Te advierto que si sigues bailando en mi mente, los versos de mis dedos lloverán como las hojas de otoño que hoy me acompañan al borde de otra primavera gris.
Te advierto que si me sigue sonriendo tu recuerdo, desvestiré con mis canción tu silueta eterna en mi piel.
Te advierto que si sales conmigo, caminaremos bajo la lluvia y jugaremos con el viento, mientras duermes en mi regazo y yo, te leo un verso eterno...
Te advierto que si duermes conmigo te despertaré con mis suspiros y besaré tus ojeras, mientras le canto y bailo con tus cabellos.
Te advierto que si me das un beso, secuestraré a tus labios para que sea eterno y sellaré mi boca con tu aliento.
Te advierto que si te veo de nuevo, fusilaré a mi orgullo y a mis temores los arrojaré al averno para confesarte lo que aún siento
Te advierto que no te cases conmigo porque solo podría amarte todo lo que me queda de vida y todos los días renovaría mis votos hasta que mi voz se apague.
Te advierto que si me tocas una vez con tu mirada, naufragaré en tu vientre hasta que el fruto de nuestra poesía brote desde tu ser.
Te advierto que una mirada es un abrazo; un abrazo, la entrega de mi regazo; mi regazo es mi corazón.
Y cuando nuestras manos se crucen por un segundo, un aro nos fundirá en un pacto sagrado, pero no olvides, que un segundo, es un para siempre y un pacto sagrado es eterno.