Capítulo 20.

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  Al llegar frente a la mansión de los Harrison, estacioné y bajé del auto, las manos me sudaban y mi cuerpo temblaba antes de entrar al lugar, estaba muy nerviosa con encarar de nuevo a Alexander, no quería verlo ahora, toqué las grandes puertas de la mansión y poco después una empleada del servicio me abrió.

—Buenas noches, Sra. Harrison —saludo una de las chicas sonriendo.

—Buenas noches, Claire —asentí amablemente y entré.

La sala de visitas estaba vacía, caminé hacia el despacho detrás de la empleada, los gritos se escuchaban desde el pasillo y Anny estaba llorando, me acerqué a ella abrazándola, Gregg discutía con Alexander fuertemente mientras que Mía estaba escuchando.

—Maldita sea, ¿por qué demonios me obligaste a casarme, papá? —cuestiono Alexander muy cabreado.

—Te estábamos salvando del peor error de tu vida, James Alexander, por una vez en tu existencia, acepta que no debes estar con esa mujer y que tienes una esposa que debes respetar —sentenció Gregg cabreado, —Kaylee no te ha faltado el respeto, pero tú a ella si al momento de llevar a esa mujer a su luna de miel y meterla anoche en la mansión —gritó aún más fuerte.

—Ya estoy harta de ver como el idiota de Alexander no entiende que su maldita zorra interesada no encaja en esta familia y que está con él solo por su dinero, a Alessa nunca le ha importado otra cosa que no sea el dinero —comentó Mía esta vez rompiendo el silencio.

—Cállate la maldita boca por una vez en tu vida, Mía —escupió Alexander.

—No, Alexander, es hora de encarar porque nunca hemos estado de acuerdo a tu relación con esa arpía, nuestros papás debían saber como llevaste a Hawái a esa zorra en donde estaba tu esposa, tambien acabo de llegar de ver a mi nana y me dice que anoche durmió Alessa en tu casa —reprocho Mía cabreada.

—¿Es eso cierto Alexander? —cuestiono Gregg mirándonos.

—Sí, es cierto, Alexander estuvo anoche con Alessa en la mansión y no le importo que estuviéramos allá, ni Isabelle ni mucho menos yo —asentí esta vez yo.

—Maldita sea, Alexander, ¿cómo pudiste engañarme de esta manera?, me dijiste que habías terminado cualquier laso con esa mujer, no pienso poner mi fortuna en manos de esa maldita mujer, mucho menos de saber el pasado que tiene encima —espeto un Gregg muy cabreado.

—Lo lamento, papá, Alessa es la mujer que amo y si no entiendes, lo siento por todos ustedes, primero está ella —respondió Alexander frío mientras colocaba las manos en sus bolsillos

—Has hecho tu elección, puedes irte con ella, tienes el camino libre y no vuelvas a pisar ni la mansión ni la empresa, estás fuera de esta familia y de la herencia de los Harrison —respondió Gregg molesto dando la espalda.  

—Greggory, no, no llegues a estos extremos con Alexander, es tu hijo —espeto Anny con la voz quebrada.

—Él ha decidido irse con esa mujer cariño, pese a las advertencias que le hemos dado sobre ella y lo peligrosa que es, a partir de ahora Alexander deja de ser un Harrison, así lleve mi apellido y mi sangre —espetó con un tono de indiferencia Gregg.

—Mamá, tranquila, esto es lo que Alexander ha decidido, prefirió la obsesión que tiene por una mujer antes que a su familia —respondió Mía abrazando a su mamá mirando a Alexander decepcionada.

—Todo esto es tu culpa, maldigo la hora en que me case contigo y acepte ese maldito contrato —chillo Alexander cabreado mientras se acercaba a mí con ira.

—No te atrevas a tocarla porque no respondo, Alexander —grito Dereck entrando.

—No te metas, Dereck —espeto Alexander desafiante.

Alexander se acercó a mí y me tomo del brazo de tal forma que me comenzó a doler en el instante y grité por el dolor, Dereck mostró su ira acercándose a su hermano y tomando del brazo.

—¡Que la sueltes te dije! —exclamo Dereck lanzando un puñetazo en el rostro de Alexander.

Alexander cayó al suelo de bruces, Dereck le había roto el labio y la nariz, todos quedamos estáticos, este se levantó y quería ir a golpear a Dereck, pero Anny intervino metiéndose entre ambos, cosa que ayudo a que no pelearan.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora