Capítulo 44.

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Había llegado la hora, respire hondamente y me dispuse a cepillar mi cabello, estaba muy emocionada, ya era la hora de la gala, mi vestido era dorado ajustado a la cintura, era precioso, Anny había escogido mi vestido y el traje de Dereck.

Ya estaba lista, me aplique un rojo intenso y cepille mi cabello dejándolo suelto en ondas muy pronunciadas junto a un aplique dorado, respire hondamente y salí de la habitación, Jacob se encontraba en brazos de mi mamá, mis padres habían llegado hacía pocas horas y estaban enamorados de su nieto, Charles los trajo hasta la mansión, solo faltaban mis hermanos, pero como estaban casados les era un poco complicado viajar.

Lamentaban no haber podido estar en su nacimiento, pero era muy obvio que ellos estaban ocupados, mi hermano Chris llegaría mañana en la mañana con Samantha y Oliver, deposite un beso en la mejilla regordeta de Jacob y me despedí de mis padres, ellos se quedarían junto a Anny y Greg para así poder cuidar del bebe con Mía.

Dereck me informo que la limusina había llegado por nosotros, asentí y entramos, pude notar dos cajas sobre las sillas y mire confundida a Dereck.

—Es tu antifaz, no te lo vayas a poner aún —dijo él riendo mientras tomaba su caja.

Lo fulminé con la mirada y abrí la caja, en este había un precioso antifaz dorado con varias decoraciones del mismo tono, lo tome en mis manos y espere a que llegáramos al lugar para colocarlo en mi rostro, el camino fue muy cómodo y cuando llegamos procedí a ponérmelo.

Una vez lista, el chofer salió del auto y nos abrió la puerta, primero salió Dereck y después yo con ayuda de él, enganche mi brazo con el de él y las cámaras se enfocaron en nosotros, los flashes no tardaron en capturar nuestra entrada como a cada invitado, el sitio estaba lleno y prometía ser una noche genial.

Los invitados iban y venían con sus trajes elegantes, nos acomodamos en una mesa y nos sentamos, una chica se acercó a Dereck y comenzaron hablar, quede sola como un hongo y sin compañía, decidí acercarme a la barra a pedir una copa de champaña, me acerque a esta y pedí una por lo que la mesera me brindo una sonrisa.

La chica me la extendió y la bebí de golpe, llevaba muchos meses sin probar licor alguno, respire hondamente y volví a la mesa donde se encontraba Dereck, pero no estaba, se había ido el muy idiota, gruñí para mis adentros y observe a una figura muy peculiar para mí la cual no saldría desapercibida.

Era Alessa y vestía un lujoso vestido color gris con un antifaz del mismo tono, tras de ella venía Alexander tomados de la mano, quede helada al verlo después de tanto tiempo, sentí como mi cuerpo se tensaba y mi respiración comenzaba a fallar, voltee bruscamente para que él no pudiera verme, conté hasta diez y voltee de nuevo un poco más calmada, Alexander venía serio, ella solo sonreía y saludaba a algunos invitados a su paso.

La mirada de Alexander se encontró con la mía, sentí como un frío recorrió mi cuerpo y mantuve la compostura seria, no haría mi debilidad visible, sonreí falsamente y él me miro confundido, al parecer no sabía que era yo.

Me acomodé en la barra y una mesera iba con una charola de copas de champang, tome dos y las bebí de golpe, mis ojos no se quitaban de Alexander y la víbora esa, no estaban tomados de la mano o simplemente no se basaban, eso para mí era muy extraño, puesto que son esposos.

Me levanté de la silla y fui directo al baño, quite mi antifaz de mi rostro y me mire al espejo, me sentía otra vez confundida y desconcertada, acomode mi maquillaje un poco y volví a poner mi antifaz, tome mi bolso y volví a salir.

Quede paralizada al verlo allí, estaba afuera del baño y a mi mente volvió el recuerdo de la boda de Aliah, cuando él fue a buscarme, pero yo tenía una gran barriga, mi respiración se cortó por completo y quede helada, por suerte pude controlarme y recobre mi compostura.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora