La noche había sido bastante larga, pero logre dormir de los nervios que tenía, el día inicio la luz del sol atravesaba las ventanas de mi habitación, me levante de la cama, tendí esta y abrí las cortinas, el cielo estaba despejado, así que realmente amaba los días así, mire el reloj, eran las 11:00 A.M., al fin había llegado el gran día de la boda de Aliah y Paul.
Termine de acomodar los cojines sobre la cama, entre a ducharme rápido, ya que Benjamín dijo que vendría por mí a esta hora, me mire al espejo y mi cara era un espanto, me despoje de mi ropa y entre a la ducha para bañarme con agua tibia, salí corriendo envuelta en una toalla y camine hacia la habitación, busque algo de ropa, opte por un vestido de flores y unos zapatos con un poco de plataforma.
Me vestí rápido y sonó el timbre, maldije por lo bajo, corrí abrir para ver a Benjamín del otro de la puerta con una gran sonrisa, estaba con un polo azul marino y un jean casual, se veía bien a mi parecer, pues siempre lo veía en traje en la empresa.
—Te ves fatal Kaylee —comento él riéndose de mi aspecto.
—Cállate idiota, solo me falta maquillarme y cepillar mi cabello para poder verme como una embarazada genial —comente fulminándolo.
Volví a la habitación y termine de maquillarme para después cepillar mi cabello, estaba lista, así que tome mi maleta junto a mi bolso y salí a la sala, Benjamín estaba en la isla tomando un vaso de agua, al verme únicamente se quedó callado unos segundos.
—Estoy lista, nos vamos —espeté riendo al ver su rostro.
—Se nos hace tarde Kaylee, vamos que el vuelo sale en una hora —me recordó él sonriendo.
Tomo mi maleta y salimos del apartamento, lo cerré con llave y bajamos al primer piso del edificio, esta vez nos iríamos en el auto de Benjamín, agradecía que no iríamos en el mío, emprendimos viaje hasta llegar al aeropuerto, una vez llegamos bajamos del auto y entramos al lugar, me estrese un poco porque estaba lleno de gente por lo que solo me limite a mirarlo.
—¿Sacaste el permiso de tu obstetra para poder viajar? —cuestiono Benjamín sacándome de mis pensamientos.
—Sí, lo pedí la semana pasada que tuve control prenatal —asentí levemente mostrándolo.
—Está bien, supongo que no has comido nada, así que comemos algo rápido y nos vamos para poder abordar el avión —comento el burlón tomando mi mano para llevarme a comer algo.
El muy idiota tenía razón, moría de hambre y me comería un león entero, caminamos hasta la plazoleta de comidas y pedimos algo de comer, moria por un arroz oriental, así que comimos en un restaurante oriental.
Nos sentamos en una mesa y nos atendió una chica, pedimos la orden y nos sentamos a esperar unos minutos hasta que llego el pedido, un delicioso arroz oriental con verduras, pedí una botella con agua y Benjamín una soda, después de terminar de comer, pagamos todo en el restaurante y emprendimos camino a la sala de abordar.
Esperamos unos minutos, Benjamín coloco música en su celular, lo miré un poco raro, ya que nunca lo había visto poner música en su celular, hablaron por el megáfono de la sala de abordar, así que apague la música.
—¿Por qué lo apagas? —cuestionó el serio cruzándose de brazos.
—No dejas escuchar con tu música, es hora de abordar idiota —respondí sonriendo.
—Entonces hablemos de cosas triviales topo —espeto el pícaro, cosa que me dio gracia.
Reí por lo bajo y comenzamos a debatir de muchos temas mientras el avión despegaba, hablar con Benjamín era muy cómico, él es un gran sujeto y merecer ser feliz con Sarah, solo me quede dormida, después de una hora de viaje tenía sueño, quería dormir todo el tiempo, sentí unas manos moverme y me levante rápidamente.
— Kaylee eres asquerosa, ¿por qué me babeaste mi asiento? —cuestionó él riendo mientras me pasaba un pañuelo.
—Lo siento, pero las babas salen sin mi permiso, estaba durmiendo, cómoda y me despertaste Benjamín —respondí, ofendía mientras me secaba la boca.
Durante todo el viaje me la pasé leyendo un libro, mire a Benjamín por el rabillo de ojo y note que el avión estaba aterrizando, una vez pisamos tierra tomamos nuestras maletas y pedimos un taxi, pocos minutos después habíamos llegado al hotel, sonreí como niña pequeña y baje del auto, mire el reloj y eran las 3:30 P.M., la boda seria a las 7:00 P.M., así que aún tenía tiempo de sobra para alistarme.
