de que escape de la ciudad.— respondió. De pronto cayó al suelo con un golpe seco y ya no tenía una luz molesta dándole en la cara.
Baekhyun había puesto una expresión muy extraña, y luego sonrió con aires de superioridad.
— ¿No has pensado en escapar por debajo de la ciudad?
— Sé que soy poderoso pero en este estado hacer un túnel me tomara mil años.
— No, idiota.— Baekhyun rodó los ojos.— Usa el sistema de alcantarillado. Podrás salir como si nada, y no se darán cuenta hasta que ya sea muy tarde.— explicó.
— ¡Muy bien pensado, Baek!, ¿pero cómo salimos de aquí sin que tus guardaespaldas se den cuenta?
— Tengo un plan.
Y por la sonrisa que puso Baekhyun, Jungkook se preocupó un poco. Pero solo un poco.
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— Padre, tenemos que hablar.
Jongin levanto la mirada para ver a Minah. Su hija parecía esta agitada, como si hubiese corrido hasta allí para solo hablar con él. Dejó a un lado el libro que leía y le indicó que tomara asiento. Rara vez su hija le llamaba padre y, rara vez le hacía caso cuando le pedía que hiciera algo, pero ahí estaba ella, sentada y siendo muy respetuosa.
— Tengo información que podría ayudar a nuestra causa. Pero también tengo algo malo que decirte.
— Procede.
Pudo ver como su hija se movía incómoda en su lugar y de momento evitaba su mirada. Levantó una ceja, mostrándose confundido, pero no dijo nada hasta que ella habló.
— Con tal de que Jungkook no salga de su parte de la ciudad, Taehyung ha puesto un campo magnético contra pecados. Se ha debilitado mucho en las últimas horas. Le tomará algo de tiempo recuperar todas sus fuerzas, y hemos calculado que su energía no estará completa a tiempo para la batalla. No significa que será menos difícil, pero si que podemos preocuparnos menos.— explicó, dirigiendo su mirada al suelo.
— ¿Cuál es la mala noticia, Minah?— insistió. Su hija se mordió el labio y suspiró.
— Aún no sabemos nada de Jungkook, y Taesu está histérica. Tenemos miedo de que le pase algo malo a ella o al bebé.— murmuró, evitando la mirada intensa de su padre.— Taemin dice que.... que hay rumores corriendo, sobre que Taehyung tiene una nueva adquisición, una muy letal.
— Ah, así que Taemin accedió a ser un espía. Creí que aún me tendría rencor.— rió divertido, pero Minah no le encontró nada gracioso. Jongin frunció el ceño al ver el estado de su hija, y antes de poder decir algo, ella habló.
— Dicen que Taehyung tiene la Daga de Gabriel.
Jongin casi se ahogó con el mismísimo aire. Sus ojos se abrieron en demasía, mientras alarmado tomaba su teléfono y comenzaba enviar mensajes con rapidez. Miró nuevamente a la chica y su rostro se torno serio.
— Dile a todos que los quiero aquí, ahora.
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— Esto es relativamente simple. Solo debes bajarme, y luego de asegurarme que no haya nadie, te hago una señal para que bajes.— explicó Baekhyun abriendo la pequeña puerta que había en su habitación.
Era un conducto que había en su apartamento, y podía mandar una canasta mediana de ropa en el hacia la lavandería. Era algo práctico de tener si vivías en los pisos altos, pero Baekhyun no deseaba usarlo para ropa sucia ni nada. Su plan era simple. Bajaban por el conducto a la lavanderia, que estaba en el sótano del edificio, y ambos salían hacia las alcantarillas, en donde Baekhyun conduciría a Jungkook hasta los límites de la ciudad para luego sacarlo a la calle y dejarle libre, mientras él mismo volvía al edificio antes de que notaran su ausencia. Claro que esa última parte, Jungkook no la sabía.
El pecado miró inseguro al conducto, mientras Baekhyun se metía en este y le indicaba que cerrara la puerta.
— ¿Qué pasa si hay alguien allá abajo y te agarra saliendo por esta cosa?— cuestiona preocupado. El pelinegro lo mira por un segundo y sonríe de forma forzada.
— Tú no recibes ninguna señal y te quedas aquí escondido hasta que yo vuelva, ¿entendido?— Jungkook asiente.— Bien. Ahora cierra la puerta y presiona el botón blanco que está ahí al lado. Debes presionarlo nuevamente para que suba hasta aquí.
— Baek, ten cuidado.— murmuró. Baekhyun asintió, antes de que Jungkook cerrara la puerta del limitado espacio del conducto y se quedara a oscuras.
Sintió que comenzó a descender y su estómago se sintió extraño e incómodo por un momento. Cuando se detuvo, se acomodó mejor y pateó la puerta con todas sus fuerzas. Esta se abrió luego de una tercera patada y salió, encontrándose con la lavandería completamente desierta. Se movió con cautela por el lugar, y luego de asegurarse de que estuviese solo de verdad, dio tres golpecitos en las finas paredes del conducto, cerró la puerta como pudo y a los segundos este ya estaba marchando hacia arriba. Espero un poco más, antes de escucharlo bajar de nuevo, y cuando se detuvo, abrió la puerta, encontrándose con un muy asustado Jungkook. Este salió rápidamente del pequeño espacio y tomó la mano de Baekhyun para jalarlo.
— Taehyung estaba tocando la puerta de tu habitación. Ya debe saber, ¡vamos!— exclamó desesperado. Baekhyun asintió y le jalo, corriendo fuera de la lavandería hacia el pasillo y girando a la izquierda, buscando con su mirada la puerta que le daría libertad a Jungkook.
— ¡Busca una puerta marrón oxidada!, ¡por esa puerta entraremos a las alcantarillas!
Jungkook asintió en acuerdo y comenzó a buscar con desesperación la dichosa puerta. Escuchó más pasos además de los suyos y se giró, viendo como al menos siete hombres le seguían a ambos. Apretó el agarre en la mano de Baekhyun y continuó corriendo con más fuerzas. Baekhyun pronto visualizo la puerta y se apresuró a abrirla, tratando de empujarla cuando está se empeñaba en no ceder paso. Cuando ya los hombres se esa plata banco acercando, Baekhyun mandó todo al carajo; mientras los cegara con un rayo de luz potente de su mano, pateaba con todas sus fuerzas junto a Jungkook hasta que la puerta se abrió y ambos entraron corriendo, dejando a los hombres con una ceguera temporal. Con cuidado de no golpearse con los tubos y demás cosas que habían en aquel mugriento lugar, avanzaron con rapidez.
— Tenemos una ventaja pero si no seguimos avanzando no servirá de nada. Aún nos persiguen, los siento. Debemos tratar de llegar al otro lado lo más pronto posible.— susurraba Baekhyun caminando con rapidez. Jungkook, nuevamente asintió, sintiéndose incapaz de contestar por la falta de aire en sus pulmones. Estaba débil y su estado solo iba a empeorar a menos que no saliera de allí.
— Tú..... tenías un piercing... ¿por qué te lo quitaste?— preguntó Jungkook con dificultad, luego de un largo silencio. Baekhyun se sintió algo extrañado por la pregunta, pero como quiera contestó.
— Aún lo tengo, guardado en una caja. Taehyung me obligó a quitármelo para poder entrenar, y yo decidí ser obediente. No quería otro castigo.— respondió desinteresado, tratando de no pisar un charco con líquidos de cuestionable procedencia.— ¿Por qué preguntas?
— Taesu.... decía que te quedaba bien. Que parecías..... un niño malo.— rió sin fuerzas. Baekhyun se giró algo preocupado, pues Jungkook se escuchaba muy mal. También se veía mal. Sus ojos estaban algo rojos, y la piel se le había puesto muy pálida. Caminaba entre tropezones, y su respiración era agitada
— Ven, Kookie, te voy a ayudar.— murmuró, pasando el brazo del mayor por encima de su hombro. Este le miró algo atontado, pero asintió sin protestar.
Baekhyun ya no sentía la aura de aquellos sujetos tan cerca. Estaban manteniendo una distancia decente, pero estaban caminando demasiado lento, y a ese paso era posible que los atraparan. Suspiró, y sin más remedio tomó a Jungkook de forma nupcial. El pecado jadeo por la sorpresa y de aferró a Baekhyun con las pocas fuerzas que tenía, mientras este reía y negaba.
— No te atrevas a quejarte. Debemos avanzar y no podemos si estás así de débil, así que te aguantas. Correré hasta que no pueda ya. Aún estamos lejos del límite.— murmuró, agarrando a su cuñado con más fuerza y comenzando a correr, sin darle tiempo al mayor de poder hablar tan siquiera.
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— ¿Y Chanyeol?
— Por ahí quemando un bosque en pleno invierno, lo más seguro.— respondió Minseok a las pregunta de Jongin, quien se veía demasiado serio.— No vendrá, quería desaparecer por un rato y eso hará, ya sabes cómo es él.
Jongin suspiró y asintió. En la habitación se encontraban cinco de los siete pecados capitales, cuatro ángeles subnormales, dos demonios muy idiotas y Junmyeon, el ángel caído, que resultaba muy normal para estar al lado del semejante bola de subnormales e idiotas. Pero Jongin solo pensó en aquello por un segundo, antes de mandar a callar a todos y sentarse encima de su escritorio. Miró a Kyungsoo por un momento, buscando algo de paz en su hermosa sonrisa, y una vez la encontró, se preparó para lo que venía.
