—Reborn, calma—grito asustado de ver a su pareja a punto de arrancarle la cabeza a la Omega.
Él Alpha más joven mostro los dientes mientras apretaba sobre la yugular de la dama. De aquella rubia que hace poco había llegado a su casa, a pedirle a su futuro esposo. No iba a dejarla vivir luego de intentar arrebatarle lo que era suyo.
—Relájate—Tsunayoshi observo a él pequeño Giotto entretenido ante las acciones de su papá, aplaudeo entretenido.— No lo alientes Gio-chan.—el regaño no impidió que él menor disfrutara el espectáculo.
Él menor sólo siguió riendo al ver a su papá morder el cuello de aquella señora que lo había tratado tan mal. Aplaudió emocionado y rió más cuando Tsuna lo cargo con cuidado.
—Suéltala—le hablo suave usando sus llamas para calmarlo, pero no funciono—Reborn vas ha asustar a Gio-chan.
Él leoncito nego entretenido sin dejar de aplaudir con sus suaves y adorables manitas. Entendía lo que estaba sucedidiendo ya quería que su papá desgarrada la delgada yugular de su victima. Sin duda alguna él pequeño era hijo de aquella gran pantera que mordeo a la mujer dejando que la sangre manchara sus labios.
Pero todo empezo con él sol del décimo Vongola sintiéndose enfermo.
No estaba muy bien, se sentía terrible, la cabeza le daba vueltas, el cuerpo le estaba temblando y sentía unas nauseas horribles. Miró al pequeño rubio que él y su pareja habían tratado como su hijo esos días, luego de arreglar sus asuntos de pareja, había estado muy enfermo. No había ninguna razón, no comió nada en mal estado y no creía estar enfermo. Él pequeño León se acerco con cuidado al azabache. Restrego la carita contra su pierna derecha buscando calmarlo con sus llamas del cielo, estaba funcionando, cargo al rubio acurrucandose con él y quedar rendido luego de tan malas noches.
Un castaño, jefe de familia y amo de la casa, paseaba con tranquilidad por los pasillos, había logrado terminar el papeleo, sólo iba a ver como estaban Reborn y él pequeño Giotto. Cuando los encontro acostados juntos, sonrió era una escena demasiado encantadora, pero su intuición le decía que algo no estaba bien con su pareja, así que cargo a los dos chicos en brazos para llevarlos hacia donde se encontraba Shamal.
Corrió por los pasillos con el milagro de no lastimarse o caerse por ellos, aún con la pantera y el pequeño león en sus brazos. Cuando entro a la enfermería de la mansión aporreando la puerta, Shamal brincó usando sus mosquitos en defensa propia, pero al ver quien era él responsable se detuvo antes de lograr matar al próximo heredero de Vongola.
—¿Qué te traé por aquí Tsunayoshi?—hablo con calma acomodándose de nuevo en su lugar.
—Reborn...—intentaba recuperar el aliento después de aquella carrera descomunal por los pasillos.
—Yo no atiendo hombres—murmuró nervioso, no sabía como reaccionaría él menor.
—Lo atenderá—caminó amenazante hasta el hombre de cabello castaño—, verás que tiene o yo mísmo te castrare—rugió en signo de afirmación, mientras dejaba al azabache de curiosas patillas en una camilla.
Cargo al pequeño Giotto que pataleaba desesperado y a la vez preocupado. Quería a su papá, no era justo que su papi lo alejará así de aquel comodo y suave chico que sería pronto parte de su familia.
Shamal se dedicó a hacer su trabajo, revisando con cuidado sus signos vitales, sus movimientos en los ojos y hasta su respiración.
—Calma Giotto—uso sus llamas del cielo para calmar al pequeño, pero este sólo se movía de manera frenética entre los brazos de su progenitor.
—¿Han tenido relaciones?—cuestionó derrepente él portador de llamas de la nube.
—Sí—afirmó cargando a Giotto con un esfuerzo sobrehumano ya que este se había pasado a caer más de una vez—, ¿por qué?
—Ya veo—se movió con agilidad por la enfermería, ese tipo de síntomas sólo los había visto en un Alpha cuando era marcado por un Omega.
—¿Qué sucede con Reborn?
Ante la pronunciación del nombre del azabache él pequeño rubio se quedo quieto para poder escuchar la conversación.
—Creo que tengo una idea—murmuró tomando un par de jeringas—, bien lo dormiré y haré unos análisis de sangre—miró a Tsunayoshi con seriedad—, ¿estás seguro qué eres un Alpha?
Aquello lo quedar blanco como un papel, claro que estaba seguro, o eso creía ya que cuando hizo sus pruebas nunca abrió el sobre, sus padres le aseguraban ser un Alpha y él había sido criado como uno. No podía durar de eso ahora.
—No sé—miró a su pareja mientras acariciaba su cabello— ¿necesitas mi sangre?—cuestionó dejando al rubio en el suelo— sí es así, hazlo de una vez.
Todo paso con relativa calma, el castaño se quedo toda la tarde a lado del azabache mientras Shamal les daba los resultados y como Giotto era igual de terco no se movió de su lado, tal vez sólo para bañarse y comer lo que las sirvientas trajeron para él pequeño al igual que para él décimo Vongola.
—Tengo los resultados—habló al entrar Shamal, su zona de trabajo parecía un cementerio.
Tsuna se paro de su lugar como resorte y corrió hasta donde estaba el mayor. Necesitaba respuesta de todo aquel desastre.
—Tsunayoshi—miro al castaño serio—esto es realmente grave. Haz marcado a un Alpha—murmuró mirando al menor que parecía estár reaccionando.
—¿No es Omega?—cuestionó sorprendido ya que nunca se imagino que algo como tener relaciones le provocara tanto dolor a su destinado.
—No—hizo anotaciones en sus papeles con una pluma que sacó del bolsillo de su bata—, tú eres un Alpha igual, no entiendo porque reacciono su cuerpo en rechazo—murmuró revisando el pulso del menor— a menos que...
Tsuna se quedo preocupado al no escuchar que él castaño hablará, estaba empezando a preocuparle toda esa situación.
—¿Qué pasa?—se acercó amenazante hacia el hombre.
—Él pequeño—señaló al leoncito que miraba todo curioso— tiene tú sangre y la de Reborn—señaló haciendo apuntes en todas las hojas que sostenía— ¿recuerdas que me pediste los análisis de sangre?
—Sí, ¿qué tiene que ver con lo que está pasándole a Reborn?
—Él chico fue hecho con tú ADN y él de tú pareja, tú eres un León es más fácil que aceptes a las crías—lo mirá analítico mientras observa a los chicos— él es una pantera, le lleva tiempo acostumbrarse a la marca de su pareja sobre unos hijos que no vió nacer, en especial sí fue marcado por un Alpha siendo él, un joven Alpha en crecimiento que apenas descubriría su naturaleza.
—¿Se recuperará?—cuestiona preocupado.
—Ya debe estár por despertar, sólo procura alejarlo de cualquier Omega que venga con intenciones de conquistarte—susurró como no queriendo— lo eliminará sin pensar, sus instintos buscarán marcarte y reclamarte como suyo. Es un Alpha territorial.
Él castaño sudo ante lo dicho, debía prepararse para una guerra y la posible destrucción de su hogar.
Así es como llegamos a la escena donde la rubia que trajo a Giotto a la mansión e intento conseguir que él décimo Vongola se casará con ella. Eso nos traé de nuevo hacia la situación actual, una pantera matando a su presa.
—No veas—le cubrió los ojos al pequeño, que hacia berrinche para ver la escena.
Él cuerpo inerte de una rubia preciosa quedo en el suelo, sangre, mucha sangre salía de su cuello y una pantera retomaba su forma humana acercándose con calma hasta su pareja e hijo.
—¿Están bien?—revisó al cachorro apesar de que estaba lleno de sangre por toda la boca y pecho—¿te hizo algo esa bruja cachorro?—interrogo revisando a su destinado de igual manera.
Sin duda el joven Alpha era de temer. Tembló ligeramente al recordar que Shamal mencionó algo sobre ser marcado por su pareja.
Creo que es el capítulo más largo hasta hoy... Aquí un par de sorpresas *q* se me ocurrió en clases de química.
SSoy yo en la vida jajaja