—Hemos llegado a Santa Bárbara enana —me miro él sonriendo mientras alzaba las manos como idiota.
—Idiota, si no me dices no me doy cuenta —negué poniendo los ojos en blanco.
—Kaylee, ¿por qué tienes que ser tan grosera? —cuestiona el indignado.
—Lo lamento cariño, pero soy como tu mejor amiga, así que te aguantas, además tú también me dices cosas —me defendí riendo.
Él sonrió por lo bajo y sabía muy bien que estaba lloriqueando, bajamos las maletas de la cajuela del auto, entramos al hotel, sentí como un frío se cruzó por mi columna dorsal, nos acercamos a recepción y allí había una chica, sonrió amablemente, pero estaba coqueteándole a Benjamín, eso sí que no, para reírnos un rato me acerqué a él y lo abrace susurrándole al oído.
—Te estoy salvando de una idiota —comenté riendo, cosa que a él le dio gracia.
Él solo me abrazo y toco mi vientre cálidamente, sonreí al ver ese gesto tan tierno que caracterizaba a Benjamín como siempre, pero el idiota solo se ríe, dañando aquel hermoso momento.
—Bienvenidos al hotel Golden Resort, ¿tienen reservaciones? —cuestionó la chica con cara de pocos amigos y sonriendo falsamente.
Reí por lo bajo al ver como nos miraba atenta cada gesto que hacíamos, esa chica estaba celosa y se le notaba que babeaba por Benjamín, pero lamentablemente ya era un hombre que estaba comprometido y su novia no estaba aquí, pero estaba yo para evitar que él le fuera infiel a Sarah aunque sabía que eso nunca pasaría, ya que él amaba a esa mujer.
—Sí, está a nombre de Kaylee Williams —asentí sonriendo mientras presentaba mi identificación.
—Srta. Williams, su habitación es la 305 —respondió la chica sonriendo falsamente.
Me paso las llaves y sonreí con gracia, definitivamente había mujeres que lo odiaban a uno sin razón alguna, uno de los botones nos ayudó con las maletas, subimos por el elevador y llegamos a la habitación, en esta había dos camas, puesto que le había dicho a Aliah que Benjamín me acompañaría.
—Eres muy mala —comento él en carcajadas.
—Solo quería reírme un poco, además esa chica estaba botando la baba por ti desde que te vio, pero lamentablemente mi quedo amigo eres un hombre comprometido —respondí riendo ante la acción.
El sitio era realmente hermoso, tenía vista al mar, al parecer mi hermana y Aliah estarían de acuerdo en casarse en una playa, es algo romántico, pero no me gustaría volverme a casar menos en la playa.
Mire atenta a Benjamín y el acomodo las maletas sobre las camas, eran las 4:30 P.M., ya teníamos hambre, bajamos al primer piso y fuimos a un restaurante del hotel, mi gran vientre se veía a kilómetros, llegamos al lugar y vi a Paul allí, quede sorprendida al verlo, pero como pude recobre mi postura, ya que no podía verme nerviosa ante él.
—¿Kaylee eres tú? —cuestionó él al verme sorprendido.
—Hola Paul, si soy yo —respondí incómoda, pero le brinde una sonrisa.
—¿Estás embarazada? —cuestiono mirando mi vientre abultado.
—No, solo me comí un balón para ver como me veo embarazada —espete riendo; —pues es obvio que estoy embarazada Paul —añadí obvia mientras giraba los ojos y pegándole un golpecito en el hombro.
—Lo siento, pero no sabía que estás embarazada, ¿quién es el padre del bebe? —cuestionó el atento mientras miraba a Benjamín, me quede helada, no sabía que responder, menos mal Benjamín me salvo la campana.
—Soy yo, yo soy el padre del bebe que espera Kaylee —pronuncio Benjamín sonriendo.
—¿Y tú quién eres? —cuestiono Paul un poco molesto mientras miraba a Benjamín con cara de pocos amigos.
—Soy Benjamín Blair, el prometido de Kaylee y el padre de su hijo —pronuncio Benjamín sonriendo.
—Es un gusto saber que eres feliz, después de todo lo que paso con Alexander —comento él con una leve sonrisa.
Entrecerré los ojos y le dediqué una sonrisa falsa, sabia muy bien que Paul estaba molesto, me daban ganas de reír por lo cínico que era como su mejor amigo, con razón se llevaban tan bien, pero no me dejaría incomodar por sus palabras.
—Gracias, tu comentario no viene al caso, pero sabes que ahora soy feliz y realmente quiero formar una familia con Benjamín —respondí entrelazando mi mano con la de Benjamín.