— Tenemos..... malas noticias.— murmuró fijando su vista en el suelo.— Según rumores que andan circulando, Taehyung tiene..... Taehyung tiene la Daga de Gabriel.
Las reacciones no tardaron en surgir. Mientras algunos le miraban confusos, otros tenían expresiones de pánico. Jin, quien había estado bebiendo agua, se ahogó con esta por la sorpresa, tosiendo a más no poder; Yoongi abrió los ojos y levantó la cabeza del regazo de Jimin, soltando una maldición, mientras el otro se había puesto la palma de la mano en la frente y había comenzado a susurrar lo mucho que detestaba el infierno y la Tierra y todo lo que estuviese en ella. Junmyeon se puso a gritar incoherencias y Namjoon no tardó en seguirle. Luhan se abrazó a Minseok, despidiéndose dramáticamente, mientras Minseok solo le miraba sin saber qué carajo le pasaba a todos.
— Perdonen la ignorancia, pero, ¿qué es eso?— interrumpió Jongdae en el caos. Todos se quedaron callados y miraron a Jongin, quien nuevamente, suspiró.
— El ángel Gabriel tenía una daga. Era su favorita, nunca la soltaba, siempre andaba con ella a todos lados. Cuando la Guerra de los Mestizos comenzó, Gabriel hizo la estupidez más grande de este universo.— bufó, como si el recuerdo le fastidiara.— Le pidió a Dios algo; que su daga, tuviese el poder de matar a cualquiera.
》Demonios de todas las clases, ángeles, arcángeles, humanos y mestizos. Todo ser existente es vulnerable a ella. Con una sola raspadura de esta, estás jodido. Pocos sobreviven ante tal letal arma. Hace unos cuantos siglos cayó en manos equivocadas y se perdió, pero al parecer Taehyung movió cielo, mar y tierra para encontrarla. Si es que la tiene; porque es solo un rumor- pero si la tiene, entonces eso no significa nada bueno para nosotros.
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El fuego se ondeaba en el aire invitándole a adentrarse en el, y el humo que para otros era molesto y a veces letal para otros, para él era adictivo. El calor era fuerte, y lo rodeaba de una forma agradable. Sus palmas estaban envueltas en llamas, y cada cosa que tocaba se prendía en fuego al instante, y era tan satisfactorio para él verlo todo quemarse, tornarse de un color negro y volverse cenizas que luego el viento se llevaría. En sus ojos las llamas danzaban, y eso lo impulsaba a crear más. Más fuego, más destrucción. Podría observar aquella escena por horas y horas, sin aburrirse. Se había sentado en el suelo, húmedo por la nieve que se había derretido y cubierto por cenizas; estaba admirando el espectáculo que él mismo había creado con sus hábiles manos. Envuelto por el calor y las llamas, se sentía vivo. Se sentía en casa.
El calor era lo único que le gustaba del infierno. Creció en el, era un demonio de fuego y todo lo cálido le atraía. En su familia él era el único demonio de fuego. Su hermana había nacido sin poder alguno, su madre era una demonio normal y corriente, de los rangos bajos, y su padre era un híbrido de furia y demonio curador. Por eso fue un milagro cuando a los tres años, Chanyeol encendió su habitación en fuego con solo una pequeña chispa que salió de sus dedos. Cuando era pequeño los demás demonios de su edad se burlaban de él porque su linaje no era puro; el nació siendo el afortunado de la familia, pero no deseaba serlo en aquel tiempo, porque odiaba las burlas y las tonterías de los demás niños. Pero con los años se pudo aceptar, y se hizo un nombre; era conocido, era temido, y eso en sus primeros años de vida lo hacía sentir poderoso, un ser envidiable, pues aquellos niños se habían burlado de él, pero los demonios de fuego estaban entre los rangos más altos, y el se había hecho mejor amigo de Satanás mismo. Pero con el tiempo dejó de gustarle ser temido, y no quería llamar la atención.
Escuchó a lo lejos el sonido que emitían los camiones de bomberos y bufó, muy irritado. Siempre llegaban en la mejor parte.
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En los últimos dos capítulos las rayitas se pusieron cortitas en vez de largas y mi perfeccionismo me estaba reclamando. Odio cuando eso pasa ;-; ¿por qué tiene que ser tan culero Wattpad? Pero como sea, aquí está el capítulo.
Si las rayitas del demonio se cambian a las cortitas, me mato, fin.
En fin; dudas, comentarios o opiniones, no duden en dejarlas por aquí UwU
¡Qué tengan bonito día, tarde o noche! 💖🌸