—Ahora, si nos disculpas, tenemos que irnos —anuncio Benjamín sonriendo.
Seguimos caminando dejando a Paul con las palabras en la boca y nos sentamos en una mesa, estaba nerviosa y más pálida que antes, era como si hubiera visto un fantasma, pero sabía muy bien que debía lidiar con todo esto y eso que aún no me he topado con Alexander.
—Gracias Benjamín, en verdad me salvaste de una —susurré para nosotros echando un poco de aire en mi rostro.
—No tienes por qué darme las gracias, sentí como estabas al ver a ese tipo, entonces actué como debía, una vez me ayudaste y ahora yo te devuelvo el favor —asintió él sonriendo tomando mi mano.
—Él es el mejor amigo de Alexander, mi exesposo —respondí ronca, estaba aún incómoda con lo que había pasado con Paul.
—Si Kaylee, calma, al menos sabes que no te molestaran con preguntas del embarazo por el momento —espeto él asintiendo.
Tome su mano y la apreté en forma de agradecimiento, ver a Paul fue como ver a Alexander y que viera mi embarazo era de temer porque podría decirle, aunque en estas alturas ya nada me importaba, mucho menos que Alexander se enterara de mi embarazo.
Ordenamos y aunque no tenía mucho apetito comí por Jacob, él era quien más importaba ahora, después de salir del restaurante, tomamos rumbo y volvimos al hotel, subimos por el elevador y llegamos a la habitación, entramos y tome las pastillas prenatales, por suerte las había traído.
Decidí cambiarme rápido, ya que eran las 5:30 P.M., tendría que ir a ayudar a Aliah así que me duche rápidamente y me coloque el vestido, era un vestido realmente hermoso, era dorado con apliques en piedra con un chándal a juego, me maquille ligeramente mientras escogía unas sombras doradas pálidas, deje mi cabello con ondas y me coloque un accesorio de una flor que combinaba con el vestido, estaba nerviosa por tener que ver al idiota de Paul de nuevo, no quería que él le dijera nada Alexander de mi embarazo, pero era algo estúpido pensar eso, ya que él estaría aquí como padrino de bodas.
Ya una vez lista, baje hacia la recepción dejando a Benjamín solo para que se vistiera, llegue a paso firme y hable con un chico el cual atendía en recepción.
—Hola, soy Kaylee Williams, quería saber cuál es la habitación de Aliah Montgomery —comente amable mientras sonreía.
El chico sonrió y comenzó a mirar en el sistema del hotel si Aliah se encontraba allí, por suerte no tardo mucho en darme la información.
—Claramente, la Srta. Montgomery está en la suite de novias, queda en el cuarto piso, habitación 402 —comento él sonriendo.
Asentí y volví al elevador, marque el cuarto piso y subí, sonó el timbre que indicaba que ya el elevador había llegado y se abrió, camine por el pasillo hasta la habitación 402 y golpee con algo de fuerza, poco después Maddison la madre de Aliah me abrió, su cara era un poema, su vista paso de mi vientre a mi rostro y viceversa.
—¿Kaylee eres tú? —cuestiono ella asombrada.
—Sí, soy yo Maddison —Respondí sonriendo.
—Que bueno verte pequeña, por Dios te ves preciosa, ¿cuándo das a luz?, ¿cuántos meses tienes ya?, ¿Alexander donde está? —cuestiono ella y mi mandíbula casi cae.
—Mamá, por favor, deja de estar hay parada y ayúdame con el vestido, maldición, Kaylee no llega y ya me estoy preocupando por ella y el bebe —grito Aliah enojada mientras se ve al espejo.
Sonreí al escucharla, así que abrace a Maddison y entre, ella cerro la puerta y Aliah al verme corrió hacia mí con mucha dificultad por su gran vestido de corte princesa, se veía realmente preciosa mi mejor amiga.
—Demonios, te ves hermosa pequeña, mira tu gran barriga por Dios —comento Aliah sonriendo con algo de nostalgia.
—Calma Aliah, no llores, hoy es tu gran día, así que nada de tristezas —negué en un hilo, estaba feliz de que mi mejor amiga se casaba.
Ambas estábamos abrazadas y llorando como niñas pequeñas, sabía que Aliah estaba nerviosa porque su vida cambiaría al tener que casarse con el idiota de Paul, nos separamos y Maddison sonrió al vernos, le dedique una sonrisa incómoda por sus preguntas, pero sabía que tendría que responderlas, habia llegado el momento que habia esperado despues de varios meses.